Somos un hogar de memoria infranqueable, cuyos recuerdos laten con vigor generación tras generación.
Cada año abrimos con ilusión la cápsula del tiempo para viajar por los recovecos de aquellas aulas llenas de vuestra luz.
Los de entonces y los de hoy sumamos vida en un presente que colmamos de anécdotas, de aprendizajes, de historias, que nacieron al amparo de una niñez que fue desplegando sus alas para volar libre.
Al final, encontrasteis vuestro lugar sin importar la distancia, porque cerca o lejos, volvisteis para acariciar la piel de aquel pasado que os acompañó incondicionalmente.
Reencontrarnos con vosotros es el homenaje más bonito que recibimos por nuestra profesión.
Gracias por lo que nos enseñasteis, no cabe aquí, pero sí en el corazón de esta escuela, que siempre será vuestra.
Los maestros.