Vidas intensas, llenas de vericuetos y pronunciadas aristas, de momentos para el dolor y espacio para la risa; luces y sombras entretejiendo los días, días repletos de experiencias, de silencios, de palabras necesarias y otras tantas no dichas. Vidas vividas hasta la extenuación, disfrutadas sin remilgos, ni peros, ni pretextos. Vidas vividas en libertad, amadas y valoradas por el mero hecho de ser, aun con el vacío que dejan las preguntas sin respuesta, que un día, curiosamente, dejaron de doler.
Vidas hechas a fuego lento, a base de efímeros y volátiles segundos, minutos, horas, días y años. Vidas rápidas, momentos eternos. Vidas llenas de sueños, de metas, de esperanzas, de fracasos, de derrotas, de lo que pudo ser y no fue, de lo que fue y no debió ser. Vidas inefables, vidas escarmentadas de aciertos y errores, vapuleadas por el arrepentimiento, y al tiempo, alentadas por la posibilidad de retomar un nuevo rumbo. Vidas, todas ellas únicas, y por ello especiales. Historias que hoy merecen un especial reconocimiento en nuestro blog.
La piel que triunfa en las pasarelas
La modelo Winnie Harlow posando para la marca Desigual
Soraya Aracil y Lucía Montesinos
28/02/17
La canadiense Winnie Harlow ha causado sorpresa en el mundo de la moda, es la primera modelo con vitíligo que ha triunfado en las pasarelas.
Winnie Harlow nació en Toronto (Canadá) en julio de 1994. Su infancia no fue fácil, a los cuatro años de edad se le diagnosticó vitíligo, una enfermedad degenerativa de la piel que causa la muerte de las células responsables de la pigmentación cutánea, creando zonas con piel más blanca. La presencia de dicha despigmentación ha hecho que la historia de Harlow sea un cuento de superación, a pesar de una infancia llena de vejaciones (fue víctima de acoso escolar, algunos niños la llamaban «vaca» o «cebra» por su aspecto) intimidaciones e intentos de suicidio, esta enfermedad no ha impedido que la joven luzca las últimas tendencias en moda, aunque el camino no ha sido fácil. Con solo 22 años esta joven ha conseguido llevar a cabo su gran sueño: ser modelo. Su inusual aspecto es su mayor baza, y Harlow ha sabido aprovecharlo, es una modelo única. Según cuenta ella en varias entrevistas toda esta lucha y sufrimiento sólo ha conseguido que sepa sacarle partido a su belleza y que sea más fuerte ante la sociedad.
Trasladada a California, Winnie consiguió hacer de su enfermedad un rasgo distintivo y se presentó al concurso America’s Next Top Model desde donde saltó a la fama. Nadie en su sano juicio hubiera apostado porque la espigada niña pudiera llegar a ganarse la vida en el mundo de la imagen. Ahora es una modelo cotizadísima y diferente.
Después de contratarla para protagonizar la campaña “La vida es chula” de la firma Desigual, una marca que intenta diferenciarse del resto por ser llamativa y poco convencional, hizo de Harlow su embajadora perfecta: una mujer bella, segura y diferente al resto. A partir de ahí, su carrera profesional emprendió un imparable ascenso y actualmente es un referente internacional en el mundo de la moda, demostrando que su talento y sus aptitudes van mucho más allá de la diferencia que marca su característica piel. A pesar de que la vida de Winnie no fue siempre de color rosa, la exótica maniquí nos ha transferido una gran lección de vida: los límites no los marca, ni impone la enfermedad, sino nosotros mismos si así lo deseamos.
Además de mostrar una actitud y autoestima encomiable, como parte esencial de su particular belleza, la modelo ha hecho que todo aquello que le causó dolor y burla, ahora sea motivo de alabanzas y halagos. Harlow quiere demostrar que es posible triunfar, para ser irremplazable uno debe buscar siempre ser diferente.
Javier Mira, un ejemplo de emprendedor
Javier Mira (derecha), junto a su socio Salvador Martí en la salida de FacePhi al MAB.
Con más de 20 años de experiencia trabajando en diferentes empresas multinacionales, Javier Mira presenta al mundo una nueva empresa con muchas aspiraciones a ser una de las más importantes del mundo.
Jordi Vilaplana Sola
26/02/17
Javier Mira ha trabajado en muchas empresas multinacionales donde ha liderado equipos e implementado estrategias de expansión. Y ahora, tras 20 años trabajando en otras empresas, ha decidido montar junto con su socio una empresa propia, FacePhi, una empresa que se dedica a programar equipos de seguridad en el que sólo se necesita un rostro para acceder a donde queramos entrar.
Pero su historia no comienza aquí, desde que acabó la carrera, (estudió en la universidad Sophia de Tokio), buscó un trabajo en el extranjero para desarrollar sus capacidades ya que aquí, en España, no había puestos de empleo acordes a su formación. Encontró un trabajo en una empresa grande y reconocida en el ámbito mundial. La sede se encontraba en Japón y allí se fue a trabajar. Pasó por varias empresas antes de estar en una de las más importantes a nivel mundial, Fujitsu.
Hace unos años volvió a España para casarse con su esposa y la madre de sus dos hijos, Rosa. Una vez aquí, ya no volvió a salir a buscarse un trabajo fuera, puesto que encontró uno aquí. Después nacieron sus dos hijos, Javi y Sara, y como él dice: “Mis hijos son los amores de mi vida”.
Un día llamó a un amigo suyo de la universidad y le contó su idea de crear una empresa y a éste le entusiasmó, por lo que rápidamente empezaron a recaudar dinero para construirla. Hasta que en 2012 pudieron hacer realidad su sueño. Al principio tuvieron problemas de inversión y estuvieron rozando la bancarrota, pero como el fénix resurge de sus cenizas, ellos también lo hicieron y en tan solo año y medio pasaron a invertir 1 millón de euros. Actualmente, la empresa funciona bien y tienen varios clientes en Sudamérica y en Europa. Pero según dicen sus fundadores: “Estamos dispuestos a romper fronteras y llegar a ser líderes mundiales en biometría”.
Emma Watson, de niña a mujer
Emma Watson durante la charla de la ONU de 2014
Lucía Valls Hernández
26/2/2017
Actualmente, Emma Watson es una de las mujeres más influyentes de todo el planeta, con sólo 26 años ya se ha convertido en un ejemplo a seguir. Porque además de ser una gran actriz, es también embajadora de buena voluntad de la ONU Mujeres, modelo y gran apasionada de la lectura y el estudio. Pero si os parece, empecemos hablando de su carrera como actriz:
Muchos de nosotros ya la conocimos en su día como la simpática e inteligente amiga del joven mago Harry Potter y de su amigo Ron Weasley, en las ocho películas que tratan la inolvidable e histórica saga escrita por J.K Rowling. Papel que le otorgó fama, mucho prestigio y que marcó un antes y un después en su vida. Tras acabar la saga, se le presentaron multitud de nuevos proyectos, tales como Mi semana con Marylin, Las ventajas de ser un marginado, Regresión y Noé entre los más destacados. Pero en lo que respecta a lo personal, Emma estuvo muy centrada en sus estudios, quería dedicarles el máximo tiempo posible, quería estudiar y asistir a la universidad, pero no podía dejar a un lado su carrera. De hecho, ingresó en la universidad, pero tuvo que hacer un breve parón para tres años más tarde, conseguir graduarse en literatura inglesa.
Tras graduarse hizo sus pinitos en la moda, trabajando con grandes marcas y lo más importante, se convirtió en embajadora de buena voluntad de la ONU Mujeres, donde mostró su dedicación y determinación en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, el movimiento He For She, que lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en la sociedad actual.
Durante estos últimos años, Emma parece ser que se ha tomado un pequeño tiempo de descanso, para disfrutar de una de sus mayores pasiones: la lectura, y poder descansar, pero muy pronto la volveremos a ver en la gran pantalla, y una vez más, volverá a sorprendernos con su talento y su enigmática sonrisa.
Francisco Sarabia, gran aficionado a descubrir mundo
Lucía Brotons Sarabia
Domingo 19 de Febrero de 2017
Francisco Sarabia nació en mayo de 1931.
A los cinco años sufrió un trágico acontecimiento que marcaría una gran parte de su vida, “en plena Guerra Nacional murió mi padre dejando a mi madre viuda con 7 hijos, la mayor tenía 11 años.”
Francisco Sarabia luciendo una de sus genuinas sonrisas
En ese momento crítico, su madre decidió meter a dos de sus hermanos y a él en un internado llamado Casa Misericordia de Murcia. “Nos levantaban a las seis de la mañana y a las últimas cinco personas que salían de la habitación les castigaban a limpiar las habitaciones. En aquel momento no existían escobas ni fregonas entonces teníamos que arrodillarnos y limpiar nosotros a mano. Allí estuve hasta los 12 años y cuando terminé ingresé en un seminario, hasta que 18 meses después me expulsaron por tartamudo. ”
Seis años más tarde, Francisco conoció a la mujer de su vida, Josefa “Con 18 años conocí a mi mujer, nos fugamos de casa y nos vinimos a vivir a Ibi, ya que encontré un buen trabajo y me ficharon en el equipo de fútbol ‘Rayo Ibense’. Nos casamos en ese mismo año. Con 19 años tuve a mi primer hijo”. Posteriormente crió a 7 hijos más. Pero, por desgracia, su mujer enfermó gravemente y él solo tuvo que hacerse cargo de sus hijos y de su mujer, quien no se podía mover sin la ayuda de alguien. “Tenía que llevarle a todos los sitios en una silla de ruedas, vestirle, ducharle, hasta darle de comer. Yo apenas salía de casa ya que no tenía tiempo para mí, me dedicaba exclusivamente a mi familia.”
En 2003 falleció su mujer dejándole un gran vacío sentimental, pero con el paso del tiempo se aficionó al senderismo y esta pasión le ayudó a sobrellevar su dolor. “Con 76 años hice el Camino De Santiago, adelgacé 16 kilos y pasé mucha hambre, ya que al llegar tarde al pueblo donde dormíamos, cerraban los bares y no tenía apenas nada de comer en la mochila.”
Hoy Francisco es un hombre que anda una media de 10 kilómetros diarios, disfruta de las pequeñas cosas de la vida y nos transmite pequeños valores morales del día a día.
Más fuerte que nunca
En 2004, a la edad de 59 años, Remedios Manzanero sufrió cáncer de mama. Siempre se encontraba en su caseta que, según ella, era un lugar que le proporcionaba paz y mucha tranquilidad.
Laura Pérez y Laura Salvador
Sábado 18 de Febrero de 2017
Nos encontramos en Ibi, una pequeña ciudad de la provincia de Alicante en la Comunidad Valenciana, son las 11:28 de la mañana y estamos en el acogedor piso de Remedios Manzanero. Está sentada enfrente de nosotras y lista para empezar. Comienza a embarcarnos en su gran historia.
Remedios creció en el seno de una familia muy humilde de Castilla La Mancha, concretamente en Tomelloso, lugar en el que nació. Es la segunda de cuatro hermanos, sus padres no podían permitirse pagar ningún tipo de estudios a ninguno de sus hijos, excepto a la más mayor que, con ayuda de sus padres y su trabajo, pudo estudiar fuera. Remedios ejerció como madre de sus hermanos menores cuidándoles y dándoles de comer mientras que su madre trabajaba muy duro, ella solamente pudo ir al colegio durante cinco meses. Se mudó de Tomelloso a Puerto de Sagunto donde vivió ocho años, hasta que finalmente llegó a Ibi, donde a los 16 años conoció a Emilio Bernabeu, quien a día de hoy es su marido. Fue madre de dos hijos: una chica y un chico, y ahora es abuela de cuatro nietos y se encuentra más feliz y más fuerte que nunca.
Todo empezó con una operación de vesícula en el mes de agosto. Un día, mientras se encontraba en la ducha, notó algo extraño, pero prefirió no darle importancia. Se dirigió a una revisión de la vesícula 22 días después de su operación, en su cabeza rondaba ese extraño bulto y al fin decidió contárselo al médico quien, inmediatamente, decidió realizarle una biopsia para comprobar si era dañino o no. Al cabo de muy pocos días comprobaron que no era bueno, entonces empezó su odisea. Remedios se sometió a una operación compleja. Ella nos aclara que prefiere que le llamen Reme entonces obedecemos y nos dice: «En ningún momento pensé en rendirme, desde el primer día tuve esperanzas y jamás dudé acerca de si debería operarme o no, sino que fui clara en todo momento».
Se sometió a seis sesiones de quimio y a treinta sesiones de radioterapia en Valencia. Reme nos cuenta que conoció a muchas personas a lo largo de esta terrible experiencia y nos dice: «Conocí a un joven de unos 17 años que vivía cerca de un pueblo de Valencia, yo estaba acostada en una camilla dentro de la ambulancia, porque al ser más mayor tenía preferencia, pero no soporté ver ese dolor reflejado en su cara entonces no dudé en cederle mi camilla, a pesar de que los médicos no me dejasen, pude salirme con la mía y sentarme yo en el sitio de aquel joven. Recuerdo que me miraba como si hubiese hecho una especie de milagro y no paraba de agradecérmelo y me decía que quería rendirse, que no soportaba más ese dolor, me alarmé como una loca y le dije: Las personas no se rinden, las personas luchamos y afrontamos cualquier cosa que se interponga en nuestro camino, mírate, yo sé que podrás y mi gran fórmula para enfrentarme a cada día de lucha es sonreír, ayudar, y sobre todo, quererme, así que nunca más te atrevas a decir que quieres rendirte porque eres grande. Recuerdo esas palabras constantemente y ese joven, como bien yo sabía, pudo salvarse y vino a buscarme para darme fuerzas, aunque no las necesitaba».
Reme afirma que incluso ella tenía más esperanzas en recuperarse que su familia, una de las cosas que le hacía sonreír y seguir adelante era su primera nieta Laura, quien por entonces tenía dos años de edad y siempre sabía cómo decir alguna tontería para hacerla reír en sus peores días, añade que era una niña con mucha labia y muy alegre, con sólo dos años sabía hablar bastante bien y le animaba con cualquier cosa. «Al fin y al cabo comprobé que es verdad que las personas o las cosas más pequeñitas ayudan mucho y nos enseñan las lecciones más grandes»-añade Reme.
Los peores días eran los que pasaba en el hospital, no soportaba ver a todas las personas cabizbajas que se encontraban a su alrededor, hacía que sus ánimos bajasen, pero nos informa que ella siempre les ayudaba dándoles consejos, contándoles historias e incluso un día les bailó y cantó para ver cómo reían un rato.
Al fin, un día consiguió salir y ese cáncer fue eliminado de ella de manera impecable. «Di una lección tanto a mi familia como a mis amigos y a todas las personas que conocí, supe afrontar todo esto desde el primer momento. Le debo todo a mi familia y amigos, pero en especial a mi madre, a la que no existe un día en el que no la añore».-nos comenta Reme.
Ya cuando salió del cáncer, en el año 2012 recibió una de las peores noticias de su vida, a su hermana menor, Pilar, le detectaron un terrible cáncer linfático, pero no se vino abajo y la acompañó a cada una de sus revisiones, operaciones y quimios. Siempre, tanto ella como su hermana, se mantuvieron con una sonrisa dibujada en la cara. Actualmente las dos lo recuerdan y se describen a sí mismas como personas fuertes.
A día de hoy se considera la persona más feliz del mundo, aun habiendo pasado por esta grave enfermedad, está orgullosa de tener a sus cuatro nietos y a sus hijos sanos, al igual que a su marido y hermanos y amigos. Sale a caminar casi todos los días, se pone música en casa y disfruta de ligeros bailes cuando se aburre, y siempre intenta estar lo más cerca posible de sus nietos e hijos. Nos reconoce que su marido es una persona esencial en su día a día.
Finalmente Reme nos dice: «Cada persona de este mundo que esté pasando por lo que yo pasé, les aconsejó que levanten la cabeza, que sean positivos, cojan fuerzas de su propia voluntad y que se quieran a ellos mismos, sin olvidar que deben vivir cada día como si fuese el último. Todos podemos contra el cáncer».
Un sueño hecho realidad
Oprah Winfrey posa ante las cámaras con su primer Emmy a finales de los 80.
En Los Ángeles todo el mundo camina apresuradamente, la brisa de verano sopla y hace que las famosas palmeras californianas dancen al son del mar. Oprah Winfrey (Misisipi, 1954) toma asiento en su familiar sillón a la espera de la señal de los colegas de producción, la cual alerta el final de los anuncios. Este ritual se convierte en la rutina diaria de Oprah, que se siente orgullosa de poder dar vida al éxito televisivo ‘The Oprah Winfrey Show’.
Silvia Casanova Llinares
Martes 23 de febrero de 2017
Winfrey nació en Misisipi el 29 de enero de 1954. Junto con su madre soltera y su abuela creció humildemente empapándose de experiencia y sabiduría, ya que a los 6 años tuvo que afrontar una de las peores etapas de su vida. Sufrió abusos físicos y psíquicos que convirtieron su día a día en un completo caos. Su situación era tan mala que a los trece años decidió escaparse de casa. “Yo quería mucho a mi madre y a mi abuela, pero lo hice porque sabía que cuando me arrestaran me llevarían con mi padre lejos de la ciudad donde mi infancia acabó”.
Y así fue, en Nashville junto a su padre, un dócil barbero, Oprah supo superar su infancia traumática. A los 19 años empezó a adentrarse en el mundo de la comunicación trabajando como reportera en una estación de radio de Nashville y, posteriormente, entró en la Universidad de Tenesse, donde afortunadamente ganó diversos concursos de belleza.
Cuando cumplió los 22 años, Winfrey se trasladó a Baltimore, donde se le planteó una oferta que no pudo rechazar, presentar un programa de televisión, ‘People are talking’. Su primera aventura en la pequeña pantalla se prolongó ocho años, en gran parte gracias a su especial habilidad ante la cámara. “Yo, sin duda, siempre fui una chica muy extrovertida, me gustaba y me gusta interactuar con la gente, ya que sentía que al escuchar sus historias no era la única que había sufrido en un pasado, ahora lo hago por vocación y devoción”.
Al cumplir los 30 años la carrera profesional de Oprah dio un gran paso adelante. La WSL-TV de Chicago la contrató para presentar su propio programa matinal, el ’A.M. Chicago’. En un corto período de tiempo consiguió ella sola colocar su talk show en el número 1 del ranking de audiencias. La verdadera razón del éxito de este programa fue su presentadora y esto se vio reflejado en septiembre de 1985, cuando el ‘A.M. Chicago’ se convirtió en ‘The Oprah Winfrey Show’. “Aquel día no podía ocultar la felicidad que sentía en mí, el programa se convirtió en algo totalmente mío y ahí fue cuando me di cuenta de que mi sueño de infancia, mi meta en la vida se había cumplido, estaba sumergida en un sueño profundo del que hasta el momento no he despertado”.
Unos años después ganó su primer Emmy debido a los más de 30 millones de espectadores que seguían fieles a su programa. La figura de Oprah Winfrey y su récord de longevidad en pantalla otorgaron a este programa un gran prestigio, tanto que los personajes más famosos del mundo pasaron sin dudar por su plató para enfrentarse a las mil y una preguntas de Winfrey.
Además de ser una excelente profesional, Oprah también es una mujer concienciada con los problemas sociales. Su niñez la ha sensibilizado y no ha dudado en involucrarse en diferentes organizaciones, tanto benéficas como de concienciación social. En 1991 llevó a cabo una campaña a favor de la creación de una base de datos a nivel de todo Estados Unidos donde poder registrar los datos de abusadores de niños. Este proyecto se transformó en la ley conocida como Oprah-Bill, hecha realidad en 1993 bajo la presidencia de Bill Clinton.
“Empecé dando las gracias por las cosas pequeñas, y cuánto más agradecida estaba, más aumentaba mi recompensa. Eso es porque aquello en lo que te concentras se expande, y cuando te concentras en lo bueno de la vida creas más. Las oportunidades, las relaciones e incluso el dinero empezaron a fluir en mi camino cuando aprendí a agradecer todo lo que me sucedía en la vida”.
Helena Bonham Carter: La locura personificada
Helena Bonham Carter en los Premios Óscar de 2011
Con 51 años, la actriz ha conseguido dos nominaciones a los premios Óscar, siete nominaciones a los Globo de Oro y ha ganado un Premio Emmy, entre otros. Londinense de nacimiento, Bonham Carter sigue debutando en distintas películas.
Carlos Asensio Alal
23/02/17
Como acostumbra a hacer la mayoría de los días, Helena se traslada a su estudio de grabación con espíritu efusivo y emprendedor. Entra en su backstage y se deja maquillar. En unos instantes, Helena ya es otra persona.“Mis personajes suelen ser muy distintos, locos y extrovertidos” declara Bonham Carter.
Helena fue en cierto modo huérfana de padres, ya que ambos sufrieron graves enfermedades mientas ella era una adolescente. A los 20 años, Helena consiguió su estrellato en Una habitación con vistas (1986). Éxito que la encumbró en el séptimo arte, el cine.
Bonham Carter ha participado en conocidos largometrajes como: Hamlet (1990), Dancing Queen (1993), Merlín (1998) (nominada a los Globos de Oro como mejor actriz de reparto de miniserie), Charlie y la fábrica de Chocolate (2005), Los miserables (2012), entre otras…
En el film Sweeney Todd (2007) interpretó a la Sra. Lovett. “Creo que es totalmente amoral. Está llena de energía, de vida, es una superviviente. Es tan entusiasta y vital…” Helena Bonham Carter compartió este film con su amigo y compañero de trabajo Johnny Depp. “Él trabaja muy bien, se adapta a cualquier personaje y es muy entusiasta” declaró Helena. Fue nominada a los Globos de Oro por su papel en la comedia-musical, nominada a mejor actriz por los Premios Saturn y ganó un Premio Empire a mejor actriz por su interpretación.
Bonham Carter como la Sra. Lovett en Sweeney Todd
Desde el 2006 hasta el 2011, Bonham Carter debutó en la saga de películas Harry Potter como Bellatrix Lestrange (Harry Potter y la Orden del Fénix, Harry Potter y el misterio del príncipe, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte – Parte 1 y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte – Parte 2), una mortífaga loca por haber estado en la cárcel de los magos y que ayuda al antagonista principal, Lord Voldermort. “Es obvio que tiene un desorden de personalidad” afirmó riéndose. “Aprovecho cada momento que tengo y, si puedo improviso, siempre me divirtió crear el aspecto de ella.Me dieron ropas en forma de saco, pero pensé, debo ser más sensual y las cambié por otras”. Explicaba mientras se reía…
Carter como Bellatrix Lestrange
En 2009, el gran director de cine Tim Burton, estrenó Alicia en el País de las Maravillas con Helena como la Reina Roja. “Es un placer trabajar con Tim Burton, como director es un hombre fantástico y loco, y como marido es un hombre muy especial” compartió Helena. Tuvo con él dos hijos Billy y Nell. En 2014 decidieron separase.
En 2010 debutó en El discurso del rey alabada por la crítica. “Es un punto de vista muy emocional e íntimo y que tuvo un gran impacto nacional e internacional. Además no creo que la generación de hoy conozca esto. Yo interpreto a la Reina Madre, Isabel, y sin mi ayuda, él no lo hubiera conseguido” declaró Carter. Fue nominada a mejor actriz de reparto en los Premios Óscar y en los Globos de Oro. Fue ganadora de un premio BAFTA a mejor actriz y fue nominada a mejor actriz en los Premios Empire.
Helena Bonham Carter en El discurso del Rey
Helena Bonham Carter sigue disfrutando de su oficio como actriz, compaginando su vida profesional y su vida personal. “No me tomo las cosas tan a pecho y mi vida es más rica” explica con tranquilidad. “Las cosas buenas llegan a las personas que saben esperar”. Ella empezó en pequeñas series de televisión y ahora es una actriz muy solicitada por los mejores cineastas… “¿Por qué ser normal cuándo puedes ser única?” se pregunta Bonham Carter…
Toni Abadía, una historia de superación en Río 2016
“Me negaba a tener que despedirme de mi sueño sin ni siquiera haber comenzado. Me llegué a plantear muy seriamente si debía correr. Finalmente, tras meditarlo bien, decidí tomar la salida sin realmente saber si prodía finalizarla.”
Lucía Tárraga Romero
23/02/17
Cada cuatro años, los Juegos Olímpicos nos dejan un sinfín de momentos para recodar, algunos dulces como la conquista del podio olímpico por parte de muchos de los deportistas españoles y otros no tan dulces, pero que a veces terminan con un final feliz. En Río 2016, el atleta zaragozano Toni Abadía, que no estaba dispuesto a renunciar a su sueño olímpico, disputó la prueba de 5.000 metros con piedras en la vesícula.
Abadía, a falta de las Olimpiadas, concluía una temporada inmejorable. Reciente campeón de España en todos los terrenos (cross, ruta, pista), mejores marcas personales, bronce europeo en 10.000 metros y mínima olímpica con mejor marca personal en 5.000 metros. Todo parecía apuntar a que este atleta de 26 años llegaba a Río en su mejor momento y dispuesto a pelear por un puesto en la final, pero unas molestias, que desencadenarían en unas piedras en la vesícula, truncaban sus opciones de final, pero, no así su decisión de correr su prueba olímpica.
Toni Abadía en los Juegos Olímpicos de Río 2016
Le gustaría volver a conseguir una medalla en un campeonato internacional, seguir mejorando las marcas que acreditó y, sobre todo, poder acudir a un par de Juegos Olímpicos más. A pesar de todo él seguirá luchando. «Mi sueño era llegar a la final, había entrenado muy bien y había llegado en el mejor momento de la temporada. El dominio africano en esta disciplina hacía que fuera un objetivo ambicioso, pero iba a poder tener ciertas opciones en función de cómo se desarrollasen las semifinales.»
«Me quedo con el cariño de toda la gente que me lo ha demostrado cuando más lo necesitaba.» Durante todo su debut Abadía contó con el apoyo de su familia, y especialmente el de su madre.
Se negaba a tener que despedirse de su sueño sin ni siquiera haber comenzado. Se llegó a plantear muy seriamente si debía correr pero, finalmente tras meditarlo bien, decidió tomar la salida sin realmente saber si podría finalizar la prueba.
Probablemente el hecho de saber que desde que era pequeño había deseado ese momento le animó seguir corriendo hasta el final de la prueba. Las fuerzas no acompañaban y trataba de pensar lo menos posible en el desarrollo de la carrera ya que iba totalmente sacado de ritmo y con la única aspiración de llegar a meta.
Fue una sensación agridulce para Abadía, tal y como la describió «Una sensación de ahogo horrible. Además estaba envuelto en sudor y apenas podía correr un metro más, pero estaba moderadamente contento de haber podido finalizar mis Juegos Olímpicos.«
Abadía después de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río
Los días posteriores comenzaron las malas sensaciones, el malestar y la asfixia era cada vez mayor hasta llegar a tener que ser trasladado al centro policlínico de la Villa Olímpica. Tras realizarse las pruebas médicas y no conseguir acertar con el diagnóstico, le trasladaron al hospital más cercano, y allí le diagnosticaron finalmente el cólico biliar de vesícula. «Quería que todo terminase cuanto antes y poder estar en casa con mi gente. La espera se hizo más larga de lo esperado.»
Tras llegar a España confirmaron el pronóstico dado en Río, se dispusieron a operarle a la mayor brevedad, de manera que a la semana de llegar a España pasó por quirófano.
«La operación parece prácticamente olvidada. Prácticamente ya entreno con total normalidad, aunque de vez en cuando hay ligeras molestias que van desapareciendo.»
Abadía está llevando a cabo su recuperación perfectamente, aunque al principio sufrió un poco más. «Los primeros días fueron muy duros porque te ves muy incapacitado para hacer cualquier cosa, como levantarte de la cama y andar, pero he evolucionado muy bien y la verdad es que tengo unas ganas enormes de recuperarme del todo y poder sentirme competitivo.»
Tanto barrios de su ciudad, como entidades organizativas y clubes deportivos han destacado su labor deportiva; una trayectoria que le ha llevado a estar en los juegos olímpicos de Río. Evidentemente como atleta y deportista local, para Abadía es un auténtico orgullo recibir todo este tipo de reconocimientos.
Todo el apoyo de su familia, seguidores, amigos, se podría resumir en una palabra vital.
«Muchas veces no nos damos cuenta ni agradecemos todo lo que hace nuestro entorno más cercano por nosotros, pero lo cierto es que jamás hubiese llegado donde he llegado si no fuera por ellos, nunca podré estar lo suficientemente agradecido.»
Toni Abadía en la entrega de medallas de Río
A corto plazo no se plantea todavía un objetivo, pero en marzo es el campeonato de España y le gustaría poder acumular su tercer título consecutivo, y está trabajando desde hoy para ello.
Le encantaría estar en Tokio 2020 y es su gran objetivo a largo plazo, ya sabe cuál es la línea a seguir, sólo queda extremar las precauciones y demostrar que puede llegar a una gran cita en unas condiciones óptimas.
Kyle Maynard: En la pista y en la vida, un luchador
Kyle Maynard hace de modelo de Nike
Kyle Maynard, nacido en Georgia en 1986, es un joven estadounidense que sufre desde pequeño un trastorno genético muy raro, llamado amputación congénita, enfermedad por la cual nació sin codos ni rodillas.
Ainara Bautista y Claudia Hidalgo
22/02/17
Desde pequeño el padre de Kyle nunca le dio las condiciones que necesitaba, como adaptar la casa a sus necesidades, porque según su padre tenía que acostumbrarse a realizar la vida que se iba a encontrar.
Desde pequeño tuvo una vida muy dura, pero fue superándose a sí mismo día a día. “Voy a salir a intentar cosas que la gente piensa que no puedo hacer. Pero yo sé que sí puedo.”
6 de enero de 2012, subida al Kilimanjaro:
Con casi 30 años, Kyle se enfrenta ahora mismo al mayor de sus retos: subir a la cumbre del Aconcagua. Con 6.960 metro de altura. Kyle lleva 20 días subiendo la montaña para conseguir llegar a la cima. “Voy a ser el primer cuádruple amputado que hace cumbre en el Aconcagua, aunque también tengo que decir que seré el escalador que más lento ha subido esta montaña. Curioso, porque coincidiré en el ataque a cumbre con la mujer que más rápido ha ascendido (Fernanda Maciel, que hoy mismo ha batido el récord y ya está de regreso en el campo base) y el que más despacio va a hacer lo mismo.” Kyle hizo cumbre el domingo por la tarde y el lunes por la tarde estaba ya de regreso.
Kyle Maynard subiendo al Kilimanjaro
Campeón de lucha libre:
Desde niño soñaba con competir en lucha libre. Aunque mucha gente lo daba por imposible, él nunca se rindió. Durante el primer año y medio, Kyle Maynard perdió todos los combates en los que participó, aun así no se rindió ni dejó de trabajar para mejorar e intentar conseguir aquello que se había propuesto. Acabó siendo campeón de lucha libre en su peso en el Estado de Georgia, y uno de los mejores luchadores de Estados Unidos.
Kyle Maynard en lucha libre
Javier Gómez Noya, el hombre de hierro
Foto: ITU WORLD TRIATHLON
MIÉRCOLES 22 DE FEBRERO DE 2017
Con 33 años ha sido nueve veces número uno mundial, según la Unión Internacional de Triatlón, cinco veces campeón mundial, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y cuatro veces campeón de Europa.
Pepe Fernández y Daniel Amorós
7:00 de la mañana. Un día soleado, tranquilo, sin precipitaciones, en la ciudad de Barcelona, apenas hay personas por las calles y Javier Gómez (Basilea, 1983) decide enfundarse su maillot, coge la bicicleta y empieza a pedalear dirección Tibidabo. 2 horas después se pone el neopreno y se tira al agua a empezar su entrenamiento diario de natación. 3 horas más tarde se coloca sus zapatillas de correr y empieza la última sesión de entrenamiento del día. “El triatlón es un deporte donde el sufrimiento está asegurado al 100%. Juegan muchos factores y durante las carreras hay veces que te quieres rendir por cansancio. Este deporte requiere entrenamiento, sacrifico y superación”, detalla Javier al acabar su entrenamiento.
Javier Gómez ya no es el niño que hace 20 años fue, aunque ya de pequeño la perseverancia y el sacrificio eran factores que influían en su vida. A los 11 años dejó de practicar el fútbol, que era el deporte que practicaba hasta entonces, y un amigo lo animó a practicar el triatlón.Debutó en el triatlón olímpico de Castropol (Asturias), con 15 años, sin entrenar apenas los segmentos de bici y carrera a pie, y a pesar de ello quedó en segunda posición en categoría juvenil. EL triatleta afirma “Considero que ese año fue uno de los más especiales de mi vida”.
“Hasta los 11 años sólo había practicado fútbol, y un amigo me animó a practicar triatlón. En ese momento conocí a mi primer entrenador, José Rioseco, con el que conseguí numerosos títulos de campeón gallego en categorías infantil, junior y absoluto en pruebas de crol (200, 400 y 1500m) y estilos (200 y 400m) y fui finalista en campeonatos de España en diferentes categorías”.
En diciembre de 1999, en una concentración con la selección española juvenil en Madrid, los médicos del Consejo Superior de Deportes (CSD) le detectan una anomalía cardiaca. En junio de 2000, participó en su primera competición internacional, el Campeonato de Europa juvenil por equipos, en Hungría.Con el apoyo de especialistas en cardiología de todo el mundo intenta recuperar su licencia internacional y, mientras, gana los Campeonatos de España de duatlón y triatlón, tanto en categoría junior como sub 23, y gracias a un error administrativo participa en el Campeonato de Europa junior de duatlón, aunque se le mantuvo la licencia retirada.Nos cuenta, “Fue una auténtica locura y hubo muchos nervios y estrés, pero una gran experiencia sin duda alguna”.
En noviembre de 2003, Noya recuperó la licencia tres semanas antes de participar en el Campeonato del Mundo sub 23. Después de tres semanas de entrenamiento acudió a Nueva Zelanda y ganó la competición.
En 2004 Noya intentó acudir a los Juegos Olímpicos de Atenas. Para ello dejó sus estudios y viajó a Pontevedra para entrenar. Debutó en la Copa del Mundo en Tongyeong (Corea del Sur) logrando el cuarto puesto final.
En 2008, en su primera competición internacional, se impuso en la Copa de África de Triatlón, disputada en Bloemfontein (Sudáfrica). Al mes siguiente, en marzo, disputó la primera prueba de la Copa del Mundo, en Mooloolaba (Australia), donde venció claramente con un tiempo de 1 hora, 49 minutos y 50 segundos al australiano Brad Kahlefeldt, “Fue todo inesperado, ya que habían deportistas de mucho nivel, y aunque era candidato para ganar no me lo esperaba por nada del mundo, fue increíble, nunca lo olvidaré”.
Lo más importante del 2012 era la disputa de los Juegos Olímpicos de Londres. Llegó a esta competición tras quedar segundo en Hamburgo. Tras darse comienzo a la prueba, se puso en cabeza y salió del agua en segundo lugar. Tras la sección ciclista seguía estando junto a los favoritos, pero en la carrera a pie Alistair Brownlee le aventajó en once segundos, siendo finalmente medalla de plata. Javier afirma, “Esto fue algo más que un sueño, nunca lo olvidaré”.
En junio de 2016 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias del Deporte.
Mientras realizaba sus entrenamientos de cara a los Juegos Olímpicos de Río sufrió una caída en bicicleta y se fracturó el brazo, por lo que tuvo que renunciar a su participación.
Por último Javier dice, “No voy a parar de entrenar ni un minuto y que se preparen en los próximos JJ.OO que me toca a mí”.