Historias

Cuántas veces hemos pasado por delante de ese letrero…Hubo días en los que lo observamos pormenorizadamente, mientras esperábamos a alguien, desde el coche parados ante aquel semáforo que nunca parece ponerse en verde, una tarde de domingo cuando paseábamos sin rumbo fijo…y así, de forma casual, reparamos en sus colores, que contrastaban con la sobriedad de sus letras, sonreímos ante el ingenioso juego de palabras, y sentimos cierta curiosidad por saber que se escondía tras aquellas siglas…Ajenos a la historia que se escondía tras su anodina apariencia. Él continúa ahí, y probablemente, si las cosas no cambian, seguirá estándolo, pétreo ante nuestra mirada y la de todos los viandantes que algún día lo observaron al pasar.

Como lo seguirá estando ese museo que visitamos de niños y al que, desafortunadamente, ya no hemos vuelto, aun a pesar de que aquella mañana nos pareció el lugar más fascinante de todo el universo.

Como cada tarde, si las circunstancias no lo impiden, regresará a nuestros oídos el sonido dulce y melódico del inconfundible piano de cola que, desde hace un año, le devolvió la juventud a nuestro edificio.

Como cada noche, nuestra luz se apagará antes que la de nuestra vecina, cuya sombra seguirá tejiendo y tejiendo hasta bien entrado el amanecer. Piezas únicas de un valor incalculable que algún día cubrirán de belleza otra piel.

Y como parte de esa rutina que hace grande la vida, con cada nuevo despertar los sueños y las esperanzas de millones de personas empezarán con ilusión el día. Algunos de esos designios, muchos quizá, no llegarán al ocaso; pero otros, muchos también, seguirán firmes a su propósito y aguardarán con paciencia y entusiasmo su momento, cuando al fin puedan convertirse en realidad.

Cada noche, cuando el sol se desvanezca definitivamente, infinitas historias como infinitas son las estrellas del cielo, descansarán en el interior de cada corazón, hasta que tal vez un día, nadie sabe ni cuándo, ni dónde, se conviertan en fuente de inspiración.

Ellos, pequeños-grandes periodistas, cogieron su cámara y tomaron el sendero que sólo están dispuestos a cruzar los auténticos aventureros, y por el impredecible trayecto esto fue lo que encontraron…

Porque nunca lo olviden amigos, aunque las paredes no hablen, algunos sueños no se hagan oír y los más altos muros custodien hermosos secretos, no hay historia que se le resista a estos buscadores de realidad. ¡Disfrútenlas!

Nacho Guerrero y Javir Latorre, 2ºESO A

Clara Rivas y Carla Valero, 2ºESO B

Lucía Brotons, Silvia Casanova y Lucía Montesinos, 2ºESO A

Aitana Palao y Lucía Valls, 2ºESO B

Laura Salvador y Lucía Tárraga, 2ºESO A

Inés Mira y Matilde Reig, 2ºESO B

Daniel Amorós y Luis García, 2ºESO B

José Martínez y Carlos Reche, 2ºESO B

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