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Carta al amor de mi vida

¿Dónde reside el amor? Hace algunos años un grupo de mujeres reunidas en una casa se hicieron esta misma pregunta, pero quizá entonces no lo sabían. Estaban allí porque la pequeña de  ellas iba a casarse, y dado que a todas les unía una fuerte pasión por la costura, decidieron -asesoradas y orientadas por la mayor- tejer una manta como regalo de boda. ¿El tema? Sin duda, el amor…

Entre sus manos cayó repentinamente un trozo de tela inerte, sin vida, incapaz de transmitir nada por sí mismo; sin embargo, su corazón, el corazón de esas valientes mujeres, aun malherido o nostálgico, aun curtido y escarmentado por la experiencia de los años, aun destrozado y abatido, y aun habiéndose recuperado y vuelto a recaer…conservaba intacta su esencia, nunca se había rendido, y tenía pleno convencimiento de que jamás lo haría. Si renunciaba a lo que más le importaba, si se resignaba a dejar de creer en él, en esa fuerza desgarradora y salvaje que le da sentido a nuestra vida y nos mantiene vivos, se marcharía con la triste sensación de no haber existido.

Y así, con la llegada del primer recuerdo comenzó la primera puntada; las caricias grabadas en la piel se encargaron de poner la nota de color sobre aquel retal; los besos jamás olvidados, las mariposas del amor incipiente y la frescura de la juventud se unieron formando un mosaico precioso, que emanaba luz a raudales; el dolor apaciguado y la tristeza consolada también tuvieron su lugar, pero buscaron un discreto segundo plano para ceder todo el protagonismo a los pensamientos positivos. La infancia llegó como la más preciada y delicada seda, y posó su fino manto sobre la templanza del camino recorrido, marcado por unos sutiles puntos de cruz, que a su paso se fueron encontrando con parte de la inocencia que nunca debería haberse ido. El amor fraternal, vestido de firmes y resistentes hilos de colores, se deslizó con gracia creando una composición única.

Creadas todas las piezas, sólo faltaba aunarlas entre sí con el inquebrantable filamento de la amistad pura y verdadera. Orgullosa, la mayor de ellas dejó caer  suavemente la obra maestra sobre los hombros de la pequeña, quien se sintió protegida al abrazo de ese cúmulo de historias y sentimientos imperecederos.

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Este fue el argumento de uno de los largometrajes que nos cautivó para siempre desde su estreno en 1995. Y desde entonces quizá fueron muchos los que soñaron con preservar para siempre, en algo tan sencillo y aparentemente frágil como un diminuto retal, o tal vez un desgastado papel, la impronta de todas las vivencias que marcaron nuestro destino.

Hoy, veinte años después de aquel apasionante relato, aunque sin dedal, ni aguja, pero sí con creatividad e ingenio, ilusión y mucho entusiasmo, los alumnos de 1ºESO son los artífices de estas piezas de valor incalculable. Hermosas cartas de amor dedicadas con gran cariño a todos los que han sido, son y serán los protagonistas de la poderosa obra, que a su paso de una escena a otra, fue dejando en su devenir la estela de una fragancia, un abrazo, una sonrisa, una despedida, un reencuentro…instantes que irán tejiendo el manto con el que nos abrigaremos cuando sintamos frío.

Pau Verdú Palau, 1ºESO B

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Daniel Amorós Rico, 1ºESO B

Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

Inés Mira Pérez, 1ºESO B

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

Matilde Reig Albero, 1ºESO B

Jorge Palazón Lillo, 1ºESO A

Irene Picó Samper, 1ºESO B

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Carlos Reche Vicent, 1ºESO B

Aitana Prats Parra, 1ºESO B

Jordi Sanz Verdú, 1ºESO A

Pascual Chamorro, 1ºESO B

Carlos Díaz Carricondo, 1ºESO A

Clara Valero Cespedosa, 1ºESO B

Natalia Teruel Santoyo, 1ºESO B

Lucía Montesinos Medina, 1ºESO A

Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

Silvia Casanova Llinares, 1ºESO A

Lucía Brotons Sarabia, 1ºESO A

Pablo García García, 1ºESO B

Claudia Hidalgo Bañón, 1ºESO A

Mitos y Leyendas

Venimos al mundo en blanco, quizá por ello al contemplar la primera luz, millones de interrogantes se agolpan veloces para coger el primer turno; y así comienza nuestra particular carrera de inquietudes por resolver.

Cuando somos niños nuestra mente sensible, despojada de todo perjuicio necesita nutrirse de respuestas. Los mayores ríen ante muchas de nuestras inverosímiles preguntas, pero lo cierto es que lo quieran o no, acaban contagiándose de ese incesante afán por saber y descubrir.

A medida que vamos creciendo, por alguna inexplicable razón, encontrar la respuesta a muchos por qué…se torna una tarea harto difícil, y los adultos, aún con la mejor de sus intenciones, no pueden más que refugiarse en el silencio y encogerse de hombros…Sin embargo, esta no es razón para desistir, piensa el niño, y en su interior asume que si no tuvo suerte con alguna cuestión, tal vez pueda rebatir con otra.

Así la vida se plantea ante los ojos de un niño como un gran enigma por resolver, pero éste no tiene prisa, confía en su instinto y sabe que su olfato de detective profesional le ayudará a ir encontrando las pistas para avanzar, y por si el tiempo pasa y se hace mayor sin haber atado todos los cabos, en su camino -como diminutas partículas de pan- habrá dejado los vestigios de un caso abierto, para que aquel adulto que siga creyendo en los misterios pueda algún día sumarse a su enriquecedora búsqueda.

A veces los adultos estamos tan enfrascados en nuestras preocupaciones diarias, que no prestamos la suficiente atención a la belleza de cuanto nos rodea, y son los niños con sus divertidas incógnitas, quienes nos invitar a detener la atención en las pequeñas cosas: la lluvia, una flor, la luna…y esa llamada de atención basta para que nuestros sentidos despierten y comencemos a viajar de su mano por el infinito sendero de la imaginación, donde quizá hallemos algunas respuestas. De este modo, convertidos ya en valientes caballeros, nos lanzamos al encuentro de grandes aventuras, lidiando con las más fieras criaturas, acogiendo sin temor la respuesta de los dioses, rehuyendo a duras penas de los cantos de sirena para cumplir con méritos nuestra misión. Nos enamoramos, alcanzamos efímeramente la fórmula codiciada de la inmortalidad, y por un momento somos bendecidos con un súper poder que no dudamos en usar en beneficio de nuestra ciudad, quien nos recordará eternamente por nuestra gesta. Resolveremos miles de jeroglíficos y al volver de ese intenso mundo de fantasía, quizá logremos entender mejor la realidad. Y sino es así, siempre podremos cerrar los ojos y vagar libres a través de las inquietantes páginas de una leyenda o un mito…

Deleitaros con algunos de ellos…

Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

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Natalia Teruel Santoyo, 1ºESO B

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

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Adrián Pradell Huertas, 1ºESO A

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Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

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Clara Rivas Boronat, 1ºESO A

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Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

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Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

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Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

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Laura Salvador, 1ºESO A

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Nerea Giner, 1ºESO B

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Javier Latorre Martí, 1ºESO A

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Aitana Prats Parra, 1ºESO B

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Daniel Amorós, 1ºESO B

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Lucía Brotons Sarabia, 1ºESO A

 

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Héroes

No necesitabas que la vida te pusiera a prueba para demostrar que tu corazón bombeaba coraje. Tampoco necesitabas que el tiempo te advirtiera de su apremiante vuelo, para caer en la cuenta de que no hay segundas oportunidades para recuperar lo que se fue con el ayer. No necesitabas sentir dolor para valorar en toda su inmensidad las alegrías. Nunca añoraste lo que no pudiste tener, porque de algún modo tu instinto te decía que la suerte ya había sido dadivosa contigo, al dejarte cumplir el sueño de crear hogar.

Caminaste con paso firme y sin mirar atrás, procurando no hacer mucho ruido, ayudando en silencio y con loable prudencia a aquel que lo necesitó. Tendiste una mano amiga a tu enemigo, pues sabías que tu única lucha era sembrar la paz.

Siempre fuiste humilde y escapaste angustiado ante cualquier ostentación, renegaste de las apariencias provocadas e inverosímiles para ser siempre tú. Una persona de palabra, fiel a sus rectos principios.

Tenías ese fascinante poder de atracción que sólo consiguen despertar aquellos que son dueños de enigmáticas historias, sin embargo, la tuya, aunque sencilla, llenó de color las páginas de la nuestra, demostrando así que la humildad es el valor del triunfo. 

Pero un día te fuiste, dejándonos inertes ante un fatídico final abierto, tan inesperado como doloroso. Capítulos jamás escritos que ya no nos permitirían viajar, soñar, descubrir, reír y llorar de la misma manera…

Sé que rehuías de los reconocimientos, pues tu intrínseca afabilidad te impedía abandonar tu aclamado segundo plano, pero yo sé que hubieras entregado tu alma por salvar la de otro. Y te gustará saber que lo que más me reconforta es que nadie te recuerda triste, quizá porque valorabas el humor como la única fórmula capaz de resolver los problemas.

Te marchaste pronto, dejándonos desamparados de tu voz, del brillo intenso de tu mirada, de tu valentía, de ti, pero se quedó la impronta de un héroe, un héroe de verdad, pues te enfrentaste sin armas, ni escudos, ni ningún poder sobrenatural al vibrante, pero magnífico camino de la vida.

Gracias por tu lección.

A veces el mundo está lleno de héroes que pasan inadvertidos, pero cuando conocemos sus historias una nueva aventura se abre ante nuestros ojos.

Con todo nuestro cariño a esas personas que luchan día a día por salir adelante, y afrontar la vida con una gran sonrisa.

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No son conocidos en el mundo, tampoco son Batman ni Superman, no salvan vidas, pero están en la mía. Mis héroes son mis abuelos, unas personas que están ahí, a tu lado, desde el momento en que llegaste al mundo. Ellos te ayudan en todo, y sin duda, están en las buenas y en las malas. Siempre han sido mi mayor apoyo. Al lado de mi abuelo nunca me ha faltado de nada, me ha acompañado donde era necesario, y me encantaba escuchar unas historietas muy graciosas que le gustaba contarme de pequeña. Mi abuelo es mi mayor héroe, pero a su lado también está mi abuela. Ella siempre me ha ayudado en múltiples problemas, desde el más pequeño al más grande. Me ha dado muchísimo cariño y amor, cuando me siento triste me cuenta chistes para poder verme sonreír. Al igual que mi abuelo, ella me ha contado muchas historias, tristes, emotivas, alegres…

Y tengo que añadir que hay algo que a mi abuela la hace ser más heroína de lo que aún es, y es que cuando yo era pequeñita por desgracia mi abuela sufrió cáncer de mama, aunque lo cierto es que siempre afrontó su enfermedad con humor, y ese optimismo la ayudó a sacar fuerzas para seguir adelante con una hermosa sonrisa.

Ellos son mis héroes, a los que no cambiaría por nada.

Laura Pérez Bernabéu, 1ºESO A

Para mí la persona de la que voy a hablar es una auténtica heroína. Se llama Lola, y es como mi segunda madre. De pequeña siempre pasaba el día en su casa, ya que mis padres trabajaban. Hacía muchas cosas por mí: me cambiaba el pañal, aguantaba mis insoportables lloros y cargó conmigo para enseñarme a comer bien. Me encantaba estar con ella. Yo la llamo “tía Lola”, pero técnicamente no es mi tía, sino la de mi madre. Más tarde, cuando nació mi hermano, nos cuidó a los dos.

Hubo un día en el que ella lo pasó fatal. Yo tenía cuatro años y mi hermano unos meses. Ella estaba haciendo una sopa, como a mí me gustaba, entonces se acercó a la olla con mi hermano en brazos, y éste metió la mano dentro y se quemó. Mi madre vino corriendo y lo llevaron al hospital. Mi tía lloraba y lloraba, porque decía que era por su culpa. Desde ese día siempre tapa las ollas cuando está cocinando.

Cuando crecí descubrí que antes de nacer yo, ella había padecido cáncer de mama, una enfermedad que superó gracias a su fuerza de voluntad, aunque con algunas secuelas Yo la quiero muchísimo y para mí ella es toda una heroína.

Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

Si me preguntaran si conozco a algún héroe, yo por supuesto contestaría que sí. ¿Quién no recuerda a Batman o a Spiderman con su traje rojo chillón? Sin embargo, al hacerme esa pregunta me he dado cuenta de que mi respuesta no iba bien encaminada.

Sí, de acuerdo, pueden haber salvado a muchas personas en la ficción, pero son sólo dibujos, los verdaderos héroes quizá no hayan librado grandes batallas, y tal vez cuando pronuncies su nombre nadie los reconocerá, pero no por ello tienen menos mérito. Me refiero a la gente que vive en la calle y sobrevive durmiendo en un suelo duro, a tan sólo dos grados; o a las personas que trabajan como voluntarios en países donde la gente no tiene ni para comer, y lo hacen desinteresadamente.

Pues yo, entre muchas de esas personas he elegido a mi tía. Ella siempre me está cuidando, incluso estos últimos años que no han sido los mejores en su vida. Mi tío murió, y a veces la escucho llorar porque le echa en falta. Mi tía siempre ha sido una de las personas que me han servido como ejemplo, ella nunca se rinde y siempre nos saca una sonrisa. Por eso creo que ella es un héroe, ella ha luchado y es una persona muy fuerte. Ella se lo merece todo.

 Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Mi héroe es mi abuelo. Él nació en una familia humilde de Biar, y vivió en una casita, también de un barrio humilde. En total en la familia eran cuatro hermanos. Pronto mi abuelo y su familia tuvieron que mudarse a Ibi por trabajo. Allí encontraron empleo, y con ello el dinero suficiente para comer y vivir en una casa decente.

Mi abuelo y sus hermanos se pusieron pronto a trabajar y a estudiar para mantener a la familia. Mi abuelo se dedicó a estudiar mucho para sacar las mejores notas, y compaginó sus estudios con su empleo para poder así labrarse un futuro prometedor. Y lo consiguió, pronto se convirtió en el estudiante con mejores calificaciones de toda la Comunidad Valenciana, y también de España, y por eso cada vez que miro esa foto en la estantería de casa de mis abuelos, me acuerdo de su historia. La historia de un joven que después de recibir aquel honor de manos del mismísimo Franco, fundó una empresa juguetera con sus hermanos, se casó con la mujer que amaba, tuvo cuatro hijos que siguen su labor en la fábrica. Y aunque tuvo que atravesar momentos difíciles, la recompensa palió de algún modo el dolor, porque aquellos días tristes se tornaron felices gracias a que ahora tiene siete nietos que le quieren mucho. Y por eso yo: Lucía Valls Hernández puedo decir que me siento orgullosa de llevar el apellido Valls y de preservar en mi interior el deseo de alcanzar mis objetivos, así como superar las dificultades que me ponga la vida.

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Mi héroe no es como cualquier otro héroe. No tiene capa, ni súper poderes, ni ningún otro elemento propio de nuestros héroes de ficción. Pero mi héroe sí tiene valor y esperanza.

Un día tuvo que enfrentarse a la peor de las batallas: el cáncer, pero supo que contaba con la ayuda suficiente para afrontar con fuerza esa enfermedad. Tuvo que mostrar coraje en muchas situaciones, pero eso no le desanimó, ni le impidió que siguiera luchando. Nunca se rindió, luchó hasta el final por obtener su recompensa, alejarse de esa enfermedad que le había robado su libertad.

Nos hizo saber que volver a casa era muy importante, por difícil que esto pudiera ser, pues sabía que su lugar era estar aquí, con nosotras, porque los momentos inolvidables nunca ocurren si no dedicas mucho tiempo para que sucedan, y él dedicó cada minuto y cada segundo a intentar sacarnos sonrisas y disfrutar cada momento con él.

Nunca nos falló, y fue para nosotras un ejemplo de vida.

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Mis padres son para mí las personas más importantes de mi vida, por eso considero que son mis héroes. Desde que nací ellos siempre han estado a mi lado para ayudarme en todo lo necesario. Cuando estaba aprendiendo a ir en bici, ellos siempre me aguantaban antes de que cayera, me traían las cosas cuando se me olvidaban, me han ayudado en los deberes que no entendía, me han tranquilizado cuando he tenido miedo, me han protegido si en algún momento he estado en peligro, me han cuidado y siempre han estado conmigo cuando los he necesitado. Ellos son unas personas muy inteligentes y trabajadoras, y les tengo gran aprecio y admiración, por eso para mí ellos son mis mayores héroes.

Ellos son unas personas muy inteligentes y trabajadoras, y les tengo gran aprecio y admiración, por eso para mí ellos son mis mayores héroes.

Irene Picó Samper, 1ºESO B

En esta redacción os voy a hablar de una persona muy importante para mí, mi abuela… Mi abuela ha sido un gran ejemplo para mí. De pequeña, con tan sólo un año de vida, tuvo que pasar por una operación muy complicada de mandíbula, con tan mala suerte, que le afectó a un tendón y ésta se le deformó un poco para siempre. Estuvo yendo al hospital durante todo un año.

Mi abuela vivía en Alcoy, pero como la empresa donde trabajaba mi abuelo fue trasladada a Bañeres de Mariola, se tuvo que despedir de sus padres y hermanos para marcharse a ese nuevo lugar, renunciando también con ello a las comodidades propias de una ciudad para adaptarse a las circunstancias de un pueblo. De hecho, tenía que ir a lavar al lavadero, ir a coger agua a la fuente. Mi abuela sacó adelante a sus seis hijos, sola y con mucho coraje, ya que mi abuelo murió joven… Todos sus familiares la recordamos como una persona bondadosa, fuerte, valiente y alegre. Es mi heroína porque me hizo ver que aunque la vida a veces puede ser dura, merece la pena, y que todo con esfuerzo se puede conseguir.

Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

Llamamos héroes a aquellas personas con súper poderes, o a aquellas personas que salvan cientos de vidas, aquellas personas conocidas por todos. Creemos que los héroes son aquellos que llevan capa y vuelan, cuando en realidad los verdaderos héroes pasan muchas veces desapercibidos. Como mi abuela, por ejemplo, que puede que no vuele, ni tenga el poder de hacerse invisible, puede que no haya salvado la vida de millones de personas, pero para mí es la heroína más grande del universo. Y como ella, muchas personas, que nunca, jamás, serán conocidas por su valentía, por su esfuerzo o por sus victorias. Al igual que todos nosotros.

Habrá un día en el que nadie recuerde quién fue Einstein, ni ningún otro cantante, actor, periodista… Así que me gustaría dar un pequeño homenaje a todos, a todos los que han pasado por mi vida y a los que pasarán. Porque yo sí los recodaré. Porque por el simple hecho de haberlos conocido ya forman parte de mí, de mi pequeña lista de héroes.

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

A una compañera de mi madre le dijeron que padecía cáncer. Ella se puso entonces muy triste. Tenía previsto un viaje de trabajo, pero no quería ir porque estaba deprimida. Aunque al final se fue, pensó que no debía dejar pasar ninguna experiencia que la vida le pudiera dar, porque el tiempo pasa tan rápido… Se pasó todo el viaje pensando, hasta que al final se dijo a sí misma: ¡no me rendiré! Al volver del viaje empezó con el tratamiento. Después la operaron y estuvo ingresada durante dos meses en el hospital. Un año después volvió feliz al trabajo, y empezó a viajar por toda España.

Yo, por haber demostrado tanto coraje y valentía frente a su enfermedad, por haber luchado incansablemente la considero una verdadera heroína.

Carlos Díaz Carricondo, 1ºESO A

Mi héroe siempre ha sido mi madre. Ella ha estado a mi lado en momentos malos.

Siempre ha curado mis heridas, me ha consolado y cuando he estado enfermo no se ha separado de mí.

Me ha enseñado a hablar y a caminar. Me ha ayudado siempre y por eso es mi heroína.

Jordi Sanz Verdú, 1ºESO A

Si tuviera que decir quién es mi héroe anónimo no podría decidirme por uno solo, porque para mí todos los seres queridos que tengo a mi alrededor son auténticos héroes. Pero en este caso he elegido a mi abuela, ella es para mí la mujer más valiente del mundo por hacer todo lo que hace, nos ha cuidado desde pequeñitos a mi hermano y a mí. De hecho, cuando mi madre se tiene que ir un momento a hacer un recado, siempre viene a mi casa para que no esté sola.

Ella fue la que me hizo ver lo bonita que es la vida. Siempre que estoy mal voy a ella y me da consejos.

Abuela decirte que tú eres para mí una amiga, mi madre y como no, mi abuela. Quiero que sepas que tú me has cuidado mucho, por eso yo estaré para ti, siempre que tengas un problema estaré a tu lado. Te quiero mucho, nunca lo olvides.

Ainara Bautista Bayona, 1ºESO A

Por mi vida han pasado multitud de personas, y todas y cada una de ellas dejó su huella en mi corazón, por el simple hecho de haber aparecido en mi camino. Y hoy quiero hablar de todas ellas.

Yo me considero muy afortunada por tener a mi abuelo conmigo, él me enseñó a sonreír siempre, a pesar de los obstáculos. Para mí es un ejemplo de vida y superación.

Mis amigas. Esas personitas que siempre están ahí cuando las necesito, nunca fallan. Ellas son la razón por la cual me levanto cada día sonriendo. De ellas aprendí que la vida está para compartirla, porque sólo así se disfruta con intensidad.

Todas las personas que han pasado por mi vida son mis héroes, porque todas dejaron algo de ellas y se llevaron consigo algo de mí.

Clara Rivas Boronat, 1ºESO A

Para mí mi héroe es mi abuela. Y lo es por su valentía, porque salió adelante tras la pérdida de mi abuelo, y siempre nos saca una sonrisa a todos. Aunque tiene setenta y dos años jamás tiene pereza para hacer nada, casi nunca se pone enferma, o por lo menos nunca se queja, y por lo tanto no suele ir mucho al médico o al hospital. Es una persona muy activa, todos los días se va a caminar. Me encanta quedarme a dormir en su casa, porque siempre me cuida mucho. La quiero muchísimo.

Lucía Montesinos Medina, 1ºESO A

Para mí un verdadero héroe es mi padre, porque siempre ha estado a mi lado, sigue estándolo y lo estará incondicionalmente, tanto para mí como para toda mi familia. Él me enseñó y me educó, y aun continúa en dicha tarea. Me ayuda en los estudios, y también me da ánimos y consejos para mejorar. Si estará siempre no lo puedo saber, pero lo que sí sé es que deseo que sigamos igual de unidos.

Adrián Pradell Huertas, 1ºESO A

Mis héroes son para mí mis padres, ya que siempre están ahí, apoyándome y diciéndome qué es lo mejor para mí.

Ellos me recuerdan muchas cosas que a veces se me olvidan, y están pendientes para que la pereza no me impida hacer aquello con lo que debo cumplir. A veces llego a pensar que son demasiado insistentes, pero luego me arrepiento y me doy cuenta de que tienen toda la razón, y que debía hacerles caso.

Los padres siempre hacen lo imposible para que estés cómodo y no te falte de nada de lo necesario.

Quizá a veces puedan pecar de sobreprotección, pero eso es porque nos quieren. Y sus pequeños errores, se ven contrarrestados por sus muchísimos aciertos.

Y como dice la canción: “Sólo se vive una vez”. Aprovechad el amor de los padres, porque desgraciadamente no van a poder estar con nosotros siempre.

 Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Mi heroína es mi madre. Ella es una persona muy valiente e importante para mí. Ella me apoya mucho y me ayuda en lo que sea necesario, también quiere lo mejor para nosotras. Nos gusta ir a muchos sitios juntas, por ejemplo al cine, al centro comercial, también hacer deporte, sobre todo en verano. También nos gusta mucho pasear. En resumen, lo daría todo por nosotras. En fin, mi madre es la mejor del mundo.

Inés Mira Pérez, 1ºESO B

El mayor héroe que he conocido ha sido mi abuelo Salvador.

Algunos os preguntaréis el porqué, y os lo diré. Siempre me contaron que mi abuelo, desde bien niño tuvo que enfrentarse a difíciles adversidades, entre otras una delicada enfermedad, que aunque no me gusta mucho mencionar, he de decir que afortunadamente, gracias a su valentía, logró superar, y tuvo después dos hijas y un hijo.

También es un héroe para mí porque cuando era pequeño y lo pasaba mal, él siempre estaba allí ayudándome y apoyándome. Y aunque ahora está en el cielo, sigue y seguirá siendo mi héroe.

Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

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