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¡Bienvenidos al Blog de Lengua y Literatura!

¡Estimados alumnos y alumnas! Hoy celebramos la inauguración oficial del blog de lengua y literatura. Un espacio virtual pensado y diseñado para ser escaparate de vuestras creaciones literarias. Así que ya sabéis… ¡leer mucho para darle alas a vuestra imaginación y que ésta cobre vida sobre el papel! Y recordad que siempre seréis bien recibidos en esta nuestra tertulia literaria.

Fotograma El Club de los Poetas Muertos

 

 

Cartas al cielo

A mi abuelo

Mi abuelo era una persona alegre, era una persona que a pesar de su edad estaba lleno de vida. Era todo un ejemplo para mí porque me enseñaba a respetar a la gente, a valorar las cosas que tenemos y a no estropear la comunicación con mi hermano al pelearnos por tonterías. Siempre que podíamos íbamos a visitarlo y a él se le veía en la cara la alegría que le daba cuando íbamos a verle.

 Siempre recordaré cuando estábamos en su casa y mi hermano y yo corríamos por los pasillos y él nos decía: “No corregueu que aneu a caure!”, y nosotros no hacíamos caso y siempre acabábamos uno de los dos en el suelo; o cuando nos escondíamos en el armario de la fregona y siempre sabía que estábamos allí; o también cuando siendo más pequeños llegábamos mi hermano y yo y enseguida le preguntábamos que dónde estaban los folios y las pinturas.

 Aun me acuerdo de aquel día que salimos del colegio muy contentos porque era el último día del segundo trimestre, y porque además se acercaba la semana santa y nos íbamos de viaje con unos amigos; pero todo cambió cuando llegamos a casa de mi otra abuela Carmen, y mis padres nos llamaran y nos dijeran aquello de que ya éramos mayores…pues entonces entendimos todo lo que había sucedido. Fue un golpe muy duro de superar, ya que era la primera persona cercana a nosotros, o mejor dicho de nuestra familia, que había faltado. Yo lo superé con el apoyo de mi familia y amigos y pensando que así es la vida y que a todos nos llega el momento.

 Hoy lo que más echo de menos es ir a casa de la abuela y ver que ya no estás ni estarás, pero me consuela saber que allí donde estés, estás en un lugar mejor.

 TE QUIERO ABUELO.

 Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

A mi tía Mari

¡Hola tía Mari! ¿Te acuerdas de mí? Soy Jorge. Te escribo esta carta porque fuiste una persona estupenda, y ahora seguro que también lo eres. Yo no me acuerdo muy bien de ti, porque cuando tú te fuiste yo era pequeñito, apenas tenía conciencia. Cuando yo nací tú ya tenías aquella maldita enfermedad que no te dejaba en paz, que no te dejaba vivir a gusto, disfrutar de tu familia y amigos… Yo de pequeño decía: ¿Por qué mi tía tiene qué pasar por ello?, y ahora que tengo 12 años sigo preguntándome lo mismo: ¿Por qué te tocó a ti?…

Aunque yo era muy niño tengo muchos recuerdos tuyos, como cuando estábamos en el pueblo; o jugando en el patio de la casa alrededor de la fuente; o cuando a mi hermana y a mí nos regalaste una bolsa con los primeros euros, que por cierto, todavía guardo.

Toda la familia habla muy bien de ti y cuentan muchas cosas que vivieron contigo. Tu nombre sale en muchas conversaciones y reuniones familiares. Se nota que fuiste una mujer encantadora. A mí me hubiese gustado pasar más tiempo junto a ti, y lo cierto es que me gustaría muchísimo que estuvieses entre nosotros para decirte lo mucho que TE QUIERO…

 Jorge Serrano Arratia, 1ºESO A

A ti, Don Antonio

 ¡Hola Don Antonio!, Hay muchas cosas que te quise decir cuando estabas conmigo y no pude, especialmente en los días que pasabas más dolor a causa de tu enfermedad y nadie se enteraba.

 Cuando estoy en misa, y en muchas otras ocasiones, me acuerdo siempre de ti. Y lo que más me afecta y me duele es que te fueras sin haberme podido despedir como me hubiese gustado.

 Eras una persona especial para toda la familia, siempre preocupándote más por los demás que por ti mismo. Recuerdo que todos los domingos después de misa íbamos a verte y nos iluminabas el corazón con tu sonrisa. Eras humilde, honrado y agradecido.

Cuando falleciste se apagó un poco el pueblo, pero todos te llevamos en nuestro corazón.

                                                                   Mila Martínez Ferrero, 1º ESO B

Para mis mejores Abuelitos

 ¡Hola abuelitos! ¡Qué pena que no estéis aquí!, os echo mucho de menos, al igual que mis abuelitas. Aquí han pasado muchas cosas desde que os fuisteis, y todos los días me acuerdo de vosotros. Gracias a que me dais fuerzas desde el cielo estoy yendo bien en los estudios. Sé que en todo momento estáis a mi lado, y seguro que en la otra vida podremos estar de nuevo todos juntos y ser felices.

 Yo en todo este tiempo no he dejado de pensar en vosotros y espero que vosotros también. Quiero deciros que os quiero muchísimo y que todas las cosas que hago en mi día a día me recuerdan a vosotros, e incluso mi madre y mi padre me dicen que me parezco a vosotros.

Espero que estéis bien y que siempre os acordéis de que os quiero mucho y nunca os olvidaré.

 ¡OS QUIERO MUCHO!

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

A mi bisabuela Loreto

Mi bisabuela Loreto se fue al cielo con casi 100 años. Yo fui su primera biznieta, y tanto mi madre como mi abuela me cuentan que cuando nací estaba muy contenta y decía que ya se podía ir de este mundo. Me cogía en sus brazos y me cantaba coplas de su pueblo. Yo era muy pequeña cuando murió, pero mi abuela tiene una foto con ella y conmigo en brazos, y aunque no esté con nosotros siempre hablamos de ella como si siguiera aquí.

Mi madre siempre me dice que algunas veces la muerte no es justa y le llega a personas jóvenes que tienen mucho que vivir. En estos días yo veo a mi madre llorar por sus abuelos, mi tío abuelo y por su amigo, y yo le digo que no hay que estar tristes porque ellos siempre están con nosotros, pues les recordamos con mucho cariño.

 Inés Díaz Peñalver, 1ºESO A

A mi bisabuelo

Hace ya 12 años, cuando yo tenía tan solo un año, murió un ser querido muy importante para mí. Se fue el 25 de febrero del 2001, a los 74 años. Falleció a las nueve de la mañana en el hospital Virgen de Los  Lirios.

Me gustaría haberle conocido mucho más, pero no pudo ser. Según me ha contado su esposa, mi querida bisabuela a la que estimo mucho, era una persona simpática, agradable, amigo de sus amigos. Le gustaba la caza y se pasaba horas y horas. Le gustaba también estar con su familia y sentía una devoción especial por los niños. Es triste, pero la vida muchas veces no es como nosotros queremos ni como la planeamos, los momentos que no te gustaría que pasasen nunca, pueden suceder cuando menos te lo esperas.

Descansa en paz

¡Te quiero mucho Bisabuelo!

Elena Sánchez Zafra, 1ºESO B

Mi abuelo Rafael 

Rafael murió el 21 de abril de 1998 con tan solo sesenta y tres años a causa de una dura enfermedad, justo casi un mes antes de la boda de mis padres, lo que supuso un golpe muy duro para la familia. Mis hermanas y yo no tuvimos oportunidad de conocerle. Hay muchas cosas que me gustaría haberle dicho, y por eso le escribo esta carta:

Querido abuelo:

Siempre he querido decirte que te quiero, que te echo de menos y que ojalá pudiera haberte conocido, porque me han contado cosas fantásticas sobre ti. Me han contado que te encantaba la caza (eso lo demuestran esos trofeos de casa de la abuela, las fotos) y de alguna manera, aunque no te conocí, todo me recuerda a ti.

Quiero decirte que estás en mi corazón, que no solo son los recuerdos, de alguna forma siento que me acompañas, que siempre estás a mi lado. Te quiero abuelo, te adoro, eres mi ejemplo, mi camino, mi luz, y quiero decirte que te echo de menos. Desde aquí un abrazo, un beso, y un te quiero. Hasta siempre, Celia.

Celia Sanjuán Cantos, 1ºESO B

¡Hola Abuelo!

Te estoy escribiendo esta carta para que allí donde estés puedas recibirla y leerla, espero que estés bien. Me encantaría acordarme de cuando yo era pequeño, que siempre que estaba triste o enfadado tú me calmabas.

Ya llevamos 5 años, casi seis, sin estar contigo. Ese trágico día todos lloramos y a todos nos dolió, nos dolió mucho que dejaras de estar con nosotros. Voy a intentar esforzarme y estudiar mucho para cumplir con la promesa que un día te hice: sacarme el graduado.

Siempre que estoy decaído pienso en ti, y me pregunto a mí mismo “¿por qué tuviste que dejarnos?”…

Emilio Hueso Romero, 1ºESO B

A mi abuela, Celia

Abuela, tú me enseñaste a pronunciar mis primeras palabras, a dar palmas, también me enseñabas canciones, me llevabas al parque casi siempre, y te encantaba jugar conmigo.  Era tu única nieta, tu niña, la que te sabía sacar una sonrisa a pesar de una enfermedad en el corazón que nunca te pudieron detectar. Gracias a ti, los dulces eran más ricos, jugar era más divertido y el tiempo siempre pasaba muy rápido cuando estabas a mi lado.

No existen mejores historias que las que contabas tú, cuando me sentaba en tu regazo. Tú eras la mejor cocinera que existía, por el simple hecho de que siempre le ponías amor a lo que hacías.

Siempre fuiste muy importante para mí, y lo sigues siendo.  Te echo mucho de menos. Recuerdo que poco antes de morir me decías que desde el cielo me cuidarías por siempre. Te valoré en todo momento, pero ahora mucho más porque, ya sabes, nunca valoras lo que tienes, hasta que lo pierdes…

Besos, tu nieta Verónica.

Verónica Gisbert Ruiz, 1ºESO A

Para mi abuelo

Abuelo, tú tocabas muy bien el clarinete. Me enseñaste a dar mis primeros pasos. Aún me acuerdo de tu voz: era grave, pero a la vez muy dulce .Una de las cosas que más recuerdo es cuando apenas tenía tres años, fuimos los dos a merendar a un valle, éste estaba lleno de flores de todos los colores : rosas rojas, moradas, amarillas… Las mejores historias siempre me las contabas tú. Cuando mis padres me regañaban siempre acudía a ti para buscar consuelo. Ya han pasado tres años desde que falleciste, y te echo mucho de menos.

PD: En mi opinión los abuelos deberían ser eternos, pues aunque no nos hayan dado la vida, sí que nos han enseñado a vivirla.

Denisa Turcu, 1ºESO A

Abuela…

Hoy hace un año y cinco meses que te fuiste. Todos te echamos mucho de menos, porque siempre has sido una persona encantadora. Todavía recuerdo cuando me enseñabas a hacer: cocas, saginosas, brazo de gitano, etc. Ahora mismo seguro que te gustaría ver cómo lo hago, ya que gracias a ti aprendí. A veces, la gente habla sobre su familia y te recuerdo, porque nunca te olvidaré ni yo ni nadie. Me acuerdo cuando en tu casa, el primo Rober y yo nos metimos en la despensa, cogimos una cebolla y la mordimos, tú nos regañaste, pero si lo hacías sabías que era siempre por nuestro bien, porque nos querías mucho aunque fuésemos unos pequeños trastos. Cuando iba contigo a comprar, siempre terminabas preguntándome si quería algo, y fuese lo que fuese me lo comprabas. El día que nos dijeron la mala noticia todos lloramos mucho, pero tras unos días de recuperación se nos pasó esa gran pena, pensando que tú desde el cielo nos dabas todo el amor y cariño del mundo. 

Marina Chorro Alcaraz, 1ºESO A

Homenaje a mi madre Ana

Hace siete años murió mi madre. Yo solo tenía cinco años (recién cumplidos). Para mí era la persona más importante de mi vida. Murió a causa de una enfermedad, el día 18/01/2007.

Ella era una persona sensata y simpática, le encantaba leer y trabajaba con mis dos tías en el Maigmó. En los ratos libres a ella y a mí nos gustaba pasear por el pueblo, ver películas y jugar juntas en la casa del árbol. No la conocí mucho y me hubiera gustado conocerla más, porque yo no era consciente de lo que tenía a mi lado.

Adriel Sánchez Quiles, 1ºeso B

                                                                      

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A nuestras estrellas del cielo…

Los alumnos de 2ºESO suman su coraje, su fuerza, su talento y sus corazones para mandar un nuevo paquete de cartas al cielo, para que todas esas estrellas que guían e iluminan nuestro camino desde allí arriba se sientan felices y orgullosos…

Cielo estrellado

Para mi primo Fran:

Hola, Fran. Han pasado ocho años desde que te fuiste y todo ha cambiado mucho, el ambiente no es tan alegre como cuando estabas tú. Apenas me acuerdo de ti (pues sólo tenía 5 años), pero gracias a las fotos recuerdo algunos momentos. Ahora tengo un hermano, se llama Víctor. Él no te conoció, pero le gustan las fotos en las que nos divertíamos. ¿Te acuerdas de esas tardes en las que jugábamos? Eran muy divertidas…

 Tu hermana se casó hace dos años con su marido. Ella tiene una peluquería debajo de mi casa y cuando necesito algo voy y me ayuda. Mi madre dice que me parezco un poco a ti. Ahora nuestra prima se ha ido a vivir a Galicia con su novio y a hacer las prácticas de lo que estaba estudiando. Hace un año nació nuestro primo. Se llama César. A él seguro que también le hubiera gustado conocerte.

Alejandro Esteve Díaz

Juego en el Rayo Ibense. Me dijeron tus padres que tú jugabas de portero en La Villa  (un equipo que formaste con tus amigos). Cada año, el día que te fuiste, celebramos un memorial donde se disputan varios partidos entre tus amigos y tus compañeros de clase. He pensado que para el año que viene podíamos hacer un equipo toda la familia…
Donde quiera que estés sigues con nosotros. Espero que nos veamos de nuevo. Un abrazo.

Alejandro Esteve Díaz. 2ºESO A

Querido Javier:

Aunque eres mi primo no llegué a conocerte del todo. Desde que tengo conciencia venías a verme una vez al mes, ya que era pequeña y no podía salir, y tú tenías que trabajar. Sólo llegué a verte hasta los ocho años, pero aun así, cuando venías no solíamos hablar mucho, siempre eran 10 minutos de silencio, sin saber qué decir, pero aún en ese silencio yo te sentía como mi hermano mayor, porque me cuidabas lo mejor posible.

Poco después dejé de verte, por alguna razón no podías o no querías venir. Yo no me daba cuenta de lo que estaba pasando, hasta que llegó mi tía llorando a casa, es decir, tu madre. Yo me encontraba en mi habitación jugando, pero empecé a escuchar sus lamentos, así que me asusté y fui corriendo a ver qué pasaba. Mi madre y ella no me querían preocupar, así que me dijeron que se había asustado mucho, porque te habías puesto enfermo. En ese momento lo vi algo normal, ya que pensé que era un simple constipado. A los dos días cambió mi punto de vista, justo en el momento que me dijeron que habías muerto. Al principio pensé que era una broma, solo para que me enfadara, pero cuando llegué a casa, mi madre me repitió las mismas palabras que aquella persona. Me puse muy triste y rompí a llorar en el sitio en el que me encontraba, no podía moverme, tampoco dejar de llorar, cuando pensaba una y otra vez que no te podría volver a ver nunca más, que no pude despedirme, que no pude aprovechar hasta el último segundo junto a ti…, todo ello me ponía más triste aún.

Ana Carbonell Prieto, 2ºESO B

 Por eso te escribo esta carta, para decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que te extrañamos todos… Ojalá estuvieses aún aquí, con nosotros. Que te marcharas así me hizo valorar aún más la vida, y me hizo ver que nada se consigue a la primera, que todo cuesta su trabajo y que cuanto más empeño y esperanza pongas, más fácil será todo, y tú fuiste el mejor ejemplo de lucha y valentía. Te agradezco todo lo que hiciste por mí y por todos, gracias.

Un fuerte abrazo mío y de todos los que te queremos.

De tu querida prima, Ana

Ana Carbonell Prieto. 2ºESO B

Miriam…

Hola prima, ¿Cómo estás? Yo estoy bien y espero que tu también lo estés, aquí en casa te echamos mucho de menos todos, y vamos muchas veces a visitarte al cementerio, a menudo nos damos cuenta de lo importante que eras para todo el mundo, todos te envían flores, eres especial para todo el mundo.

Thais Mirón Fernández

 La yaya también está bien, aunque yo creo que se hace la dura por dentro para que nosotros no estemos mal…

 Tus papás también están bien, aunque te echan mucho de menos igual que yo…

 Desde pequeñita tú eras como un ejemplo a seguir, me encantaba estar contigo y nos lo pasábamos bien juntas, ¿te acuerdas? A veces pienso que todo sería diferente si tu aún estuvieras aquí… sé que todo el mundo comete errores, pero pienso que tú me hubieras ayudado mucho en todo y que a lo mejor mi vida no sería igual…

 Y bueno, sé que todo esto sólo son letras que jamás podré decirte, pero sé que desde algún lugar me estarás escuchando y quiero que sepas lo mucho que te quiero, y ¿sabes? Me encantaría poder decirte todos los te quiero que nunca te dije.

 Parece que estés lejos pero en realidad yo sé que estás muy cerquita de todos nosotros, recuerda que nos une un corazón…

 Te quiero muchísimo Miriam.

Thais Mirón Fernández. 2ºESO A

Hola tío:

Hoy me he levantado y he pensado en escribirte. Ya hace más de un año desde aquel 20 de Septiembre, aquel día en el que te vi por última vez. Ha pasado mucho tiempo, pero yo te sigo recordando todos los días como si estuvieras a mi lado. No sabes cómo han cambiado las cosas desde que te fuiste. Sin ti nada es lo mismo, toda la familia te echa muchísimo de menos, desde el momento en el que desapareciste nada es igual. Pero tu vida ha dejado huella en la mía. Muchas veces al pensar en tu ausencia lloro, pero ese llanto no es siempre de tristeza, otras veces es de emoción, y te preguntarás ¿por qué? Pues esa emoción es por lo orgullosa que me siento de haber tenido la oportunidad de estar a tu lado, de pasar una parte de mi vida junto a ti y haber aprendido miles de cosas. Me enseñaste a ser fuerte, a sonreír ante todo y a ser feliz por muy difícil que fuera la vida. Y así hiciste tú. Me encantaba ver cómo a pesar de sentir un dolor insoportable  por tu enfermedad, siempre te levantabas y nos dabas un beso a todos. Me impresionaba como ibas de hospital en hospital y hacías reír a todos los enfermeros que te atendían. Pocas personas pueden hacer eso, y tú eres una de ellas.

Carla Juan Beneyto. 2ºESO B

Fueron cinco años de lucha continua, tú fuiste muy fuerte y lo demostrabas en cada momento. Toda la familia está orgullosa de ti. A veces, cuando salimos a la calle y el cielo está nublado, Claudia dice que tú estás en una de esas nubes, para guiarnos y protegernos desde el cielo. Yo sonrío y le doy un beso, porque sé que eso es lo que harías tú. Sabemos que aunque no estés aquí, siempre estarás con nosotros. Tu mujer Asun baja todos los domingos a la iglesia para rezar por ti, dice que en ese momento es cuando más cerca te siente, aunque ella siempre te recuerda. Tus hijos tampoco te olvidan. Todos los días rezan para que allá dónde estés, estés bien. Debes sentirte orgulloso de ellos, porque para tu mujer y tus hijos eres lo más importante en esta vida. Yo tampoco me olvido de ti, para mí siempre serás un ejemplo de vida y sé que todos los momentos que he vivido junto a ti quedarán guardados en mi corazón, porque merece la pena pararse a pensar y recordar todos esos días en los que estábamos juntos, en todas tus bromas que me hacían reír tanto hasta que me dolía la barriga, pero luego siempre quería volver a reír. Espero que tú también te acuerdes y sonrías porque eso es lo que de verdad me hace feliz. Nunca olvides lo mucho que te queremos, y recuérdalo: “hoy y siempre, juntos” aunque nos separe tiempo, distancia y vida, estaremos juntos para siempre, porque tú lo prometiste antes de marcharte y sé que se cumplirá. Hasta siempre, desde siempre y para siempre.

TE QUEREMOS MUCHO TÍO.

Carla Juan Beneyto. 2ºESO B

A mi abuela…

Has sido mi segunda madre, has estado conmigo en los momentos más difíciles para nosotros y has hecho de nosotros una familia unida e inseparable.

María Castillo Berlanga

Luchadora y discreta has sabido aguantar como nadie, en esta vida que no te ha sido nada fácil. Me es difícil poder relatar la historia de mi vida junto a ti, porque todos  y cada uno de los sentimientos que me embarcan son difíciles y especiales. En mi, ha habido dos épocas que me han marcado, en las cuales siempre has estado conmigo arropándome, aunque en una de ellas, nosotros te arropábamos a ti, pero eso no importa porque ahora nos cuidarás para y por siempre. Me da pena no poder volver tan a menudo a aquella casa, aquel lugar, aquellas paredes donde están escritas miles de historias que jamás podré describir. Siempre he sentido que no podía estar sin ti, especialmente cuando era pequeña y me dedicabas todo el tiempo del mundo, cuidándome como tu propia hija, y haciendo de mi una persona que hoy en día soy; pues haga lo que haga, gane lo que gane o sea lo que sea, todo os lo debo a ti y a ellos. Ahora mismo me agradaría poder ver esa sonrisa dibujada en tu cara, que disfrutarás y te rieras tanto con nosotros, y que sobretodo en este mismo instante en el que estoy escribiendo, pudiera salir y darte un abrazo. Te hecho mucho en falta, pues la vida no es lo que parece y cuando menos te lo esperas sucede esa injusticia que nunca quisiste que se hiciera realidad, pero pese a ese miedo en el que estaba encerrado tu corazón, lo superaste y pudo más tu valentía que tu temor. El día que te fuiste fue realmente raro y oscuro, sinceramente no daba crédito a lo que estaba viviendo entonces, te habías ido y jamás, jamás volverías, pues como le decía a Rebeca en esa situación tan incómoda que ambas estábamos viviendo, mi vida cambiaría mucho a partir de aquel instante, aquel acontecimiento o simplemente aquel ingenuo día.

Para concluir este pequeño homenaje, quiero decirte que siempre te llevaré presente en mi corazón y aunque no te lo haya dicho muy a menudo, te amo abuela.

María Castillo Berlanga. 2ºESO A

                 Para mi abuelo…

Querido abuelito:

Hoy me he dedicado a escribirte algunas palabras para decirte y expresarte mis sentimientos, aunque en sólo unos pocos párrafos me resulta muy difícil resumir todo lo que fuiste mientras estabas con nosotros. Hablar de ti sin tener casi recuerdos es algo complicado, ya que nos dejaste cuando yo solo tenía tres añitos, pero no te preocupes,  porque mis padres y la abuelita se han encargado de contarme todas tus experiencias.

Ellos me cuentan que tú fuiste una persona muy inteligente, responsable, luchadora, muy familiar y amigo de tus amigos. Cuando me dijeron esto pensé que me gustaría parecerme a ti.

Otra de las cosas que me llama la atención cada vez que entro en tu casa es la cantidad de trofeos que tienes, (se nota que te gustaba mucho el tiro y la caza). Supongo que desde allá dónde estés echarás mucho de menos estar con los más queridos, pero tan sólo decirte que todo lo que en algún momento disfrutamos juntos -aunque no fuera por mucho tiempo-, nunca lo perderemos.

Marta Cortés Vera, 2ºESO A

Algo que me hace reír cada vez que me lo cuentan es cuando me quitabas lo que tenía en las manos y yo me enrabietaba y te miraba con extrañeza, pero la abuelita siempre estaba ahí para decirte: “ Victoriano deixa a la xica!”, ésta es sólo una de las muchas cosas que me gustaría poder recordarlas por mí misma, pues eso significaría que habrías pasado más tiempo a mi lado.

Podríamos haber jugado y reído como siempre he hecho con la abuelita. Todo ese tiempo habría sido más entretenido y divertido si hubieras estado con nosotros, por eso te extrañamos y desearíamos que siguieras a nuestro lado, porque durante estos años sin ti ha habido momentos muy importantes para mí que me hubiera gustado compartir contigo, como el día de mi primera comunión, mis cumpleaños….

También decirte que en este tiempo la familia ha crecido, y ahora tienes dos bisnietos que son mellizos, Carlos y Miguel, y en poquitos días llegará el tercero, que se llamará Izan. ¡Ojalá estuvieras aquí para poder conocerlos y pasar buenas tardes junto a ellos!, porque conseguirían hacerte reír.

Tampoco puedo seguir escribiéndote mucho más, pues no has pasado casi tiempo a mi lado (cosa que he echado mucho en falta), porque sentir el aprecio y los abrazos de un

 abuelo es el mejor regalo que pueda desear. Y hoy por eso  puedo decir que eres la persona más especial que nunca que he conocido.

Espero que desde ahí arriba nos sigas queriendo y cuidando como lo hacemos nosotros cada día.  La abuelita siempre me decía que poder contar con el cariño y los consejos de un abuelo es el mejor tesoro que una persona pueda conservar con el paso de los años, y por lo que veo yo no he sido una afortunada al no poder abrazarte ni contarte mis problemas, pero te prometo que nunca me olvidaré de ti y que siempre notaré la falta de no tenerte a mi lado, al igual que espero que lo hagas tú conmigo.

Marta Cortés Vera. 2ºESO B

Abuela

Hola abuela, ¿qué tal estas? Espero y deseo que bien, ojalá que estés en un buen lugar rodeado de tus padres y tus amigos. Desde que no estás aquí todo ha cambiado, te echamos mucho de menos, especialmente en los cumpleaños, las comidas, las cenas…en definitiva, en todos los momentos de nuestra vida.

Por aquí todo va bien, vamos luchando y superando lo que se nos plantea. El abuelo está bien, ahora vive con la tía, aunque yo lo noto un poco triste. Él siempre nos ayuda a  todos, pero sobre todo a la tía. Siempre está yendo al cementerio a arreglarte las flores, como sabes es muy perfeccionista y siempre intenta dejarte la lápida lo mejor posible. La tía, el tío Antonio y María también están muy bien. Javier está hecho un bicho, se ha vuelto muy revoltoso aunque siempre sabe cómo hacerte reír con sus tonterías. Marcos y mis padres también están bastante bien. Mi padre está un poco sensible y se acuerda mucho de ti, pero yo sé que tú estás siempre con él para apoyarle y animarle cuando más lo necesita. La tía Mari, y todos los del pueblo se acuerdan mucho de ti. Y yo, aunque estoy animada, te echo mucho de menos. Echo de menos tu presencia, tu voz, tu arroz (el mejor del mundo con diferencia), el ir a tu casa, hablar contigo, contarte lo que me ha pasado y muchas cosas más.

Rebeca Berlanga Juárez

Tú has estado en los momentos más importantes para mí, y en la mayoría de mis recuerdos, como cuando jugábamos a que yo tenía un restaurante, cuando me esperabas en la esquina de la puerta del colegio, cuando María y yo te dibujábamos cosas en las libretas, también recuerdo cuando nos echabas pipas en los ceniceros vacíos… y si tuviera que escribir todo lo demás necesitaría dos hojas más.

Últimamente no hay muchas novedades, la única más importante es que Bernardo se casa, seguro que le hubiera gustado mucho que pudieras ir. Todos te echamos mucho en falta y te deseamos que estés donde estés, seas feliz. Quiero darte las gracias por todos estos años en los que me has ayudado, apoyado, y aguantado cuando más lo necesitaba. Me has dado una lección de vida, que nunca olvidaré. Has sido, eres y siempre serás una de las personas más fuertes que he conocido, nunca te has rendido y siempre has contado con la ayuda de todos nosotros. Te estoy muy agradecida por todo lo que has hecho y por ser una de las personas más importantes para mí.

Gracias por todo abuela, te mereces lo mejor.

Te quiero,

Rebeca.

Rebeca Berlanga Juárez. 2ºESO A

Querido abuelo:

 Aunque no te haya conocido, (por pocos meses), me hubiese gustado mucho hacerlo. Sé muy poco de ti: que te llamas Ramón, que eras una persona buena y agradable para todos los que te conocieron, y que moriste a la edad de 47 años, dejando a la abuela con una profunda tristeza y privada de tu compañía. También mi madre me ha contado que tu vida no era fácil, tenías que ir a trabajar como botones a un hotel en Benidorm, y tenías que hacerlo con tu Fiat500 amarillo, y me pregunto lo que eso supondría para ti, pues la abuela me contó que la gasolina de ida y vuelta era un coste más, porque después te esperaban en casa 8 hijos que cuidar y alimentar.

 Sé que hiciste la mili, (como todos los hombres), y cuando la abuela me contaba anécdotas tuyas, siempre pensaba que tal vez no tuviste una infancia fácil, al igual que ella. Yo me acuerdo casi todos los días de ti, y siempre pienso como hubiera sido nuestra relación juntos, supongo que muy buena. Sé que desde el cielo nos cuidas, y te acuerdas de nosotros, y así lo imaginamos cada vez que nos juntamos la familia.

Lucía Palau Almarche

 Quiero y deseo que estés donde estés, te acuerdes de mí y me mandes, como puedas, tu amor y felicidad para que siempre estemos unidos, para recordar los tiempos perdidos, entre tú y yo. No me verás, ni me has visto crecer en la realidad, ni tampoco he sentido un abrazo o un beso tuyo, pero eso no importa porque yo te siento muy cercano a nosotros aunque estés lejos.

 Nunca he sabido si te gusta esa vela que encendemos todos los años el día de tu cumpleaños, para tenerte y sentirte más cerca todavía de lo que estás, pero estoy segura de que sí.

 Acuérdate de mí siempre…..Abuelo, te quiero!

Lucía Palau Almarche. 2ºESO B

Carta a mi tío…

 Hola tío:

Hace ya dos meses y nueve días desde que te fuiste, y se me hace raro no escucharte al llegar por la noche a casa y que las nenas y el primo vayan corriendo hacia ti a darte un besazo; también echo de menos esos días en los que solía ir a tu casa a comer o a cenar y que llegaras y me dieras un golpecito por detrás y me llamaras  “ASCARRICASCO”.

Y  cuando me metía contigo te reías y me decías: “ASPASICO CONMIGOOOO….” Y todos nos reíamos.

Me gustaba ver como las primas en el momento que llegabas a casa se te subían encima y solo querían estar contigo y con nadie más. De escuchar a Natalia tan pequeñita correr gritando “papá” ”papá”.

Nunca podré olvidar el día del accidente, justamente era mi cumpleaños tú me mandaste un mensaje a las 8:30 que decía: “¡feliz día! ya eres una mujercita de 13 años, empieza una nueva etapa en tu vida. La etapa del pavo. Felicidades  ascarricasco.”

Arantxa Pérez Tamarit, 2ºESO B

Ese día  me iba con mi madre, mis amigas y sus mamás a comer a un restaurante chino, pero entonces me llamo mi madre y me dijo que todo se anulaba porque habías tenido un accidente, y me puse a llorar  y no podía parar. Y lo peor fue cuando me dijeron que habías muerto, ¡no me lo podía creer!, no podía creer que NO iba a volver a verte.

Me afectó mucho cuando en tu misa dijo el cura que las personas mueren cuando están preparadas,¿ quién puede estar preparado para irse y dejar a tres niños pequeños? es muy fuerte, aunque tú también decías que te ibas a morir joven y todos te decíamos que te callaras y no hablaras de eso.

El once de septiembre fue tu cumpleaños  y fuimos toda la familia al cementerio a cantarte cumpleaños feliz y Elenita te hizo un dibujo y lo dejo en la lápida. Hay veces que Natalia coge tu foto del recibidor y le empieza a dar besos y a llamarte. También la suele coger y se va al sofá, se sube y empieza hablarte.

Tío te echo mucho de menos, siempre estarás en mi corazón  y en mi mente. Cuídanos allí donde estés.

Te quiero y siempre te querré.

Arantxa Pérez Tamarit. 2ºESO B

A mi abuela Gala

Abuela Gala, siento no haber estado contigo en los últimos días, me siento muy mal porque no te cuidé en las últimas horas, cuando todavía tenía tiempo de estar contigo… Tú venias a verme cada día, me recogías los sábados y domingos, me acompañabas al aeropuerto… aún recuerdo los buenos momentos juntas, y siento mucho que tú no quisieras que me fuera con nadie, pero eso será lo mejor para mí y para ti.

Gala Miró Sánchez

Descansa en paz, yo seguiré mi vida sabiendo que estás conmigo. Gracias abuela por tu amor, por la fuerza que siempre tuviste al no dejar nunca de luchar por mí, gracias por todo. Y perdóname por dejarte ir sin despedirme de ti, llegué muy tarde, perdóname abuela, perdóname. 

Gala Miró Sánchez. 2ºESO A

Para mi abuelo…

Hola abuelo, ¿Qué tal?, por aquí todos estamos muy bien y espero que tú también lo estés. Todos te echamos mucho de menos. Me encantaría que estuvieses aquí, quizá las cosas serían diferentes, tal vez un poco mejores; la abuela no se sentiría tan sola y supongo que sería más feliz y podría afrontar sus problemas a tu lado; mi madre y los tíos podrían contar contigo para muchas cosas, al igual que mis hermanos, mis primas y yo también, pero lo afrontamos. No nos hemos olvidado de ti, desde aquí toda la familia te sigue queriendo y recordando, te tiene presente y te menciona en muchos momentos. Cuando algún familiar recuerda algo sobre ti o vemos algún video o fotos  en el que sales nos solemos emocionar, pero eso es algo que aparte de doloroso es bonito.

Hay mucha gente (aparte de nosotros) que tampoco se ha olvidado de ti, muchos amigos tuyos o conocidos cercanos. Todas las navidades, en tu cumpleaños u otras fechas, vienen a traerte flores y no paran de decir lo buena persona que eras y lo que significabas para ellos. Creo que has sido una persona que has dejado huella en los corazones de mucha gente, por tu simpatía, tu bondad, tu sensatez…  

Cristina Ferrero Miró. 2ºESO A                    

Quiero que sepas que, personalmente, cuando alguien dice que me parezco a ti en algunos aspectos me siento muy  orgullosa, aunque sean por tonterías, como cuando dicen que me gusta mucho el paté y el jamón, que tengo tus orejas…

Me gustaría contarte muchas cosas, y ya que ahora tengo un  momento te contaré las más importantes. Tienes tres nietas nuevas: María, Alicia y Teresa, son muy buenas y monas, ¡la tía se va a casar!, su novio es muy divertido y amable y son muy felices. En general por aquí te echamos mucho de menos, pero todos somos muy felices y espero que tú también lo seas.

Te quiere,  

 Tu nieta Cristina.

Cristina Ferrero Miró. 2ºESO A

 Mi tío Ticky

 Ticky era mi tío, aunque en realidad era el primo de mi madre, pero lo consideraba así porque siempre iban juntos a todos lados, parecían hermanos, ellos se llevaban cuatro años, pero no se les notaba . Compartían aficiones, salidas, etc, y mi madre no enseñó a quererlo igual que ella. Mi tío también tuvo una hija: Ico, y como somos de la misma edad nos juntábamos muchas veces . Mi tío ahora tendría 44 años, pero se murió con treinta y tres años a causa de una infección en la cabeza . Yo era muy pequeña, pero como mi madre habla tanto de él es como si estuviera cerca de nosotras.

Paula Ruiz Masegosa. 2ºESO A

Era una persona muy especial, y aunque estuve poco tiempo con él, sí soy consciente de que fue un tío genial y lo será siempre. Ojalá estuviese a mi lado porque pude disfrutar muy poco tiempo de él, de hecho si pudiera  pedir algo, pediría que volviera pues yo era muy pequeña y mis recuerdos son borrosos. Un recuerdo que nunca olvidaré es cuando los dos íbamos al parque  hacer carreras en el tobogán,  él se subía y bajaba, corriendo como un niño pequeño.  También recuerdo que hizo un tapón en el tobogán,  todos los niños se quejaban y el se reía y salía corriendo detrás de un árbol para que todos jugáramos con él. Pocas veces he visto llorar a mi madre salvo cuando se acuerda de él. Ella dice que desde que faltó ya nada ha sido igual porque lo echa mucho de menos. Yo también lo echo de menos y hablo muchas veces con él, sé que me escucha y nos cuida porque nos quiere mucho.

 Ticky, mi tío, siempre estará en mi corazón por lo que nos quiso a nosotras y por lo que cuidó a mi madre. Yo sé y sabré siempre que es el mejor tío que he tenido y que no cambiaria esos pequeños recuerdos que me quedan a su lado, porque era la mejor persona que he conocido y conoceré y sé que el sigue estando ahí y cuando necesito algo me ayuda.

 Te quiero mucho tío y espero verte algún día.      

Paula Ruiz Masegosa. 2ºESO A

 Carta a mi tío…

Aquel día lo recuerdo como si fuera ayer… llegué a casa del colegio y allí estaban: mi abuela y mi abuelo llorando, y mi pregunta fue ¿por qué?. Me dijeron que habías fallecido, que uno de mis tíos más divertidos ya no estaba con nosotros.

Todavía hoy no me lo puedo creer. Falleciste en tu camión mientras dormías. Cuando te hicieron la autopsia dijeron que no padeciste. Una semana después de tu fallecimiento te trajeron a España desde Francia, donde te quedaste durmiendo dentro del camión y ya no despertaste desafortunadamente. Ahora me doy cuenta de que es verdad lo que dicen, y es que los mejores son los primeros en irse.

Valeria Masegosa Navarro

Ahora lo único que quiero pensar es que allá donde estés, estás bien, cuidándonos como hacías siempre y preocupándote de que todos estemos bien.

Ya tienes otra nieta que se llama Victoria, es muy pequeñita y dormilona. Tu mujer Mª Carmen hace todo lo que puede para estar bien e ir superándolo poco a poco, pero todos sabemos que dejaste en nosotros una huella imborrable y que no te olvidaremos. Tu mujer pasa casi todas las semanas en San Juan con vuestro hijo Jose, y va cada semana al cementerio de esta ciudad a visitarte. Se nota que te quería y que aún te quiere y esperemos que esto sea así para siempre.

Para mí siempre fuiste y serás un ejemplo a seguir. Eras un hombre sencillo y a la vez completo, divertido, amable, gracioso, en resumen, eras perfecto.

Aún me acuerdo de las últimas Navidades junto a ti, en las que cuando nos dieron el aguinaldo a mi hermana y a mí te dijimos que si nos lo podías cambiar por un billete, y como no, tú amablemente aceptaste, pero te guardaste el dinero e hiciste como si no hubiera pasado absolutamente nada, y después con un truco de magia nos hiciste aparecer el billete. Son tantos recuerdos los que tenemos de ti…

A partir de ahora quiero que casi todo sea un siempre. Un siempre recordando tu voz, un siempre recordando tus risas, un siempre recordando tu cara, un siempre recordando tantos momentos vividos junto a ti, pero un nunca olvidándote. Y ¿por qué? Pues porque te he querido, te quiero y te querré. Has sido mi todo, lo eres y lo serás.

 Besos de tu sobrina, Valeria♥

Valeria Masegosa Navarro. 2ºESO B

A mis abuelos

¡Hola abuelitos y abuelitas!, he querido escribiros a todos porque no quería elegir a uno solo, pues no me parecía justo, además así podré hablar con los cuatros, ya que no os pude ver y me habría gustado mucho.

Mis padres me han contado muchas cosas sobre vosotros, me contaron anécdotas del  abuelo José, de la abuela Dori, del abuelo Manuel y de la abuelita Lorenza. Me contaron, entre muchas otras cosas, cuando el abuelo Manuel  le apostó un duro al primo Fernando a que podía morderse la oreja , y como Fernando no se creía que pudiera morderse la oreja, le confirmó la apuesta, y entonces el abuelo Manuel se cogió la dentadura y se mordió la oreja. También me contaron que el abuelo José siempre que se iban mis padres, se comía todo el jamón serrano, ¡mi madre dice que en eso me parezco a él!

Sheila García Martínez

Os recuerdo por las fotos, siempre que veo una foto en la que estáis, me quedo mirándola fijamente, tratando así de recordar vuestra mirada y cada detalle de vuestra presencia.

Recuerdo como erais: La abuelita Dori llevaba un recogido, también llevaba  una camisa negra, un collar colgaba siempre de su cuello, tenía una nariz chata y unos labios gruesos.

El abuelo José llevaba una gorra en la cabeza, una camisa a cuadros, y unos pantalones de pana; de su mano cogía un garrote, un garrote que aún guardamos en casa de recuerdo. Sus ojos eran vivos como sus ganas de comer.

El abuelo Manuel llevaba una camisa negra  y una chaqueta verde, llevaba unas gafas marrones, y su forma de mirar transmitía alegría y simpatía.

La abuelita Lorenza llevaba un vestido largo con unas chanclas. Sus cejas eran gruesas, su nariz chata y sus labios finos y largos.

Así eran mis abuelos a los que nunca conocí, pero ojalá pudiera haberlo hecho porque estoy segura de que fueron personas maravillosas.

Hasta la próxima carta, vuestra nieta Sheila.

Sheila García Martínez. 2ºESO A

Carta a mi bisabuela

 Hola, querida bisabuela. Antes que nada debo decirte que me siento muy afortunado de haberte conocido. Hace ya unos tres años que ya no estás entre nosotros, pero yo todavía te sigo echando de menos. Me da un poco de pena pensar que ya no podrás asistir más a todos esos eventos familiares, donde nos reuníamos y pasábamos tiempo juntos. Realmente hacías y decías poco, pero ya con tu sola presencia llenabas de alegría y felicidad la sala donde residíamos. Admiro en ti tu forma de ver las cosas, de intentar ser siempre feliz y sé que lo fuiste por esa alegre, aunque disimulada sonrisa dibujada en tu rostro viejo y desgastado.

Siempre te llamamos “Rulla”, aun sabiendo que tu nombre era María. Me dijeron que te llamaban así porque de pequeña tenías rizos por doquier, pero yo nunca lo entenderé, quizás porque no te vi a una temprana edad.

Toni Vicedo Pina

 Moriste a la edad de noventa y ocho años, ¡qué se dice pronto!, un triste veintiséis de diciembre. Por desgracia, de esos noventa y ocho años yo solo te pude disfrutar unos once, pero ese golpe se ve amortiguado por el hecho de que sé que te marchaste feliz. Recuerdo aquellas ociosas tardes de verano que pasaba contigo y con mi abuela jugando al parchís, las cartas y otros juegos de mesa. Además, recuerdo perfectamente el día en el que me comunicaron tu muerte. Yo acababa de despertarme y vi a mis padres en la sala de estar, aguardando mi salida. Entonces me lo dijeron. Pensé que era una broma, que era el día de los inocentes, pero no fue así. Entré en el tanatorio y lo comprobé con mis propios ojos, en efectivo, allí yacía tu cuerpo pálido y sin vida detrás de ese cristal. Entonces corrí hacia mi abuela, la abracé y ambos empezamos a llorar, mientras mi abuela pronunciaba unas suaves palabras en mi oído: «Era inevitable».

Toni Vicedo Pina. 2ºESO B

Hola tío:

Aquí te echamos mucho de menos, ya hace tres años que te fuiste, pero por mucho tiempo que pase nunca te olvidaremos. Desde aquel fatídico día he sentido que faltaba algo en mi vida, y ese algo eres tú, sin ti ya nada es lo mismo: ni esos viajes, ni las comidas familiares… Uno de los momentos que más echo de menos son esas tardes jugando a juegos en los que tú siempre hacías trampas…, cuando veíamos la tele en los sofás tapados con las mantas hasta arriba y comentábamos todos los programas, que si ésta es fea, guapa…

María Saavedra Guillem, 2ºESO B

El día que sí que no olvido fue cuando me dijeron que habías tenido un accidente de coche y ya no te iba a volver a ver…. Cuando llegué a casa de la abuela , vi a toda la familia más triste que nunca y llorando, ya no me pude contener más y rompí a llorar, ese día fue uno de los más tristes de mi vida esos, de esos días que no le deseas ni a tu peor enemigo pero que no puedes hacer nada para que no pasen.

Todos de echamos muchísimo de menos y hacemos todo lo posible para estar felices que es lo que tú hubieras querido.

Te quiero mucho. Tu sobrina, Maria

María Saavedra Guillem, 2ºESO B

 

 

 

 

Dedicado a todos nuestros Ángeles…

Alguien dijo una vez que las buenas personas nunca se van para siempre, pues permanecen eternamente en el corazón de los que tanto las quisieron. Pensar en todo lo vivido junto a ese ser querido nos reconforta, nos llena de paz, y le da sentido a nuestra existencia…hasta el momento en que podamos reencontrarnos en esa gran familia llamada Cielo.

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Recetas de la auténtica FELICIDAD

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Carla Juan Beneyto (2ºESO B)

Ingredientes:

Para poder elaborar la felicidad, necesitamos esta serie de ingredientes:

250 gramos de alegría

500 gramos de sonrisas (deben ser sonrisas verdaderas, las falsas no tienen sabor)

3 cucharadas de optimismo y otras 3 de positividad

Una buena dosis de familia y amigos

Una pizca de empatía

100 gramos de experiencias (sirven las buenas y las malas también, se pueden incluir fotos, canciones, sueños, libros…)

150 gramos de amor (de cualquier tipo y hacia cualquier persona o cosa)

2 cucharadas de sencillez y modestia

Preparación:

En primer lugar, debes mezclar la alegría y las sonrisas y asimilarlas muy bien.

En otro recipiente a parte, echa las 3 cucharadas de optimismo, las 3 de positividad y las 2 de sencillez y modestia. Cuando estén bien mezcladas, añade la empatía.

A continuación, pon en el recipiente a todos tus amigos y a toda tu familia, y después los 100 gramos de experiencias.

Por último, mézclalo todo, hornéalo y después decóralo con amor.

Presentación:

Se sirve dentro de ti mismo y es bueno tomar todos los días. Así es como se conserva la felicidad, tomándola todos los días.

Consejo:

Esta receta puede variar dependiendo de la persona que la tome y de la ilusión con la que la elabore. “Con los ojos cerrados, los sueños despiertos”.

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Ana García Juan (2ºESO A)

No hay una receta específica para la felicidad, sino que cada persona tiene sus ingredientes para hacerla más jugosa. Pero en general, casi todas las personas tienen en su lista: una sonrisa, para nunca estar triste y alegrar a los demás con ella; un recuerdo especial, para cuando te pongas a pensar siempre te acuerdes de aquel buen momento y recrees en tu mente y en tu corazón la sensación que sentiste cuando ocurrió; no ser rencorosos, porque la gente no es perfecta y te puede fallar, pero lo importante es sobreponer lo bueno a lo malo y pensar en todo lo que esa persona hizo en su día por nosotros; tener fuerza de voluntad, para cumplir las metas que uno se propone y en el futuro no tener la frustración de no haber cumplido aquello que tanto anhelamos; esperanza, con ella podrás esperar a que tus deseos se cumplan.

Todo esto es lo básico, a partir de aquí cada uno añade sus propios ingredientes para hacer su propia e intransferible receta de la felicidad. Por ejemplo, al final algunos ponen una sonrisa para no olvidar las mejores cosas de la vida; otros aumentan la cantidad de recuerdos para saber quiénes eran y cómo han llegado donde están ahora; y hay gente que agrega una pizca de inocencia a esta receta para jugar como lo hacían cuando eran niños y así se podría continuar… porque como he dicho antes cada uno tiene su propia receta. Y tú, ¿qué le añades?

LA RECETA DE LA FELICIDAD por María Castillo Berlanga (2ºESO A)

Comenzaré diciendo que esta “receta”, si es que se puede llamar así, no es como las demás: en las que las medidas deben ser exactas, pues cuando se trata de la felicidad todo es relativo, precisamente porque en la vida casi todo es impredecible y no es posible planear exactamente todo como nosotros queramos. De hecho, no es bueno planearlo todo porque quizás las mejores cosas son las que ocurren gracias al destino o la casualidad. Tomando como referencia ese punto de partida, para mí la clave de la auténtica felicidad está en superar o afrontar con la mayor tolerancia posible situaciones que en nuestra vida no nos son favorables, y por otro lado, saber aprovechar esos buenos momentos que no deberíamos dejar escapar de ninguna de las maneras.

Comenzaré hablando de la primera razón: Afrontar situaciones desfavorables con tolerancia. Yo creo que cuando nos encontramos ante situaciones difíciles, deberíamos de acordarnos de todas esas experiencias agradables vividas anteriormente y sacarles el mayor jugo posible; con esto quiero decir que quizás deberíamos restarle importancia a cosas que sabemos que no las tienen y centrarnos en lo que sí merece la pena, pues lo realmente importante, y lo que nos causa dolor, llega sin buscarlo, y es ahí cuando debemos de luchar y exprimir nuestras fuerzas, de manera que sea como sea, nos sintamos orgullosos de nosotros mismos. Y respecto a la segunda idea: Aprovechar los buenos momentos. Considero que debemos de aprovechar cada segundo y vivirlo como si no hubiera un mañana, ya que esos segundos jamás volverán de la misma manera y después no querremos quedarnos con la “espina” de no haber disfrutado.

Yo creo que ambas premisas están de algún modo relacionadas entre sí, pero tampoco hay que asumirlas al “pie de la letra”, ya que siempre hemos de adaptar las cosas a nuestras circunstancias. Esta es mi particular “receta de la felicidad” y creo que sería bueno que cada persona se crease una propia para ser feliz.

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Pablo Galiano Durá (2ºESO B)

Yo creo que no tengo ningún momento feliz en especial. Desde que nací he vivido momentos muy felices y otros no tanto, pero ninguno destaca por encima del resto. Cada mañana me despierto con una sonrisa porque quizá, quién sabe, durante ese día viva algún suceso muy especial que sobrepase los vividos hasta ahora.

Yo soy de ese tipo de personas que piensan que la vida es un regalo y hay que aprovecharla, si en momentos de tu vida no te ocurre nada bueno no es por nada en concreto, ya llegarán momentos mejores, porque la vida es como una caja de bombones, no sabes lo que te va a tocar vivir; también suelen decir que la vida es como una montaña rusa, llena de momentos malos en los que te apetecería bajar y de momentos magníficos en los que repetirías una y otra vez.

La vida a veces da reveses en los que piensas: “para que levantarme si me voy a volver a caer”, pero eso no es lo que hay que pensar, lo que hay que pensar es: “me voy a levantar para superarme y no volverme a caer jamás “, pensando así será muy difícil que algo o alguien se interponga entre tú y tu felicidad, porque la vida suele dar golpes, pero hay que saber enfrentarse a ellos y combatirlos con coraje.

Para ser feliz es necesario saber elegir nuestro camino y ser sensato y coherente en las decisiones que emprendamos.

Yo pienso que la receta de la felicidad no precisa de muchos, ni de caros, ni elaborados “ingredientes”, pues basta con ponerle ilusión, entusiasmo, energía, dedicación, cariño y una pizca de locura a la vida para alcanzar la felicidad plena.

 LA RECETA DE LA FELICIDAD por Cristina Ferrero Miró (2ºESO A)

A mí hay muchas cosas que me hacen sentir muy feliz (los postres dulces, las buenas notas, las risas, muchas risas, las canciones…), pero si tuviera que quedarme sólo con algunos ingredientes elegiría:

  • 250 gramos de actividades o aficiones. Yo creo que es importante, ya que hacer actividades entretenidas y que te gusten te mantiene distraído en muchas ocasiones en las que necesitas olvidarte de tus problemas. Además es una forma de pasártelo bien.
  • 270 gramos de escapaditas o planes especiales. A mí, por lo menos, me encanta salir de casa los fines de semana, ya sea con mi familia a Alicante, Valencia o algún pequeño viaje fuera de Ibi o con mis amigos a dar una vuelta por el pueblo.
  •  300 gramos de amistad. Para mí tener amigos es muy importante. Con ellos puedes hacer un montón de cosas divertidas, y contar con ellos cuando más lo necesitas es algo fundamental. Siempre van a estar ahí, aunque alguna vez haya una pequeña pelea o no nos entendamos, lo vas a pasar bien con ellos, te van a hacer reír y vivirás con ellos recuerdos inolvidables.
  •  350 gramos de familia. La familia es muy importante. Desde que naces hasta que ellos mueren siempre van a estar ayudándote, enseñándote importantes lecciones y apoyándote en todo momento. Tu familia, pase lo que pase, te va a querer, por eso hay que mantener buena relación con ella, y hay muchas formas divertidas de hacerlo: pequeños viajes familiares, comidas familiares, paseos…

Si todo esto lo mezclas bien con todas tus fuerzas, lo pones en un buen horno y lo decoras con pequeños, pero especiales detalles, habrás preparado un precioso y delicioso pastel de la felicidad, que poco a poco te lo irás comiendo, y cuando se acabe, con esfuerzo e ilusión lo volverás a preparar con todos esos ingredientes que a ti te hacen tan feliz.

No hay que olvidar que al igual que en la elaboración de un pastel, las cosas no siempre salen como tú esperabas, pero todo se puede volver a intentar, y cuando al fin lo consigas, te sentirás genial.

LA RECETA DE LA FELICIDAD por Luis Bernabeu Martos (2ºESO B)

La felicidad es algo que todos buscamos y a veces no nos damos cuenta de que ya la tenemos.

La felicidad es ver la parte buena y positiva que tienen las cosas y en definitiva la vida, saber valorarlas, apreciarlas y  disfrutarlas. Como cuando suena el despertador, que nos avisa de que debemos levantarnos cada mañana, y decimos: ¡jooo, otra vez! cuando en realidad deberíamos decir: empieza un día más para disfrutar y aprender. Me asomo a la ventana y  llueve, es invierno, hace un frío que pela, ¡pero qué más da!, si tengo una casa donde no me voy a  mojar. Voy al colegio, ¡qué suerte tengo!, hay cantidad de niños que no tienen esa suerte,  pues tienen que ir a trabajar para poder comer; y allí encuentro gente con la que charlar, jugar y que me quieren enseñar.

Pasada la mañana, vuelvo a mi casa y por la calle me encuentro a mi abuelo esperándome para preguntarme, ¿Cómo te ha ido hoy?…y por fin llego a mi casa, abro la puerta y digo ¡hooola! y mi familia, todos a la vez, contestan ¡hooola! ¿qué tal?, y me siento en la mesa, y mientras comemos, comentamos cómo nos ha  ido la mañana. Esto es tener mucha suerte, pues hay familias que no todos los días pueden disfrutar de este rato.

Para mí esto es la felicidad, disfrutar del momento, con mi familia y con mis amigos y no pensar en el mañana, pues hay gente que está toda la vida pensando en el mañana y se olvidan de vivir hoy.

Mi receta sería la siguiente:

Ingredientes: mis padres, mi hermano, mis abuelos y mis amigos.

Preparación: mucho amor, cariño y comprensión, juntamos todos los ingredientes y nos sale la receta perfecta de la felicidad.

Espero que esta receta la copie todo el mundo.

 

La gran clave de la vida…

Hay algo en lo que todo ser humano coincide, y es en la necesidad de encontrar la felicidad, de hecho todos venimos al mundo con ese firme propósito. John Lennon contaba como anécdota que cuando de niño una maestra le preguntó que quería ser de mayor, él respondió: FELIZ, ante lo cual la maestra le dijo que no había entendido la pregunta, y él respondió con agudeza: quizá usted no haya entendido la vida…

La familia, el amor, la amistad, el cariño, la confianza, los recuerdos…son algunos de los principales ingredientes para conseguir la felicidad plena, pero luego cada persona añadirá a esta receta su toque especial…¡Conozcámoslas!

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Sueños…

¿Quién no ha soñado alguna vez que volaba libre por el cielo, que se perdía entre la suavidad de las nubes, que cumplía al fin su gran meta, que se encontraba de nuevo con sus seres queridos para decirles lo mucho que les quería y la falta que le hacen, quién no ha soñado alguna vez con el mar, o se ha encontrado de frente con sus grandes temores?…¿Por qué soñamos lo que soñamos? Tal vez necesitemos escapar por unas horas de esa realidad que en ocasiones no nos es grata, o simplemente porque necesitamos creer que en algún lugar de nuestro subconsciente nuestros sueños más profundos tienen la posibilidad de cobrar vida.Conozcamos algunos de los sueños de los alumnos de 1ºESO…

Steve Jobs

El sueño que me hizo reflexionar…

Una noche me acosté pensando en las personas que siempre están tristes porque no tienen todo lo que necesitan y soñé con un cuento:

Una vez había una familia que tenía mucho dinero debido a la herencia que habían recibido de sus antepasados. La familia estaba formada por tres hijos y la madre de éstos. El día del cumpleaños de la madre, cada hijo le regaló una cosa: el primer hijo era el que menos dinero tenía, pero sin embargo, era el más feliz de los tres y con el dinero que poseía le regaló unos pendientes y un perfume con amor. El segundo hijo tenía más dinero que el anterior, éste era menos feliz que el primero, pero estaba conforme y siempre sonriendo, y le regaló un buen viaje. El tercero era el que más dinero tenía, pero sin embargo, nunca en su vida había sonreído y siempre estaba triste, él le regaló una isla, aunque a la madre no le gustó, el hijo se quedó muy sorprendido, porque con los anteriores se había puesto muy contenta.

Estuvo toda la noche sin dormir, con lo agradecida que era su madre le parecía irreal su reacción. A la mañana siguiente, en los primeros instantes de luz del día, le preguntó a su madre qué quería y ella le dijo que sólo quería que estuviera feliz y le regalase una sonrisa, así que el hijo aliviado y contento se la regaló con mucho amor.

Cuando me desperté me di cuenta de que ese sueño me había hecho reflexionar, y a partir de ese momento, todas las noches doy gracias a Dios por todo lo que tengo.

Mila Martínez Ferrero, 1ºESO B

Mi sueño…

Un día soñé que me despertaba en medio de una pista de baloncesto y que de repente escuchaba a la gente de mí alrededor gritar mi nombre y decir: ¡Vamos Lidia que eres la mejor!  Sentí entonces un escalofrío y me di cuenta de que estaba jugando al baloncesto en medio de la selva, contra unos monos y en mitad de la noche .Yo no entendía nada, era todo muy real, pero en realidad no podía serlo. Me acuerdo que mi equipo y yo íbamos ganando, y me decían que querían que jugara en un equipo muy famoso, y que al día siguiente podría empezar así que les dije que sí y me fui a mi casa (que estaba cerca de una catarata en la que me duchaba).

Al día siguiente, -cuando la luz ya iluminaba mi habitación-, me levanté,  cogí el supuesto equipaje del equipo en el que iba a jugar. Nuestro contrincante era un equipo formado por payasos que daban mucho miedo; al principio íbamos perdiendo, pero luego yo empecé a meter canastas sin parar y finalmente ganamos, fue entonces cuando me nombraron capitana. Pero de repente desperté, y me di cuenta de que todo había sido un sueño, y me quedé con las ganas de seguir soñando…La próxima vez no me quedaré jugando en el ordenador a mi juego favorito de baloncesto. 

Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

Mi sueño

Era un día como tantos otros, fui al colegio, descansé un rato después de comer, hice los deberes, y cuando llegó la noche me dormí, y a partir de este momento empezó una aventura inolvidable…

Mi cuerpo volaba por el cielo, atravesando las nubes como un avión, y desde ahí podía ver a todos los pueblos de alrededor, estaba siendo una experiencia espectacular. Iba cruzando los bosques y volaba cada vez más rápido, y aunque me daba miedo, al mismo tiempo era muy divertido. Me acercaba a las ciudades, estaba todo iluminado y desde el cielo era fantástico. Vi a unas niñas jugar, miraron hacia el cielo y se quedaron con la boca abierta al mismo tiempo que asustadas, yo me di cuenta que podía detenerme y saludarlas y me entonces me preguntaron:

-¿Tú eres real o irreal?

Y yo contesté…

-Yo soy real no tengáis miedo ¿Queréis venir conmigo?

Aceptaron y nos fuimos las tres volando por todo el mundo y nos lo pasamos muy bien, fuimos hasta unas cascadas de agua increíbles, pero justo en ese momento me desperté, abrí los ojos y vi que estaba en mi cama. Me dio pena, pero al mismo tiempo alegría. Miré el reloj y eran las 7 de la mañana, estaba a punto de levantarme pero eso sí, estaba deseando que viniera la noche para seguir ese sueño que parecía tan real y tan fantástico.

Estela Ortega Bernabéu, 1ºESO B

La misteriosa llanura

Aquella noche parecía normal, lo que no sabía era que iban a pasar cosas tan extrañas.

Yo trabajaba en la cafetería del pequeño pueblo en el que vivía, un pueblo de montaña aislado por altas cordilleras.

Salí del trabajo, y me dirigí a mi casa. Aquel día, atajé por calles por las que no solía pasar muy a menudo. Empezó a hacer viento, y de repente se fue la luz, dejando todo el pueblo a oscuras. Me quedé paralizada pensando en que no tenía ninguna linterna, ni nada que me alumbrase el camino, solo la pálida luz de la luna, que solamente realzaba la silueta de los árboles que habitaban entre la lejana maleza. Seguí caminando, hasta que me di cuenta de que no conocía nada de lo que me rodeaba. Me había perdido, estaba en el claro de un bosque, rodeada de arbustos y hierbajos, a lo lejos se veía una pequeña llanura. Pensé en bajar para ver si se podía observar un poco más de lo que desde allí se veía. Bajé corriendo, hasta que llegué hasta abajo, y como no, no se veía nada hasta que una potente luz que se acercaba rápidamente me alumbró por detrás, me giré, miré al suelo, y me di cuenta que estaba sobre unas vías de tren, y lo que venía hacia mí era un convoy. Me quedé petrificada, no podía mover ni un músculo, y no podía salir corriendo que era lo primero que se me pasó en aquellos instantes por la cabeza. Escuché a una pequeña niña, hablándome entre sollozos, pero no recuerdo bien lo que intentaba decir.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, se me quedó la mente en blanco, y me desperté ya en el pueblo, de camino a mi casa. No sabía si lo que había pasado era real o irreal, era como si me hubiese tele-transportado a otro sitio, como cuando el viento se lleva volando las hojas secas de los árboles y nunca sabes dónde van a parar, me sentí como una de esas tantas hojas que cada otoño se pierden por los lugares más remotos del mundo.

Ángela Mínguez Bernabéu, 1ºESO A

Uno de mis sueños                 

Esa noche estaba viendo un episodio de C.S.I bastante interesante cuando de repente se fue la luz, yo me quedé con la intriga, y no tuve más remedio que irme a dormir, pero pronto empezaría un sueño de lo más extraño…

Estaba en mi casa como cualquier día, cuando de pronto se oyeron en la calle unos disparos, yo salí a ver qué ocurría, y sin darme cuenta, presencié un acto de asesinato, me dio tiempo a ver cómo echaba a correr el asesino. Éste llevaba guantes, parecía que ya lo había hecho antes, pues nada más torcer una esquina sacó de una gran bolsa negra una especie de disfraz, y en cuestión de unos instantes adquirió de nuevo la presencia de un chico normal, que a mí me sonaba de algo. Al poco tiempo todo se llenó de policías, yo curiosa me asomé y comprobé que la víctima era una joven con el pelo castaño, que a parte del impacto de bala presentaba otras heridas leves por el cuerpo. Minutos después algunos policías llamaron a la puerta de mi casa y yo les conté todo lo que había visto, me llevaron a comisaría para que indicase cuál de los allí presentes concordaba con mi descripción, enseguida lo vi, estaba justo enfrente de mí,  lo llevaron a juicio donde le declararon culpable. Aquella mujer, como tantas otras, había sido una víctima más del maltrato.

En ese momento desperté, ya era por la mañana, había sido un sueño horrible, pero un sueño al fin y al cabo, lo triste es que la violencia de género es real.

                                                                                                                          FIN

 Celia Sanjuán Cantos, 1ºESO B

¿Sueño o pesadilla?

Supuse que eran alrededor de las 8 de la tarde, porque ya era prácticamente de noche. Salí de casa. No había nadie por la calle, todas las tiendas, bares etc. estaban cerrados. Me pareció muy raro, pues no era un día de fiesta. Escuché un ruido extraño, pero no vi nada, me asusté y empecé a andar. Sentía que algo o alguien me seguía, pero no veía a nadie a mi alrededor. Empecé a correr. Asustada no sabía qué hacer, no podía meterme en ningún sitio y me daba la sensación de que estaba dando vueltas todo el tiempo. Después de un rato corriendo me di cuenta de que no había salido de mi calle, asustada y confundida quise entrar en casa, pero la puerta había desaparecido. Ahora sí que no sabía qué hacer estaba al borde del pánico y ese ruido no paraba de meterse en mi cabeza como una taladradora. Ya era absolutamente de noche y la calle sólo estaba alumbrada por  una farola con una bombilla que parecía que se iba a fundir de un momento a otro. En la esquina distinguí una sombra acercándose a mí. De repente supe lo que era aquel ruido, no era un ruido, sino palabras… me estaban llamando. No podía salir de allí, estaba atrapada. Cuando sólo estaba a unos centímetros de mi, vi una luz y me desperté. Mi padre estaba en mi habitación me decía: «¡Natalia, Natalia, despierta que se te va a hacer tarde para ir al cole!´´ Me dijo que me había movido mucho, pues la sábana y la colcha estaban en el suelo. Yo estaba sudando no entendía nada, todo había sido tan real…

Natalia Peydró Medina, 1ºESO B

Sueño fantástico

Un día de esos en los que tienes mucho sueño, y sólo piensas en que cuando acabes de cenar te irás enseguida a la cama, pues así me sentía yo aquella noche. Dicen que siempre se sueña, pero unas veces lo recuerdas y otras no, ese día yo tuve un sueño que sí recordé…

Estaba en una calle desierta y era de noche, en la calle sólo había una farola con luz. De repente sentí un escalofrío, una fuerte brisa me arrastró hasta Yellow, el país amarillo. Todo era amarillo en aquel lugar, hasta las flores. Había una bruja mala, que fue la que ordenó la llegada de aquel fuerte viento que me llevó hasta su país. Una ciudadana buena me dijo que casi todas las almas del país de Yellow las tenía la bruja Otily, que las quería para poder hacerse más poderosa, pero le faltaba un alma y justamente me toco a mí. Cuando estaba hablando con la ciudadana llamada Zora vinieron los guardianes de la bruja Otily, y me llevaron hasta el castillo de la bruja. Cuando entré en él me di cuenta de que todas las almas estaban encerradas en el interior de un collar que llevaba. Me maniataron con unas cuerdas, pero me las pude quitar y le arranqué el collar  a Otily, y pude liberar a todos los ciudadanos. En ese momento me desperté y pude seguir durmiendo con tranquilidad…

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

Fin de semana en la montaña:

Eran las 22:30 horas cuando me fui a dormir y me adentré en un sueño muy profundo, en el que viví una aventura maravillosa…

Era fin de semana y mis amigas y yo decidimos irnos a la montaña y dormir allí. Montamos nuestras tiendas de campaña y preparamos los sacos, pues pronto empezó a anochecer y  teníamos ganas de irnos a dormir. Estaba muy cansada, ya que durante todo el día estuve haciendo los deberes para poder irme de camping.

Todas dormían profundamente, pero una amiga y yo no pudimos dormir en toda la noche, estuvimos contándonos nuestros secretos y nos dieron la 3:00 de la madrugada. Como estábamos muy cansadas, decidimos irnos de allí y nos fuimos a mi casa;  cuando llegamos todos dormían, y al día siguiente volvimos a la acampada para que no se preocuparan. Era sábado y ese día nos lo pasamos genial, fuimos a pescar y exploramos el lugar, bajamos al pueblo, cogimos nuestras bicicletas y fue muy divertido.

El sábado por la noche decidimos dar una vuelta por el pueblo y de nuevo regresamos a la acampada, y al día siguiente nos despertamos a las 11:00 de la mañana, ¡por fin era la hora de volver a casa!…

De repente oí la voz de mi madre llamándome ¡baja, por favor, a desayunar!, ¡esta niña no se despierta!… y entonces respondí: ¡ya voy mamá!. Todo había sido un sueño.

Lucía Vicedo Márquez, 1ºESO B

Mi sueño…

Todo empezó a las doce de la noche cuando no podía dormir, encendí entonces mi lucecita de color ámbar y empecé a soñar…

Aparecí en una mansión muy colorida, las paredes eran naranjas, los techos azules, los muebles multicolor, un  gato amarillo chillón … No sabía dónde estaba pero tenía que investigar, la casa mareaba mucho ya que no tenía una forma recta si no todo lo contrario. Los suelos eran a cuadros de color blanco y negro, formando al mismo tiempo una ondulada espiral sin ningún sentido, pero lo más extraño era que parecía real, y que por mucho que me pellizcara no iba a despertar, así que no perdí el tiempo y me puse a cotillear aquella mansión. Cada puerta tenía una forma diferente, pero ninguna era recta, las había redondas, otras tenían forma de animal…pero ninguna cuadrada.

 En la puerta número uno, (que tenía forma circular) había una mujer cosiendo un gato de lana, ésta cantaba una canción muy alegre, pero cuando yo le hablaba diciéndole si ella también se había perdido, ella no me escuchaba y seguía cantando, yo insistí e insistí hasta que al final pegué un grito y dije: ¿Te has perdido? ¡Yo no encuentro la salida! Ella se giró y dijo: ¡no me interrumpas mientras canto! , así que yo tristemente respondí: por favor, no sé adónde ir, me he perdido… Ella dejó de cantar, tiró el gato de lana al suelo, se giró y dijo gritando: ¡Ya está bien, déjame en paz, aquí no hay salida, no vuelvas más! Empezó a correr tras de mí y cerré la puerta de un portazo. No podía contener las lágrimas y sollozos, opté por no abrir ninguna puerta más, ya que creía que me pasaría lo mismo, pero había una puerta que llamó mi atención, una con mucha luz, brillaba como una estrella, estaba al final del largo e inmenso pasillo, abrí la puerta con delicadeza y ahí estaba yo misma, dormida en mi cama, al principio me resultó muy extraño pero poco a poco me fue dando más y más miedo, respiré hondo y me toqué y pellizqué el brazo izquierdo, pero nada pasó… hasta que al tocar la segunda vez desperté y vi a mi madre con una sonrisa diciéndome que me despertara que llegaba tarde al colegio.

                                               Sandra Yago Regidor, 1ºESO B

El sueño

Una vez hace tiempo tuve un sueño. Estaba en una isla de noche, me tumbé en la orilla pensando que nadie vendría a buscarme.

Me tumbé en la orilla para poder ver las estrellas, cuando de repente vi una luz, ¡era una estrella fugaz!. Pedí un deseo: que vinieran a por mí. Pero está claro que eso no podría suceder, por el simple hecho de que una estrella no puede cumplir un deseo. Pero esto es un sueño, y por tanto todo se puede hacer realidad, hasta lo imposible. ¿Quién sabe?…

De repente me dio un escalofrío. No sabía cómo había llegado a ese lugar, y tampoco si era real o irreal, pero parecía lo primero. Estaba confusa, y en ese mismo momento me desperté.

Al despertar me encontré sollozando y sudando. Fue muy raro y el sueño también.

Angie Pabón Peinado, 1ºESO A

        

 

Nuestro corazón está con vosotros, ¡ÁNIMO FILIPINAS!

Es difícil encontrar calor en las palabras cuando el dolor se ha apoderado del corazón, cuando la razón no se explica el porqué de tanto sufrimiento, cuando se ha perdido todo cuanto importaba en la vida; pero aunque cueste creerlo siempre hay una razón para seguir adelante, para luchar y no rendirse.

El sol brillará de nuevo en Filipinas, y vosotros, sus valientes habitantes, encontraréis la energía y la fuerza en el recuerdo indeleble de las personas a las que tanto quisisteis. Ellas os ayudan y os protegen desde el cielo.

Nuestro corazón está con vosotros, y en lo más profundo de nuestro interior deseamos que estos mensajes, que con tanto amor hemos escrito, os den aliento para empezar a construir los cimientos de una nueva vida, en la que seguro podréis volver a sonreír.

En memoria de todas las víctimas…

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«No hay palabras para explicar el dolor que sentís, no hay palabras para expresar el vacío y la impotencia. Almas infantiles que vagáis sin rumbo, ser fuertes, no estáis solos, quizá sintáis que no sois de nadie, pero ahora nosotros os tenderemos la mano. No perdáis la esperanza y luchar por ser felices».

María Castillo Berlanga, 2ºESO A

«Me intento poner muchas veces en vuestra piel, y daría lo que fuese para que os recuperéis pronto. Deciros que de esta catástrofe saldréis, será una de las pruebas mas difíciles de vuestra vida, pero con ayuda de todos lo conseguiréis».

Raúl Requena de la Bella, 2ºESO A

«Desde España os apoyamos y hemos mandado atención médica. Estaremos pendientes de todo lo que ocurra. ¡Ánimo y que el Señor os acompañe en esta etapa de vuestra vida tan complicada!»

Mila Martínez Ferrero, 1ºESO B

«Hola soy Lidia y os deseo suerte a todos los afectados por el tifón, ya que ha sido una gran tragedia para las familias que se han separado, padres que han perdido a sus hijos… Seguramente habrá personas que estén buscando a alguien y se rendirán, pero yo si estuviera en su lugar seguiría buscando hasta encontrarlos, que seguro que así será y podrán seguir siendo felices en un futuro. Espero que este sufrimiento pase muy rápido y que recuperéis vuestra vida cuando antes. ¡Mucha suerte!»

Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

«Ahora es cuando tenéis que ayudaros entre todos. Es normal que lo estéis pasando mal, pero si lucháis juntos podréis salir adelante y ser felices, porque os lo merecéis. Os deseo lo mejor».

Thais Mirón Fernández, 2ºESO A

«Desde España, doy apoyo a los que han perdido familiares, amigos, vecinos, hermanos, padres…Hay que mirar hacia delante, tratar poco a poco de rehacer la vida, y recuperar de nuevo la ilusión».

Lucía Vicedo Márquez, 1ºESO B

«Lo que os ha pasado a vosotros nos puede pasar a todos, por eso os deseo mucha suerte y que os recuperéis muy pronto».

Roberto Bernabeu Sanjuán, 2ºESO A

«Dedico este mensaje a todos esos niños que se han quedado sin familia, sin hogar……Sólo quiero decirles que intenten no derrumbarse, que sean fuertes. Yo desde lejos les envío todo mi apoyo, ¡y ojalá todo pase pronto!».

Katherine Tanaí Tanaí, 2ºESO A

«El pasado 8 de noviembre un tifón llamado Yolanda arrasó Filipinas destruyendo a su paso pueblos enteros y dejando a muchas personas sin absolutamente nada. Desde aquí le mandamos fuerzas y apoyo para que sigan luchando y que no se rindan nunca, porque como dice el dicho si todos ponemos nuestro granito de arena al final haremos la playa entera».

Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

«Sólo desearos que la tristeza que ahora sentís se os vaya poco a poco y que vuestro país vuelva a ser como antes».

Paula Ruiz Masegosa, 2ºESO A

«Sé que por muchas cosas que digamos el dolor y el sufrimiento que estáis pasando en estos momentos no se puede curar con palabras. No obstante, desde aquí os animamos para que no os rindáis y para que luchéis por volver a salir adelante, porque realmente será el tiempo el que se encargará de dejar esta tragedia en un mal recuerdo del pasado».

Natalia Peydró Medina, 1ºESO B

«Sé que mi mensaje de apoyo no hará que los habitantes de Filipinas ni el país se recuperen al instante, pero tal vez sí que les anime un poco y les ayude a recobrar la esperanza. Espero que con la ayuda de otros países y del nuestro, Filipinas se pueda reconstruir pronto y la gente pueda salir adelante. ¡ Ánimo Filipinas!» 

Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

«Siento mucho lo que os ha pasado, pero intentad no desesperaros. Sé que es fácil decirlo porque yo no lo estoy viviendo, pero entiendo vuestro dolor. Me gustaría ayudaros y si con estas líneas puedo hacerlo, pues me sentiré muy contenta».

Angie Ponce Ibarra, 2ºESO A

«Hola me llamo Ángela. Siento mucho lo ocurrido e intentaré ayudar de alguna forma. Desde aquí, desde España, os mando mucho amor y muchas esperanzas para que podáis reconstruir lo destruido por el tifón Yolanda, para que encontréis a vuestros seres queridos y estéis más unidos que nunca. Mucha suerte y ánimo».

Ángela Mínguez Bernabéu, 1ºESO A 

«Este homenaje es para las personas que están sufriendo tanto estos días en Filipinas, desde que ocurrió el tifón, para esas personas que se quedaron sin casa, sin familia, sin nada, y que ahora mismo lo estarán pasando tan mal. Yo les doy mi apoyo para que sigan adelante».

Adriel Sánchez Quiles, 1ºESO B

«La naturaleza puede ser muy cruel con nosotros, pero nunca hay que perder la esperanza de vivir, porque desde aquí todos os apoyamos. Nunca os deis por vencidos y seguir luchando por vuestros sueños. ¡Ánimo Filipinas!»

Ana Carbonell Prieto, 2ºESO B

«Los tifones pueden destruir hogares, hospitales, vidas y varias cosas más, pero nunca destruirán la fe y la esperanza. 

¡Ánimo Filipinas!»

Toni Vicedo Pina, 2ºESO B

«Este mensaje va dirigido a los pobres niños de Filipinas que se han quedado sin casa, sin dinero y sin alimentos…Tenéis que ser fuertes y pensar que todo se va a solucionar, porque en el mundo hay mucha gente que quiere ayudaros, mandando productos de primera necesidad. Muchos de vosotros habréis perdido a familiares y amigos, muchos otros estaréis refugiados con vuestras familias en alguna parte, pero debéis hacer un gran esfuerzo por continuar adelante, aunque lo veáis difícil. Vuestros padres harán lo que puedan porque os quieren y os querrán siempre. Desde el cielo o la tierra siempre estarán en vuestro corazón.

¡Espero y deseo que lo superéis, y que consigáis coger fuerzas para construir de nuevo vuestro hogar!»

Pablo Amorós Gómez, 1ºESO A

 

Reseñas de libros

Estimados alumnos y alumnas aquí os dejo, tal y como os prometí, algunos ejemplos de reseñas de libros. Espero os gusten y os ayuden…

Esclavos del silencio (La piel de la memoria)

La piel de la memoria

Kalil Mtube era un niño como cualquier otro. Había nacido en un continente desdichado y en un país aún más pobre: Malí, en el seno de una aldea que ni tan siquiera figuraba en los mapas: Mubalébala; sin embargo, y a pesar de las circunstancias, Kalil era feliz, feliz porque tenía a sus padres, a sus hermanos y porque en su pequeño mundo, el único que había podido conocer, la gente había aprendido a vivir, como él, de las pequeñas cosas.

Pero los sueños y sobre todo las esperanzas, no conocen geografías, porque residen en el corazón de las personas. Y eso le sucedía al pequeño Kalil, quien solía imaginarse a sí mismo en un futuro como una persona formada, que hubiese aprendido muchas cosas y con un buen trabajo. En definitiva, nada que no desease cualquier persona, sólo que en su caso esa era una ambición que difícilmente podría despojarse algún día del disfraz de la utopía.

Todo empezó a desmoronarse en la vida de Kalil el día en que perdió a su madre: Kebila Yasee, quien le había dado tanto cariño y le había enseñado tantas cosas de la vida. El padre se quedó entonces al cuidado de Kalil y de sus ocho hermanos, pero el sustento familiar no alcanzaba para todos y la situación empezó a ser cada vez más insostenible, hasta que el cabeza de familia decidió tomar una drástica decisión que marcaría para siempre el camino de Kalil.

Era una mañana cualquiera en el pequeño poblado de Mubalébala, y aunque era soleada, algo le decía a Kalil que la oscuridad no tardaría en cernirse sobre él. Su padre mantenía una conversación acalorada con un señor al que Kalil nunca antes había visto. Kalil no entendía apenas nada, simplemente pudo deducir que estaban negociando un precio, pero lo que no sabía es que en realidad estaban hablando de él. Todo transcurrió muy rápido y antes de que pudiera darse cuenta, su inocencia estaba siendo arrastrada a trompicones por la tierra árida sobre la que tantas veces había corrido y jugado. Se desprendió así de la mano de su padre, quien le había vendido con la esperanza de que pudiera encontrar un futuro mejor, y ahora su vida, su libertad estaba en aquellas manos enemigas, cargadas de odio e incomprensión.

Así comienza el desgarrador testimonio de Kalil Mtube, la historia real de un niño al que la vida privó sin miramientos de todo aquello que un día le había hecho feliz, arrastrándole a una carrera sin fin por la supervivencia. Jordi Sierra i Fabra vuelve a sorprender, aunque esta vez con mayor fuerza si cabe, con esta obra de emotivo título: La piel de la memoria.

Durante sus treinta años viajando por el mundo, este autor catalán, tal y como se recoge en el prólogo de esta novela, tuvo la oportunidad de conocer a niños protagonistas de crudas y conmovedoras vivencias. Kalil Mtube fue uno de esos niños a los que la suerte no acompañó; tras ser vendido por su padre, algo que él nunca pudo entender aunque sí llegó a perdonarle, fue conducido hasta una plantación de cacao en Costa de Marfil. Allí pasó dos años de su vida marcados por el horror que infundía el propietario de aquellas tierras: Manu Sibango, quien se limitaba a explotar a todos los niños que habían llegado hasta allí enviados por sus familias con la ilusión de que algún día, tras recaudar algo de dinero, pudieran tener una vida mejor.

Kalil, a pesar de su tierna ignorancia, propia de un niño de once años, sabía que aquello no era justo y que tanto él, como todos los demás niños de aquel agónico lugar, merecían algo mucho mejor, pues al fin y al cabo no habían hecho nada malo para estar allí. Cada día que pasaba era para Kalil una condena y sólo le mantenía vivo sus ganas de escapar, de huir para regresar a su tierra, junto a sus hermanos y poder volver a ser feliz como un día lo había sido.

Nadie reía en aquel ominoso lugar, nadie se quejaba, todo era gris, triste, cada día era igual de duro que el anterior, y las esperanzas de que algún día todo cambiase se habían evaporado con el devenir del tiempo; pero entonces, como un sueño inesperado, llegó ella: Naya. Kalil había escuchado hablar del amor en muchas ocasiones, pero no supo lo que era en realidad hasta que la contempló por primera vez. No tardaron en hacerse amigos, sentían una conexión mágica que les ayudaba a sobrellevar mejor su compleja situación. En cuanto Kalil la vio, supo que Naya sería especial para él el resto de su vida. Y la salvó de su relación con un hombre que tras saber que se había quedado embarazada, la abandonó.

Kalil había encontrado un motivo para continuar adelante, para luchar e incluso para albergar la posibilidad de poder hallar la felicidad aun esas circunstancias; pero desafortunadamente, las cosas se torcieron y Kalil supo entonces que tenía que marcharse de aquel lugar.

Nadie se atrevía a desafiar las normas del vil y despiadado Manu Sibango, pero Kalil lo tenía claro, sabía que tenía que escapar de allí para siempre. Su experiencia le había hecho fuerte y sabía que su madre estaba con él y le guiaba; no sería fácil, pero al menos tenía que intentarlo y así lo hizo…

Resulta extraño pensar que esta historia pueda haber ocurrido en pleno siglo XXI, donde hablar de esclavitud es hablar de una lacra del pasado más remoto, a la que teóricamente un día se consiguió poner fin; sin embargo, no es así. La piel de la memoria es el testigo vivo de una de las muchas, infinitas voces que tuvieron que vivir en silencio ese calvario y de todas aquellas que siguen sufriéndolo hoy.

La piel de la memoria es un canto a la vida, a la verdadera amistad, al amor; pero sobre todo es una historia para reflexionar, llena de valores y con un mensaje claro: amar la vida. A través de un lenguaje sencillo y accesible, el mismo protagonista Kalil Mtube es quien va narrando en primera persona cada paso, cada detalle de su truculenta experiencia, y lo hace con tal naturalidad, que consigue transportar al lector a cada uno de los escenarios de su historia. Sus ojos, los ojos del pequeño Kalil se convierten desde el principio en los ojos de aquel que está siguiendo el relato, y de esta manera consigue que el lector se emocione, se conmueva, se entristezca con él, logrando la plena identificación, en definitiva, una perfecta empatía.

Una historia para pensar, para soñar, para aprender a valorar el verdadero sentido de la vida, para hacernos ver la inmensidad que se esconde en las cosas más pequeñas, una historia para emocionarnos, para hacernos crecer como seres humanos; en definitiva, una historia que nos ayudará a querer ser mejores personas cada día. Así es La piel de la memoria… una memoria, que como cuenta el sabio del poblado de Kalil, Mayele Kunasse, está nutrida y seguirá nutriéndose por todo lo que vamos recogiendo en cada escalón de la vida, para así formar las capas de la misma, su curtida piel.

Caperucita en la ciudad de la libertad (Caperucita en Manhattan)

caperucita

Todos conocemos el cuento clásico de Caperucita Roja: Una niña que vestida siempre con la misma caperuza roja y acompañada de su cesta de magdalenas, iba cada día a visitar a su dulce y tierna abuela con la que le gustaba pasar largas horas. Pero un día, la curiosa y atrevida Caperucita decide, aun a sabiendas de que con ello desobedecería a su madre, tomar otro camino para poder así cruzar el tenebroso bosque, con tan mala suerte que se encuentra a un malvado y feroz lobo que logrará engañarla con su astucia, para llegar antes a la casa de la pobre abuelita…Y el final, como ya sabéis, con adaptaciones infantiles aparte, no es precisamente feliz.

Así era la Caperucita de Perrault y también lo fue de los hermanos Grimm, aunque en una versión más dulcificada. La Caperucita de nuestro tiempo vive en Manhattan, se llama Sara Allen y sueña con la libertad. Creció rodeada por los libros que le regalaba Aurelio, el marido de su abuela, a la que tanto admira. Y esas lecturas plagadas de fantasía y sueños fueron alimentando su fe en que algún día ella sería la protagonista de una de esas historias con las que tanto le gustaba recrearse.

Sara tiene diez años y vive en Brooklyn con sus padres, pero ella no soporta vivir allí, porque desde bien niña se convenció a sí misma de que las cosas más maravillosas sólo pasaban en Manhattan, el núcleo central de la ciudad de Nueva York. Cada noche, cuando todas las luces se apagan, Sara pasa minutos e incluso horas imaginando que vaga libre por las calles de la gran manzana, descubriendo a su paso secretos e historias que jamás podrá olvidar.

Cada sábado, Sara, su madre y una gran y sabrosa tarta de fresa, la preferida de la señora Allen, cuya receta es un auténtico secreto de familia, van hasta casa de la abuelita en Morningside. Sara adora a su abuela, le fascinan las historias que siempre le cuenta, su poderosa imaginación y su carácter espontáneo e intrépido, tan diferente al de su madre, quien siempre la lleva fuertemente cogida de la mano y no la deja soltarse ni un segundo. Para Sara, el sábado es el mejor día de la semana porque es con su abuela con quien Sara puede compartir sus sueños y su afán por descubrir.

Caperucita en Manhattan

Un día, tras un fortuito accidente familiar, Sara ha de pasar el fin de semana sola, algo que ve como una oportunidad, una oportunidad para hacer por fin realidad su sueño de perderse por las calles de Manhattan, y conocer así gente, escuchar las historias que se esconden detrás de cada una de esas personas, embriagarse por el encanto y la inmensidad de cada recoveco de la isla y vivir experiencias únicas e inolvidables.

Sin pensárselo dos veces, Sara, ataviada con su habitual impermeable rojo, sale a la calle en busca de las aventuras con las que tantas veces había fantaseado. Siguiendo el ritmo alegre de su cesta, donde llevaba la ya famosa tarta de fresa que su madre había dejado preparada la noche anterior, toma el metro con la intención de ir a visitar a su abuela; no sin antes hacer una parada esencial en Central Park, una decisión que cambiaría su vida para siempre, porque aquella tarde se encontró, después de tanto tiempo de espera, con la mismísima y ansiada libertad.

Una abuelita valiente, transgresora y bella, que además fue gran artista de su tiempo, la magnífica Gloria Star. Un lobo que sólo mantiene de animal el apellido, pues se ha reconvertido en el señor Wolf, maestro pastelero. Y una niña soñadora, intrépida y con afán por aprender y saber son los protagonistas de la versión de Caperucita más actual, la propuesta por la escritora Carmen Martín Gaite.

Sin perder la esencia y la estructura genuina de la obra original, Martín Gaite supo darle la vuelta a la historia para conseguir que donde antes el lector podía leer miedo, ahora vea libertad y donde antes veía temeridad ahora vea valentía y sueños cumplidos. Perrault describió a su Caperucita como una niña demasiado atrevida y confiada para advertir con ello de los peligros que las mujeres jóvenes podían correr si se acercaban a desconocidos (utilizando para ello la metáfora del lobo). La Caperucita de la gran manzana no tiene miedo a nada, ni a nadie, aunque también ayuda el hecho de que los personajes con los que se encuentra son buenos y dulces con ella, y no viles como lo fue el lobo en el cuento clásico.

Sara, nuestra Caperucita más contemporánea, había soñado infinidad de veces con la idea de poder vivir una historia propia de los cuentos que tanto le divertían, y lo consiguió. No conocemos el final de su historia porque Martín Gaite quiso dejarlo abierto a la imaginación del lector, tal y como a la pequeña Sara le hubiese gustado.

Como todo cuento, Caperucita en Manhattan encierra no una, sino muchas moralejas, mensajes que apelan directamente al corazón de un lector inmerso en una lectura divertida, sencilla, con mucho encanto y donde cada detalle ha sido pensado con la máxima rigurosidad. La soledad en la figura del lobo, la vitalidad en la persona de la abuelita, el valor de la amistad, la niñez más inocente y pura, el poder de los sueños, el afán de libertad, la bondad y la valentía son algunos de los principales temas de la obra, valores que el lector podrá constatar en la personalidad de los diferentes personajes, lo que le ayudará a acercarse más a ellos y a empatizar con sus sentimientos.

La lectura es el placer de viajar con la mente hasta aquellos mundos que tanto nos gustaría conocer. Y Martín Gaite ha cumplido a la perfección con esta expectativa; en Caperucita en Manhattan  nos ofrece la oportunidad de vivir un entrañable y mágico encuentro con la ciudad de Nueva York, para descubrir que detrás del ritmo frenético de sus calles, de sus imperecederas luces y su espíritu trasnochador, hay muchas, muchísimas personas con sueños por cumplir, con deseos de libertad, con ganas de encontrar la paz y la tranquilidad que un día perdieron, entusiasmados por encontrar su sitio y ser al fin felices.

Ulises y su travesía literaria (Días de Reyes Magos)

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Hacerse mayor implica, de algún modo, renunciar a ciertos privilegios de los que gozábamos en la infancia, como podrían ser la inocencia y la ilusión de creer que nada es imposible y que los sueños pueden hacerse realidad de un momento a otro, pues su cumplimiento sólo depende de la fuerza y la intensidad con la que los deseemos. Sin embargo, conforme el devenir de los años se hace más y más constatable, vamos cayendo en la cuenta de que ya nunca podremos regresar a esa etapa de la que en muchas ocasiones no hubiésemos querido escapar jamás.

Pero de repente, en nuestra recién iniciada edad adulta, se cruza de manera inesperada un libro que nos devuelve un pedacito de esa magia que creíamos haber perdido y nos invita a revivir la ilusión de aquellos días en los que esperábamos ansiosos la venida de nuestros adorados y entrañables Reyes Magos, pues aunque hace ya tiempo que descubrimos su verdadera identidad; su esencia, su ternura y su amor nos seguirán envolviendo para el resto de nuestra vida, aunque a veces nos cueste creer en ello.

Días de Reyes Magos no es sólo un homenaje a nuestra literatura, pues son constantes las referencias a grandes clásicos, así como a algunos de sus personajes más emblemáticos; es también una historia dedicada a todos aquellos padres que se desviven por sus hijos y que luchan cada día por llenar sus vidas de alegría, de emoción y de esperanzas.

El protagonista, Ulises, pasa de la noche a la mañana de ser el centro de su casa a tener que convertirse a la fuerza en adulto, sin pasos intermedios que ayuden a digerir mejor ese cambio. Un día un compañero de clase, uno de los más espabilados, “El Guille”, le revela, muy a su pesar, lo que él entonces escuchó como si de un auténtico desacato se tratara, y que venía a decir que los Reyes Magos no eran quienes decían ser en realidad. Este fortuito descubrimiento marcará un punto de inflexión en la vida del joven Ulises, que pasará de ser un niño arropado y feliz a convertirse en el blanco de las continuas discusiones de sus padres, en el foco de las frustraciones de uno y otro, hasta el punto de que arrastrado por unas circunstancias que no le dejan mayor elección, empezará a sentirse profundamente perdido.

Pero lo importante y lo más reseñable es que Ulises nunca estará solo durante ese período de búsqueda y reflexión, pues contará con el apoyo incondicional de su amiga Cali, Calipso, una joven apasionada de la literatura; y de todas las personas que más le quieren, sobre todo sus padres, que sabrán reconocer su error para hacer que la vida del pequeño Uli (como le suelen llamar cariñosamente) sea lo más maravillosa posible.

Un ciego que recita largos romances a la boca del metro y que conoce de memoria largos pasajes de algunas de las obras más ilustres de nuestra literatura; una profesora de gran vocación que intenta transmitir a sus alumnos su amor por los libros y la joven Cali son algunos de los personajes más importantes de esta obra, que a buen seguro ayudará a despertar entre los adolescentes, y los no tan adolescentes, una tremenda inquietud hacia muchos títulos, acercándoles también a su temática de una forma tan sutil, pero tan bien traída al mismo tiempo, que nadie podrá resistirse.

Días de Reyes Magos se constituye como un paradigma idóneo para trabajar el intertexto lector, entendiendo por éste la capacidad de interrelacionar conocimientos previos con otros nuevos que se vayan adquiriendo y sumándose al bagaje ya existente. Ese intertexto lector, como se podrá deducir, será mucho más amplio y enriquecido conforme al nivel de competencia lectora y, con ella, la competencia literaria que tenga cada persona. Conseguir que nuestros alumnos lean, como algunos ya habrán podido comprobar, no es en muchos casos tarea sencilla y más cuando se trata de promover en ellos el interés y el gusto por lecturas más profundas y de mayor calado literario; de manera que recurrir a obras como la del prestigioso autor español Emilio Pascual, puede ser una alternativa francamente productiva.

Ulises era un adolescente, que como muchos de su generación, no sentía especial atracción por la literatura; sin embargo, desde que una mañana descubre en su buzón un ejemplar de La guerra de los botones y otro de El club de los poetas muertos, iniciándose así un misterioso juego que se prolongará durante meses, su concepto de la lectura empezará a cambiar radicalmente, hasta el punto de que su fascinación por el mundo literario y sus personajes será cada vez más significativa y encontrará en ese espacio de sueños e imaginación el calor que tanto necesitaba en ese momento de confusión y soledad.

Víctimas de su destino (Rebeldes)

Cartel peli Rebeldes

En 1967 una joven llamada Susan E. Hinton dio vida a una de las novelas que aún hoy, a pesar de todo el tiempo transcurrido, sigue siendo un referente clave dentro de las obras de literatura juvenil. Rebeldes, como así se llamó, se consagró ya por entonces como la piedra filosofal de los adolescentes de la época. Su temática atemporal, el carisma natural de sus personajes y la cercanía transmitida por cada uno de ellos; así como su fácil y atractiva lectura, reforzada por una alta calidad lingüística y literaria, fueron los factores responsables del éxito cosechado por esta novela que sigue siendo protagonista en muchas de las aulas de todo el mundo.

Ponyboy Curtis, protagonista de la historia, era el menor de tres hermanos huérfanos: Sodapop, el hermano mediano y Darry el hermano mayor. Eran pobres, siempre lo habían sido y de hecho, vivían en East Side, uno de los suburbios más conocidos de la isla de Manhattan; pero sin embargo, aún a pesar de su delicada situación económica, siempre habían sido felices, pues eran una familia humilde y muy unida hasta que un día todo se truncó. Sus padres murieron en un accidente de tráfico y ya nada volvió a ser igual en sus vidas. Darry, quien siempre había soñado con ir a la universidad, tuvo que abandonar su gran meta para convertirse de la noche a la mañana en un responsable y comprometido cabeza de familia con sólo veinte años.

Johnny Cade era hijo único, pero lejos de que esa circunstancia hubiese llevado a sus padres a focalizar en él todo su cariño y atención, éstos nunca le manifestaron ni la más mínima señal de afecto; sino todo lo contrario, su padre bebía y pagaba con él los efectos de una vida de excesos y frustraciones. Por su parte, su madre siempre guardaba silencio y sus ojos, al contrario que los de Johnny que siempre conservaban una chispa de ternura y vivacidad, miraban fría y duramente a quien no era más que un niño de dieciséis años necesitado de amor.

Dallas Winston, Dally, también era el único hijo de un matrimonio que se había desentendido por completo de él. Necesitado de afecto, de valores y de normas, Dally se había ido haciendo a sí mismo como una persona fría, agresiva y aparentemente imperturbable, víctima de la vida que le había tocado llevar cuando no era más que un adolescente de diecisiete años.

 Two-Bit Matthew y Steve Randle, el mejor amigo de Sodapop, completaban el corazón de esta pandilla conocida como los greasers (grasientos), para ellos todo un orgullo y para los socs, sus rivales, una vergüenza, un símbolo de pertenencia a una clase inferior.

Los greasers habían hecho de los vaqueros, las zapatillas de lona y sobre todo de la gomina, su sello de identidad. Daba igual en que situación pudieran encontrarse, y si ésta era más o menos compleja, siempre tenían que ir peinados al estilo que marcaba su estética: bien engominados, pues su largo y voluminoso pelo era al fin y al cabo su rasgo más característico.

Sin embargo, aunque aferrarse a las directrices genuinas de su condición les ayudaba a  sentirse vivos y orgullosos de ser quienes el destino había querido que fueran, su vida estaba marcada por el dolor, el dolor de no haber sentido nunca el amor paternal o de haberlo perdido cuando más lo necesitaban; el dolor y la impotencia de saber que difícilmente las cosas cambiarían y que no tenían más remedio que resignarse a vivir aquello que les venía impuesto. Dolor porque no sólo habían de sobrellevar la carga de su apesadumbrado y gris día a día, sino que además, se veían abocados a peleas constantes y descabelladas con los socs, la pandilla del barrio de West Side (uno de los más pudientes del corazón de la gran manzana) en definitiva, la cara opuesta de la moneda a la que ellos representaban.

Sea como fuere, lo cierto es que greasers y socs, socs y greasers no eran más que un grupo de adolescentes a los que su núcleo social más cercano había convertido en víctimas. Los greasers pedían a gritos afecto y comprensión, amparo en los momentos difíciles y palabras cargadas de ternura para paliar la tristeza que pudiera sobrevenirles, pues no eran más que unos niños sedientos de amor. Los socs eran jóvenes a los que sus padres habían educado en la falsa cultura del materialismo, donde el esfuerzo representaba un papel poco menos que secundario, pues habían sido malacostumbrados a tener cuanto deseaban sin que ello les supusiera gran sacrificio; sin embargo, lejos de sentirse afortunados ante esa situación, ansiaban que sus padres les impusieran disciplina, normas y límites que les ayudasen a distinguir la frontera entre lo que está bien y lo que está mal, pues ellos eran demasiado jóvenes para interpretarlo por sí mismos.

De manera que arrastrados por una sociedad que de algún modo no había sido justa con ellos, encontraron en la violencia su válvula de escape. Un camino equivocado y sin retorno que Hinton quiso retratar en su obra maestra: Rebeldes, una historia sobre el valor de la verdadera y pura amistad; una historia para reflexionar sobre el peso determinante que desempeña el amor paternal en la vida de una persona. Una historia sobre el honor, sobre la capacidad de supervivencia. En definitiva, una historia dedicada a todos aquellos niños a los que la vida obligó a convertirse en adultos sin pasos previos, condicionados por unas circunstancias desfavorables que no jugaron en su favor.

Hinton reflejó en su obra a una parte de la sociedad juvenil neoyorquina de finales de los sesenta, que adolecida de muchos males: marginación, familias desestructuras, falta de valores y atención, etc. optaron por la senda peligrosa del vandalismo, haciendo verídica la premisa de que “la violencia sólo engendra más violencia”. Pero lo que esta autora no sabía, es que esa realidad viviría hasta nuestros días con la misma o mayor intensidad que la de aquel momento. Y de nosotros, del conjunto de la sociedad, depende que esa indeseable situación cambie.

Rebeldes es una historia de ayer y de hoy, cuya lectura puede ser determinante para que nuestros alumnos empiecen a tomar conciencia del peligro que implica cualquier enfrentamiento y que la violencia sólo traerá más violencia, pero nunca solucionará nada. El reputado cineasta Francis Ford Coppola llevó a la gran pantalla en 1982 la adaptación de esta novela que todos los jóvenes deberían leer al menos una vez en su vida.

Dedicado a todos los niños del mundo…

Muchos la recuerdan como la etapa más feliz de su vida, tal vez porque por entonces gozábamos de algo que perdimos al crecer: esa inocencia desde la cual lo contemplábamos todo, tanto lo triste como lo maravilloso. De hecho, no sería extraño pensar que alguien desease con todas sus fuerzas volver de nuevo a ser un niño y recuperar parte de su infancia, para poder así sonreír por las cosas más cotidianas: abrazar, besar y en definitiva, manifestar cariño con la fuerza y la naturalidad con la que solíamos hacerlo de pequeños; soñar, llorar, saltar y gritar con la libertad de un tiempo pasado que se fue perdiendo con la madurez.

 Sin embargo, aunque nunca podamos volver a ella, sí conservaremos parte de su esencia el resto de nuestra vida. Una suerte que, desafortunadamente, no podremos compartir con aquellos niños que nunca pudieron serlo en realidad, obligados por sus desdichadas circunstancias a renunciar a su derecho a la inocencia, al derecho a reír, a jugar, y en definitiva, al derecho a ser feliz. Hoy, Día Internacional del Niño, pedimos porque todos esos pequeños a los que les fue arrebatada su infancia reciban algún día la merecida oportunidad de sentir la emoción, la vitalidad y la alegría del niño que nunca pudieron ser.

Es misión de todos velar porque cada niño del mundo tenga garantizado algo tan elemental y necesario como es la infancia, pues como dijo Nelson Mandela, “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños”.  Son los más débiles, los más vulnerables, pero sin duda lo más preciado que tenemos, es por ello que debemos ser la voz de aquellos que no pueden alzarla para defenderse.

Little girl looking through window

Siempre me había planteado lo importante que es la infancia, pero nunca hasta qué punto. La infancia no solo es una etapa de la vida, sino toda la vida en sí. La infancia es como el comienzo de una historia,y el principio es la base de todo. Yo he tenido una gran infancia rodeada de mis amigos y mi familia, pero me paro a pensar en esos niños que no han tenido una infancia digna. No han podido ir al colegio, ni aprender, ni jugar.. y lo peor de todo es que no han podido alimentarse correctamente y han tenido que trabajar para poder vivir. Hoy he tenido que escribirle una tarjeta de felicitación de Navidad a un niño que mis padres tienen apadrinado en África. Iba a desearle una feliz Navidad y como de costumbre poner la típica frase de “y que te traigan muchos regalos”, pero he pensado que sería una tontería poner algo así, porque su familia no tiene nada, sólo he podido desearle que sea feliz estas Navidades y decirle que siga esforzándose en esa escuela a la que gracias a mis padres y a la ONG, puede ir. El no tiene nada que poder regalarnos, pero con mucha felicidad y esfuerzo el nos responde con un trabajito que han hecho en la escuela, y nosotros nos alegramos mucho. Y eso demuestra las ganas de aprender de esos niños y lo poco que aprovechamos y valoramos lo que nosotros tenemos. Por eso la infancia es una etapa tan importante, porque gracias a los estudios este niño tendrá un futuro con más oportunidades.

 Esther Bornay Balaguer, 2ºESO B

 La infancia es, sin duda, una de las etapas más importantes de nuestra vida. Es en ella cuando comenzamos a aprender, a descubrir… Hacemos cosas que marcarán nuestra vida. Cuando somos pequeños, nuestro mayor regalo es estar en el brazo de nuestros padres, y las preocupaciones no existen. Pero, desgraciadamente, no para todos los niños es así de fácil. Hay niños que luchan por sobrevivir cada día y no pueden disfrutar de su familia. ¿Acaso no es suficientemente triste ver como millones de niños tienen que vivir en la calle sin ningún tipo de protección, y sin poder ser felices? Por ello, hoy en el día de los derechos del niño, recemos por aquellos pequeños valientes, para que puedan salir adelante y vuelvan sonreír. “Mira a tu alrededor con los ojos de un niño y descubrirás miles de cosas nuevas cada día.”

 Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

La infancia es ese momento en el que lo tenemos casi todo, en el que la libertad es hacer lo que nos plazca, en el que somos pequeños. Pero la infancia no sólo es eso, es una etapa de nuestra vida que nos marcará para siempre, tanto en nuestra forma de ser, como en la forma de expresarnos. Por eso hay que aprovechar ese momento, porque sólo se vive una vez, pero siempre queda presente en el pensamiento. Es ese momento en el que más tiempo estamos con nuestros padres, porque conforme vamos creciendo pasamos más tiempo con los amigos que con nuestra propia familia; por eso siempre hay que hacer de la infancia el mejor momento, porque algunos niños no la pueden disfrutar plenamente, y siempre vivirán con esa pena interior. En la infancia es cuando nos formamos, y nuestros padres son los que nos dan ejemplo, por eso no hay que presenciar ningún acto de violencia ni de maltrato, porque la infancia tiene que ser el mejor momento de la vida.

 Ana Carbonell Prieto, 2ºESO B

La infancia es muy importante en la vida de una persona. Es la etapa en la que conoces casi o prácticamente todo. Durante la infancia aprendemos a leer, a querer, a apreciar las cosas, por eso es importante ayudar a los niños que lo han perdido todo, porque se les ha privado de la grandeza de la infancia.

Cristina Gosálbez Beneyto, 1ºESO A

Mi infancia ha sido feliz porque yo siempre he tenido a mi familia conmigo, y si me pasaba algo ellos estaban ahí para ayudarme, al igual que ahora. Pero si te paras a pensar que un niño de Filipinas puede que ya no tenga nada de eso porque ha perdido a su familia…es algo muy triste. Yo desde aquí quiero enviar un beso enorme a todos esos niños, niñas y bebés.

Arantxa Pérez Tamarit, 2ºESO B

Esta carta se la dedico a todos aquellos niños que han perdido su infancia debido a trágicas experiencias, que por desgracia son reales. Los niños nacemos con ojos dispuestos a ver todo lo precioso, a abrazar todo lo alegre y a ser queridos de todo corazón, y no a ser maltratados o juzgados por cualquier razón.

Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

La infancia es una etapa muy importante de la vida. Es la base que le da sentido completo a nuestra existencia.

Ángela Mínguez Bernabéu, 1ºESO A

Esta semana es la semana de la infancia, algo tan valioso que por desgracia le fue arrebatado a muchos niños. Esta carta se la quiero dedicar a esos pobres niños marcados de por vida tras sufrir violaciones, discriminaciones, abusos, burlas y malos tratos, pues eso no lo merece ninguna persona, ¡NINGUNA!

David Verdú Cerdá, 1ºESO A

¡Hola! Sé lo que os está sucediendo…Yo nunca he pasado por eso. De pequeña pedía, pedía, pedía, pero nunca agradecía lo que tenía y otros niños no podían tener. Me imagino que no haber disfrutado de la infancia debe ser algo muy duro, de hecho, creo que de mayor no piensas tanto en lo que vas a hacer, sino en lo que ya has hecho y has pasado de niño, por eso para mí tener infancia y ser pequeño es el regalo más maravilloso de esta vida.

Angie Pabón Peinado, 1ºESO A

 ¡Hola soy Lidia!, y quiero deciros que deberíamos ayudar a aquellos niños que lo están pasando mal, como los de Filipinas, y también a todos aquellos que no tienen familia, que están pasando hambre, que son maltratados, que desde pequeños trabajan…Yo creo que todos debemos tener una infancia divertida, ya que sólo vivimos una vez. Desde aquí animo a que todos nosotros pongamos nuestro granito de arena para que no lo pasen mal y que todos esos niños lleguen a ser en algún momento de su vida felices. ¡Apoyemos a estos niños!

Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

Yo opino que la infancia es la etapa más importante de nuestra vida, ya que es donde más nos divertimos y aprendemos cada día algo nuevo. Sin embargo, existen personas que por desgracia han arrebatado la infancia de algunos niños, como es el caso de aquellos que viven en la extrema pobreza y se ven obligados a trabajar para mantener a sus familias. Ellos se merecen una buena infancia.

Verónica Gisbert Ruiz, 1ºESO A

Yo pienso que la infancia es una cosa muy importante que necesitan tener todos los niños y niñas del mundo. Según como hayas vivido dicha etapa, sabrás enfocar la vida de una manera o de otra.

Jorge Serrano Arratia, 1ºESO A

La infancia es el momento más mágico en la vida de una persona, cuando lo más importante es no salirse de la rayita al pintar y lo más duro enfadarse con un amigo y que no te invite a su cumpleaños; pero por desgracia hay niños que tienen problemas más graves. A diferencia de nosotros, hay niños que, o bien no tienen para comer, o bien padecen graves enfermedades, o un fenómeno natural les ha dejado sin nada. Por ello tenemos que dar gracias, porque aunque a veces no nos demos cuenta, somos muy afortunados.

Natalia Peydró Medina, 1ºESO B

La infancia es la mejor época en la vida de cualquier persona, porque puedes disfrutar y no tienes tantas obligaciones como los mayores, pero algunos pobres y desdichados niños se ven obligados a trabajar para poder vivir. Eso es injusto, porque todos los niños merecen una infancia en la que divertirse.

Abraham Rico Lorente, 1ºESO B

Yo creo que lo más importante es la infancia es tener una familia que te quiera y te cuide, y te aporte los valores que te acompañarán durante toda la vida. Y la infancia es tan importante porque cuando somos pequeños, somos como esponjas y absorbemos todo lo que nos rodea.

Mila Martínez Ferrero, 1ºESO B

 La infancia es básicamente como los cimientos para construir nuestra casa. En ella ocurren los hechos que siempre recordaremos y que nos marcarán. Somos felices, despreocupados, divertidos e inocentes. Pues qué más da lo que piensen los demás, si somos niños. Así que si eres un niño y me estás escuchando, aprovecha cada momento y no quieras crecer, y si no eres un niño físicamente, sé que tienes una pequeña semilla de niñez que perdurará en ti por siempre.

María Castillo Berlanga, 2ºESO A

La infancia es un regalo de la vida que todos los niños deberían tener, pero por desgracia, en este mundo, hay niños y niñas que no pueden vivirla porque tienen que trabajar, y nunca habrán podido disfrutar de la más tierna inocencia. Lo lamento mucho por ellos.

Laura Santonja Carricondo, 2ºESO A

La infancia es la etapa de tu vida en la que aprendes todo lo que necesitas para el resto de tus días, por lo tanto es la más importante, y al fin y al cabo sólo se vive una vez.

Carolina Chacón Quirant, 2ºESO A

Este mensaje va dedicado a todas las personas que debido a su situación no pueden, ni han podido disfrutar de su infancia. Por ello, todas las personas que puedan disfrutar de ella que lo hagan, porque la infancia es la base de la persona.

Nicolás Verdú Seguí, 2ºESO A

Para mí la infancia es algo muy importante, es algo que se debería de aprovechar al máximo, ya que de hecho, a muchos jóvenes y adultos les gustaría volver a ser niños y poder jugar con sus juguetes favoritos, sus amigos, o simplemente volver a ser alguien inocente con la capacidad de imaginar todo lo que más desean. Por eso quiero pedir por aquellos niños que no tienen infancia, para que alguna vez puedan experimentar la sensación de ser niños.

Cristina Ferrero Miró, 2ºESO A

Para mí la infancia es un regalo, un tesoro, una riqueza que se gasta rápidamente y que realmente casi nadie aprovecha. La infancia es una época sin preocupaciones, feliz, con pocas obligaciones y donde se determina nuestra personalidad, pero que por desgracia, no pueden gozar todos los niños.

Toni Vicedo Pina, 2ºESO B

 La infancia es como una rosa que al llegar el otoño se seca y cuando llega la primavera se hace un fruto, hasta que madura y se cae. Es decir, la infancia te prepara para convertirte en adulto.

Javier López Vilaplana, 2ºESO B

La infancia es la etapa más importante de nuestra vida porque hace de cada persona lo que es.

David Bernabeu Verdú, 2ºESO B

Vive tu infancia de la forma más feliz posible, ya que sólo se vive una vez. En esta etapa de la vida aprendes a formarte como persona y marca la base de cómo serás en un futuro.

Eduardo Payá Martínez, 2ºESO B

Vive tu infancia llena de felicidad y diversión, porque ésta sólo sucede una vez en la vida, y no se debe desperdiciar, pues dentro de unos años ya no podrás vivir esta dulce etapa. Y además, hay que sentirnos afortunados porque no todos los niños pueden gozar de ella.

Carlos Micó Giner, 2ºESO B

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Dedicado a todos los maestros del mundo…

No han pasado tantos años desde que nosotros estuvimos sentados en el mismo lugar que vosotros, nuestros alumnos, ocupáis hoy…y es por ello, aunque tal vez os cueste creerlo, que nos sentimos identificados con vuestra mirada tímida, vuestra sonrisa pícara, vuestra inocencia y vuestra incipiente madurez, y al miraros recordamos con especial añoranza el porqué un día decidimos elegir esta profesión, que entendemos como nuestra forma de vida…Decidimos ser maestros porque encontramos una razón ineludible: vosotros, los niños, nuestros niños. Y esa fue, es y será razón más que suficiente para levantarnos cada mañana con la misma ilusión, sacar fuerzas de nuestros corazones para poder ofreceros lo mejor de nosotros mismos; y sabemos que aunque a veces no es fácil, no cesaremos nunca en nuestro esfuerzo por conseguir que seáis grandes personas.

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Creo que soy muy afortunado porque por mi vida han pasado muy buenos profesores. Pienso que la figura del profesor es muy importante en la vida de una persona, porque pasamos mucho tiempo juntos y de ellos depende nuestra formación para el futuro y nuestra educación. Pero además de educarnos y formarnos, también es muy importante que un profesor tenga valores como la empatía, el respeto, la amistad, la lealtad y que sepa transmitirlo a sus alumnos; y por supuesto, que sepa valorar el esfuerzo del alumno y lo motive a seguir estudiando.

Aunque también es muy importante que el alumno sea respetuoso con su profesor y haga uso de los valores que ha aprendido.

Con esta carta quiero dar gracias por todo lo que me habéis ayudado y me estáis enseñando.

Luis Bernabeu Martos, 2ºESO B

Un rap…Con Encarni en Matemáticas, ella está elevada al cuadrado y yo estoy elevado al cubo, y por eso el nivel de clase siempre lo subo. En Lengua con Aida, las sílabas pueden ser tónicas, con las notas que saco la dejo catatónica. Con Asun en Geografía, que es lo que más me gusta estudiar, ella es una gran profesora cuando se trata de enseñar. Luis es mi tutor, y para mí es un gran profesor, si digo esto es porque me sale del corazón. Con María José en plástica y tecnología un proyecto cada día, también se me dan bien las acuarelas y las pinturas…y cuando se trata de hacer algún trabajo, yo hago esculturas. Yo sólo hago rap, no hablo, esto va dedicado a los profesores del San Juan y San Pablo.

Christopher Daniel Montero Leyme, 1ºESO A

Queridos maestros, para mí todos sois grandes personas a las que quiero, que me ayudan y me apoyan. Sois uno de los grupos de personas que más me importa en la vida, porque he aprendido y sigo aprendiendo mucho de vosotros.

Claudia Santonja Beneyto, 1ºESO A

Queridos profesores: Este año nos estáis enseñando mucho, cada vez aprendemos más cosas y también estamos interesados por aquello nuevo que nos enseñáis. Estamos muy orgullosos de teneros.

Paola Martínez Moltó, 1ºESO A

 Sé que no estudiamos mucho, que no nos comportamos en ocasiones muy bien…Por eso, os quiero dar las gracias por esforzaros día a día en las clases, por demostrar paciencia, sabiduría y respeto.

Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

Este mensaje va dedicado a todos los profesores y profesoras que se esfuerzan mucho por enseñarnos todo lo que hoy sabemos y lo que sabremos. Gracias profesores.

Nicolás Verdú Seguí, 2ºESO A

Queridos maestros. Soy Cristina, y quiero deciros que muchas gracias por estar con nosotros para enseñarnos todo lo que sabéis, aunque estemos de mal humor, enfadados, seamos pesados…tenéis paciencia con nosotros, y aunque a veces os enfadéis, sabemos que lo hacéis por nuestro bien.

Muchas gracias profesores por enseñarnos matemáticas, inglés, lengua, naturales, porque sin vosotros no sabríamos por qué las palabras son agudas, por qué se hacen multiplicaciones, por qué…Por eso os dedico esta carta, para agradeceros todo lo que hacéis por nosotros.

Cristina Gosálbez Beneyto, 1ºESO A

Sólo quiero decir que muchas gracias por todo. Sinceramente, no entiendo cómo nos podéis aguantar a veces: chillamos, hablamos mientras explicáis…Y aun así, desde que entramos por la puerta del colegio, os convertís en nuestros padres, nos enseñáis cosas, nos orientáis, nos corregís, y nos ayudáis a ser mejores personas, y de vez en cuando organizáis divertidas excursiones. Sólo digo una cosa e insisto: Muchas gracias por todo. Sois los mejores.

Ángela Mínguez Bernabéu, 1ºESO A

Los profesores, aparte de ser como de nuestra familia, son las personas que nos enseñan a ser mejores. Ellos nos ofrecen todo lo que saben en cuanto a conocimientos y comportamiento.

Alejandro Esteve Díaz, 2ºESO A

El maestro es la persona que se esfuerza diariamente por nosotros para ayudarnos, aunque y aunque nosotros ahora no le damos la suficiente importancia, dentro de unos años nos daremos cuenta.

Pablo Amorós Gámez, 1ºESO A

Queridos maestros os escribo esto porque quiero que sepáis que estoy muy agradecido por lo que habéis hecho año tras año; siempre habéis estado ahí cuando lo he necesitado, pero no sólo conmigo, sino también con todos mis compañeros. Gracias por lo que hacéis por todos nosotros, y gracias por vuestro trabajo.

Adrián Palazón Lillo, 1ºESO A

Los maestros tienen una gran responsabilidad, ya que son como unos segundos padres para nosotros. Son los que nos han enseñado a leer, a sumar, a escribir…Gracias a ellos conseguiremos algún día ser alguien importante y tener un trabajo decente, es por ello que nuestros padres están tan agradecidos, ya que nos enseñáis una buena educación y os preocupáis por nosotros. Muchas gracias por todo lo que hacéis por nosotros y la paciencia que demostráis. Os estaremos eternamente agradecidos.

Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

Los profesores son como una luz en nuestras vidas. Sin ellos no sabríamos qué hacer.

Katherine Tanaí Tanaí, 2ºESO A

Queridos maestros: A vosotros que cuando no entiendo me explicáis las cosas con paciencia, que cuando me peleo me corregís; a vosotros que me enseñáis a aprender, que siempre os habéis preocupado por nosotros, que siempre habéis estado ahí, cuando lloro y cuando estoy alegre. Un beso a todos los maestros.

Ismael Boronat Aculal, 1ºESO A

Hoy es el día del profesor, los cuales nos han enseñado todo lo que sabemos. Gracias a ellos en un futuro tendremos posibilidades de conseguir un trabajo digno.

David Verdú Cerdá, 1ºESO A

El día del profesor es el día en el que damos gracias o celebramos la suerte que tenemos de tener a profesores que no sólo nos enseñan, sino que se esfuerzan para que saquemos buenas notas.

Carolina Chacón Quirant, 2ºESO A

Para mí un profesor es como un segundo padre o madre. Te han enseñado desde muy pequeños cosas sobre el mundo, cosas nuevas para mí, al igual que mis padres, que han estado siempre a mi lado: en mis primeras palabras, en mis primeros pasos…Los profesores siempre dan consejos para la vida, al igual que nuestros padres; por ello tenemos que estarles siempre agradecidos.

Marta Cortés Vera, 2ºESO B

Para el alumno, el mejor profesor no es el más inteligente, sino el más paciente.

María Castillo Berlanga, 2ºESO A

Para mí un profesor es una persona más en el mundo, pero de ellos aprendes cosas que de nadie más aprendes.

Lucía Palau Almarche, 2ºESO B

Los profesores son personas que nos ayudan a solucionar problemas, a veces pueden ser un poco duros, pero siempre quieren lo mejor para nosotros

David Bernabeu Verdú, 2ºESO B

Los profesores son un ejemplo a seguir, son como mis segundos padres. Los profesores nos enseñan cosas que no sabemos, nos hacen ser personas maduras, nos guían por el camino de la felicidad y nos ayudan en todo.

Javier López Vilaplana, 2ºESO B

Los maestros son personas que conocemos a lo largo de nuestra vida. Algunos nos dejan huella, otros nos gustan, otros menos, pero su función no se limita a la de enseñarnos sólo el contenido de los libros, sino también valores humanos que nos ayudarán a ser mejores personas. Son los maestros los que nos guiarán en nuestro caminar. Muchas veces no valoramos su esfuerzo, así que hoy: Día del Maestro, reflexionemos y seamos mejores alumnos.

Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

Para mí un profesor es una persona que con mucho esfuerzo y dedicación ha podido llegar al trabajo que más le gusta: enseñar. Un profesor lo primero que debe tener es paciencia y, sobre todo, con los adolescentes; también tiene que tener carácter para saber reñir en el momento en que los alumnos se pasen. Yo a veces pienso en los profesores que me dan clase e intento plantearme lo que haría yo en su lugar, y lo cierto es que yo no podría aguantar tanto la compostura; por eso, todas las veces que yo hablo o me porto mal, veo al profesor enfadado y me siento mal, pues pienso en todo lo que ellos hacen por nosotros…

María Saavedra Guillem, 2ºESO B

Los profesores son una parte imprescindible de nuestra vida porque ellos nos han enseñado todo lo que sabemos. Felicidades.

Paula Ruiz Masegosa, 2ºESO A

¿Qué puedo decir de esos maestros que siempre están ahí cuando los necesitas? Un buen maestro es aquel que te ayuda, te repite las cosas y está a tu lado. Darles las gracias a todos esos profesores que me enseñan tanto y se preocupan por mí. Por eso se celebra el día del maestro, porque os lo merecéis, hacéis un trabajo muy significativo para nuestras vidas. Todo lo que sabemos es gracias a vosotros, y por vosotros celebro con orgullo este día.

Silvio Treviño Mira, 2ºESO B

Los profesores son muy importantes porque la educación es primordial, y cuando eres mayor se refleja todo el esfuerzo que han hecho.

Pepe Pastor Valero, 2ºESO A

Los profesores ponen todo su empeño para que nosotros atendamos, aprendamos y podamos llegar a alcanzar nuestros sueños. Hay veces que me voy feliz a casa porque he descubierto cosas nuevas de las que aprender, y gracias a ellos llegaremos a ser los mejores.

Especialmente dedicado a todas y todos los profesores que han creído y creen en mí. Gracias

Omar García Expósito, 2ºESO B