Rosa Mari y Rosa, nos hemos reunido para celebrar vuestra jubilación.
Gracias por vuestra amabilidad, generosidad, alegría y entrega.
Gracias por haber sido el referente de tantos niños y niñas en el transcurso de su realización personal y, por supuesto, por haber dedicado tanto tiempo e ilusión al enriquecimiento de nuestro colegio.
Disfrutad de esta merecida etapa, aunque nos consta que ya lo estáis haciendo, y venid de vez en cuando, a despertarnos «envidia sana».
Gracias de corazón por haber sido unas maestras íntegras y pasionales.
Rosa Mari i Rosa, desitgem que el dia d’avuí romanga per sempre al vostre cor i que al recordar tot el viscut, el vostre esperit s’ òmpliga de tendres sensacions.
Fins sempre!
Us estimem!
