Claro, directo y contundente. Así se mostró Don Emilio Calatayud en la ponencia que el pasado 31 de enero tuvimos el placer de acoger en nuestro centro, como parte del ciclo de conferencias previsto para un año muy especial en el que conmemoramos nuestro cincuentenario.
Fiel a su estilo sencillo y su gracia natural para abordar los temas que más preocupan a padres y maestros, el reputado magistrado-juez de menores conquistó a los allí presentes con su sabias y experimentadas palabras.
El magistrado, conocido principalmente por sus paradigmáticas sentencias, aprovechó la coyuntura para reivindicar de nuevo la necesidad de cooperar conjuntamente para alcanzar un pacto por el menor, en el que sin duda queden reconocidos y garantizados sus derechos, pero se vele también por el cumplimiento de sus deberes.
Calatayud insistió asimismo en la importancia de que progenitores y docentes se ratifiquen en su papel, y se esfuercen por caminar juntos en la misma dirección. Si esto es así, probablemente el proceso de madurez del niño se asentará sobre sólidos e inquebrantables cimientos, que favorecerán su desarrollo en sociedad.
El niño necesita del afecto y el cariño como herramientas fundamentales para avanzar, pero del mismo modo necesita ser corregido, tomar conciencia de sus errores y aprender de ellos, escuchar negativas… porque al fin y al cabo, como bien rezaba el título de su plática , «decir no, también es educar».