Archive for » noviembre 3rd, 2013«

La gran clave de la vida…

Hay algo en lo que todo ser humano coincide, y es en la necesidad de encontrar la felicidad, de hecho todos venimos al mundo con ese firme propósito. John Lennon contaba como anécdota que cuando de niño una maestra le preguntó que quería ser de mayor, él respondió: FELIZ, ante lo cual la maestra le dijo que no había entendido la pregunta, y él respondió con agudeza: quizá usted no haya entendido la vida…

La familia, el amor, la amistad, el cariño, la confianza, los recuerdos…son algunos de los principales ingredientes para conseguir la felicidad plena, pero luego cada persona añadirá a esta receta su toque especial…¡Conozcámoslas!

r

Recetas de la auténtica FELICIDAD

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Carla Juan Beneyto (2ºESO B)

Ingredientes:

Para poder elaborar la felicidad, necesitamos esta serie de ingredientes:

250 gramos de alegría

500 gramos de sonrisas (deben ser sonrisas verdaderas, las falsas no tienen sabor)

3 cucharadas de optimismo y otras 3 de positividad

Una buena dosis de familia y amigos

Una pizca de empatía

100 gramos de experiencias (sirven las buenas y las malas también, se pueden incluir fotos, canciones, sueños, libros…)

150 gramos de amor (de cualquier tipo y hacia cualquier persona o cosa)

2 cucharadas de sencillez y modestia

Preparación:

En primer lugar, debes mezclar la alegría y las sonrisas y asimilarlas muy bien.

En otro recipiente a parte, echa las 3 cucharadas de optimismo, las 3 de positividad y las 2 de sencillez y modestia. Cuando estén bien mezcladas, añade la empatía.

A continuación, pon en el recipiente a todos tus amigos y a toda tu familia, y después los 100 gramos de experiencias.

Por último, mézclalo todo, hornéalo y después decóralo con amor.

Presentación:

Se sirve dentro de ti mismo y es bueno tomar todos los días. Así es como se conserva la felicidad, tomándola todos los días.

Consejo:

Esta receta puede variar dependiendo de la persona que la tome y de la ilusión con la que la elabore. “Con los ojos cerrados, los sueños despiertos”.

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Ana García Juan (2ºESO A)

No hay una receta específica para la felicidad, sino que cada persona tiene sus ingredientes para hacerla más jugosa. Pero en general, casi todas las personas tienen en su lista: una sonrisa, para nunca estar triste y alegrar a los demás con ella; un recuerdo especial, para cuando te pongas a pensar siempre te acuerdes de aquel buen momento y recrees en tu mente y en tu corazón la sensación que sentiste cuando ocurrió; no ser rencorosos, porque la gente no es perfecta y te puede fallar, pero lo importante es sobreponer lo bueno a lo malo y pensar en todo lo que esa persona hizo en su día por nosotros; tener fuerza de voluntad, para cumplir las metas que uno se propone y en el futuro no tener la frustración de no haber cumplido aquello que tanto anhelamos; esperanza, con ella podrás esperar a que tus deseos se cumplan.

Todo esto es lo básico, a partir de aquí cada uno añade sus propios ingredientes para hacer su propia e intransferible receta de la felicidad. Por ejemplo, al final algunos ponen una sonrisa para no olvidar las mejores cosas de la vida; otros aumentan la cantidad de recuerdos para saber quiénes eran y cómo han llegado donde están ahora; y hay gente que agrega una pizca de inocencia a esta receta para jugar como lo hacían cuando eran niños y así se podría continuar… porque como he dicho antes cada uno tiene su propia receta. Y tú, ¿qué le añades?

LA RECETA DE LA FELICIDAD por María Castillo Berlanga (2ºESO A)

Comenzaré diciendo que esta “receta”, si es que se puede llamar así, no es como las demás: en las que las medidas deben ser exactas, pues cuando se trata de la felicidad todo es relativo, precisamente porque en la vida casi todo es impredecible y no es posible planear exactamente todo como nosotros queramos. De hecho, no es bueno planearlo todo porque quizás las mejores cosas son las que ocurren gracias al destino o la casualidad. Tomando como referencia ese punto de partida, para mí la clave de la auténtica felicidad está en superar o afrontar con la mayor tolerancia posible situaciones que en nuestra vida no nos son favorables, y por otro lado, saber aprovechar esos buenos momentos que no deberíamos dejar escapar de ninguna de las maneras.

Comenzaré hablando de la primera razón: Afrontar situaciones desfavorables con tolerancia. Yo creo que cuando nos encontramos ante situaciones difíciles, deberíamos de acordarnos de todas esas experiencias agradables vividas anteriormente y sacarles el mayor jugo posible; con esto quiero decir que quizás deberíamos restarle importancia a cosas que sabemos que no las tienen y centrarnos en lo que sí merece la pena, pues lo realmente importante, y lo que nos causa dolor, llega sin buscarlo, y es ahí cuando debemos de luchar y exprimir nuestras fuerzas, de manera que sea como sea, nos sintamos orgullosos de nosotros mismos. Y respecto a la segunda idea: Aprovechar los buenos momentos. Considero que debemos de aprovechar cada segundo y vivirlo como si no hubiera un mañana, ya que esos segundos jamás volverán de la misma manera y después no querremos quedarnos con la “espina” de no haber disfrutado.

Yo creo que ambas premisas están de algún modo relacionadas entre sí, pero tampoco hay que asumirlas al “pie de la letra”, ya que siempre hemos de adaptar las cosas a nuestras circunstancias. Esta es mi particular “receta de la felicidad” y creo que sería bueno que cada persona se crease una propia para ser feliz.

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Pablo Galiano Durá (2ºESO B)

Yo creo que no tengo ningún momento feliz en especial. Desde que nací he vivido momentos muy felices y otros no tanto, pero ninguno destaca por encima del resto. Cada mañana me despierto con una sonrisa porque quizá, quién sabe, durante ese día viva algún suceso muy especial que sobrepase los vividos hasta ahora.

Yo soy de ese tipo de personas que piensan que la vida es un regalo y hay que aprovecharla, si en momentos de tu vida no te ocurre nada bueno no es por nada en concreto, ya llegarán momentos mejores, porque la vida es como una caja de bombones, no sabes lo que te va a tocar vivir; también suelen decir que la vida es como una montaña rusa, llena de momentos malos en los que te apetecería bajar y de momentos magníficos en los que repetirías una y otra vez.

La vida a veces da reveses en los que piensas: “para que levantarme si me voy a volver a caer”, pero eso no es lo que hay que pensar, lo que hay que pensar es: “me voy a levantar para superarme y no volverme a caer jamás “, pensando así será muy difícil que algo o alguien se interponga entre tú y tu felicidad, porque la vida suele dar golpes, pero hay que saber enfrentarse a ellos y combatirlos con coraje.

Para ser feliz es necesario saber elegir nuestro camino y ser sensato y coherente en las decisiones que emprendamos.

Yo pienso que la receta de la felicidad no precisa de muchos, ni de caros, ni elaborados “ingredientes”, pues basta con ponerle ilusión, entusiasmo, energía, dedicación, cariño y una pizca de locura a la vida para alcanzar la felicidad plena.

 LA RECETA DE LA FELICIDAD por Cristina Ferrero Miró (2ºESO A)

A mí hay muchas cosas que me hacen sentir muy feliz (los postres dulces, las buenas notas, las risas, muchas risas, las canciones…), pero si tuviera que quedarme sólo con algunos ingredientes elegiría:

  • 250 gramos de actividades o aficiones. Yo creo que es importante, ya que hacer actividades entretenidas y que te gusten te mantiene distraído en muchas ocasiones en las que necesitas olvidarte de tus problemas. Además es una forma de pasártelo bien.
  • 270 gramos de escapaditas o planes especiales. A mí, por lo menos, me encanta salir de casa los fines de semana, ya sea con mi familia a Alicante, Valencia o algún pequeño viaje fuera de Ibi o con mis amigos a dar una vuelta por el pueblo.
  •  300 gramos de amistad. Para mí tener amigos es muy importante. Con ellos puedes hacer un montón de cosas divertidas, y contar con ellos cuando más lo necesitas es algo fundamental. Siempre van a estar ahí, aunque alguna vez haya una pequeña pelea o no nos entendamos, lo vas a pasar bien con ellos, te van a hacer reír y vivirás con ellos recuerdos inolvidables.
  •  350 gramos de familia. La familia es muy importante. Desde que naces hasta que ellos mueren siempre van a estar ayudándote, enseñándote importantes lecciones y apoyándote en todo momento. Tu familia, pase lo que pase, te va a querer, por eso hay que mantener buena relación con ella, y hay muchas formas divertidas de hacerlo: pequeños viajes familiares, comidas familiares, paseos…

Si todo esto lo mezclas bien con todas tus fuerzas, lo pones en un buen horno y lo decoras con pequeños, pero especiales detalles, habrás preparado un precioso y delicioso pastel de la felicidad, que poco a poco te lo irás comiendo, y cuando se acabe, con esfuerzo e ilusión lo volverás a preparar con todos esos ingredientes que a ti te hacen tan feliz.

No hay que olvidar que al igual que en la elaboración de un pastel, las cosas no siempre salen como tú esperabas, pero todo se puede volver a intentar, y cuando al fin lo consigas, te sentirás genial.

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Luis Bernabeu Martos (2ºESO B)

La felicidad es algo que todos buscamos y a veces no nos damos cuenta de que ya la tenemos.

La felicidad es ver la parte buena y positiva que tienen las cosas y en definitiva la vida, saber valorarlas, apreciarlas y  disfrutarlas. Como cuando suena el despertador, que nos avisa de que debemos levantarnos cada mañana, y decimos: ¡jooo, otra vez! cuando en realidad deberíamos decir: empieza un día más para disfrutar y aprender. Me asomo a la ventana y  llueve, es invierno, hace un frío que pela, ¡pero qué más da!, si tengo una casa donde no me voy a  mojar. Voy al colegio, ¡qué suerte tengo!, hay cantidad de niños que no tienen esa suerte,  pues tienen que ir a trabajar para poder comer; y allí encuentro gente con la que charlar, jugar y que me quieren enseñar.

Pasada la mañana, vuelvo a mi casa y por la calle me encuentro a mi abuelo esperándome para preguntarme, ¿Cómo te ha ido hoy?…y por fin llego a mi casa, abro la puerta y digo ¡hooola! y mi familia, todos a la vez, contestan ¡hooola! ¿qué tal?, y me siento en la mesa, y mientras comemos, comentamos cómo nos ha  ido la mañana. Esto es tener mucha suerte, pues hay familias que no todos los días pueden disfrutar de este rato.

Para mí esto es la felicidad, disfrutar del momento, con mi familia y con mis amigos y no pensar en el mañana, pues hay gente que está toda la vida pensando en el mañana y se olvidan de vivir hoy.

Mi receta sería la siguiente:

Ingredientes: mis padres, mi hermano, mis abuelos y mis amigos.

Preparación: mucho amor, cariño y comprensión, juntamos todos los ingredientes y nos sale la receta perfecta de la felicidad.

Espero que esta receta la copie todo el mundo.

 

Dedicado a todos nuestros Ángeles…

Alguien dijo una vez que las buenas personas nunca se van para siempre, pues permanecen eternamente en el corazón de los que tanto las quisieron. Pensar en todo lo vivido junto a ese ser querido nos reconforta, nos llena de paz, y le da sentido a nuestra existencia…hasta el momento en que podamos reencontrarnos en esa gran familia llamada Cielo.

corazon_nube 2

Cartas al cielo

A mi abuelo

Mi abuelo era una persona alegre, era una persona que a pesar de su edad estaba lleno de vida. Era todo un ejemplo para mí porque me enseñaba a respetar a la gente, a valorar las cosas que tenemos y a no estropear la comunicación con mi hermano al pelearnos por tonterías. Siempre que podíamos íbamos a visitarlo y a él se le veía en la cara la alegría que le daba cuando íbamos a verle.

 Siempre recordaré cuando estábamos en su casa y mi hermano y yo corríamos por los pasillos y él nos decía: “No corregueu que aneu a caure!”, y nosotros no hacíamos caso y siempre acabábamos uno de los dos en el suelo; o cuando nos escondíamos en el armario de la fregona y siempre sabía que estábamos allí; o también cuando siendo más pequeños llegábamos mi hermano y yo y enseguida le preguntábamos que dónde estaban los folios y las pinturas.

 Aun me acuerdo de aquel día que salimos del colegio muy contentos porque era el último día del segundo trimestre, y porque además se acercaba la semana santa y nos íbamos de viaje con unos amigos; pero todo cambió cuando llegamos a casa de mi otra abuela Carmen, y mis padres nos llamaran y nos dijeran aquello de que ya éramos mayores…pues entonces entendimos todo lo que había sucedido. Fue un golpe muy duro de superar, ya que era la primera persona cercana a nosotros, o mejor dicho de nuestra familia, que había faltado. Yo lo superé con el apoyo de mi familia y amigos y pensando que así es la vida y que a todos nos llega el momento.

 Hoy lo que más echo de menos es ir a casa de la abuela y ver que ya no estás ni estarás, pero me consuela saber que allí donde estés, estás en un lugar mejor.

 TE QUIERO ABUELO.

 Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

A mi tía Mari

¡Hola tía Mari! ¿Te acuerdas de mí? Soy Jorge. Te escribo esta carta porque fuiste una persona estupenda, y ahora seguro que también lo eres. Yo no me acuerdo muy bien de ti, porque cuando tú te fuiste yo era pequeñito, apenas tenía conciencia. Cuando yo nací tú ya tenías aquella maldita enfermedad que no te dejaba en paz, que no te dejaba vivir a gusto, disfrutar de tu familia y amigos… Yo de pequeño decía: ¿Por qué mi tía tiene qué pasar por ello?, y ahora que tengo 12 años sigo preguntándome lo mismo: ¿Por qué te tocó a ti?…

Aunque yo era muy niño tengo muchos recuerdos tuyos, como cuando estábamos en el pueblo; o jugando en el patio de la casa alrededor de la fuente; o cuando a mi hermana y a mí nos regalaste una bolsa con los primeros euros, que por cierto, todavía guardo.

Toda la familia habla muy bien de ti y cuentan muchas cosas que vivieron contigo. Tu nombre sale en muchas conversaciones y reuniones familiares. Se nota que fuiste una mujer encantadora. A mí me hubiese gustado pasar más tiempo junto a ti, y lo cierto es que me gustaría muchísimo que estuvieses entre nosotros para decirte lo mucho que TE QUIERO…

 Jorge Serrano Arratia, 1ºESO A

A ti, Don Antonio

 ¡Hola Don Antonio!, Hay muchas cosas que te quise decir cuando estabas conmigo y no pude, especialmente en los días que pasabas más dolor a causa de tu enfermedad y nadie se enteraba.

 Cuando estoy en misa, y en muchas otras ocasiones, me acuerdo siempre de ti. Y lo que más me afecta y me duele es que te fueras sin haberme podido despedir como me hubiese gustado.

 Eras una persona especial para toda la familia, siempre preocupándote más por los demás que por ti mismo. Recuerdo que todos los domingos después de misa íbamos a verte y nos iluminabas el corazón con tu sonrisa. Eras humilde, honrado y agradecido.

Cuando falleciste se apagó un poco el pueblo, pero todos te llevamos en nuestro corazón.

                                                                   Mila Martínez Ferrero, 1º ESO B

Para mis mejores Abuelitos

 ¡Hola abuelitos! ¡Qué pena que no estéis aquí!, os echo mucho de menos, al igual que mis abuelitas. Aquí han pasado muchas cosas desde que os fuisteis, y todos los días me acuerdo de vosotros. Gracias a que me dais fuerzas desde el cielo estoy yendo bien en los estudios. Sé que en todo momento estáis a mi lado, y seguro que en la otra vida podremos estar de nuevo todos juntos y ser felices.

 Yo en todo este tiempo no he dejado de pensar en vosotros y espero que vosotros también. Quiero deciros que os quiero muchísimo y que todas las cosas que hago en mi día a día me recuerdan a vosotros, e incluso mi madre y mi padre me dicen que me parezco a vosotros.

Espero que estéis bien y que siempre os acordéis de que os quiero mucho y nunca os olvidaré.

 ¡OS QUIERO MUCHO!

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

A mi bisabuela Loreto

Mi bisabuela Loreto se fue al cielo con casi 100 años. Yo fui su primera biznieta, y tanto mi madre como mi abuela me cuentan que cuando nací estaba muy contenta y decía que ya se podía ir de este mundo. Me cogía en sus brazos y me cantaba coplas de su pueblo. Yo era muy pequeña cuando murió, pero mi abuela tiene una foto con ella y conmigo en brazos, y aunque no esté con nosotros siempre hablamos de ella como si siguiera aquí.

Mi madre siempre me dice que algunas veces la muerte no es justa y le llega a personas jóvenes que tienen mucho que vivir. En estos días yo veo a mi madre llorar por sus abuelos, mi tío abuelo y por su amigo, y yo le digo que no hay que estar tristes porque ellos siempre están con nosotros, pues les recordamos con mucho cariño.

 Inés Díaz Peñalver, 1ºESO A

A mi bisabuelo

Hace ya 12 años, cuando yo tenía tan solo un año, murió un ser querido muy importante para mí. Se fue el 25 de febrero del 2001, a los 74 años. Falleció a las nueve de la mañana en el hospital Virgen de Los  Lirios.

Me gustaría haberle conocido mucho más, pero no pudo ser. Según me ha contado su esposa, mi querida bisabuela a la que estimo mucho, era una persona simpática, agradable, amigo de sus amigos. Le gustaba la caza y se pasaba horas y horas. Le gustaba también estar con su familia y sentía una devoción especial por los niños. Es triste, pero la vida muchas veces no es como nosotros queremos ni como la planeamos, los momentos que no te gustaría que pasasen nunca, pueden suceder cuando menos te lo esperas.

Descansa en paz

¡Te quiero mucho Bisabuelo!

Elena Sánchez Zafra, 1ºESO B

Mi abuelo Rafael 

Rafael murió el 21 de abril de 1998 con tan solo sesenta y tres años a causa de una dura enfermedad, justo casi un mes antes de la boda de mis padres, lo que supuso un golpe muy duro para la familia. Mis hermanas y yo no tuvimos oportunidad de conocerle. Hay muchas cosas que me gustaría haberle dicho, y por eso le escribo esta carta:

Querido abuelo:

Siempre he querido decirte que te quiero, que te echo de menos y que ojalá pudiera haberte conocido, porque me han contado cosas fantásticas sobre ti. Me han contado que te encantaba la caza (eso lo demuestran esos trofeos de casa de la abuela, las fotos) y de alguna manera, aunque no te conocí, todo me recuerda a ti.

Quiero decirte que estás en mi corazón, que no solo son los recuerdos, de alguna forma siento que me acompañas, que siempre estás a mi lado. Te quiero abuelo, te adoro, eres mi ejemplo, mi camino, mi luz, y quiero decirte que te echo de menos. Desde aquí un abrazo, un beso, y un te quiero. Hasta siempre, Celia.

Celia Sanjuán Cantos, 1ºESO B

¡Hola Abuelo!

Te estoy escribiendo esta carta para que allí donde estés puedas recibirla y leerla, espero que estés bien. Me encantaría acordarme de cuando yo era pequeño, que siempre que estaba triste o enfadado tú me calmabas.

Ya llevamos 5 años, casi seis, sin estar contigo. Ese trágico día todos lloramos y a todos nos dolió, nos dolió mucho que dejaras de estar con nosotros. Voy a intentar esforzarme y estudiar mucho para cumplir con la promesa que un día te hice: sacarme el graduado.

Siempre que estoy decaído pienso en ti, y me pregunto a mí mismo “¿por qué tuviste que dejarnos?”…

Emilio Hueso Romero, 1ºESO B

A mi abuela, Celia

Abuela, tú me enseñaste a pronunciar mis primeras palabras, a dar palmas, también me enseñabas canciones, me llevabas al parque casi siempre, y te encantaba jugar conmigo.  Era tu única nieta, tu niña, la que te sabía sacar una sonrisa a pesar de una enfermedad en el corazón que nunca te pudieron detectar. Gracias a ti, los dulces eran más ricos, jugar era más divertido y el tiempo siempre pasaba muy rápido cuando estabas a mi lado.

No existen mejores historias que las que contabas tú, cuando me sentaba en tu regazo. Tú eras la mejor cocinera que existía, por el simple hecho de que siempre le ponías amor a lo que hacías.

Siempre fuiste muy importante para mí, y lo sigues siendo.  Te echo mucho de menos. Recuerdo que poco antes de morir me decías que desde el cielo me cuidarías por siempre. Te valoré en todo momento, pero ahora mucho más porque, ya sabes, nunca valoras lo que tienes, hasta que lo pierdes…

Besos, tu nieta Verónica.

Verónica Gisbert Ruiz, 1ºESO A

Para mi abuelo

Abuelo, tú tocabas muy bien el clarinete. Me enseñaste a dar mis primeros pasos. Aún me acuerdo de tu voz: era grave, pero a la vez muy dulce .Una de las cosas que más recuerdo es cuando apenas tenía tres años, fuimos los dos a merendar a un valle, éste estaba lleno de flores de todos los colores : rosas rojas, moradas, amarillas… Las mejores historias siempre me las contabas tú. Cuando mis padres me regañaban siempre acudía a ti para buscar consuelo. Ya han pasado tres años desde que falleciste, y te echo mucho de menos.

PD: En mi opinión los abuelos deberían ser eternos, pues aunque no nos hayan dado la vida, sí que nos han enseñado a vivirla.

Denisa Turcu, 1ºESO A

Abuela…

Hoy hace un año y cinco meses que te fuiste. Todos te echamos mucho de menos, porque siempre has sido una persona encantadora. Todavía recuerdo cuando me enseñabas a hacer: cocas, saginosas, brazo de gitano, etc. Ahora mismo seguro que te gustaría ver cómo lo hago, ya que gracias a ti aprendí. A veces, la gente habla sobre su familia y te recuerdo, porque nunca te olvidaré ni yo ni nadie. Me acuerdo cuando en tu casa, el primo Rober y yo nos metimos en la despensa, cogimos una cebolla y la mordimos, tú nos regañaste, pero si lo hacías sabías que era siempre por nuestro bien, porque nos querías mucho aunque fuésemos unos pequeños trastos. Cuando iba contigo a comprar, siempre terminabas preguntándome si quería algo, y fuese lo que fuese me lo comprabas. El día que nos dijeron la mala noticia todos lloramos mucho, pero tras unos días de recuperación se nos pasó esa gran pena, pensando que tú desde el cielo nos dabas todo el amor y cariño del mundo. 

Marina Chorro Alcaraz, 1ºESO A

Homenaje a mi madre Ana

Hace siete años murió mi madre. Yo solo tenía cinco años (recién cumplidos). Para mí era la persona más importante de mi vida. Murió a causa de una enfermedad, el día 18/01/2007.

Ella era una persona sensata y simpática, le encantaba leer y trabajaba con mis dos tías en el Maigmó. En los ratos libres a ella y a mí nos gustaba pasear por el pueblo, ver películas y jugar juntas en la casa del árbol. No la conocí mucho y me hubiera gustado conocerla más, porque yo no era consciente de lo que tenía a mi lado.

Adriel Sánchez Quiles, 1ºeso B

                                                                      

Cantoya-4_5_88214

 

A nuestras estrellas del cielo…

Los alumnos de 2ºESO suman su coraje, su fuerza, su talento y sus corazones para mandar un nuevo paquete de cartas al cielo, para que todas esas estrellas que guían e iluminan nuestro camino desde allí arriba se sientan felices y orgullosos…

Cielo estrellado

Para mi primo Fran:

Hola, Fran. Han pasado ocho años desde que te fuiste y todo ha cambiado mucho, el ambiente no es tan alegre como cuando estabas tú. Apenas me acuerdo de ti (pues sólo tenía 5 años), pero gracias a las fotos recuerdo algunos momentos. Ahora tengo un hermano, se llama Víctor. Él no te conoció, pero le gustan las fotos en las que nos divertíamos. ¿Te acuerdas de esas tardes en las que jugábamos? Eran muy divertidas…

 Tu hermana se casó hace dos años con su marido. Ella tiene una peluquería debajo de mi casa y cuando necesito algo voy y me ayuda. Mi madre dice que me parezco un poco a ti. Ahora nuestra prima se ha ido a vivir a Galicia con su novio y a hacer las prácticas de lo que estaba estudiando. Hace un año nació nuestro primo. Se llama César. A él seguro que también le hubiera gustado conocerte.

Alejandro Esteve Díaz

Juego en el Rayo Ibense. Me dijeron tus padres que tú jugabas de portero en La Villa  (un equipo que formaste con tus amigos). Cada año, el día que te fuiste, celebramos un memorial donde se disputan varios partidos entre tus amigos y tus compañeros de clase. He pensado que para el año que viene podíamos hacer un equipo toda la familia…
Donde quiera que estés sigues con nosotros. Espero que nos veamos de nuevo. Un abrazo.

Alejandro Esteve Díaz. 2ºESO A

Querido Javier:

Aunque eres mi primo no llegué a conocerte del todo. Desde que tengo conciencia venías a verme una vez al mes, ya que era pequeña y no podía salir, y tú tenías que trabajar. Sólo llegué a verte hasta los ocho años, pero aun así, cuando venías no solíamos hablar mucho, siempre eran 10 minutos de silencio, sin saber qué decir, pero aún en ese silencio yo te sentía como mi hermano mayor, porque me cuidabas lo mejor posible.

Poco después dejé de verte, por alguna razón no podías o no querías venir. Yo no me daba cuenta de lo que estaba pasando, hasta que llegó mi tía llorando a casa, es decir, tu madre. Yo me encontraba en mi habitación jugando, pero empecé a escuchar sus lamentos, así que me asusté y fui corriendo a ver qué pasaba. Mi madre y ella no me querían preocupar, así que me dijeron que se había asustado mucho, porque te habías puesto enfermo. En ese momento lo vi algo normal, ya que pensé que era un simple constipado. A los dos días cambió mi punto de vista, justo en el momento que me dijeron que habías muerto. Al principio pensé que era una broma, solo para que me enfadara, pero cuando llegué a casa, mi madre me repitió las mismas palabras que aquella persona. Me puse muy triste y rompí a llorar en el sitio en el que me encontraba, no podía moverme, tampoco dejar de llorar, cuando pensaba una y otra vez que no te podría volver a ver nunca más, que no pude despedirme, que no pude aprovechar hasta el último segundo junto a ti…, todo ello me ponía más triste aún.

Ana Carbonell Prieto, 2ºESO B

 Por eso te escribo esta carta, para decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que te extrañamos todos… Ojalá estuvieses aún aquí, con nosotros. Que te marcharas así me hizo valorar aún más la vida, y me hizo ver que nada se consigue a la primera, que todo cuesta su trabajo y que cuanto más empeño y esperanza pongas, más fácil será todo, y tú fuiste el mejor ejemplo de lucha y valentía. Te agradezco todo lo que hiciste por mí y por todos, gracias.

Un fuerte abrazo mío y de todos los que te queremos.

De tu querida prima, Ana

Ana Carbonell Prieto. 2ºESO B

Miriam…

Hola prima, ¿Cómo estás? Yo estoy bien y espero que tu también lo estés, aquí en casa te echamos mucho de menos todos, y vamos muchas veces a visitarte al cementerio, a menudo nos damos cuenta de lo importante que eras para todo el mundo, todos te envían flores, eres especial para todo el mundo.

Thais Mirón Fernández

 La yaya también está bien, aunque yo creo que se hace la dura por dentro para que nosotros no estemos mal…

 Tus papás también están bien, aunque te echan mucho de menos igual que yo…

 Desde pequeñita tú eras como un ejemplo a seguir, me encantaba estar contigo y nos lo pasábamos bien juntas, ¿te acuerdas? A veces pienso que todo sería diferente si tu aún estuvieras aquí… sé que todo el mundo comete errores, pero pienso que tú me hubieras ayudado mucho en todo y que a lo mejor mi vida no sería igual…

 Y bueno, sé que todo esto sólo son letras que jamás podré decirte, pero sé que desde algún lugar me estarás escuchando y quiero que sepas lo mucho que te quiero, y ¿sabes? Me encantaría poder decirte todos los te quiero que nunca te dije.

 Parece que estés lejos pero en realidad yo sé que estás muy cerquita de todos nosotros, recuerda que nos une un corazón…

 Te quiero muchísimo Miriam.

Thais Mirón Fernández. 2ºESO A

Hola tío:

Hoy me he levantado y he pensado en escribirte. Ya hace más de un año desde aquel 20 de Septiembre, aquel día en el que te vi por última vez. Ha pasado mucho tiempo, pero yo te sigo recordando todos los días como si estuvieras a mi lado. No sabes cómo han cambiado las cosas desde que te fuiste. Sin ti nada es lo mismo, toda la familia te echa muchísimo de menos, desde el momento en el que desapareciste nada es igual. Pero tu vida ha dejado huella en la mía. Muchas veces al pensar en tu ausencia lloro, pero ese llanto no es siempre de tristeza, otras veces es de emoción, y te preguntarás ¿por qué? Pues esa emoción es por lo orgullosa que me siento de haber tenido la oportunidad de estar a tu lado, de pasar una parte de mi vida junto a ti y haber aprendido miles de cosas. Me enseñaste a ser fuerte, a sonreír ante todo y a ser feliz por muy difícil que fuera la vida. Y así hiciste tú. Me encantaba ver cómo a pesar de sentir un dolor insoportable  por tu enfermedad, siempre te levantabas y nos dabas un beso a todos. Me impresionaba como ibas de hospital en hospital y hacías reír a todos los enfermeros que te atendían. Pocas personas pueden hacer eso, y tú eres una de ellas.

Carla Juan Beneyto. 2ºESO B

Fueron cinco años de lucha continua, tú fuiste muy fuerte y lo demostrabas en cada momento. Toda la familia está orgullosa de ti. A veces, cuando salimos a la calle y el cielo está nublado, Claudia dice que tú estás en una de esas nubes, para guiarnos y protegernos desde el cielo. Yo sonrío y le doy un beso, porque sé que eso es lo que harías tú. Sabemos que aunque no estés aquí, siempre estarás con nosotros. Tu mujer Asun baja todos los domingos a la iglesia para rezar por ti, dice que en ese momento es cuando más cerca te siente, aunque ella siempre te recuerda. Tus hijos tampoco te olvidan. Todos los días rezan para que allá dónde estés, estés bien. Debes sentirte orgulloso de ellos, porque para tu mujer y tus hijos eres lo más importante en esta vida. Yo tampoco me olvido de ti, para mí siempre serás un ejemplo de vida y sé que todos los momentos que he vivido junto a ti quedarán guardados en mi corazón, porque merece la pena pararse a pensar y recordar todos esos días en los que estábamos juntos, en todas tus bromas que me hacían reír tanto hasta que me dolía la barriga, pero luego siempre quería volver a reír. Espero que tú también te acuerdes y sonrías porque eso es lo que de verdad me hace feliz. Nunca olvides lo mucho que te queremos, y recuérdalo: “hoy y siempre, juntos” aunque nos separe tiempo, distancia y vida, estaremos juntos para siempre, porque tú lo prometiste antes de marcharte y sé que se cumplirá. Hasta siempre, desde siempre y para siempre.

TE QUEREMOS MUCHO TÍO.

Carla Juan Beneyto. 2ºESO B

A mi abuela…

Has sido mi segunda madre, has estado conmigo en los momentos más difíciles para nosotros y has hecho de nosotros una familia unida e inseparable.

María Castillo Berlanga

Luchadora y discreta has sabido aguantar como nadie, en esta vida que no te ha sido nada fácil. Me es difícil poder relatar la historia de mi vida junto a ti, porque todos  y cada uno de los sentimientos que me embarcan son difíciles y especiales. En mi, ha habido dos épocas que me han marcado, en las cuales siempre has estado conmigo arropándome, aunque en una de ellas, nosotros te arropábamos a ti, pero eso no importa porque ahora nos cuidarás para y por siempre. Me da pena no poder volver tan a menudo a aquella casa, aquel lugar, aquellas paredes donde están escritas miles de historias que jamás podré describir. Siempre he sentido que no podía estar sin ti, especialmente cuando era pequeña y me dedicabas todo el tiempo del mundo, cuidándome como tu propia hija, y haciendo de mi una persona que hoy en día soy; pues haga lo que haga, gane lo que gane o sea lo que sea, todo os lo debo a ti y a ellos. Ahora mismo me agradaría poder ver esa sonrisa dibujada en tu cara, que disfrutarás y te rieras tanto con nosotros, y que sobretodo en este mismo instante en el que estoy escribiendo, pudiera salir y darte un abrazo. Te hecho mucho en falta, pues la vida no es lo que parece y cuando menos te lo esperas sucede esa injusticia que nunca quisiste que se hiciera realidad, pero pese a ese miedo en el que estaba encerrado tu corazón, lo superaste y pudo más tu valentía que tu temor. El día que te fuiste fue realmente raro y oscuro, sinceramente no daba crédito a lo que estaba viviendo entonces, te habías ido y jamás, jamás volverías, pues como le decía a Rebeca en esa situación tan incómoda que ambas estábamos viviendo, mi vida cambiaría mucho a partir de aquel instante, aquel acontecimiento o simplemente aquel ingenuo día.

Para concluir este pequeño homenaje, quiero decirte que siempre te llevaré presente en mi corazón y aunque no te lo haya dicho muy a menudo, te amo abuela.

María Castillo Berlanga. 2ºESO A

                 Para mi abuelo…

Querido abuelito:

Hoy me he dedicado a escribirte algunas palabras para decirte y expresarte mis sentimientos, aunque en sólo unos pocos párrafos me resulta muy difícil resumir todo lo que fuiste mientras estabas con nosotros. Hablar de ti sin tener casi recuerdos es algo complicado, ya que nos dejaste cuando yo solo tenía tres añitos, pero no te preocupes,  porque mis padres y la abuelita se han encargado de contarme todas tus experiencias.

Ellos me cuentan que tú fuiste una persona muy inteligente, responsable, luchadora, muy familiar y amigo de tus amigos. Cuando me dijeron esto pensé que me gustaría parecerme a ti.

Otra de las cosas que me llama la atención cada vez que entro en tu casa es la cantidad de trofeos que tienes, (se nota que te gustaba mucho el tiro y la caza). Supongo que desde allá dónde estés echarás mucho de menos estar con los más queridos, pero tan sólo decirte que todo lo que en algún momento disfrutamos juntos -aunque no fuera por mucho tiempo-, nunca lo perderemos.

Marta Cortés Vera, 2ºESO A

Algo que me hace reír cada vez que me lo cuentan es cuando me quitabas lo que tenía en las manos y yo me enrabietaba y te miraba con extrañeza, pero la abuelita siempre estaba ahí para decirte: “ Victoriano deixa a la xica!”, ésta es sólo una de las muchas cosas que me gustaría poder recordarlas por mí misma, pues eso significaría que habrías pasado más tiempo a mi lado.

Podríamos haber jugado y reído como siempre he hecho con la abuelita. Todo ese tiempo habría sido más entretenido y divertido si hubieras estado con nosotros, por eso te extrañamos y desearíamos que siguieras a nuestro lado, porque durante estos años sin ti ha habido momentos muy importantes para mí que me hubiera gustado compartir contigo, como el día de mi primera comunión, mis cumpleaños….

También decirte que en este tiempo la familia ha crecido, y ahora tienes dos bisnietos que son mellizos, Carlos y Miguel, y en poquitos días llegará el tercero, que se llamará Izan. ¡Ojalá estuvieras aquí para poder conocerlos y pasar buenas tardes junto a ellos!, porque conseguirían hacerte reír.

Tampoco puedo seguir escribiéndote mucho más, pues no has pasado casi tiempo a mi lado (cosa que he echado mucho en falta), porque sentir el aprecio y los abrazos de un

 abuelo es el mejor regalo que pueda desear. Y hoy por eso  puedo decir que eres la persona más especial que nunca que he conocido.

Espero que desde ahí arriba nos sigas queriendo y cuidando como lo hacemos nosotros cada día.  La abuelita siempre me decía que poder contar con el cariño y los consejos de un abuelo es el mejor tesoro que una persona pueda conservar con el paso de los años, y por lo que veo yo no he sido una afortunada al no poder abrazarte ni contarte mis problemas, pero te prometo que nunca me olvidaré de ti y que siempre notaré la falta de no tenerte a mi lado, al igual que espero que lo hagas tú conmigo.

Marta Cortés Vera. 2ºESO B

Abuela

Hola abuela, ¿qué tal estas? Espero y deseo que bien, ojalá que estés en un buen lugar rodeado de tus padres y tus amigos. Desde que no estás aquí todo ha cambiado, te echamos mucho de menos, especialmente en los cumpleaños, las comidas, las cenas…en definitiva, en todos los momentos de nuestra vida.

Por aquí todo va bien, vamos luchando y superando lo que se nos plantea. El abuelo está bien, ahora vive con la tía, aunque yo lo noto un poco triste. Él siempre nos ayuda a  todos, pero sobre todo a la tía. Siempre está yendo al cementerio a arreglarte las flores, como sabes es muy perfeccionista y siempre intenta dejarte la lápida lo mejor posible. La tía, el tío Antonio y María también están muy bien. Javier está hecho un bicho, se ha vuelto muy revoltoso aunque siempre sabe cómo hacerte reír con sus tonterías. Marcos y mis padres también están bastante bien. Mi padre está un poco sensible y se acuerda mucho de ti, pero yo sé que tú estás siempre con él para apoyarle y animarle cuando más lo necesita. La tía Mari, y todos los del pueblo se acuerdan mucho de ti. Y yo, aunque estoy animada, te echo mucho de menos. Echo de menos tu presencia, tu voz, tu arroz (el mejor del mundo con diferencia), el ir a tu casa, hablar contigo, contarte lo que me ha pasado y muchas cosas más.

Rebeca Berlanga Juárez

Tú has estado en los momentos más importantes para mí, y en la mayoría de mis recuerdos, como cuando jugábamos a que yo tenía un restaurante, cuando me esperabas en la esquina de la puerta del colegio, cuando María y yo te dibujábamos cosas en las libretas, también recuerdo cuando nos echabas pipas en los ceniceros vacíos… y si tuviera que escribir todo lo demás necesitaría dos hojas más.

Últimamente no hay muchas novedades, la única más importante es que Bernardo se casa, seguro que le hubiera gustado mucho que pudieras ir. Todos te echamos mucho en falta y te deseamos que estés donde estés, seas feliz. Quiero darte las gracias por todos estos años en los que me has ayudado, apoyado, y aguantado cuando más lo necesitaba. Me has dado una lección de vida, que nunca olvidaré. Has sido, eres y siempre serás una de las personas más fuertes que he conocido, nunca te has rendido y siempre has contado con la ayuda de todos nosotros. Te estoy muy agradecida por todo lo que has hecho y por ser una de las personas más importantes para mí.

Gracias por todo abuela, te mereces lo mejor.

Te quiero,

Rebeca.

Rebeca Berlanga Juárez. 2ºESO A

Querido abuelo:

 Aunque no te haya conocido, (por pocos meses), me hubiese gustado mucho hacerlo. Sé muy poco de ti: que te llamas Ramón, que eras una persona buena y agradable para todos los que te conocieron, y que moriste a la edad de 47 años, dejando a la abuela con una profunda tristeza y privada de tu compañía. También mi madre me ha contado que tu vida no era fácil, tenías que ir a trabajar como botones a un hotel en Benidorm, y tenías que hacerlo con tu Fiat500 amarillo, y me pregunto lo que eso supondría para ti, pues la abuela me contó que la gasolina de ida y vuelta era un coste más, porque después te esperaban en casa 8 hijos que cuidar y alimentar.

 Sé que hiciste la mili, (como todos los hombres), y cuando la abuela me contaba anécdotas tuyas, siempre pensaba que tal vez no tuviste una infancia fácil, al igual que ella. Yo me acuerdo casi todos los días de ti, y siempre pienso como hubiera sido nuestra relación juntos, supongo que muy buena. Sé que desde el cielo nos cuidas, y te acuerdas de nosotros, y así lo imaginamos cada vez que nos juntamos la familia.

Lucía Palau Almarche

 Quiero y deseo que estés donde estés, te acuerdes de mí y me mandes, como puedas, tu amor y felicidad para que siempre estemos unidos, para recordar los tiempos perdidos, entre tú y yo. No me verás, ni me has visto crecer en la realidad, ni tampoco he sentido un abrazo o un beso tuyo, pero eso no importa porque yo te siento muy cercano a nosotros aunque estés lejos.

 Nunca he sabido si te gusta esa vela que encendemos todos los años el día de tu cumpleaños, para tenerte y sentirte más cerca todavía de lo que estás, pero estoy segura de que sí.

 Acuérdate de mí siempre…..Abuelo, te quiero!

Lucía Palau Almarche. 2ºESO B

Carta a mi tío…

 Hola tío:

Hace ya dos meses y nueve días desde que te fuiste, y se me hace raro no escucharte al llegar por la noche a casa y que las nenas y el primo vayan corriendo hacia ti a darte un besazo; también echo de menos esos días en los que solía ir a tu casa a comer o a cenar y que llegaras y me dieras un golpecito por detrás y me llamaras  “ASCARRICASCO”.

Y  cuando me metía contigo te reías y me decías: “ASPASICO CONMIGOOOO….” Y todos nos reíamos.

Me gustaba ver como las primas en el momento que llegabas a casa se te subían encima y solo querían estar contigo y con nadie más. De escuchar a Natalia tan pequeñita correr gritando “papá” ”papá”.

Nunca podré olvidar el día del accidente, justamente era mi cumpleaños tú me mandaste un mensaje a las 8:30 que decía: “¡feliz día! ya eres una mujercita de 13 años, empieza una nueva etapa en tu vida. La etapa del pavo. Felicidades  ascarricasco.”

Arantxa Pérez Tamarit, 2ºESO B

Ese día  me iba con mi madre, mis amigas y sus mamás a comer a un restaurante chino, pero entonces me llamo mi madre y me dijo que todo se anulaba porque habías tenido un accidente, y me puse a llorar  y no podía parar. Y lo peor fue cuando me dijeron que habías muerto, ¡no me lo podía creer!, no podía creer que NO iba a volver a verte.

Me afectó mucho cuando en tu misa dijo el cura que las personas mueren cuando están preparadas,¿ quién puede estar preparado para irse y dejar a tres niños pequeños? es muy fuerte, aunque tú también decías que te ibas a morir joven y todos te decíamos que te callaras y no hablaras de eso.

El once de septiembre fue tu cumpleaños  y fuimos toda la familia al cementerio a cantarte cumpleaños feliz y Elenita te hizo un dibujo y lo dejo en la lápida. Hay veces que Natalia coge tu foto del recibidor y le empieza a dar besos y a llamarte. También la suele coger y se va al sofá, se sube y empieza hablarte.

Tío te echo mucho de menos, siempre estarás en mi corazón  y en mi mente. Cuídanos allí donde estés.

Te quiero y siempre te querré.

Arantxa Pérez Tamarit. 2ºESO B

A mi abuela Gala

Abuela Gala, siento no haber estado contigo en los últimos días, me siento muy mal porque no te cuidé en las últimas horas, cuando todavía tenía tiempo de estar contigo… Tú venias a verme cada día, me recogías los sábados y domingos, me acompañabas al aeropuerto… aún recuerdo los buenos momentos juntas, y siento mucho que tú no quisieras que me fuera con nadie, pero eso será lo mejor para mí y para ti.

Gala Miró Sánchez

Descansa en paz, yo seguiré mi vida sabiendo que estás conmigo. Gracias abuela por tu amor, por la fuerza que siempre tuviste al no dejar nunca de luchar por mí, gracias por todo. Y perdóname por dejarte ir sin despedirme de ti, llegué muy tarde, perdóname abuela, perdóname. 

Gala Miró Sánchez. 2ºESO A

Para mi abuelo…

Hola abuelo, ¿Qué tal?, por aquí todos estamos muy bien y espero que tú también lo estés. Todos te echamos mucho de menos. Me encantaría que estuvieses aquí, quizá las cosas serían diferentes, tal vez un poco mejores; la abuela no se sentiría tan sola y supongo que sería más feliz y podría afrontar sus problemas a tu lado; mi madre y los tíos podrían contar contigo para muchas cosas, al igual que mis hermanos, mis primas y yo también, pero lo afrontamos. No nos hemos olvidado de ti, desde aquí toda la familia te sigue queriendo y recordando, te tiene presente y te menciona en muchos momentos. Cuando algún familiar recuerda algo sobre ti o vemos algún video o fotos  en el que sales nos solemos emocionar, pero eso es algo que aparte de doloroso es bonito.

Hay mucha gente (aparte de nosotros) que tampoco se ha olvidado de ti, muchos amigos tuyos o conocidos cercanos. Todas las navidades, en tu cumpleaños u otras fechas, vienen a traerte flores y no paran de decir lo buena persona que eras y lo que significabas para ellos. Creo que has sido una persona que has dejado huella en los corazones de mucha gente, por tu simpatía, tu bondad, tu sensatez…  

Cristina Ferrero Miró. 2ºESO A                    

Quiero que sepas que, personalmente, cuando alguien dice que me parezco a ti en algunos aspectos me siento muy  orgullosa, aunque sean por tonterías, como cuando dicen que me gusta mucho el paté y el jamón, que tengo tus orejas…

Me gustaría contarte muchas cosas, y ya que ahora tengo un  momento te contaré las más importantes. Tienes tres nietas nuevas: María, Alicia y Teresa, son muy buenas y monas, ¡la tía se va a casar!, su novio es muy divertido y amable y son muy felices. En general por aquí te echamos mucho de menos, pero todos somos muy felices y espero que tú también lo seas.

Te quiere,  

 Tu nieta Cristina.

Cristina Ferrero Miró. 2ºESO A

 Mi tío Ticky

 Ticky era mi tío, aunque en realidad era el primo de mi madre, pero lo consideraba así porque siempre iban juntos a todos lados, parecían hermanos, ellos se llevaban cuatro años, pero no se les notaba . Compartían aficiones, salidas, etc, y mi madre no enseñó a quererlo igual que ella. Mi tío también tuvo una hija: Ico, y como somos de la misma edad nos juntábamos muchas veces . Mi tío ahora tendría 44 años, pero se murió con treinta y tres años a causa de una infección en la cabeza . Yo era muy pequeña, pero como mi madre habla tanto de él es como si estuviera cerca de nosotras.

Paula Ruiz Masegosa. 2ºESO A

Era una persona muy especial, y aunque estuve poco tiempo con él, sí soy consciente de que fue un tío genial y lo será siempre. Ojalá estuviese a mi lado porque pude disfrutar muy poco tiempo de él, de hecho si pudiera  pedir algo, pediría que volviera pues yo era muy pequeña y mis recuerdos son borrosos. Un recuerdo que nunca olvidaré es cuando los dos íbamos al parque  hacer carreras en el tobogán,  él se subía y bajaba, corriendo como un niño pequeño.  También recuerdo que hizo un tapón en el tobogán,  todos los niños se quejaban y el se reía y salía corriendo detrás de un árbol para que todos jugáramos con él. Pocas veces he visto llorar a mi madre salvo cuando se acuerda de él. Ella dice que desde que faltó ya nada ha sido igual porque lo echa mucho de menos. Yo también lo echo de menos y hablo muchas veces con él, sé que me escucha y nos cuida porque nos quiere mucho.

 Ticky, mi tío, siempre estará en mi corazón por lo que nos quiso a nosotras y por lo que cuidó a mi madre. Yo sé y sabré siempre que es el mejor tío que he tenido y que no cambiaria esos pequeños recuerdos que me quedan a su lado, porque era la mejor persona que he conocido y conoceré y sé que el sigue estando ahí y cuando necesito algo me ayuda.

 Te quiero mucho tío y espero verte algún día.      

Paula Ruiz Masegosa. 2ºESO A

 Carta a mi tío…

Aquel día lo recuerdo como si fuera ayer… llegué a casa del colegio y allí estaban: mi abuela y mi abuelo llorando, y mi pregunta fue ¿por qué?. Me dijeron que habías fallecido, que uno de mis tíos más divertidos ya no estaba con nosotros.

Todavía hoy no me lo puedo creer. Falleciste en tu camión mientras dormías. Cuando te hicieron la autopsia dijeron que no padeciste. Una semana después de tu fallecimiento te trajeron a España desde Francia, donde te quedaste durmiendo dentro del camión y ya no despertaste desafortunadamente. Ahora me doy cuenta de que es verdad lo que dicen, y es que los mejores son los primeros en irse.

Valeria Masegosa Navarro

Ahora lo único que quiero pensar es que allá donde estés, estás bien, cuidándonos como hacías siempre y preocupándote de que todos estemos bien.

Ya tienes otra nieta que se llama Victoria, es muy pequeñita y dormilona. Tu mujer Mª Carmen hace todo lo que puede para estar bien e ir superándolo poco a poco, pero todos sabemos que dejaste en nosotros una huella imborrable y que no te olvidaremos. Tu mujer pasa casi todas las semanas en San Juan con vuestro hijo Jose, y va cada semana al cementerio de esta ciudad a visitarte. Se nota que te quería y que aún te quiere y esperemos que esto sea así para siempre.

Para mí siempre fuiste y serás un ejemplo a seguir. Eras un hombre sencillo y a la vez completo, divertido, amable, gracioso, en resumen, eras perfecto.

Aún me acuerdo de las últimas Navidades junto a ti, en las que cuando nos dieron el aguinaldo a mi hermana y a mí te dijimos que si nos lo podías cambiar por un billete, y como no, tú amablemente aceptaste, pero te guardaste el dinero e hiciste como si no hubiera pasado absolutamente nada, y después con un truco de magia nos hiciste aparecer el billete. Son tantos recuerdos los que tenemos de ti…

A partir de ahora quiero que casi todo sea un siempre. Un siempre recordando tu voz, un siempre recordando tus risas, un siempre recordando tu cara, un siempre recordando tantos momentos vividos junto a ti, pero un nunca olvidándote. Y ¿por qué? Pues porque te he querido, te quiero y te querré. Has sido mi todo, lo eres y lo serás.

 Besos de tu sobrina, Valeria♥

Valeria Masegosa Navarro. 2ºESO B

A mis abuelos

¡Hola abuelitos y abuelitas!, he querido escribiros a todos porque no quería elegir a uno solo, pues no me parecía justo, además así podré hablar con los cuatros, ya que no os pude ver y me habría gustado mucho.

Mis padres me han contado muchas cosas sobre vosotros, me contaron anécdotas del  abuelo José, de la abuela Dori, del abuelo Manuel y de la abuelita Lorenza. Me contaron, entre muchas otras cosas, cuando el abuelo Manuel  le apostó un duro al primo Fernando a que podía morderse la oreja , y como Fernando no se creía que pudiera morderse la oreja, le confirmó la apuesta, y entonces el abuelo Manuel se cogió la dentadura y se mordió la oreja. También me contaron que el abuelo José siempre que se iban mis padres, se comía todo el jamón serrano, ¡mi madre dice que en eso me parezco a él!

Sheila García Martínez

Os recuerdo por las fotos, siempre que veo una foto en la que estáis, me quedo mirándola fijamente, tratando así de recordar vuestra mirada y cada detalle de vuestra presencia.

Recuerdo como erais: La abuelita Dori llevaba un recogido, también llevaba  una camisa negra, un collar colgaba siempre de su cuello, tenía una nariz chata y unos labios gruesos.

El abuelo José llevaba una gorra en la cabeza, una camisa a cuadros, y unos pantalones de pana; de su mano cogía un garrote, un garrote que aún guardamos en casa de recuerdo. Sus ojos eran vivos como sus ganas de comer.

El abuelo Manuel llevaba una camisa negra  y una chaqueta verde, llevaba unas gafas marrones, y su forma de mirar transmitía alegría y simpatía.

La abuelita Lorenza llevaba un vestido largo con unas chanclas. Sus cejas eran gruesas, su nariz chata y sus labios finos y largos.

Así eran mis abuelos a los que nunca conocí, pero ojalá pudiera haberlo hecho porque estoy segura de que fueron personas maravillosas.

Hasta la próxima carta, vuestra nieta Sheila.

Sheila García Martínez. 2ºESO A

Carta a mi bisabuela

 Hola, querida bisabuela. Antes que nada debo decirte que me siento muy afortunado de haberte conocido. Hace ya unos tres años que ya no estás entre nosotros, pero yo todavía te sigo echando de menos. Me da un poco de pena pensar que ya no podrás asistir más a todos esos eventos familiares, donde nos reuníamos y pasábamos tiempo juntos. Realmente hacías y decías poco, pero ya con tu sola presencia llenabas de alegría y felicidad la sala donde residíamos. Admiro en ti tu forma de ver las cosas, de intentar ser siempre feliz y sé que lo fuiste por esa alegre, aunque disimulada sonrisa dibujada en tu rostro viejo y desgastado.

Siempre te llamamos “Rulla”, aun sabiendo que tu nombre era María. Me dijeron que te llamaban así porque de pequeña tenías rizos por doquier, pero yo nunca lo entenderé, quizás porque no te vi a una temprana edad.

Toni Vicedo Pina

 Moriste a la edad de noventa y ocho años, ¡qué se dice pronto!, un triste veintiséis de diciembre. Por desgracia, de esos noventa y ocho años yo solo te pude disfrutar unos once, pero ese golpe se ve amortiguado por el hecho de que sé que te marchaste feliz. Recuerdo aquellas ociosas tardes de verano que pasaba contigo y con mi abuela jugando al parchís, las cartas y otros juegos de mesa. Además, recuerdo perfectamente el día en el que me comunicaron tu muerte. Yo acababa de despertarme y vi a mis padres en la sala de estar, aguardando mi salida. Entonces me lo dijeron. Pensé que era una broma, que era el día de los inocentes, pero no fue así. Entré en el tanatorio y lo comprobé con mis propios ojos, en efectivo, allí yacía tu cuerpo pálido y sin vida detrás de ese cristal. Entonces corrí hacia mi abuela, la abracé y ambos empezamos a llorar, mientras mi abuela pronunciaba unas suaves palabras en mi oído: «Era inevitable».

Toni Vicedo Pina. 2ºESO B

Hola tío:

Aquí te echamos mucho de menos, ya hace tres años que te fuiste, pero por mucho tiempo que pase nunca te olvidaremos. Desde aquel fatídico día he sentido que faltaba algo en mi vida, y ese algo eres tú, sin ti ya nada es lo mismo: ni esos viajes, ni las comidas familiares… Uno de los momentos que más echo de menos son esas tardes jugando a juegos en los que tú siempre hacías trampas…, cuando veíamos la tele en los sofás tapados con las mantas hasta arriba y comentábamos todos los programas, que si ésta es fea, guapa…

María Saavedra Guillem, 2ºESO B

El día que sí que no olvido fue cuando me dijeron que habías tenido un accidente de coche y ya no te iba a volver a ver…. Cuando llegué a casa de la abuela , vi a toda la familia más triste que nunca y llorando, ya no me pude contener más y rompí a llorar, ese día fue uno de los más tristes de mi vida esos, de esos días que no le deseas ni a tu peor enemigo pero que no puedes hacer nada para que no pasen.

Todos de echamos muchísimo de menos y hacemos todo lo posible para estar felices que es lo que tú hubieras querido.

Te quiero mucho. Tu sobrina, Maria

María Saavedra Guillem, 2ºESO B