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Historias de misterio…

Sí, reconozcámoslo, nos intriga el misterio, éste siempre nos acaba atrayendo con su magnetismo y su fuerte personalidad por mucho que queramos resistirnos. Nos hace pensar, nos invita casi instintivamente a crear cábalas, conjeturas y atar cabos que, repentinamente, se desmontan ante nuestros ojos gracias a un sugerente e inesperado giro argumental que lo pone todo patas arriba. No importa que seamos unos románticos, que nos declaremos unos fanáticos de la comedia, porque es imposible no sucumbir a una historia con altas dosis de este poder esencial.

Hay algo en él…será quizá por su inescrutable carácter, por su capacidad para provocarnos escalofríos, por ese aire enigmático que siempre lo acompaña y le hace tan interesante, será porque siempre nos sabe a poco y nos deja con ganas de más, porque deja la puerta abierta a nuevos e inquietantes interrogantes, sin dar carpetazo a cuestiones por resolver. Será porque es una fuente inagotable de sorpresas y su originalidad se pierde en un horizonte que no termina.

Será sencillamente porque al pronunciar su nombre, todos queremos saber más…

Si quieren disfrutar de una noche diferente, atrévanse a leer los relatos de nuestros alumnos de 1ºESO…

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El Secreto del Pueblo

Por Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Nuestro pueblo, pintoresco y plácido como siempre, guardaba celosamente un secreto que aún nadie había osado descubrir. Sin embargo, todo el mundo sentía la inmensa curiosidad de saber cuál era. Pero, por nuestra cobardía, dice la profecía, no habíamos de temer, pues alguien lo desvelará alguna vez…

Por ahora no hay fratricidios, pero no esperemos mucho que pronto los habrá por ese repulsivo secreto. Pues en esta historia hay perdedores como también ganadores.

Esto empezó un día de abril de 1746, un día frio y tranquilo, pero no por mucho tiempo. Ese mismo día llegó un hombre de capa negra y de rostro desconocido, se puso en una roca alta de la antigua plaza y comenzó a contar que un secreto guardado durante mucho tiempo había en nuestro calmado pueblo, pues así era hasta ese entonces: nuestro calmado pueblo, antes de que ese hombre nombrara lo del secreto. Todo el pueblo se alteró y todo el mundo empezó a preocuparse.

Ese año hubo desgracias y tragedias por el absurdo secreto. Pero no sólo eso, la gente se volvió perturbada por el secreto, pues hasta los más ricos supieron de su hostil existencia.

Ese misterioso secreto puso en peligro la vida de muchas familias, pues los hombres se marchaban en busca de respuestas, y cuando volvían el pueblo estaba desmadrado porque no había nadie que se encargara de los oficios.

Al año siguiente el misterioso hombre sin rosto volvió a nuestro alterado pueblo, volvió a subirse a la roca y contó que el secreto era… Pero éste ya nunca se supo, pues en dicho momento un hombre arrojó un fardo contra él, porque ese ciudadano, al igual que todo el mundo, estaba harto de ese repulsivo secreto, ya que había traído demasiadas desgracias a ese tranquilo pueblo.

El secreto nunca se desveló, se quedó para siempre en el interior de ese hombre sin rostro que arrojaron al mar.

La Mansión

Por Inés Mira Pérez, 1ºESO B

Era un día lluvioso, caía una gran tormenta y los rayos alumbraban el cielo. No era un día cualquiera, era especialmente tenebroso. En una antigua mansión abandonada, justo en frente de mi casa, pasaban muchas cosas extrañas, por la noche las luces se encendían sin más y por la mañana éstas se apagaban y se escuchaban unos gritos espeluznantes de personas, que al perecer un día se adentraron en la mansión y ya nunca volvieron a salir de ella. Nadie podía explicar lo que allí pasaba. Así que mi amiga y yo nos preparamos para entrar en la mansión y descubrir qué gran misterio se escondía en el interior de aquella vieja casa.

Ya en la planta principal empezamos a buscar y a investigar, pero no encontramos nada, así que subimos a la primera planta, y fue entonces cuando le perdí la pista a mi amiga. Yo fui la única que sobreviví, pero ahora no me encuentro muy bien, aunque sigo con vida. Otros que también se salvaron, contaron lo que vieron…Al parecer, las sombras de los espíritus de quienes fueron los amos de la mansión, que fueron maldecidos. Ahora la mansión se ha derrumbado, pero la zona sigue conservando ese halo de inquietante misterio terrorífico.

Un lugar extraño

Por Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

De esa noche sólo recuerdo que me acosté sobre las diez y media en mi cama, y cuando me desperté estaba aquí. No sé cómo paso, ni en qué momento ocurrió, no me explico de qué manera llegué hasta aquí. Este es un lugar que todo el mundo conoce, es un lugar lleno de personas maravillosas, se pasean tranquilamente en torno a los pilares de este sitio tan extraño, con una sonrisa de oreja a oreja. Aquí todo el mundo es muy feliz, y no necesitan cosas materiales paraserlo.

Por mi parte, yo seguía pensando en cómo podría haber llegado hasta aquí, no sabía muy bien en qué consistía mi misión, parecía no encajar en aquel mundo. Miré entonces a una mujer que se acercaba hacia mí, intenté pasar desapercibida, pero seguía mirándome y cada vez estaba más cerca. Me preguntó si necesitaba ayuda, yo, con miedo, le susurré que sí. Me pidió que le siguiera hasta una especie de cine. Allí me dijo que me sentara y mirara hacia la pantalla. En ese momento me vi a mí, estaba durmiendo en mi cama, no entendía nada, ¿qué estaba pasando? Empecé a asustarme, seguí mirando y vi como alguien entraba por mi ventana muy sigilosamente, el corazón se me aceleró, pero tenía mucha intriga por ver cómo había llegado hasta aquí. Aquel hombre vestido de negro, sacó una especie de arma y me arrebató el alma. Ya lo entendía todo, este lugar se llamaba cielo. No era como en las películas, ni en los libros, era mucho mejor.

Llevo dos años y medio en el cielo. Desde aquí arriba se ve a la gente de la tierra sufriendo, y me gustaría mucho poder ayudarles y decirles que vivan, que aprovechen el momento.

Sueño…

Por Nacho Guerrero Ferri, 1ºESO A

El otro día al acostarme me acordé de una fotografía que me habían enviado unas horas antes. Se trataba de la típica imagen que te invita a seguir una cadena, y decía algo así como: “encuentra el tigre y mándalo a tres grupos distintos”, porque sino a las cuatro de la madrugada recibirás la visita de la niña del exorcista. Lejos de asustarme, pensé que eso era una tontería, que era mentira, ¡cómo iba a aparecer la niña del exorcista! Yo no lo envié, pero mucha gente sí lo hizo.

Cuando me fui a dormir soñé que hacía un montón de cosas divertidas, como jugar al fútbol con los amigos y muchas otras actividades fascinantes. Al final del sueño estaba montado en parapente, cuando de pronto, éste se rompía y caía al vacío, fue entonces cuando me desperté. Miré la hora y, curiosamente, eran las cuatro de la madrugada, y puntual a su cita apareció la famosa niña del exorcista, pero como estaba tan casado, pensé que lo estaba soñando o que era imaginación mía y me volví a dormir.

Diario de un espía…

Por Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

26 Noviembre de 1966

Era una noche oscura, en el callejón no se veía nada, pero todo parecía tranquilo, hasta que de pronto escuché un chillido, parecía de Angelín y di un salto cayendo de la cama al suelo. Me asomé por la ventana y vi a un hombre con un pasamontañas arrastrando algo, ¡era un cuerpo!, ¡Angelín! No me lo pensé dos veces, lo seguí en compañía de mi perro Wilwour, y éste me condujo hasta una choza abandonada, entré en ella después de que lo hiciera aquel misterioso hombre, pero no había nadie. Vi una alfombra muy sospechosa, la levanté y allí encontré una trampilla. Wilwour salió corriendo repentinamente y lo seguí. Pero al parecer, atenazado por el miedo, lo que hizo fue regresar a casa.

27 Noviembre de 1966

Volví a la choza a la mañana siguiente y salté entonces al interior de la trampilla. Allí escuché a Angelín y seguí el rastro rojo que había en el suelo hasta que éste terminó, y me di cuenta de que era salsa de tomate, ¿para qué serviría? Lo último que oí fue cuando me nombró: “¡Nereo, Nereo, sálvame!”, y Wilwour empezó a tirarme de la correa, había olisqueado algo. De pronto paró y se escondió detrás de mí, lo cogí en brazos y lo llevé conmigo. Llegué a una habitación alumbrada por una sola bombilla, Angelín tenía cinta aislante cubriéndole los labios, fui a quitársela, pero sin quererlo me había metido en la boca del lobo, y el hombre encapuchado me puso un pañuelo en la boca sobre el que había vertido algo que me hizo caer en un profundo sueño.

28 Noviembre de 1966

Me desperté sentado en una silla, y pegada a mí se encontraba Angelín. El culpable del secuestro era mi antiguo mayordomo Jacob, al que le pagaba 1 dólar la media hora. Eso explicaba lo del kétchup y el secuestro. Conseguí liberarme y…

Un inesperado día…

Por Lidiana Martínez Pérez, 1ºESO A

Una mañana me desperté en un hospital, no recordaba nada ni a nadie. Nerviosa, me levanté de la camilla y salí fuera, preguntándome cómo había podido llegar hasta allí, no recordaba ni siquiera mi nombre. Una enfermera me vio y vino corriendo, me dijo que volviese a mi habitación, que no estaba en condiciones de salir y moverme, me llevó adentro, y fue entonces cuando vi, justo en la cama contigua a la mía, a una señora muy mayor. No entendía nada. Asustada y aturdida por lo que me había pasado, intenté con todas mis fuerzas recordar, pero mi mente estaba más blanca que la nieve, era como una niña recién nacida, pero en este caso sin mis padres cerca y ningún otro familiar.

De pronto la misma enfermera se pasó de nuevo por mi habitación para darme la medicina que, supuestamente, me tenía que tomar. Repentinamente me entró mucho sueño y cuando desperté, me encontraba en una habitación distinta y cerrada. Me levanté e intente salir por la puerta, pero ésta no se abría, por lo que empecé a gritar para que me sacaran de allí, pero nada de nada, era como si no hubiese nadie. Me puse a llorar mientras me acurrucaba en la camilla, cuando de pronto la puerta se empezó a abrir y una señora alta, trajeada y con tacones altos entró con un plato de comida. Le pregunté qué quien era y me contestó que todavía era muy pronto, que todo a su tiempo. La señora dejó el plato de comida y salió dejando la puerta entreabierta, asomé la cabeza por el hueco y un largo pastillo de color rojo (como el color de la sangre) se iluminó ante mis ojos, me fui hacia la puerta, crucé el pasillo y accedí al comedor; encima de la mesa había una carpeta con una foto mía, y en su interior información, supuse que relativa a mí. De repente, cuando iba a empezar a leer, escuché unos pasos que se iban acercando hasta la habitación, el pomo empezó a girar de un lado a otro y me escondí rápidamente, la misma señora entró, pero esta vez con una jeringuilla y se dirigió hacia mí; rápidamente me escapé por la ventana llevándome conmigo la carpeta.

Cuando ya estaba segura, me puse a leer. Y entonces me enteré de que mis padres y yo habíamos tenido un accidente. No sabía nada de ellos y no podía recordar nada a consecuencia de ello. Me sentí muy triste, pero gracias a esa carpeta, pude saber que mi meta ahora era encontrar a mi familia.

El inspector Lauren

Por Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Era una noche lluviosa, quizás la más lluviosa de todo aquel año, 1991, cuando en un hotel rural una mujer desapareció. Mientras los comensales cenaban, la luz se fue y al volver faltaba una mujer.

Los propietarios, asustados, llamaron al inspector Lauren para que resolviera el caso. Lauren empezó por averiguar el nombre de la mujer desaparecida. Se llamaba María del Pozo y era farmacéutica. Revisó entonces el registro de llamadas de su móvil para saber quién era la última persona con la que había hablado. Se trataba de Javier García y era farmacéutico también, y a su vez la competencia más directa de María del Pozo. Un huésped que tenía la habitación contigua a la de María, aseguró que habían estado hablando sobre un misterioso fármaco.

Pronto se descubrió que se había ofrecido una recompensa de un millón de euros para quien diera con la enigmática medicina. María del Pozo estaba a punto de encontrarla, pero como Javier ambicionaba el dinero más que nada, le propuso a María ir a medias, pero ésta no aceptó. Al desvelar esta información, todo el mundo creyó que él era el culpable, y éste admitió entonces que otro farmacéutico le había propuesto lo mismo a María y ella tampoco había aceptado, por lo que se puso muy furioso. Ese farmacéutico se llamaba Carlos Ferrero. El inspector Lauren registró todas las plantas y todas las habitaciones del hotel, pero no encontraron ni rastro de María.

Pasados unos días, la encargada de limpieza del hotel avisó al inspector de que había visto el pomo de una puerta tirado en el suelo. Reanudaron la búsqueda por todas las habitaciones, pero todas tenían intactos sus pomos. Revisaron las paredes y encontraron una puerta que daba a una habitación antigua y sucia. Allí buscaron y en el aseo encontraron a María, que había sido dormida con un tranquilizante. Cuando María se despertó contó al inspector Lauren que un hombre de tamaño medio, con el pelo rubio y con gafas le había secuestrado. También le contó que le había amenazado de muerte si no le daba la medicina, y María, asustada, le prometió que se la entregaría en la plaza Mayor de Madrid. El día acordado por María para la entrega, los policías estaban escondidos alrededor de toda la plaza, y cuando el sospechoso fue a recoger la bolsa, todos los policías saltaron encima del hombre rubio y le arrestaron. Era… ¡Javier García!

Le metieron en prisión para toda su vida y María cobró su recompensa de un millón de euros.

 Una noche inquietante

Por Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

Eran las 00:15 de la noche, (o eso me dijo mi madre), cuando oí un extraño ruido. Era como si se hubiese roto algo, pero algo grande. Yo, asustado, fui a ver si mi madre lo había oído, y en efecto… ¡También lo había escuchado! Fuimos entonces a encender la luz, pero ésta no se encendía. Nos preguntamos: ¿Qué está pasando aquí? No entendíamos nada de nada.

Mi madre y yo bajamos por las escaleras sigilosamente. De repente, un gran estruendo me asustó, empezó a llover fuertemente y a relampaguear. La luz del cuarto del aseo, sorprendentemente, estaba encendida. No podíamos explicarnos cómo había pasado eso, revisamos los plomos de la luz a ver si habían saltado, pero no, todo estaba bien. Cogimos un cirio y lo encendimos e inspeccionamos la zona para ver si había alguien o algo roto. Tampoco, no había nadie ni nada extraño. No pudimos dormir en toda la noche. Nunca supimos con certeza qué pasó aquella noche…

Un misterio aterrador

Por Raquel Monllor Guillem, 1ºESO B

Pedro era un hombre muy simple. Todos los días hacía lo mismo y llevaba una vida un poco aburrida. Él era escritor y cuando fue a comenzar su libro, un ruido insoportable no le dejaba empezar, ese ruido se debía a que en la casa de al lado estaban haciendo reformas, por lo que se dio cuenta de que así no podría ni escribir ni concentrarse, y decidió entonces irse a otro sitio. Habló con su primo y él le dijo que cerca de allí había un pueblo donde no se escuchaba un alma y que se podía quedar en una casa que estaba abandonada, y Pedro aceptó. Al día siguiente, cuando llegó al pueblo, se acordó de lo que le dijo su primo y lo cierto es que tenía toda la razón, no se escuchaba absolutamente nada.

Lo primero que hizo fue buscar aquella casa, cuando la vio le dio una sensación extraña porque parecía antigua y muy descuidada. Aún así entró en la casa y se puso de inmediato a escribir, cuando de repente alguien llamó a la puerta. Era un chica que se llamaba Eva y le dijo que ella llevaba mucho tiempo cuidando la casa y que si quería le podía enseñar el pueblo, pero él le dijo que no, que ya estaba oscureciendo. Cuando entró en casa de nuevo escuchó como unos pasos que venían de la parte de arriba de la casa, pero él no hizo ni caso. Esa noche Pedro durmió de un tirón y no se enteró de nada, hasta que la lluvia le despertó por la mañana, se asomó por la ventana y vio a un hombre cortando las ramas de las flores. Supuso que era el jardinero, que estaba hablando con Eva.

Cuando bajó a desayunar, miró de nuevo por la ventana y ya no estaban ninguno de los dos, pero no le dio ninguna importancia. Desayunó tranquilamente, hasta que un grito, que venía de la parte de atrás de la casa, le sacó de su ensimismamiento. Fue corriendo y se encontró al jardinero muerto. Pedro se asustó mucho y entró en la casa corriendo, estuvo todo el día pensando quién podría haber hecho algo así y el porqué. Entonces, después de pensar y pensar se dio cuenta de que Eva era la única que estaba con él y seguro que ella debía saber algo, o quizá incluso estaba detrás de lo sucedido. Pedro llamó a la policía, pero fue interrumpido inesperadamente por Eva. Ésta negó todas las acusaciones de Pedro, hasta que éste con astucia consiguió sacarle toda la verdad. Eva perseguía a cada persona que intentaba quedarse en esa casa, porque a ella le encantaba y no quería que fuese de nadie que no fuera ella, pues siempre había habitado en su buhardilla. Ella intentó ir a por él, pero entonces intervino la policía y arrestaron a Eva.

Cuando se recuperó de lo sucedido, Pedro decidió contar toda aquella historia que había vivido en su libro, que resultó ser todo un éxito.

Ir al instituto

Por Clara Rivas Boronat

Ir al instituto a veces puede ser lo peor, todos hablan a tu alrededor, y a cada paso que das te miran y empiezan a cuchichear. Por eso, las personas que no son sociables lo pasan fatal.

En el instituto la gente está dividida por grupos: los más guays, las más pijas, los más guapos… En fin, quizá esta historia acabe sin ser solucionada pero…

Carla era una niña joven de 13 años, pelo oscuro y rizado. La vida le fue bien hasta que se cambió de colegio. El primer día fue agradable, sus compañeros parecían muy simpáticos, pero llegó una niña diciéndole: No te creas que por ser la nueva te vas a meter en mi camino. La cara de Carla entonces, ya os la podréis imaginar.

Desde ese día la niña “guay” vivió atormentando a todo el mundo que osara plantarle cara, pero sobre todo se convirtió en la sombra de Carla. Lo que le ocasionó grandes problemas en su estado de ánimo.

Esta historia, como habréis podido comprobar, refleja miedo, pero no esa clase de miedo que puede ser hasta divertido, sino el miedo que de verdad atemoriza, aquel que nos causa dolor, nos oprime y nos hunde. Y por eso con este caso quiero reclamar la importancia de tratar a todas las personas por igual, sin discriminación. Todos somos seres especiales, cada uno a nuestra manera. No somos ni mejores, ni peores que nadie. Sencillamente somos nosotros.

 Chuck

Por Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

Me desperté en una mañana bastante rara. La televisión no estaba encendida, como de costumbre, y digo rara porque yo siempre me duermo con la televisión encendida. Pero antes de continuar con el relato de los hechos, mejor empezar por presentarme: Me llamo Chuk, mido 1,75m, peso 63,7 kg y tengo 27 años. Vivo en el centro de la ciudad, ¿y quién me iba a decir que unos cuantos meses atrás me crearía un enemigo que me costaría algo más que dinero?… Así que ahora sí, retrocedamos hasta unos cuantos meses antes…

Era 4 de Octubre de 2018 cuando me disponía a empezar mi trabajo, que consistía en conducir camiones, es decir, era camionero. Esa mañana iba a repartir unos muebles al norte de Francia, llevaba muchas horas conduciendo, cuando de repente recosté la cabeza en el volante y… ¡me quedé dormido! Oí un estruendo, me desperté enseguida y paré el camión, bajé y eché la vista atrás. Se me paró el corazón y las piernas se me agarrotaron, ¡había atropellado a mi mujer! Tenía muchas preguntas, pero la más importante era: ¿qué hacía mi mujer en Francia? Llamé a la policía y vinieron a recoger a mi malherida esposa, me detuvieron y, posteriormente, me condenaron a tres años de cárcel. Después de unas semanas en prisión, me dijeron que un hombre con una boina verde oliva había pagado mi fianza. No sabía quién era aquel hombre. A la salida de la cárcel me encontré al enigmático hombre con la boina verde oliva y con las llaves de un coche en la mano. Le pregunté qué quién era y me dijo que era mi padre desaparecido en un accidente de avión. Me quedé con la boca abierta y me explicó que había sobrevivido tirándose al agua. Me llevó a casa y me dijo que vendría a por mí a la mañana siguiente para descubrir la razón por la que mi esposa estaba en Francia.

Y aquí retornamos al principio de la historia. Me desperté en una mañana bastante rara. La televisión no estaba encendida, como de costumbre, y digo rara porque yo me duermo con la televisión encendida, entonces vi a mi padre sentado en un sillón y me dijo que me había dejado la ventana abierta. Me puse la ropa y nos fuimos al hospital y le preguntamos a la policía si mi mujer tenía algo en los bolsillos y nos entregó una hoja con una dirección que pertenecía a Francia. Mi padre y yo nos trasladamos hasta la dirección indicada en la hoja. Llegamos entonces a una casa muy moderna y le dije a mi padre que esperara en el camión, toqué al timbre y me encontré a un hombre más o menos de mi edad, le conté lo sucedido y chilló algo como «¡¿Fuiste tú quien atropelló a mi mujer?!». No me dio tiempo a reaccionar cuando de un golpe secó me tumbó en el suelo, y lo último que vi fue a mi padre pelear con ese hombre.

Desperté en el hospital y mi padre me dijo que le habían condenado a 10 años de cárcel.

Así acaba la historia de Chuk, pero puede que no sea la última…

¡Menudo partido!

Por Javier Latorre Martí, 1ºESO A

Ahí estaba yo, viendo un partido de fútbol en el Estadio Vicente Calderón con mi primo. Se disputaba el clásico derbi: Atlético de Madrid contra Real Madrid. En el minuto ochenta y tres, justo en la grada en la que nos encontrábamos sonaros tres disparos: pum, pum, pum…Los allí presentes nos alarmamos y salimos corriendo desorientados. En nuestra huida despavorida, mi primo y yo saltamos al campo, pero en el césped nos cogieron dos guardias de seguridad. Y justo cuando estábamos bajando al subsuelo del estadio se apagaron las luces y se cerraron las puertas.

Al principio sí escuchábamos los gritos de la gente, pero como el sótano del estadio estaba divido en cinco partes hubo un momento en el que ya no se oía nada. De pronto se abrió la puerta y se vio una luz que molestaba a los ojos, y en ese momento una voz me susurró: ¡Javier, levántate! Y entendí que todo había un sueño. ¡Maldito el momento en el que decidí beberme ese Red Bull!.

El misterio del orfanato Warren

Por Clara Valero Ruiz, 1ºESO B

Todo empezó un día cualquiera, cuando un grupo de amigos decidieron ir al Orfanato Warren para grabar un cortometraje que les habían mandado en el instituto. Lo que no sabían es que tras sus puertas se ocultaba un gran misterio.

Empezaron a grabar y decidieron pasar la noche allí. Conforme iban pasando las horas se oían ruidos extraños en la segunda planta, como de niños pidiendo ayuda… Decidieron entonces subir a ver qué ocurría. Como eran muchos se dividieron en dos grupos. Uno de los grupos encontró una puerta cerrada, intentaron abrirla, pero no pudieron, por lo que decidieron llamar al resto. Finalmente consiguieron abrir la puerta y vieron que en su interior había 12 camas y un gran armario, al abrirlo descubrieron unas grabaciones y un proyector antiguo. Lo pusieron en marcha y empezaron a ver las grabaciones. En ellas había fotos de niños y sus respectivos expedientes, en los que figuraba la fecha de su muerte. En la última cinta constaba la fecha del mismo día en que ellos habían llegado al orfanato, y también había secuencias de ellos grabando su cortometraje. Y una frase que decía “NUNCA SALDREIS DE AQUÍ PARA DESVELAR EL GRAN MISTERIO…” De repente, se cerró la puerta de un gran portazo y nunca nadie más supo nada de ellos…

Los Ghouls

Por David Azor Sanjuán, 1ºESO A

Hace muchos años, en una mansión que se creía deshabitada, vivían unas extrañas criaturas llamadas “Ghoul”. Éstas poseían el poder de adoptar la forma humana cuando quisieran, pero claro, ellos no se alimentaban de comida normal, de hecho, la comida habitual para nosotros, suponía para ellos algo repugnante. Se alimentaban de carne humana…

Sin embargo, existe una manera de localizar a los Ghouls, y es en Halloween, pues ese día no lleven disfraz, sólo se cubren con una máscara que los representa, y los ojos rojos. Halloween es un verdadero festín para ellos porque adoran la carne humana. Una vez, un chico llamado Kaneki-kun, que vivía en Tokio, quedó con una chica que se llamaba Rize, a la cual había conocido en la biblioteca. Fueron a cenar, y Rize le confesó entonces que ella vivía cerca de la supuesta mansión abandonada, donde se sospechaba que vivían los Ghouls. Kaneki decidió acompañarla, pero lo que él no sabía era que Rize era un Ghoul. Rize convenció a Kaneki para ir por un callejón cercano, entonces Rize se transformó, Kaneki se empezó a asustar, no se había visto en una situación similar nunca antes. Los Ghouls, a medida que comían, se iban haciendo más fuertes, un humano más y serían invencibles, habrían desarrollado una fuerza descomunal. Rize atravesó a Kaneki, por suerte cayeron unas grandes bigas, las cuales apisonaron a Rize, que murió en el acto. Kaneki, afortunadamente, logró sobrevivir.

Marta

Por Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Marta era una niña de doce años. Alta, de ojos verdes y pelo castaño. Hoy hace algo más de tres meses que desapareció y desde entonces no la han vuelto a ver. La policía cree que la secuestraron, pero sus padres no lo creen así. Ellos dicen que tiene que estar escondida en casa, pues aseguran que el día de su desaparición no salió de allí. Una idea descabellada porque ya registraron la casa mil veces…pero según sus padres, Marta estuvo estudiando y luego viendo la televisión aquel día.

La policía abrió entonces una investigación, pero no han descubierto nada. Pasados tres meses la familia sigue desesperada, ya no pueden más. Así que la policía ha optado por pedir ayuda al mejor detective que conocen. El detective en cuestión se llama Mario. Es bajito y siempre lleva barba. Hace pocos días retomaron la investigación, y se recrearon los hechos desde el principio. Pero, por el momento, no tienen nada, y parece que todo acabará igual…

La policía y el detective se desesperan por momentos, parece que nunca resolverán el caso, es muy raro todo. Al final quedará en un misterio más…

Cosas que quiero hacer…

¿Quién no ha soñado alguna vez con poder viajar a través del tiempo? Imaginaos poder cambiar aquello que tanto nos lastimó, silenciar aquellas palabras que jamás debieron ser pronunciadas, impedir que nuestro orgullo arrastrase a la fuerza un sentido y profundo te quiero, un beso, un abrazo, que ya jamás tendrán ocasión de volver de la misma manera.

¡Qué bello sería poder recuperar tiempo perdido, marchitado o simplemente rememorar una y otra vez, al menos un sólo momento de los muchos vividos con la persona que se fue, y a la que tanto añoramos!.

¡Qué gran fortuna regresar al preciso instante en que la vida nos fue más placentera, cuando nada nos preocupaba especialmente y sólo un puñado de ambiciosos sueños nos guiaban en nuestro caminar! ¡Cuántas sonrisas, amaneceres, historias, experiencias…nos gustaría volver a sentir!

Sin embargo, por mucho que deseáramos tener ese poder, lo cierto es que es inalcanzable. Los días pasan rápido, de la misma manera que unos vienen a la vida y otros se van dejando tras de sí una impronta indeleble, pero también muchos sueños por cumplir, caminos y proyectos inacabados que otros, quienes más les quisieron, se esforzarán tal vez por terminar en honor a ellos.

No podemos, ni debemos obsesionarnos con la idea de planificar nuestro futuro, pues lo que cuenta es que estás ahora aquí, que vives, que puedes ver el sol y dormir a la luz de la luna, que puedes escuchar, sentir y admirar a quienes te rodean y aprovechar para tomar su mano, pedirles consejo y quererles, quererles mucho. Sin duda merece la pena soñar, pues es lo que nos mantiene despiertos, pero no olvidemos que sólo tenemos una oportunidad para vivir el momento.

Todos nos alimentamos de ilusiones, de metas…como las que nuestros alumnos de 2ºESO nos presentan, pero mientras luchamos por tratar de conseguirlas, vivamos y disfrutemos intensamente de lo que tenemos hoy. La vida puede ser corta o larga, pero como dijo Abraham Lincoln «al final, lo que importa no son los años, sino la vida de los años».

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No sé muy bien cómo empezar esta redacción, ya que me cuesta expresar lo que quiero hacer en mi vida en unas simples líneas.

Una de las cosas que quiero cumplir es estar siempre con mi familia. Ellos me han dado todo sin pedir nada a cambio, me ayudan cuando se lo pido y a veces sin dar las suficientes gracias. Ellos siempre han estado ahí, y por eso les agradezco todo lo que tengo, sin ellos yo no sería nada. Son mi mayor tesoro.

Otra de las cosas que me gustaría preservar en la de ser buena estudiante, pues si no aprovechamos el tiempo, éste se nos vendrá encima. Si no hacemos nada útil, nunca podremos tener un futuro como lo imaginábamos de pequeños. Y, por supuesto, tampoco podremos optar al trabajo de nuestros sueños.

También me gustaría formar una familia. La familia es el amor. Tener hijos, porque ellos son una satisfacción muy grande. Mirarles a los ojos, decir que se parecen a ti… pero, sobre todo, darles la vida que se merecen.

Y también quiero hacer locuras: tirarme desde un helicóptero, siempre con seguridad, hacer parapente, viajar por todo el mundo, probar comidas exóticas que nunca antes había probado. Visitar el monte más alto, nadar con tiburones, tocar y ver todos los animales que existen en la Tierra. Salir con mis amigas, pasarlo bien…Pero, sobre todo y ante todo, ser FELIZ, porque si no eres feliz, no podrás conseguir nada.

Ángela Vilaplana Verdú, 2ºESO A

A mí me gustaría hacer muchas cosas, en primer lugar sacarme la carrera de periodismo o de profesora. No sé si me iré a vivir fuera de España o me quedaré aquí, aunque lo cierto es que preferiría no marcharme. Más tarde, desearía encontrar un trabajo fijo y después de eso, formar una familia, ya que para mí la familia es muy importante, es el todo.

Mi sueño siempre ha sido visitar Paris y sé que algún día mi sueño se hará realidad, o eso espero.

Cuando sea mayor, al igual que lo hago ahora, disfrutaré intensamente de la vida e intentaré poner mi mejor sonrisa ante las cosas difíciles. Espero ser una buena persona e inculcar a mis hijos y nietos los valores que me han enseñado a mí mis familiares. Espero disfrutar al máximo todo lo que pueda, ser constante, saber valorar el día a día, sacarle siempre lo positivo a las cosas negativas, aunque eso cueste un poco. Sé que en la vida hay momentos buenos y malos, pero entonces hay que pensar que si viene por desgracia un momento malo, luego seguro que vendrán mil buenos. Daré siempre lo mejor de mí misma.

No sé si viviré por mucho tiempo o por poco, pero lo que sí sé es que me gustaría hacerlo con alegría.

Estela Ortega Bernabéu, 2ºESO B

Nuestra vida es más corta de lo que parece. 80 años, por ejemplo, nos suena a mucho, pero realmente van pasando los años, y cuando te das cuenta ya ha transcurrido media vida y no da tiempo a planearla bien y disfrutarla al máximo, porque la vida es el regalo más grande que te podían haber hecho nunca. Por eso escribo esto, para conocer y estudiar cómo, qué y cuándo haré cada cosa.

Lo primero que se me pasa por la cabeza cuando pienso en la palabra “futuro” es en los estudios, me gustaría terminar la ESO, bachiller y sacarme la carrera de Bellas Artes. Creo que estaría bien ser diseñadora de interiores, de ropa o algo parecido.

Otra cosa, de las muchas que quiero hacer, es viajar por todo el mundo, visitar Nueva York, conocer algunos países africanos, también Australia, Japón…Observar las ruinas del Machu Picchu; veranear en las costas del Caribe, etc.

Una de las cosas que más ilusión me haría, aunque sea una idea un poco descabellada, es montar en un globo aerostático. Siempre me ha hecho ilusión el hecho de sentirte una cosa tan pequeña en un mundo tan grande, o sentirte como los protagonistas de la película de “UP”.

Además de todo esto, siempre me ha gustado aprender, aprender cosas, desde lo que pueda adquirir en el colegio como del contacto con diferentes culturas, y creo que estaría muy bien ir a algún país donde me necesiten, es decir, donde necesiten a voluntarios, en África, por ejemplo.

Estas son mis metas u objetivos. Algunos los cumpliré, otros quedarán en el olvido, como simples sueños, y a la vez que éstos podrán desaparecer, se irán “abriendo ventanas” a otros nuevos.

Ángela Mínguez Bernabéu, 2ºESO A

Hay tantas cosas que quiero hacer en mi vida…Desde las más pequeñas, como tener algún animal, hasta las más importantes como decidir qué estudiar. Siempre me he preguntando por estas cosas, si las podría cumplir, o si por el contrario, al cabo de un tiempo me parecerían tonterías. Sin embargo, de todas ellas, creo que hay una cosa que sí tengo clara, y es que quiero viajar, quiero ir por todo el mundo conociendo lugares nuevos, visitar museos, contemplar esculturas importantes… quiero saber más sobre las otras culturas y sobre lo que se hace en los otros países, y así tener recuerdos que me provoquen siempre una sonrisa al pensar en ellos.

También quiero conocer a muchas personas, para aprender más sobre ellas, porque creo que todo el mundo tiene algo que enseñarnos. Es un sueño bastante difícil de conseguir, ya que a veces no todo lo que deseamos se puede hacer realidad, pero me encantaría cumplirlo.

A parte de viajar, también quiero hacer una carrera, me encantaría incluso vivir una temporada fuera para así poder estar en contacto con otros idiomas, y de esta manera poder comunicarme con todas aquellas personas que conozca.

Todavía no sé que más cosas quiero hacer, pero sólo con poder hacer un poquito de las que he nombrado me parece suficiente, porque son cosas que siempre he querido hacer.

Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

En nuestra vida hay tantas cosas que hacer que uno no sabe por dónde empezar.

Yo en mi vida quiero realizar infinidad de cosas, pero hay algunas en especial que considero imprescindibles. Una de ellas, de mis favoritas, sería poder formar una familia, y pasar grandes y preciosos momentos junto a ella, ya que yo veo que la familia es una de las cosas más importantes y teniéndonos los unos a los otros todo es mejor. Los malos momentos son más llevaderos y los buenos ratos en grata compañía se convierten en regalos inolvidables.

Otra de las cosas de mi lista es conocer en persona a uno de mis ídolos, esta persona se llama Andrés Iniesta Luján. Lo admiro, además de por su talentosa forma de jugar al fútbol, porque lo veo amable, cariñoso y buena persona.

También me gustaría poder sacarme el carnet de conducir, para así poder ir a cualquier lugar con el coche. Y, por supuesto, me encantaría poder comprar una casa y decorarla con la ayuda de mi familia, algo que considero muy importante porque en ella pasarás parte de tu vida junto a personas que quieres. Cuando ya haya formado la familia quiero viajar con ella a varios sitios como, por ejemplo, a Londres porque es un país totalmente diferente al nuestro, también quiero viajar a Italia, a la maravillosa ciudad de New York…

Aunque la más importante para mí es aprovechar el presente junto a mis seres queridos y amigos, ya que a veces nos pasamos el tiempo pensando en qué queremos hacer el día de mañana y no disfrutamos el día a día.

Jorge Serrano Arratia, 2ºESO A

A mí me sucede algo muy curioso, y es que cada vez quiero ser algo diferente, todavía no tengo claro cómo va a ser mi futuro, pero lo que sí sé es que tiene que ver con el diseño. A veces pienso en cómo sería si estudiara para ser abogada, y sé que me aburriría ya desde el primer año. Después pienso en ser doctora, pero no creo que pudiese. ¿Y ser dentista? No quiero ni planteármelo en serio. Y entonces, caigo en la cuenta de que mientras me estoy preguntando todas esas cosas, no he dejado de dibujar y pintar, y es ahí cuando me doy cuenta de que realmente esa es mi pasión y que debo estudiar para ello. Diseñar tanto muebles como cuadros, programas informáticos, juegos, vestidos o trajes…

Mi sueño sería viajar por todo el mundo diseñando y descubriendo nuevas lenguas, costumbres, culturas… Eso sí que sería un sueño, viajar a París y hacer todo tipo de vestidos…

Para mí el mundo es como un cuadro muy grande lleno de pintura, cada uno de nosotros somos un pincel diferente, podemos pintar y hacer el mundo más bonito, que sea el planeta más original de todos, que cada uno seamos libres para decidir lo que queramos ser, pero disfrutando siempre intensamente de la vida, porque ésta sólo se vive una vez y por ello hay que hacerlo como es debido.

Sandra Yago Regidor, 2ºESO B

Yo lo que quiero ser de mayor es feliz.

Quiero viajar por todo el mundo aprovechando cada minuto de mi vida como si fuese el último. Aprender varios idiomas: inglés, francés, alemán…

Cuando sea mayor quiero irme a vivir a Londres o Irlanda. Y en verano visitar a mi familia en España.

Más adelante me gustaría ser cantante, actriz o bailarina. Aunque una de las profesiones que más me llama la atención es el periodismo. Ser corresponsal para así poder viajar por muchos sitios y después contar las experiencias vividas en un libro. Creo sinceramente que es muy importante tener una profesión que me guste y me haga feliz. Y para conseguirlo, sé que tendré que trabajar mucho y no tirar la toalla.

Paola Martínez Moltó, 2ºESO A

Puede que algún día llegue a ser saxofonista en una banda de jazz, desde luego es algo que me encantaría ya que estoy aprendiendo a tocar dicho instrumento. Cuando toco el saxo me siento muy a gusto, como si nada ni nadie existiera a mi alrededor, sólo yo, que me dejo llevar por una hermosa y placentera melodía.

También me gustaría ser policía, para poder así proteger a los débiles o a aquellos que estén en apuros, y además para velar porque se cumplan las leyes. Pero antes de eso tendré que aprobar con esfuerzo la ESO. Y si más adelante descubro una nueva afición, sé que haré todo lo posible por cumplirla. Yo creo que todos deberían poder cumplir sus sueños.

Carlos Bornay Ramón, 2ºESO B

Durante nuestra vida tenemos que tomar decisiones, algunas veces son fáciles, pero otras no. Muchas veces no sabemos cuál tomar, y nos da miedo pensar que pudiéramos equivocarnos y no elegir la dirección correcta, y entonces arrepentirnos.

Una de esas decisiones importantes es la de saber qué queremos estudiar, y para ello es fundamental que desde pequeños pensemos en aquello en lo que nos gustaría trabajar cuando seamos mayores. Sin embargo, el problema es que conforme vamos creciendo, nos van gustando cosas diferentes, y cuando llegas a la edad en la que tienes que pensarlo con responsabilidad, no lo tienes claro (al menos ese es mi caso).

Antes de que sea demasiado tarde me gustaría viajar por todo el mundo, conocer países nuevos que nunca haya visto, entrar en contacto con otras culturas, otras lenguas, otras costumbres…Ya que no he salido nunca de España.

Viajar es una de las cosas que siempre he querido, ir a París, la ciudad del amor; a Venecia y navegar en góndola por los rincones de la sorprendente y enigmática ciudad flotante; a Nueva York para apreciar sus maravillosos rascacielos… Y sé que en este sentido nunca cambiaré de opinión porque es algo que siempre he deseado desde niña.

Angie Pabón Peinado, 2ºESO A

Últimamente se ha puesto de moda que la gente haga una lista de las cosas que quiere hacer antes de que pueda ser tarde. Pienso que es una buena forma de ponerse metas en la vida, las cumplamos o no, lo importante es intentarlo.

Yo nunca he pensado mucho en el futuro, prefiero vivir el presente y disfrutarlo al máximo, pero supongo que hay ciertas cosas que no puedes evitar pensar. Si algún día decidiese hacer una de esas listas, tengo claras dos cosas: la primera es que sólo pondría aquello que de verdad quiero, cosas que me importan, pues entiendo que la mayoría se olvidan y nunca se llevan a cabo; y segunda, procuraría cumplir con todas y cada una de las cosas anotadas en esa lista, lo haría sin dudar a lo largo de mi vida.

Natalia Peydró Medina, 2ºESO B

A mí lo que gustaría hacer cuanto antes es poder ir con mi familia de viaje a los Estados Unidos. Me encantaría estar ahí una o dos semanas y poder visitar a unos familiares que viven allí y disfrutarlo al máximo. Me encantaría poder visitar Miami, Central Park en Nueva York, ir a Disney Word… Sería una experiencia fantástica, sobre todo porque la disfrutaría junto a mi familia.

También me gustaría, aunque eso es un poco más complicado, poder ir a ver un partido de los Miami Heats, porque es el equipo que más me gusta. Asimismo desearía poder conocer a Lebrón James porque para mí es el mejor.

Pero, sobre todo, lo que me gustaría hacer antes de que sea demasiado tarde es poder disfrutar junto a mi hermano de alguna aventura divertida o alguna cosa que ni él ni yo podamos olvidar jamás, para que así cuando los dos seamos mayores podamos recordarlo y revivirlo juntos.

Todo esto es lo que me gustaría hacer, pero si no puedo hacerlo no me importaría, porque ya he hecho muchas cosas divertidas e inolvidables junto a la gente a la que más quiero.

Lidia Ibarra Roldán, 2ºESO A

De momento mis metas a corto medio plazo son: acabar la ESO, sacarme bachillerato y una carrera. Y me gustaría cumplir con todo ello sin dejar de practicar deporte, como fútbol o tenis.

Más adelante, me encantaría ser profesor de educación física o de matemáticas, aunque también podría ser bombero, pues me llama la atención todo aquello que implique actividad física. Aún no tengo nada claro, pero quiero que lo que sea que haga me guste de verdad. Algún día me gustaría practicar actividades como paracaidismo, e incluso hacer puenting, etc.

Y quizá, si llegase a ser profesor de educación física, desde luego me gustaría continuar los pasos de mi primo Toni, seguir así su camino.

Luis Arnedo Barea, 2ºESO B

Lo que me gustaría hacer cuando sea más mayor es ser azafata, y sé que para ello necesito estudiar los idiomas principales, que son el inglés y el francés. Quiero estudiar para ello porque desde pequeña mi principal deseo ha sido viajar por todo el mundo, visitar esos lugares que en tu mente son de una manera y cuando los ves por primera vez resultan muy distintos, pero siempre mejores. Necesito trabajar en algo que me guste, que me agrade, que me ilusione…

Para ser azafata, como dije al principio, lo primero que debo hacer es aprender bien al menos esos dos idiomas, y después llegar a 1,65 metros de altura. ¿Y por qué? porque sino llego a esa altura no sé si podré cumplir mi sueño…Tengo muy claro que ser azafata es lo que más me gustaría hacer, y nunca perderé la ilusión por conseguirlo. Si finalmente no pudiese ser, también me encantaría ser guía turística y poder presentar la ciudad, sus monumentos y esculturas, o lo más representativo de la misma a las personas que viniesen a conocerla.

Esos trabajos son los que más me gustan e ilusionan, y por ello si no pudiese elegir uno elegiría el otro, pues eso es lo que quiero hacer de mayor.

Claudia Santonja Beneyto, 2ºESO A

Cada noche que pasa y tengo un rato para reflexionar, pienso en los sueños que deseo cumplir el día de mañana. Uno de los miles que tengo es viajar para poder ayudar a aquellos niños que tienen ilusión por tener en sus manos un único juguete, que desean aprender a sumar y a restar, a leer, que les encantaría llegar a casa y disfrutar de un plato de comida caliente…

Es duro ver que cada día para ellos es igual al anterior, la misma lucha, la misma guerra. Si te detienes a pensar en ello, te das cuenta de lo injusta  que puede llegar a ser la vida. A veces ésta puede cambiar repentinamente y aún así no tienes otro remedio que seguir adelante para poder darles de comer a tus hijos, y tendrás que luchar cueste lo que cueste. Yo daría lo que fuese por estar ahí, por darles todo mi cariño y sobre todo, poderles devolver la ilusión. Si pudiera hacer este viaje sería la persona más feliz de este mundo.

Elena Sánchez Zafra, 2ºESO B

Yo personalmente creo que todo el mundo tiene al menos tres metas en la vida (o quizá alguna más) que le gustaría conseguir. Pues bien, mis tres metas son las siguientes: La primera viajar, viajar por todo el mundo, ayudando a gente y descubriendo nuevas culturas y tradiciones.

La segunda cosa que me encantaría hacer es estudiar en una universidad, sea cual sea, y estudiar derecho o ciencias políticas, ya que mi sueño es ser abogado, juez o político (de los buenos, claro está).

Y la tercera, y más importante, sería formar una familia a la que querer y que me quisiera, que me apoyase en los fracasos y desdichas, y que celebrase los logros. Una familia  con la que crear hogar y que al llegar a él, siempre se pudiese decir eso de “hogar, dulce hogar”. Estos logros o metas son difíciles de conseguir y he de esforzarme para alcanzarlos, así que no pienso rendirme y si  tropiezo con una piedra, me levantaré y seguiré, pero tirar la toalla jamás.

Pepe Guillem Martí, 2ºESO B

Yo lo primero que hare será acabar la eso, pasaré a bachiller y luego a la universidad.

Aún no sé seguro qué es lo que quiero estudiar, me gustaría ser enfermera o matrona, porque me encantaría ayudar a las mujeres a traer a sus hijos al mundo. Me he estado informando sobre ello, y lo cierto es que ese sería mi gran sueño. Yo lo intentaré, y no me rendiré. Aunque bien pensado también podría estudiar medicina, y ayudar así a muchas personas en el mundo.

Si llegase a ser médico, podría ir como voluntaria a ayudar a los niños y niñas de África, o de lugares lejanos en situaciones difíciles. Sé que iría con todo el gusto del mundo.

A mí desde muy pequeña me ha gustado jugar a los médicos, así que casi simple pedía el botiquín de Nenuco o algo por el estilo.

Mi madre siempre me dice que todo lo que me proponga lo puedo conseguir, que me podrá costar más o menos, pero que puedo hacerlo, porque ella confía en mí. “Si eso es lo quieres hacer, ves a por ello y no lo dejes escapar”, siempre concluye mi madre.

Noemí Sáez Ramírez, 2ºESO B

Desde que somos pequeños tenemos deseos como el de encontrar un súper trabajo el día de mañana, ser famosos, tener una mansión gigantesca, tener todos los lujos del mundo… Pero cuando somos mayores, las cosas son más difíciles, vemos la vida con perspectiva, nos hacemos más realistas y entonces cambiamos de opinión.

Hace unos cuantos meses mis propósitos eran acabar los estudios, formar una familia y ser un actor famoso. Pero cambié de opinión al considerar que dentro del mundo de la interpretación podría haber miles de personas igual o mejores que yo, además de asumir que es un mundo difícil. Por eso, ahora quiero acabar los estudios y poder ser abogado, formar una familia y muchas más cosas. Aunque esto no quiere decir que deje de lado mis ganas de interpretar, ya que siempre seguiré actuando.

La verdad es que no sabía que iba a dar ese cambio para mejor, ya que ser abogado es un trabajo que me gusta mucho.

Pensar en el futuro me da miedo por muchas razones, sobre todo cuando tengo en cuenta cómo están las cosas hoy en día. Pero como no voy a rendirme, trabajaré duro, muy duro, para que ese miedo desaparezca.

Ante todo en mi vida quiero ser feliz junto a mis amigos y familiares.

Nicolás Payá Martínez, 2ºESO B

La verdad es que desde pequeñita he querido ser médico, de hecho siempre practicaba con mi hermano, mis padres y mi peluche.

Siempre quería ver todo tipo de series relacionadas con la medicina, aunque también me gustaban las series policiacas para analizar cada caso y saber cómo ayudarles.

Pero al margen de lo profesional, lo más importante es sin duda vivir el presente sin preocuparme del pasado, porque muchas veces vivimos aferrados a él, sin ver las cosas alegres del presente, del día a día, cerrándonos puertas y pensando que otras mejores se abrirán, pero no siempre será así, porque las oportunidades marcan nuestra vida, incluso las que dejamos pasar. Además quiero viajar, conocer el mundo donde vivimos.

También me gustaría formar una familia, tener a alguien por quien levantarme y luchar; y tener unos hijos que me animen tanto en los momentos buenos como en los malos.

En definitiva, la vida irá cambiando, no sé si para bien o para mal, pero sí sé que lucharé por ser feliz y por lograr mis metas.

Elena Verdú Cerdá, 2ºESO A

Spots Publicitarios

Convive plácidamente con nosotros. Otras veces, sin embargo, se hace notar, despierta nuestra curiosidad, nos atrapa…No podemos evitarla, tarde o temprano siempre termina encontrándonos, y nos convence con su retórica y su atractivo natural…Siempre es breve, pues sabe que el tiempo apremia y por eso lo vive con intensidad. Ella es ingenio, es creatividad en estado puro, es sutil y a la vez directa, cuida los detalles, pero no se pierde innecesariamente en ellos, sabe qué es lo importante y en ello centra toda su atención. Nos hace reír, nos mantiene en vilo, nos decepciona, pero otras veces nos fascina, e incluso nos emociona. Ella hace posible lo que nos parecía utópico, y ahí está su secreto, su fórmula… tan enigmática que jamás pudo ser escrita…Así es ella, la publicidad, tan única que resulta irrepetible. Cada anuncio esconde con sigilo su razón de ser, y confía al espectador, aquel que asiste con cierta reticencia inicial a su presencia, la emisión de un juicio. Sabe que su cometido no es fácil, pero le pierde el afán por intentarlo. Es ambiciosa por naturaleza, y hace bien, quien no arriesga, no gana…

Nuestros alumnos de 1ºESO, convertidos en verdaderos publicistas, tenían una ardua misión entre manos, y a juzgar por los resultados, creo que lo cumplieron con matrícula…Y si no, vean, vean…Nos vemos a la vuelta de publicidad.

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Matilde Reig Albero y Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

Aitana Palao Peydró y Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Jordi Sanz Verdú, 1ºESO A

Nacho Guerrero Ferrer, Álvaro Guillem Fernández y Eduardo Vicedo Ortega, 1ºESO A

Silvia Casanova Llinares (1ºESO A), Nerea Giner Aguado (1ºESO B) y Aitana Prats Parra (1ºESO B)

Pascual Chamorro Sánchez, Jose Martínez Parra y Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

Pau Verdú Palau, Carlos Reche Vicent y Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Raquel Monllor Guillem, Clara Valero Cespedosa y Natalia Teruel Santoyo, 1ºESO B

Inés Mira Pérez e Irene Picó Samper

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Carteles Publicitarios

 

Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras, y quien pronunció aquella incuestionable verdad debía estar en presencia de fotografías tan ingeniosas como éstas.

Nuestros alumnos de 2ºESO dieron rienda suelta a su talento creativo y éste es el resultado…Atractivos e impactantes carteles publicitarios cuyo secreto del éxito está en el hábil uso de las figuras retóricas. Un truco digno de los mejores publicistas.

Juzguen ustedes mismos…¿los imaginan como protagonistas de alguna marquesina, en una imponente valla publicitaria, a todo color en un periódico…?

Sandra Yago Regidor, 2ºESO B

Zapatos de Piel Pedro Miralles

(Metáfora)

Sandra Yago

Nicolás Martínez Payá (2ºESO B), Paola Martínez Moltó (2ºESO A) y Ángela Vilaplana Verdú (2ºESO A)

Vinos NIAMPA 100% Natural, «Del campo a tu mesa»

(Metáfora)

Ángela Verdú, Nicolás Martínez y Paola Martínez 2

Verónica Gisbert Ruiz y Denisa Turcu, 2ºESO A

IPhone, «la mejor cobertura del universo»

(Hipérbole)

Denisa Turcu y Verónica Gisbert

Claudia Santonja Beneyto (2ºESO A) y Noemí Sáez Ramírez (2ºESO B)

Crema de manos Royal Apothic, y siente la frescura y la suavidad de una rosa

(Metáfora)

Claudia Santonja y Noemí Sáez

Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

Bombillas «Sun», y enciende la ciudad

(Hipérbole)

Mila Ferrero

Ángela Mínguez Bernabéu y Cristina Gosálbez Beneyto, 2ºESO A

Mochilas muy resistentes, ni el viento, ni la lluvia, ni la nieve podrá con ellas…

(Paralelismo, Hipérbole y Metáfora)

 Ángela Mínguez y Cristina Gosálbez

Pepe Guillem Martí y Roberto Guillem Tortosa, 2ºESO B

Refresco «Sky», un sabor celestial

(Metáfora e Hipérbole)

Pepe Guillem y Roberto Guillem

Angie Pabón Peinado, 2ºESO A

IPhone, y captura la realidad

(Metáfora e Hipérbole)

Angie Pabón

Adriel Sánchez Quiles y Celia Sanjuán Cantos, 2ºESO B

Zumos «Bifrutas» de Pascual, y ¡Bébete el mundo!

(Metáfora)

Adriel Sánchez y Celia Sanjuán

Adrián Palazón Lillo (2ºESO A), Eduardo Llinares Valero (2ºESO B) e Iván Guill Rico (2ºESO B)

Zapatillas Nike, te convertirán en un súper héroe

(Metáfora)

Adrián Palazón, Eduardo Llinares e Iván Guill Adrián Palazón, Eduardo Llinares e Iván Guill 2

Elena Verdú Cerdá y David Verdú Cerdá, 2ºESO A

Campaña de concienciación contra el cambio climático

(Hipérbole)

Elena Verdú y David Verdú

Todo lo que sé lo aprendí de ti…

Cada día se nos brinda la oportunidad de poder conocer personas, algunas sencillamente pasarán por nuestro camino como un suspiro; otras, sin embargo, serán como un halo de luz en mitad de una asfixiante oscuridad; otras nos enseñarán grandes lecciones y luego se irán dejando perenne la estela de su valioso legado; otras tal vez se marchen, pero algo en su interior les hará volver y disfrutar de lo que en su momento no pudo ser, y desde ese preciso instante será maravilloso. Otras nos amarán con tal fervor que tomarán nuestros besos, abrazos y cálidas palabras como recuerdos siempre vivos en su corazón. Otras cambiarán nuestro rumbo, nos harán reír y llorar, volar sin soltar los pies del suelo. Otras verán en nosotros aquello que creíamos haber perdido, devolviéndonos así la fe y la ilusión.

Sólo el ser humano tiene en sus manos la compleja, pero valiosa posibilidad de poder cambiar el mundo, o al menos, su pequeña parcela. Debemos saber que todas las personas a las que conocimos, a las que conocemos y a las que conoceremos no aparecieron, ni aparecerán en nuestra vida por casualidad, llegaron y vendrán para enseñarnos algo que de un modo u otro, nos cambie: quizá porque nos haga más fuertes, porque nos sirva para reflexionar, porque nos ayude a abrir los ojos, porque sea el mejor de los consejos, porque nos haga ser quienes somos…Quizá sin esas enseñanzas caminaríamos frágiles y desconcertados, perdidos y necesitados de algo tan valioso como es el hecho de aprender.

Dedicado a todas esas personas que ponen su experiencia al servicio de los demás para hacer de esta aventura, un viaje único y gratificante…Padres, hermanos, abuelos, amigos, compañeros, profesores…GRACIAS.

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A veces pienso en todo lo que sé: sumar, restar, compartir, querer y en la gente que me ha ayudado a poder conseguirlo: abuelos, profesores, tíos, hermanos, pero sobre todo tú, mi madre, esa personita tan especial que siempre me ha apoyado y lo seguirá haciendo para animarme a conseguir mis metas. Desde que nací te has preocupado por mí, hablas conmigo, me aconsejas y me ayudas a vivir el día a día de una forma más fácil.

Lo que más me gusta de ti es que me entiendes en todos los sentidos y es una de las mil características que tienen las mejores madres del mundo. No eres perfecta, porque nadie lo es, pero para mí eres la mejor.

En ocasiones pienso en cómo podría compensártelo y lo cierto es que tendría que hacer muchas cosas para agradecer el amor y el cariño que me das, porque sin ti todo sería más difícil, sin ti no sería yo…

Eres una gran mujer y una gran persona que me entiende y me ayuda…Te quiero y desde aquí me gustaría darte mil gracias de todo corazón, porque TODO LO QUE SÉ LO APRENDÍ DE TI

Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Mamá, cada paso que doy lo aprendí de ti, cada gesto, cada mirada, cada sonrisa…

Tu rostro es el que ilumina mi caminar, sin ti no sería así, todos los días serían negros, nada tendría sentido. Contigo aprendí lo que es la felicidad y la diversión; contigo aprendí lo que era amar a alguien y tener miedo a perderlo, y por eso entendí que sin ti no sería nada.

La verdad es que al principio no se me ocurría nada para esta redacción, pero al oír tu voz se me llenó la cabeza de ideas, y es que eres tan especial para mí… Te doy las gracias por ser mi madre. Sé que nunca podré querer tanto a alguien como te quiero a ti.

Matilde Reig Albero, 1ºESO B

Cuando nací erais las personas que mas cariño me dabais. Os conocí como mamá y papá. Me inculcasteis desde bien pequeño una educación, me disteis un hogar y una familia a la que querer. Siempre me habéis aconsejado lo mejor y por muy descabellado que para mí pareciera el consejo, al final os hacía caso y siempre me iba mucho mejor. Gracias a vosotros he podido viajar a muchos lugares. He conocido nuevos países, culturas, paisajes…

Juntos hemos pasado momentos muy buenos, otros regulares y algunos un poco malos, pero al final, unidos, hemos salido adelante.

Me acuerdo una vez que viajamos a Escocia y el día que volvíamos perdimos el avión, estábamos con los tíos a punto de llorar, pero aparecisteis vosotros y dijisteis: “¡No pasa nada. Tomarlo como una aventura más!” Y nos animasteis a todos.

A veces en televisión se dan casos de padres que han sacado a sus hijos adelante con mucho sacrificio, y lo lograron gracias al amor, porque se querían mucho. Y para mí vosotros sois uno de esos grandes ejemplos, los mejores padres del mundo.

Me llamo Javier Latorre Martí y estoy orgulloso de mis apellidos porque los llevan mis padres.

                                        Javier Latorre Martí, 1ºESO A    

Voy a hablar de una de mis bendiciones más preciadas: mi madre. Ella es una persona única en mi vida y también muy especial. Con ella he pasado cada momento de mi vida, y pasito a pasito me ha ayudado a llegar donde estoy. Desde mi nacimiento hasta el día de hoy. Ella me ha formado como persona.

Todas las madres son irrepetibles. La vida es corta y a las madres hay que aprovecharlas todo lo que podamos, porque un día ellas nos dejarán y tendremos que aprender a vivir sin su amor. Recordar que madre solo hay una, y que daría su vida por nosotros. Yo a mi madre la quiero tanto que daría lo que fuera porque nunca se separara de mí. Las madres siempre nos quisieron, nos quieren y nos querrán para siempre.

Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

Todo lo que sé se lo debo a toda mi familia, pero en especial a mi madre. Desde chiquitina me ha estado enseñando cosas, y sigue haciéndolo hoy. Y sé que no dejará de hacerlo porque todavía no me ha enseñado todas las que me tiene que enseñar, y estoy convencida de que seguiré aprendiendo de ella toda la vida. E incluso me iré sin haberlas aprendido todas ellas, porque no hay personas así de fascinantes en cualquier parte del mundo.

Mi madre me enseñó a caminar, a hablar, a leer, a coger el hábito de estudiar sola, a hacer los deberes, a comportarme bien, a tener buenos modales en la mesa, a respetar cuando alguien está hablando…y muchas cosas más que no puedo enumerar porque necesitaría infinidad de hojas para decir todo lo que me ha enseñado.              

Claudia Hidalgo Bañón, 1ºESO A

Mamá, todo lo que sé lo aprendí de ti y de papá. Valoro y entiendo todo lo que hacéis por nuestro bien. Aprendí que el hijo, bueno o más revoltoso, merece aún así toda vuestra ternura. Aprendí que estaréis ahí siempre, que nunca nos dejaréis de cuidar. Aprendí con vosotros que nadie muere, pues aquellos a quienes tanto quisimos vivirán siempre en nuestro corazón y nunca se irán de nuestro lado.

Nos inculcasteis la importancia de cuidar y querer a la familia. Y siempre nos recalcasteis el mismo mensaje: ¡no hagas rabiar a tu hermano! porque os gusta ver que nos llevamos bien. A veces nos enfadamos con vosotros sin motivo, y no somos conscientes de que sois los únicos con los que nos sentimos completamente queridos. Sin vosotros no seríamos nada. Vuestra energía y amor me han dado fuerzas para escribir esta redacción y volar libre por este viaje llamado vida.

Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

A mi madre. Gracias a mi madre aprendí muchas cosas desde que nací hasta hoy. Me enseñó a leer y a escribir (con la ayuda de las profesoras de infantil), también a tener modales y educación, a comprender las complejidades, a comportarme, a ser optimista, a cuidar plantas y animales, a valorar y a comprender a las personas, a ser responsable, a tener buenos sentimientos, e incluso me inculcó el amor por nuestra lengua: el valenciano. También me enseñó a afrontar la vida, me ha ayudado siempre en mis deberes, cuando no me aclaraba. En una palabra: Me regaló una gran educación, y me guía.

Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

Yo todo lo sé lo aprendí de mi padre y de mi madre. A ellos les debo la vida. Desde que nací me fueron enseñando todo lo que hoy sé.

Esta aventura comenzó el 4 de Abril de 2002, cuando yo nací. Desde ese momento mis padres me ayudaron a caminar, a hablar, a correr, a ir al baño yo sola…Cuando era pequeña mis padres me llevaron a muchos sitios, allí me enseñaron cosas que no conocía, como el mar, los animales, las montañas, así como grandes lugares.

Pasaron los años, y me fui haciendo cada vez más mayor, y así comprendí el sentido y la fuerza de regalos tan importantes como el amor, el compañerismo, la amabilidad, la fraternidad, la felicidad y la madurez. Valores que me fueron inculcados en el seno de una familia tan divertida y maravillosa como la mía. Y por todo ello les debo a mis padres y a mi familia todo lo que soy.

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Todo lo que sé lo aprendí de ellos: mis padres. Gracias a ellos soy quien soy hoy. De su mano empecé a caminar. En su presencia pronuncié mis primeras palabras, y a su lado comencé a ir diferenciando objetos, sonidos y gestos. Cuando nos mudamos a Ibi, como ya era más mayor y por tanto más consciente de todo, me inculcaron el valor de saber compartir, de hacer amigos…

Cuando empecé primaria, que era por supuesto un nivel superior, me ayudaron a poder entender mejor las cosas, y me enseñaron a repasar, a escribir, a estudiar, a hacer las cosa aseadas, etc. Y ahora que he empezado la secundaria, me van a seguir apoyando, y confío en poder aprender tal como ellos lo hicieron en su momento.

Todo esto, sin duda, se lo debo a ellos y todo lo que sé también.

Adrián Pradell Huertas, 1ºESO A

Yo a lo largo de mi vida he aprendido muchas cosas de mucha gente: de mi madre, de mi padre, de mi abuela, en general de toda mi familia, pero creo que de quien más he aprendido ha sido de mi abuelo. Pese al poco tiempo que pasé con él, pude aprender aún así muchas cosas, tal vez porque al ser el más mayor había vivido más experiencias.

Él me inculcó muchísimas cosas, como por ejemplo el arte de memorizar mejor ciertos datos de cara a un examen, o cómo montar cosas muy difíciles, así como miles de cosas más que me han servido de mucho y me servirán a lo largo de mi vida. Y por todo ello te doy las gracias abuelo.

Pau Verdú Palau, 1ºESO B

Mi madre y mi abuela son las personas que me han hecho valorar las cosas tal y como son. Ellas me hicieron ver que el físico no es lo más importante, pues lo que realmente cuenta y vale es lo de dentro, pues tu aspecto no define cómo eres, es tu interior el que habla de ti, de quién eres.

Mi madre dice que la vida es corta y que hay que vivirla al máximo. Vivirla sin miedo a que la gente opine mal de ti, porque uno debe ser fiel a sí mismo y ser consciente de que la vida sólo se vive una vez. Y por ello, los momentos hay que compartirlos con la gente que te quiere y  te valora.

Mi abuela dice que hay que ser fuerte, muy fuerte, luchar sin rendirse, porque destilas energía y felicidad cuando deseas llorar y estás sufriendo, pero peleas porque sabes que puedes conseguirlo. Aunque las personas a las que quiero estén lejos, yo aún no me he rendido y nunca lo haré, porque ellos creen en mí y no querrían  que pasara eso.

Para mí la vida es un camino con un destino, y ese destino que la gente busca con impaciencia durante tanto tiempo no es otra cosa que la felicidad compartida al lado de las personas que más quieres.

Aprendí a vivir a pesar de las dificultades. Hay obstáculos que se presentan de forma inesperada, pero al fin y al cabo la vida es preciosa. Y cabe pensar que después de cada derrota vendrá una victoria con momentos mucho mejores.

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Todo lo que he aprendido en estos doce años que tengo se lo debo a diferentes personas: a mi madre, a mi padre, a mis abuelos, a mis profesoras y a muchas otras personas.

Cuando era pequeño siempre estaba con mis abuelos, ya que mi madre y mi padre trabajaban. Ellos me enseñaron muchas normas de educación. Cuando salía a dar una vuelta con mi madre, ella me enseñaba a respetar los semáforos, a pedir las cosas con educación… Mi padre me enseñó un poco de inglés.

Cuando nació mi hermano todo cambió: yo iba a la guardería, mi madre dejó de trabajar, así que dejé de pasar el día con mis abuelos… A los tres años entré en el colegio, y hasta los cinco mi profesora me enseñó a comportarme, a leer y a escribir. Mi profesora de inglés particular me enseñó mucho, ya que empecé cuando tenía tres años.

En definitiva, todo lo que sé lo aprendí de los que me rodean, y espero seguir aprendiendo mucho más en lo que me queda de vida.

Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Mamá, yo aprendí de ti que no hay que rendirse nunca, aunque el destino te lo ponga difícil. Tú siempre me enseñaste a distinguir lo que se debe hacer de lo que no. Tú eres un gran ejemplo para mí y para mi hermano. Eres una persona fuerte que se crece ante las dificultades. Siempre me ayudas y te dejas la piel trabajando para darnos todo lo que necesitamos. Sin ti no seríamos quienes somos. Eres nuestro modelo a seguir.

Pepe Fernández León, 1ºESO A

Hoy en clase, cuando la profesora nos dio el título de la redacción, muchos nombres me pasaron entonces por la cabeza: mi madre, mi padre, mi hermano, mi abuelo… de todos ellos aprendí algo muy importante, pero de la persona que de verdad he aprendido muchísimo es de mi ídolo: David Martin Lafuente. Os parecerá absurdo que lo llame “ídolo” y más absurdo aún, el hecho de que él me haya enseñado algo, pero por extraño que parezca me enseñó muchas cosas.

Hoy, ahí donde lo veis subido en un escenario y rodeado por millones de fans, tuvo que realizar un gran esfuerzo previo. Desde bien pequeño quería dedicarse a la música, y fue tras su sueño. Con tan solo veinte años cogió su maleta y cien euros, y de Granada se trasladó a Madrid con la intención de buscarse un ansiado hueco en el mercado musical. Fue dejando copias de su currículum por diferentes lugares, pero no hubo suerte, así que en alguna ocasión se le pasó por la cabeza abandonar su sueño y volver a Granada, pero no lo hizo.

Su suerte cambió una noche en la que le invitaron a una fiesta y allí conoció a cuatro chicos: Carlos, Dani, Álvaro y Blas. Los cinco perseguían curiosamente el mismo sueño, así que se pusieron a componer y años más tarde nació el grupo Auryn. ¿Os sigue pareciendo ridículo? Él lo dejó todo por conseguir su sueño, nunca se rindió, y con ello me dio una gran lección que me acompañará siempre.

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

La persona de la que más estoy aprendiendo es mi madre. Ella es muy buena, trabajadora, agradable y simpática. Le gusta el orden. Y también practicar deporte, sobre todo caminar e ir en bici y muchas veces salimos juntas. Nos enseña a mi hermana y a mí normas de educación para saber cómo debemos comportarnos delante de la gente. Pero sin duda, de lo que más contenta y orgullosa me siento es que me haya enseñado a tocar el piano, y de haber entrado en el conservatorio, porque me gusta mucho, me relaja y me ayuda a concentrarme, y además siempre me divierto. Aunque es muy sacrificado, vale la pena. Espero seguir aprendiendo muchas cosas de mi madre y de todas las personas que tengo alrededor.

                                                                                     Inés Mira Pérez, 1ºESO B

La persona que más me ha ayudado en mi vida ha sido mi madre. Desde enseñarme a dar mis primeros pasos hasta el día de hoy.

Ella es quien me lo ha dado todo, y por ella soy lo que soy. Por eso le dedico esta redacción, aunque ella se merezca más. Cuando me riñe, se enfada y me castiga, me cuesta entenderlo, pero al final me doy cuenta de que tiene razón y que todo lo que hace es por mi bien, y cuando dice que estudie es porque quiere que tenga un buen futuro.

Mi madre es maravillosa, pero también está mi padre, que como no, él también me ha enseñado muchas cosas, ¿y quién podría hacerlo mejor?.

Esas dos grandes personas son las que más me han ayudado y apoyado en mi vida, y gracias a ellos he aprendido todo lo que sé, pero lo más importante es que sin ellos no sería nada.

Los quiero mucho y son lo mejor. No los cambiaría por nada.

Natalia Teruel Santoyo, 1ºESO B

Una de las personas de las cuales más he aprendido en mi vida es mi madre.

Todo el mundo sabe que cuando eres pequeño no pensamos y hacemos muchas tonterías, y ahí están todas las madres para ayudarnos a rectificar. Y así aprendemos los niños. Conforme vamos creciendo las madres nos enseñan castigándonos por aquello que hacemos mal, y de esta manera llegamos a entender que la próxima vez no caeremos en el mismo error. Cuando nos hacemos aún más mayores las madres nos dejan más libertad, pues ya somos personas maduras.

Bueno, como yo todavía no me he ido de casa, porque soy aún pequeño, no sé del todo bien lo que eso puede significar, pero lo que sí sé es que cuando me haga mucho más mayor seguro que seguiré aprendiendo cosas de mi madre y siempre la tendré en mi corazón.

Carlos Reche Vicent, 1ºESO B

Para mí la persona que más me ha influenciado en mi vida ha sido mi madre. Quizá fue así porque era ella, quien por horario, siempre podía llegar a hora de recogerme, mientras que mi padre tenía diferente horario y salía mas tarde. Pero quiero que sepan que a los dos los quiero por igual.

Todo lo que sé se lo debo a ellos por diferentes motivos. Mi madre me ha ayudado más en el tema de los estudios, a la hora de hacer los deberes, y también en relación a los problemas de amigas, aunque no han sido frecuentes. Mi padre, por su parte, como es diseñador se ha centrado más en asignaturas como plástica o matemáticas que en otras. También me gustaría agradecer a mis profesores de primaria que han sido para mí unos grandes mentores en todo este trayecto. De mi hermano no puedo decir que ha sido un gran guía, pero porque aún es muy pequeño, aunque a su manera ha hecho mucho por mí y se lo agradezco infinitamente.

Mis padres siempre han estado ahí tendiéndome su abrazo o recibiéndome con una sonrisa cuando hace falta. Yo creo que todo lo que les debo no puede ser compensado con ningún regalo ni con escribirles un poema bonito o diciéndoles mil veces te quiero, aunque la intención cuente, lo que les debo, y yo creo que todos les debemos a nuestros padres mucho, nunca se podrá explicar con palabras. Mi amor hacia ellos es sobrenatural, traspase toda frontera, es imposible de expresar.

Aitana Palao Peydró, 1ºESO B

Todo lo que sé lo aprendí de ti, abuelo. Tú eres el que me ha cuidado desde muy pequeñita, el que me ha acompañado a todos los sitios a los que yo quería ir, el que me ha mimado como si fuera su pequeño tesoro, el que me ha querido como si fuera su hija. Como no tengo más abuelos ni abuelas, pues yo te quiero y te querré más que a ninguno.

Tú me has enseñado a valorar las cosas, a decirme que los sueños que tenía de pequeña los tendría de mayor y, que sino los llegaba a cumplir, que no pasaba nada porque la vida sigue. Si tú no existieras, yo no sería igual, mi vida sería apagada y un poco triste. Eres bueno, humilde, sincero, gracioso… En definitiva, lo que todo ser humano quisiera tener y, por suerte, yo te tengo a ti.

Gracias por enseñarme lo mejor de la vida abuelo.

Lucía Brotons Sarabia, 1ºESO B

Yo he aprendido mucho de mi madre. Ella siempre me dice lo que está bien y lo que está mal.

Es ella la que me enseñó a comportarme educadamente en todos los sitios. Y me inculcó grandes valores, como el de la educación y el respeto hacia los demás.

Me hizo ver lo importante que es compartir, y saber estar a la altura de las circunstancias.

Ella me ha enseñado que si me marco una meta, un objetivo, con esfuerzo y constancia lo conseguiré.

Aitana Prats Parra, 1ºESO B

Todo lo que sé lo aprendí de mi madre, ella me ha enseñado a hacer muchas cosas: a vestirme, a comer, a ducharme…, pero lo más importante es que me ha enseñado a vivir. Ella es la mejor persona del mundo, hace unas cocas insuperables, es una gran profesora de inglés, me apoya en los peores momentos…

Lo que más me gusta es que ella es una de mis mejores amigas, no me da vergüenza ir por la calle cogidas de la mano y dándonos besitos, porque le quiero tal y como es y no me importa lo que diga la gente.

Gracias a ella estoy en el Club Teixereta de Baloncesto, “El Teixe”, porque me paga las fichas de juego, y me permite seguir adelante con mi sueño. Y sobre todo, gracias a ella vivo.

Nosotras nos queremos mucho y un día acordamos que ella cuidaría de mí para siempre y yo cuidaría de ella para siempre.

En conclusión, ¡ella es la mejor del mundo!

Silvia Casanova Llinares, 1ºESO A

Desde que era pequeña mis padres han estado conmigo. Mi madre fue la que me hizo distinguir aquello que estaba bien, de lo que estaba mal. Me enseñó cosas que no sabía , y me ayudó a ser como soy hoy. Siempre ha sido como mi amiga, mi modelo de comportamiento a seguir. Mis amigas siempre me dicen que es encantadora, muy simpática.

Es muy buena persona, procura buscar solución a todos los problemas. Mi madre es muy especia para mí, tal y como es, y siempre será para mí la mejor. Por eso hoy he decidido hablar de ella, porque me siento orgullosa de mi madre. De hecho, todo lo que sé lo aprendí de ella, de mis padres.

Lidiana Martínez Pérez, 1ºESO A