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Héroes

No necesitabas que la vida te pusiera a prueba para demostrar que tu corazón bombeaba coraje. Tampoco necesitabas que el tiempo te advirtiera de su apremiante vuelo, para caer en la cuenta de que no hay segundas oportunidades para recuperar lo que se fue con el ayer. No necesitabas sentir dolor para valorar en toda su inmensidad las alegrías. Nunca añoraste lo que no pudiste tener, porque de algún modo tu instinto te decía que la suerte ya había sido dadivosa contigo, al dejarte cumplir el sueño de crear hogar.

Caminaste con paso firme y sin mirar atrás, procurando no hacer mucho ruido, ayudando en silencio y con loable prudencia a aquel que lo necesitó. Tendiste una mano amiga a tu enemigo, pues sabías que tu única lucha era sembrar la paz.

Siempre fuiste humilde y escapaste angustiado ante cualquier ostentación, renegaste de las apariencias provocadas e inverosímiles para ser siempre tú. Una persona de palabra, fiel a sus rectos principios.

Tenías ese fascinante poder de atracción que sólo consiguen despertar aquellos que son dueños de enigmáticas historias, sin embargo, la tuya, aunque sencilla, llenó de color las páginas de la nuestra, demostrando así que la humildad es el valor del triunfo. 

Pero un día te fuiste, dejándonos inertes ante un fatídico final abierto, tan inesperado como doloroso. Capítulos jamás escritos que ya no nos permitirían viajar, soñar, descubrir, reír y llorar de la misma manera…

Sé que rehuías de los reconocimientos, pues tu intrínseca afabilidad te impedía abandonar tu aclamado segundo plano, pero yo sé que hubieras entregado tu alma por salvar la de otro. Y te gustará saber que lo que más me reconforta es que nadie te recuerda triste, quizá porque valorabas el humor como la única fórmula capaz de resolver los problemas.

Te marchaste pronto, dejándonos desamparados de tu voz, del brillo intenso de tu mirada, de tu valentía, de ti, pero se quedó la impronta de un héroe, un héroe de verdad, pues te enfrentaste sin armas, ni escudos, ni ningún poder sobrenatural al vibrante, pero magnífico camino de la vida.

Gracias por tu lección.

A veces el mundo está lleno de héroes que pasan inadvertidos, pero cuando conocemos sus historias una nueva aventura se abre ante nuestros ojos.

Con todo nuestro cariño a esas personas que luchan día a día por salir adelante, y afrontar la vida con una gran sonrisa.

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No son conocidos en el mundo, tampoco son Batman ni Superman, no salvan vidas, pero están en la mía. Mis héroes son mis abuelos, unas personas que están ahí, a tu lado, desde el momento en que llegaste al mundo. Ellos te ayudan en todo, y sin duda, están en las buenas y en las malas. Siempre han sido mi mayor apoyo. Al lado de mi abuelo nunca me ha faltado de nada, me ha acompañado donde era necesario, y me encantaba escuchar unas historietas muy graciosas que le gustaba contarme de pequeña. Mi abuelo es mi mayor héroe, pero a su lado también está mi abuela. Ella siempre me ha ayudado en múltiples problemas, desde el más pequeño al más grande. Me ha dado muchísimo cariño y amor, cuando me siento triste me cuenta chistes para poder verme sonreír. Al igual que mi abuelo, ella me ha contado muchas historias, tristes, emotivas, alegres…

Y tengo que añadir que hay algo que a mi abuela la hace ser más heroína de lo que aún es, y es que cuando yo era pequeñita por desgracia mi abuela sufrió cáncer de mama, aunque lo cierto es que siempre afrontó su enfermedad con humor, y ese optimismo la ayudó a sacar fuerzas para seguir adelante con una hermosa sonrisa.

Ellos son mis héroes, a los que no cambiaría por nada.

Laura Pérez Bernabéu, 1ºESO A

Para mí la persona de la que voy a hablar es una auténtica heroína. Se llama Lola, y es como mi segunda madre. De pequeña siempre pasaba el día en su casa, ya que mis padres trabajaban. Hacía muchas cosas por mí: me cambiaba el pañal, aguantaba mis insoportables lloros y cargó conmigo para enseñarme a comer bien. Me encantaba estar con ella. Yo la llamo “tía Lola”, pero técnicamente no es mi tía, sino la de mi madre. Más tarde, cuando nació mi hermano, nos cuidó a los dos.

Hubo un día en el que ella lo pasó fatal. Yo tenía cuatro años y mi hermano unos meses. Ella estaba haciendo una sopa, como a mí me gustaba, entonces se acercó a la olla con mi hermano en brazos, y éste metió la mano dentro y se quemó. Mi madre vino corriendo y lo llevaron al hospital. Mi tía lloraba y lloraba, porque decía que era por su culpa. Desde ese día siempre tapa las ollas cuando está cocinando.

Cuando crecí descubrí que antes de nacer yo, ella había padecido cáncer de mama, una enfermedad que superó gracias a su fuerza de voluntad, aunque con algunas secuelas Yo la quiero muchísimo y para mí ella es toda una heroína.

Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

Si me preguntaran si conozco a algún héroe, yo por supuesto contestaría que sí. ¿Quién no recuerda a Batman o a Spiderman con su traje rojo chillón? Sin embargo, al hacerme esa pregunta me he dado cuenta de que mi respuesta no iba bien encaminada.

Sí, de acuerdo, pueden haber salvado a muchas personas en la ficción, pero son sólo dibujos, los verdaderos héroes quizá no hayan librado grandes batallas, y tal vez cuando pronuncies su nombre nadie los reconocerá, pero no por ello tienen menos mérito. Me refiero a la gente que vive en la calle y sobrevive durmiendo en un suelo duro, a tan sólo dos grados; o a las personas que trabajan como voluntarios en países donde la gente no tiene ni para comer, y lo hacen desinteresadamente.

Pues yo, entre muchas de esas personas he elegido a mi tía. Ella siempre me está cuidando, incluso estos últimos años que no han sido los mejores en su vida. Mi tío murió, y a veces la escucho llorar porque le echa en falta. Mi tía siempre ha sido una de las personas que me han servido como ejemplo, ella nunca se rinde y siempre nos saca una sonrisa. Por eso creo que ella es un héroe, ella ha luchado y es una persona muy fuerte. Ella se lo merece todo.

 Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Mi héroe es mi abuelo. Él nació en una familia humilde de Biar, y vivió en una casita, también de un barrio humilde. En total en la familia eran cuatro hermanos. Pronto mi abuelo y su familia tuvieron que mudarse a Ibi por trabajo. Allí encontraron empleo, y con ello el dinero suficiente para comer y vivir en una casa decente.

Mi abuelo y sus hermanos se pusieron pronto a trabajar y a estudiar para mantener a la familia. Mi abuelo se dedicó a estudiar mucho para sacar las mejores notas, y compaginó sus estudios con su empleo para poder así labrarse un futuro prometedor. Y lo consiguió, pronto se convirtió en el estudiante con mejores calificaciones de toda la Comunidad Valenciana, y también de España, y por eso cada vez que miro esa foto en la estantería de casa de mis abuelos, me acuerdo de su historia. La historia de un joven que después de recibir aquel honor de manos del mismísimo Franco, fundó una empresa juguetera con sus hermanos, se casó con la mujer que amaba, tuvo cuatro hijos que siguen su labor en la fábrica. Y aunque tuvo que atravesar momentos difíciles, la recompensa palió de algún modo el dolor, porque aquellos días tristes se tornaron felices gracias a que ahora tiene siete nietos que le quieren mucho. Y por eso yo: Lucía Valls Hernández puedo decir que me siento orgullosa de llevar el apellido Valls y de preservar en mi interior el deseo de alcanzar mis objetivos, así como superar las dificultades que me ponga la vida.

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Mi héroe no es como cualquier otro héroe. No tiene capa, ni súper poderes, ni ningún otro elemento propio de nuestros héroes de ficción. Pero mi héroe sí tiene valor y esperanza.

Un día tuvo que enfrentarse a la peor de las batallas: el cáncer, pero supo que contaba con la ayuda suficiente para afrontar con fuerza esa enfermedad. Tuvo que mostrar coraje en muchas situaciones, pero eso no le desanimó, ni le impidió que siguiera luchando. Nunca se rindió, luchó hasta el final por obtener su recompensa, alejarse de esa enfermedad que le había robado su libertad.

Nos hizo saber que volver a casa era muy importante, por difícil que esto pudiera ser, pues sabía que su lugar era estar aquí, con nosotras, porque los momentos inolvidables nunca ocurren si no dedicas mucho tiempo para que sucedan, y él dedicó cada minuto y cada segundo a intentar sacarnos sonrisas y disfrutar cada momento con él.

Nunca nos falló, y fue para nosotras un ejemplo de vida.

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Mis padres son para mí las personas más importantes de mi vida, por eso considero que son mis héroes. Desde que nací ellos siempre han estado a mi lado para ayudarme en todo lo necesario. Cuando estaba aprendiendo a ir en bici, ellos siempre me aguantaban antes de que cayera, me traían las cosas cuando se me olvidaban, me han ayudado en los deberes que no entendía, me han tranquilizado cuando he tenido miedo, me han protegido si en algún momento he estado en peligro, me han cuidado y siempre han estado conmigo cuando los he necesitado. Ellos son unas personas muy inteligentes y trabajadoras, y les tengo gran aprecio y admiración, por eso para mí ellos son mis mayores héroes.

Ellos son unas personas muy inteligentes y trabajadoras, y les tengo gran aprecio y admiración, por eso para mí ellos son mis mayores héroes.

Irene Picó Samper, 1ºESO B

En esta redacción os voy a hablar de una persona muy importante para mí, mi abuela… Mi abuela ha sido un gran ejemplo para mí. De pequeña, con tan sólo un año de vida, tuvo que pasar por una operación muy complicada de mandíbula, con tan mala suerte, que le afectó a un tendón y ésta se le deformó un poco para siempre. Estuvo yendo al hospital durante todo un año.

Mi abuela vivía en Alcoy, pero como la empresa donde trabajaba mi abuelo fue trasladada a Bañeres de Mariola, se tuvo que despedir de sus padres y hermanos para marcharse a ese nuevo lugar, renunciando también con ello a las comodidades propias de una ciudad para adaptarse a las circunstancias de un pueblo. De hecho, tenía que ir a lavar al lavadero, ir a coger agua a la fuente. Mi abuela sacó adelante a sus seis hijos, sola y con mucho coraje, ya que mi abuelo murió joven… Todos sus familiares la recordamos como una persona bondadosa, fuerte, valiente y alegre. Es mi heroína porque me hizo ver que aunque la vida a veces puede ser dura, merece la pena, y que todo con esfuerzo se puede conseguir.

Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

Llamamos héroes a aquellas personas con súper poderes, o a aquellas personas que salvan cientos de vidas, aquellas personas conocidas por todos. Creemos que los héroes son aquellos que llevan capa y vuelan, cuando en realidad los verdaderos héroes pasan muchas veces desapercibidos. Como mi abuela, por ejemplo, que puede que no vuele, ni tenga el poder de hacerse invisible, puede que no haya salvado la vida de millones de personas, pero para mí es la heroína más grande del universo. Y como ella, muchas personas, que nunca, jamás, serán conocidas por su valentía, por su esfuerzo o por sus victorias. Al igual que todos nosotros.

Habrá un día en el que nadie recuerde quién fue Einstein, ni ningún otro cantante, actor, periodista… Así que me gustaría dar un pequeño homenaje a todos, a todos los que han pasado por mi vida y a los que pasarán. Porque yo sí los recodaré. Porque por el simple hecho de haberlos conocido ya forman parte de mí, de mi pequeña lista de héroes.

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

A una compañera de mi madre le dijeron que padecía cáncer. Ella se puso entonces muy triste. Tenía previsto un viaje de trabajo, pero no quería ir porque estaba deprimida. Aunque al final se fue, pensó que no debía dejar pasar ninguna experiencia que la vida le pudiera dar, porque el tiempo pasa tan rápido… Se pasó todo el viaje pensando, hasta que al final se dijo a sí misma: ¡no me rendiré! Al volver del viaje empezó con el tratamiento. Después la operaron y estuvo ingresada durante dos meses en el hospital. Un año después volvió feliz al trabajo, y empezó a viajar por toda España.

Yo, por haber demostrado tanto coraje y valentía frente a su enfermedad, por haber luchado incansablemente la considero una verdadera heroína.

Carlos Díaz Carricondo, 1ºESO A

Mi héroe siempre ha sido mi madre. Ella ha estado a mi lado en momentos malos.

Siempre ha curado mis heridas, me ha consolado y cuando he estado enfermo no se ha separado de mí.

Me ha enseñado a hablar y a caminar. Me ha ayudado siempre y por eso es mi heroína.

Jordi Sanz Verdú, 1ºESO A

Si tuviera que decir quién es mi héroe anónimo no podría decidirme por uno solo, porque para mí todos los seres queridos que tengo a mi alrededor son auténticos héroes. Pero en este caso he elegido a mi abuela, ella es para mí la mujer más valiente del mundo por hacer todo lo que hace, nos ha cuidado desde pequeñitos a mi hermano y a mí. De hecho, cuando mi madre se tiene que ir un momento a hacer un recado, siempre viene a mi casa para que no esté sola.

Ella fue la que me hizo ver lo bonita que es la vida. Siempre que estoy mal voy a ella y me da consejos.

Abuela decirte que tú eres para mí una amiga, mi madre y como no, mi abuela. Quiero que sepas que tú me has cuidado mucho, por eso yo estaré para ti, siempre que tengas un problema estaré a tu lado. Te quiero mucho, nunca lo olvides.

Ainara Bautista Bayona, 1ºESO A

Por mi vida han pasado multitud de personas, y todas y cada una de ellas dejó su huella en mi corazón, por el simple hecho de haber aparecido en mi camino. Y hoy quiero hablar de todas ellas.

Yo me considero muy afortunada por tener a mi abuelo conmigo, él me enseñó a sonreír siempre, a pesar de los obstáculos. Para mí es un ejemplo de vida y superación.

Mis amigas. Esas personitas que siempre están ahí cuando las necesito, nunca fallan. Ellas son la razón por la cual me levanto cada día sonriendo. De ellas aprendí que la vida está para compartirla, porque sólo así se disfruta con intensidad.

Todas las personas que han pasado por mi vida son mis héroes, porque todas dejaron algo de ellas y se llevaron consigo algo de mí.

Clara Rivas Boronat, 1ºESO A

Para mí mi héroe es mi abuela. Y lo es por su valentía, porque salió adelante tras la pérdida de mi abuelo, y siempre nos saca una sonrisa a todos. Aunque tiene setenta y dos años jamás tiene pereza para hacer nada, casi nunca se pone enferma, o por lo menos nunca se queja, y por lo tanto no suele ir mucho al médico o al hospital. Es una persona muy activa, todos los días se va a caminar. Me encanta quedarme a dormir en su casa, porque siempre me cuida mucho. La quiero muchísimo.

Lucía Montesinos Medina, 1ºESO A

Para mí un verdadero héroe es mi padre, porque siempre ha estado a mi lado, sigue estándolo y lo estará incondicionalmente, tanto para mí como para toda mi familia. Él me enseñó y me educó, y aun continúa en dicha tarea. Me ayuda en los estudios, y también me da ánimos y consejos para mejorar. Si estará siempre no lo puedo saber, pero lo que sí sé es que deseo que sigamos igual de unidos.

Adrián Pradell Huertas, 1ºESO A

Mis héroes son para mí mis padres, ya que siempre están ahí, apoyándome y diciéndome qué es lo mejor para mí.

Ellos me recuerdan muchas cosas que a veces se me olvidan, y están pendientes para que la pereza no me impida hacer aquello con lo que debo cumplir. A veces llego a pensar que son demasiado insistentes, pero luego me arrepiento y me doy cuenta de que tienen toda la razón, y que debía hacerles caso.

Los padres siempre hacen lo imposible para que estés cómodo y no te falte de nada de lo necesario.

Quizá a veces puedan pecar de sobreprotección, pero eso es porque nos quieren. Y sus pequeños errores, se ven contrarrestados por sus muchísimos aciertos.

Y como dice la canción: “Sólo se vive una vez”. Aprovechad el amor de los padres, porque desgraciadamente no van a poder estar con nosotros siempre.

 Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Mi heroína es mi madre. Ella es una persona muy valiente e importante para mí. Ella me apoya mucho y me ayuda en lo que sea necesario, también quiere lo mejor para nosotras. Nos gusta ir a muchos sitios juntas, por ejemplo al cine, al centro comercial, también hacer deporte, sobre todo en verano. También nos gusta mucho pasear. En resumen, lo daría todo por nosotras. En fin, mi madre es la mejor del mundo.

Inés Mira Pérez, 1ºESO B

El mayor héroe que he conocido ha sido mi abuelo Salvador.

Algunos os preguntaréis el porqué, y os lo diré. Siempre me contaron que mi abuelo, desde bien niño tuvo que enfrentarse a difíciles adversidades, entre otras una delicada enfermedad, que aunque no me gusta mucho mencionar, he de decir que afortunadamente, gracias a su valentía, logró superar, y tuvo después dos hijas y un hijo.

También es un héroe para mí porque cuando era pequeño y lo pasaba mal, él siempre estaba allí ayudándome y apoyándome. Y aunque ahora está en el cielo, sigue y seguirá siendo mi héroe.

Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

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Historias de superación…DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER

Todos a lo largo de nuestra vida hemos tenido ocasión de conocer una historia de superación o incluso, puede que nosotros mismos fuésemos los protagonistas de alguna de ellas. Historias que conmueven y que ponen de manifiesto la capacidad humana para soportar el dolor y afrontar con entereza los golpes de la vida.

Sí, amigos y amigas, yo tuve la maravillosa oportunidad de conocer a una de esas personas a las que admiras con sólo mirarlas, porque en sus ojos brilla siempre una luz especial. Personas a las que el sufrimiento no les cegó nunca la sonrisa. Personas con un coraje heroico, que nunca se cansaron de luchar, aferrándose al amor por los suyos como la gran razón para seguir adelante.

A todos ellos, a todas ellas…por su valentía, por su gran lección, porque sin duda son un ejemplo, porque aman la vida y disfrutan con absoluta intensidad de cada nuevo amanecer.

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Mi abuelo tuvo cáncer. El día que me enteré de esa trágica noticia me afectó mucho, no podía creerlo. Pero fuimos fuertes y mantuvimos siempre viva la esperanza.

Pasaron unas semanas y nos dijeron que tenían que ingresarlo en el hospital. Un año después, mi abuelo se fue recuperando. Había sufrido mucho, los tratamientos de quimioterapia lo habían debilitado.

Cuando ya se había recuperado, los médicos vieron que la enfermedad había vuelto. Mi abuelo se hundió, pero su mujer (mi abuela) estuvo permanentemente a su lado y no dejó de darle ánimos. Dos años después, nos dieron la feliz noticia de que estaba recuperado. ¡Lo había conseguido!

Angie Pabón Peinado, 1ºESO A

Voy a contar la historia de Raz, un amigo de mi madre, cuya historia me impactó mucho.

Los médicos le detectaron leucemia cuando solamente tenía siete años. Desde entonces, ha tenido que vivir con esta horrible pesadilla. Le hicieron un trasplante de médula, que por desgracia no salió como se esperaban. Más tarde le volvieron a repetir el trasplante, y por suerte, éste sí que fue bien hasta que pasaron tres años, y su cuerpo lo volvió a rechazar.

Durante varios años tuvo que soportar tratamientos muy fuertes como la quimioterapia, la radioterapia, trasplantes de sangre cada dos días y más cosas que apenas recuerdo. Ha estado en coma unas tres veces. La última vez que lo estuvo despertó se despertó una semana después, pero lo que más me asombra es que en ese tiempo, afirmó haber visto a Dios.

Hoy en día sigue con la quimioterapia, la radioterapia y otros tratamientos. Los médicos creen que Raz está condenado a vivir con esto el resto de su vida. Esto me parte el corazón, ya que no puede tener una vida normal como nosotros. Está en el hospital desde los siete años, y actualmente tiene veintitrés, lo que significa que ha estado dieciséis años ingresado en el hospital. Pero aunque esté débil, yo pienso que es muy fuerte. La última vez que estuvo en coma, los médicos creían que no se iba a despertar, incluso aconsejaron a la familia que desconectasen la máquina, pero ellos quieren seguir luchando hasta el final. Yo, deseo con todo mi corazón que Raz se recupere. Pienso que esto es una historia de superación porque él lucha día a día por recuperarse, y a pesar de todo, sigue ahí porque él puede con todo. ¡Ánimo Raz!

Verónica Gisbert Ruiz, 1ºESO A

Os voy a contar la historia de superación de un gran compañero y amigo de sus amigos.

Todo empezó en primaria, estábamos en quinto curso. Todas las tardes los chicos se quedaban a jugar al fútbol en la pista de arriba o de abajo, les daba igual, pues ellos lo único que querían era jugar al fútbol. Pero ninguno se imaginaba que esa tarde iba a ser algo diferente.

Como todas las tardes los chicos, a las seis más o menos, salieron del colegio para dirigirse a sus casas, pero al llegar al Carrer Les Eres había una furgoneta aparcada en el paso de peatones, entonces Fernando fue a asomarse para ver si no venia ningún coche y podían cruzar, pero el desastre ocurrió, un coche que no había visto a Fernando se lo llevó por delante. En ese momento todos los que estaban allí se quedaron impresionados por el impacto tan fuerte, que desplazó a Fernando unos metros y que le dejó por inconsciente. Los amigos que estaban allí, no sabían qué hacer, al final avisaron a su abuela y su abuela avisó a su madre,  y se lo llevaron al hospital.

Al día siguiente estábamos todos destrozados y muy preocupados por el estado de nuestro amigo Fernando. Pocos días después, mi hermano, Pablo, Jorge y yo fuimos a verle al hospital. Al llegar nos dijo su madre que estaba un poco mejor, pero que se había roto la tibia y el peroné. Al poco rato de estar allí se llevaron a Fernando a hacerle unas pruebas para ver si tenía alguna fractura interna, a parte de la de la nariz y la pierna, y por suerte no tenía nada más.

Al salir del hospital, Fernando estuvo un tiempo sin asistir a clase porque no se podía mover con facilidad. El verano de aquel mismo año Fernando, que tenía la pierna vendada, no se pudo bañar. Cuando le quitaron la escayola tampoco pudo jugar al fútbol, ya que apenas podía andar. Pero afortunadamente, con esfuerzo y varios meses de rehabilitación, consiguió volver a andar sin cojear y a ser el mismo chico que era antes de que ocurriera el trágico accidente.

  Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

Mi abuelo se llamaba Alfonso Bernabéu García nació el día y nació 12 de diciembre de 1940 en Tibi. De pequeño era un niño flaquito y muy rubio.

Mi abuelo fue el último de 13 hermanos. Y su padre murió cuando él sólo tenía catorce años, entonces se vino a vivir a Ibi para poder así trabajar en la fábrica Paya.

En 1958, mi abuelo conoció a mi abuela en Muchamiel. Y se casó con ella el 17 de febrero de 1966.

Primero tuvieron una hija a la que llamaron Mari Carmen, la segunda se llamó Cristina y la tercera Beatriz.

Mi abuelo se peleó con todos sus hermanos por circunstancias de la vida y desde ese momento pasó de tener 12 hermanos a no tener ninguno. Fue un momento muy duro para él y para todos.

Cuando mi abuelo tenía 66 años sufrió un aneurisma en la vena Orta, por lo que tuvo que someterse a una operación muy arriesgada, pero la superó porque él siempre ha sido un luchador.

Dos años después le fueron detectados dos tumores. Le operaron de nuevo con 68 años y fue todo muy bien, según los médicos, pero lo peor de todo fue la quimio. Los médicos estimaron que ya no necesitaba más tratamiento porque estaba bien.

Para mí, la historia de mi abuelo es una historia de superación, porque a pesar de todo por lo que tuvo que pasar, él era nuestra gran alegría. Cada vez que teníamos algún problema, él nos ayudaba a superarlo. Murió el 14 de noviembre de 2011, pero aunque esta redacción no haya tenido un final feliz, la imagen de mi abuelo estará siempre grabada en mi corazón.

Estela Ortega Bernabéu, 1ºESO B

Os voy a contar la historia que viví y que por suerte, superé.

Cuando tenía 5 años, solía comerme mucho las uñas hasta que un día se me infectó una de ellas. Al principio, todo comenzó con una simple ampolla, pero cada vez se fue extendiendo más y más hasta que terminó cubriéndome el dedo gordo y una vena del brazo empezó a enrojecerse de una manera muy significativa. Mis padres preocupados me llevaron al hospital, me ingresaron y me hicieron pruebas, según los médicos sólo me había picado un insecto, pero después de pasar unos días en el hospital llegaron a la conclusión de que tenía una enfermedad rara. También les dijeron a mis padres que si aquella vena roja llegaba a un sitio determinado, no quedaría más remedio que amputarme el brazo.

Estuve bastantes días en el hospital y tuve que luchar mucho para conseguir recuperarme.  Aguanté con entereza todas las pruebas y, finalmente, me tuvieron que pinchar en el dedo y quitarme lo que tenía. Tras abandonar el hospital, empecé la rehabilitación. Recuerdo que lo pasé muy mal, pero pude salvar mi brazo.

 Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

El pasado año, a un familiar cercano le detectaron cáncer. Poco tiempo después se puso en tratamiento, y lo más curioso es que él era siempre el primero en animarnos. El proceso fue largo y pesado, ya que tuvo que pasar por duras sesiones de quimio y radio, tanto en Alcoy como en Valencia.

Ese tratamiento le produjo daños significativos, pero gracias a sus enormes ganas de vivir, está superando su enfermedad. Hablamos con él constantemente por el móvil, y a día de hoy está bien, por lo que todos nos sentimos muy contentos.

Los tiempos difíciles han quedado atrás y por fin, después de un año, toda la familia vuelve a sonreír.

Gracias por habernos dado ese ejemplo de superación y entereza.

Ricardo Ortiz Gisbert, 1ºESO A

Mi abuela, al poco de fallecer mi abuelo, acudió a una revisión rutinaria. Al día siguiente nos llamaron diciendo que acudiéramos cuanto antes porque los resultados revelaban la presencia de una grave enfermedad. Los médicos no fueron muy esperanzadores, pero sí nos hablaron de la posibilidad de operar; así que nos acogimos a ella, a pesar del riesgo. La operación fue complicada, pero fue superada con éxito.

La recuperación fue lenta, llena de dificultades, tanto para ella como para los familiares. Visitas constantes de médicos y enfermeras, tratamientos…Pero a pesar de todo, ella no cesó en su lucha, ni perdió un ápice de su ilusión por recuperarse. 

Con 77 años y después de un largo proceso de enfermedad (que se prolongó durante dos años), gracias a sus ganas de vivir, su afán de superación, ha vuelto a empezar y hoy lleva una vida normal. 

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

Mi tía era una gran persona. Cuando le diagnosticaron esa enfermedad tan grave, para relajarse y desconectar empezó a hacer con más frecuencia trabajos manuales: como imanes. Pero la situación inicial cambió, empeoró y mis abuelos vinieron rápidamente a cuidar de ella.

Cada día que la veía estaba más debilitada. Sin embargo, siempre se mostraba feliz, feliz al vernos a todos, a una familia más unida que nunca por ella

Pasó el tiempo y una tarde se durmió, y me dieron la triste noticia de que mi tía había caído en sueño eterno.

No me imaginaba la vida sin ella, pero gracias a mi familia: mis tíos, primos, abuelos, padres, hermanos y amigos lo fui poco a poco asumiendo. Además, me gusta pensar que ella en realidad nunca se fue, porque vive en mi recuerdo.

 ¡GRACIAS!     

Nicolás Payá Martínez, 1ºESO B      

La vida no me había hecho pasar por ninguna experiencia difícil, hasta que tuve que enfrentarme a la muerte de mi primito Mateo.

El día que naciste fui al hospital de Alcoy a verte, pero no pude hacerlo de cerca porque estabas en una incubadora, ya que no podías respirar por ti mismo. Sólo pude ver que eras muy largo, y esa fue la última vez que te vi.

El 28 de enero me dijo mi madre que habías muerto. Ahora me arrepiento de no haberme esperado a la hora de las visitas. De haberlo hecho, podría haberte visto de cerca, haberte tomado en mis brazos. Recuerdo que cuando me dijeron que te llevaban a Valencia para hacerte varias pruebas, me asusté mucho. Le pregunté a mi madre que si te pondrías bien y me dijo que sí.

Pienso en las cosas que podríamos haber hecho juntos. Sé que mi vida ha cambiado, porque un pedazo de mí ha subido al cielo.

Mis tíos fueron muy valientes al desconectar la máquina que te mantenía sujeto a ese fino hilo de vida, porque no querían verte sufrir. Ellos querían que murieses en sus propios brazos y así fue.

Sé que esta fue una dura prueba, pero no será la única. Tú siempre serás mi ángel de la guarda y ahora estarás feliz en compañía de la yaya Conchita.

Yo tenía dos ositos azules, uno pequeño y otro grande, dejé el grande junto a vuestras fotos en la lápida, y me quedé con el pequeño. Cada noche lo abrazo muy fuerte y pienso que estáis a mi lado. Sé que en el cielo estarás muy bien porque la abuela te cuidará perfectamente. Cuando yo me vaya estaremos los tres juntos y ya nunca nos separaremos.

Os quiero mucho, nunca os olvidaré.

Noemí Sáez Ramírez, 1ºESO B