Continuamos inmersos en una semana muy deportiva, en esta ocasión las estrellas han sido dos ex alumnas que nos han visitado esta mañana para contarnos su experiencia en el mundo del deporte.Y conferirle así visibilidad a una realidad de la que muchas veces poco o nada se conoce.
María Cortés es árbitro nacional de baloncesto. Y aunque hoy nos relataba con humildad cómo llegó a la consecución de semejante sueño, lo cierto es que no fue en absoluto sencillo. Debe compaginar sus estudios, con un duro entrenamiento diario, así como con el deber de prepararse y superar con éxito exámenes y pruebas de suma complejidad todas las semanas. Pero, como insistió ante los presentes, el sacrificio, el tesón, y, sobre todo, la necesidad humana de luchar por aquello en lo que crees de verdad, la ha llevado hasta donde está.
Ha arbitrado partidos de primera y segunda división de suma relevancia, y aunque poco a poco ha logrado consagrarse como una gran profesional, afirma que no se quedará ahí, porque le gusta marcarse retos y lanzarse a por ellos.
Visiblemente emocionada, señaló a su madre (que se encontraba entre el público) para referir que sin el apoyo de su familia, tal vez nunca lo hubiera logrado.
Elena García fue la otra gran ponente. Empezó a jugar a fútbol con sólo seis años, porque como ella misma ha afirmado, «sentía que no podía estar sin un balón entre los pies». Después de formarse en un equipo alcoyano, a Elena le surgió la oportunidad de sumarse a la plantilla del equipo de fútbol femenino de la Universidad de Alicante, y aunque no son pocas las ofertas que le han llovido de otros equipos profesionales (como comentó con mucha modestia en respuesta a una pregunta de los asistentes), ella prefirió quedarse en su tierra y formar parte de este club al que admira, respeta y siente de corazón.
Elena, al igual que María, no ha descuidado sus estudios, y en la actualidad acaba de graduarse en Nutrición. Asimismo, desde bien pequeña, adquirió la disciplina del entrenamiento, formación, y esfuerzo para seguir creciendo como ser humano y como profesional del deporte.
Desde nuestro centro estamos profundamente agradecidos por la visita de estas dos mujeres de gran talla deportiva, por habernos ofrecido su testimonio e intentar con ello, animar a todos los niños y niñas del mundo a que persigan con ilusión sus metas, que no desistan y que no tengan miedo a caer, pues quizá al levantarse lo puedan hacer con más fuerza.