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Tu opinión es importante

Estos días he pensado mucho en ti, no sé bien quién encontró a quien en nuestra apasionante historia, pero lo cierto es que desde aquel preciso instante en el que quién sabe si de forma premeditada o azarosa nos unimos, han sido muchas, innumerables las experiencias vividas, y de algún modo, aunque nos equivocamos en más de una ocasión, aunque fuimos reincidentes, aunque a veces tratamos de engañar a la razón para marcharnos furtivamente con un sentimiento pasajero, siempre encontramos el camino de vuelta. Aunque hubo momentos en los que renegamos del otro, e incluso nos avergonzamos de nuestros propios pensamientos, supimos alcanzar un consenso y avanzar firmes y con determinación por ese nuevo rumbo.

Sé que a veces hubieras deseado que fuera más valiente, que hubiera secundado con más fuerza tus palabras, para así, quizá, sentirte más respaldada, dueña y señora de un amor incondicional. Y a veces, paradójicamente, cuando tú rogabas mi silencio, hablé; cuando tú te aclamabas a mi parte reflexiva, yo ya me había abandonado al coqueteo fácil de una labia impulsiva; pero de nuevo ahí estabas tú para arrojar algo de luz sobre mi maltrecha conciencia y ayudarme a recobrar el juicio malherido.

También sé que no hice bien al desconfiar de ti y al dar más crédito a otros, porque al fin y al cabo nadie me conoce mejor que tú, formas parte de mí, me defines y me complementas, me guías y no me juzgas, me respetas y te amoldas a mi carácter cambiante. Me acompañas en la confusión y el desaliento que genera el miedo, en las disyuntivas más inverosímiles, y eres, o por lo menos lo intentas, buena consejera en las decisiones difíciles. Juntas nos embarcamos a veces en travesías peligrosas, perdimos el norte al olvidar por completo las coordenadas, y al retroceder nos hallamos más desorientadas aún. Pero lo importante es que durante todo este tiempo de férrea relación, nunca te olvidaste de mí, y eso me enorgullece. Quizá no todos te vean igual que yo, tampoco lo pretendo, sólo quiero que te escuchen y respeten, y que conozcan tu personalidad, pues sólo así podrán saber quién eres en realidad.

OPINIÓN, te quiero así, desinteresada y libre, a veces desatinada, otras acertada, pero siempre con capacidad de autocrítica; a veces complicada y otras sutil y sencilla; siempre discreta, y sólo cuando la ocasión lo merezca, descarada; con picardía y coraje, con humildad, pero con hermética cerrazón al menosprecio. Decidida y crítica, sólo cuando se disponga de sólidos argumentos; preparada para la acción, y dispuesta a asumir errores e intentar corregirlos. Profunda y reflexiva, directa y carismática, práctica y emprendedora, leal e incluso transgresora, pero siempre clara, siempre lúcida.

Tú, OPINIÓN, que creciste vigorosa en el corazón de estos jóvenes, muéstranos el fruto de tu poderosa obra…

Viajar a Marte por Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

Hay muchas clases de viajes: los viajes en los que te vas a algún lugar con tu familia y después regresas a tu espacio vital, los viajes en los que haces lo mismo, pero con los amigos, los viajes con billete sólo de ida en los que te marchas a algún sitio para quedarte, y permanecer allí estudiando, por ejemplo, aunque tu idea siempre será volver. En todos estos casos, a través de cualquier red social, puedes comunicarte con tu familia. Pero ¿Y si tuvieras que marcharte para no volver nunca más? ¿Y si después de partir ya nunca más pudieras ver a tu familia y a las personas que te quieren y que tanto quieres? Un grupo de personas de diferentes partes del mundo, han decidido hacer este último viaje dentro de diez años. Pasada una década subirán a una nave dirección a Marte, y allí se quedarán para siempre.

De este suceso se pueden sacar muchas conclusiones, hay personas que dicen que hacen este viaje por valentía, porque aunque saben que pueden perder la vida, quieren ser parte de este experimento, la curiosidad les ha llevado a esta situación; también hay personas escépticas que piensan que finalmente no se podrá hacer el viaje porque es algo demasiado precipitado.

Cuando me contaron esta nueva aventura, no sólo pensé en la personas que se van a ir y que ya nunca más van a volver a respirar el oxígeno que tanto alivio nos proporciona en ciertas ocasiones, que ya nunca podrán nadar en una playa de verdad, ni siquiera en una piscina; que no volverán jamás a ver un parque, la risa de los niños jugando, el llanto de un bebé recién nacido; ya nunca podrán oler ese aroma que tanto nos gusta cuando estamos hambrientos y pasamos por un restaurante en el que están cocinando algo, sino que van a perder algo sin lo que una persona no podría vivir: su familia, sus seres queridos, perderán algo tan necesario como respirar aire puro. Algunas de las aventuradas personas que se van a embarcar en esta viaje tienen hijos, una semilla que se planta y que poco a poco va creciendo hasta que llega a ser una bella flor, no podrán saber cuál es el futuro de alguien que ellos mismos han creado e incluso es posible que aunque sea en pequeñas cantidades, pierdan eso tan valioso llamado amor. También es difícil para los hijos afrontar que ya nunca volverán a ver a su padre o a su madre, es muy triste pensar que sólo con subirte a un transporte bastante inusual, vas a perder el contacto con personas con las que has compartido miles de momentos y con las que has llorado, reído, cantado… Todos estos sentimientos se quedarán solo en el recuerdo, cuando la persona pertinente de un solo paso que cambiará su vida entera.

Otra de las muchas cosas que van a perder estas personas cuando se marchen va a ser el arte, pensar que ya nunca podrán sentir el placer de escuchar una melodiosa voz al cantar, que nunca podrán volver a escuchar un instrumento, pensar que no podrán deleitarse con la belleza de un cuadro o de una escultura diseñada con toda la paciencia que puede tener una persona; además, no podrán volver a tener un libro entre sus manos, no podrán revivir una escena tan bonita como la de estar leyendo un libro en plena noche y quedarse dormido con el entusiasmo de saber cuál será el final. Tal vez se lleven alguno consigo para poder experimentar ese maravilloso sentimiento de estar pasando una página y darte cuenta de que cada vez estás más cerca de tu objetivo, que es saber el final y saber qué les pasa a los componentes de esa obra, pero un libro no es suficiente para una vida entera y además sólo se llevarán los primordial.

Allí tendrán muchas clases de incomodidades, por ello están haciendo pruebas muy duras que ya les están quitando tiempo de estar con su familia.

No es posible saber cuál será el resultado, pero lo que la mayoría de las personas quiere y espera es que si se van, puedan vivir tranquilamente y nos puedan aportar información que no teníamos anteriormente, y que si finalmente no se van, se queden con su familia como había sido siempre y puedan disfrutar de todas esas cosas que este intrépido viaje les iba a arrebatar.

Un Mundo Olvidado por Ángela Mínguez Bernabéu, 2ºESO A

Aquí, en este mundo, se vive maravillosamente. Es maravilloso sentarte a contemplar el paisaje, ver las coloridas mariposas volar, las flores alborotadas por el viento, los pájaros revolotear sobre los árboles, las puestas de sol, los bosques y hasta incluso los más áridos desiertos… Tienes educación la que, con suerte, el día de mañana te dará un trabajo digno; tienes una familia que te mantiene y te da apoyo cuando más lo necesitas, te da amor y te regala sonrisas.

Pero, ¿qué ocurre en ese lugar donde todo parece estar al revés, esos lugares llamados “países del tercer mundo”? Las guerras y la hambruna permanecen en ellos, torturando a sus habitantes. Las grandes sequías que escurren las tierras y que impiden el cultivo de éstas son comunes. Y repito, el hambre está presente, dejándonos desgarradoras imágenes de niños entre la vida y la muerte, donde las personas parecen literalmente esqueletos, y donde las frecuentes enfermedades terminan con sus vidas.

Me destroza el hecho de que la gente desperdicie sobre todo la comida; me derrumba el saber que miles de niños mueren cada día por desnutrición.

Me hace reflexionar profundamente en lo injusta y heterogénea que es la actual sociedad, en la que unos países hablan de igualdad, y en otros se traspasan los límites de pobreza y desigualdad. Qué lástima me dan todas estas personas que merecen amor, amor y más amor y qué lástima vivir en un mundo donde la palabra amor ya casi ni se conoce.

Me gustaría vivir en un mundo donde todo esto no existiera y donde se respetasen los derechos de las personas, puesto que tú no eliges dónde y cómo naces, ni tu sexo, ni siquiera tu raza.

Me gustaría vivir en un mundo que brindase sonrisas a quien las necesita, cobijo al desamparado para que se sintiera eternamente protegido. Un mundo equitativo donde ya nunca se hablara de desigualdad.

Los hermanos por Luis Arnedo Barea, 2ºESO B

Hoy hablaré de los hermanos, y creo que, para poder hacerlo con propiedad primero habría que hablar de la amistad, una amistad un poco más especial.

Los hermanos son unos buenos amigos, que siempre, siempre están cuando los necesitas, a los cuales les puedes confiar cualquier cosa, sin miedo a nada, pues ellos lo que harán será darte consejos para todo, por tu bien. ¡Siempre por tu bien (cosa que algunos amigos no hacen). Si tienes algún problema, por pequeño que este sea son los primeros que te ayudan, aconsejan, y apoyan, y gracias a esto, normalmente, consigues salir adelante. Después de hacer todo eso por ti, algo tan importante como dedicarte tiempo, no esperan nada a cambio, porque saben, que tú harías lo mismo por ellos. Y es por esto por lo que puedo afirmar que la amistad entre hermanos es un tanto especial, porque yo creo que es una de las mejores y más sólidas amistades que puedes tener.

Sinceramente, y creo no equivocarme, tu hermano acaba convirtiéndose para ti en una persona sin la cual no podrías vivir, o al menos, la vida no sería tan extraordinaria de no ser por él o por ella. Para tener una buena relación de hermanos, es necesaria una amistad, porque al fin y al cabo, la amistad supera todas las adversidades.

¿Qué habrá más arriba de las nubes? por Nicolás Payá Martínez, 2ºESO B

¿Qué habrá más arriba de las nubes?, algunos dicen que arriba de las nubes hay más nubes, pero otros dicen que ahí arriba hay un Dios que nos ayuda. ¿Será eso cierto?

En la edad media una inmensa mayoría de la población creía en Dios. ¿Qué puede haber pasado para que esto ya no sea así, al menos no con la misma fuerza e intensidad? Una de las razones que podría explicar la situación es el abandono, en el sentido de que las personas, y especialmente los jóvenes, hemos ido dejando de lado la religión; o quizá pueda deberse a una cierta hipocresía, decimos que creemos, pero no nos esforzamos ni lo más mínimo por demostrarlo…

Apuesto a que antes las personas iban más a la iglesia, ya que el cristianismo defendía que había vida después de la muerte, y que por tanto, cuando morías te marchabas a un lugar fantástico arriba de las nubes, en el que uno encontraría la paz absoluta. La iglesia habría así las puertas de la esperanza, y con ello se reafirmaba la fe de los creyentes, ¿por qué somos tan escépticos a creer en ese mismo argumento hoy en día? Si tal vez es la idea de que debería reconfortarnos.

Yo, si he de ser sincero, creo que no hay nada en el cielo, ni siquiera puedo imaginar a Dios como persona física, pero por una única razón, para mí Dios es algo que habita en la mente de cada persona, está ahí para ayudarnos y para hacernos sentir capaces de sobrellevar las dificultades, el hecho de creer en él nos mantiene vivos y de algún modo reconforta y abriga nuestra alma. Y desde luego no creo en el cielo como un mundo mágico por encima de las nubes, sino que me gusta imaginarlo como un lugar en el que no hay dolor, ni sufrimiento, ni malos pensamientos, sólo armonía, paz. Un sueño profundo en el que no sufres.

A mí la religión me aporta refuerzo, autoestima, y me hace olvidar las cosas malas ¿Y para ti?, ¿qué es la religión?

No dejo de crecer por Sandra Yago Regidor, 2ºESO B

No sé si he malgastado el tiempo y estoy angustiada.

Me acuerdo cuando me creía la más mínima mentira o cuando reía sin parar haciendo que mis mejillas se sonrojaran de felicidad. Y cuando gritaba sin interrupción, sin tener en cuenta la molestia que les causaba a mis queridos vecinos, o cuando lloraba por cada caída por muy poco que doliera, tan solo para que mi madre me arropase entre sus cálidos brazos cantándome una dulce canción.

Pero tengo miedo, y no poco, sino que estoy aterrada, porque mi máximo enemigo es el tiempo, no quiero crecer, no quiero reconocer las verdades de la vida, tan solo quiero quedarme como estoy, una chica joven en plena etapa de la adolescencia, así o cuanto más pequeña mejor, volver a revivir esas risas continuas y esos llantos tontos. Quiero ser Peter Pan y vivir para siempre en el mundo de nunca jamás.

No quiero ver las nubes desplazarse, ni ver al sol desaparecer; tampoco escuchar el tic tac de los relojes, ni cambiar de estación cada tres meses, detesto pasar las hojas del calendario o ver el cielo oscurecerse.

Lo odio, no lo soporto y no puedo con él.

Aunque visto desde otro ángulo, el tiempo es quien me hace crecer en pensamientos positivos, esperar con entusiasmo la llegada del día en el que conoceré a esa persona tan especial; y además, conforme me vaya haciendo mayor podré cumplir todas mis metas, independizarme, madurar…

El tiempo forma parte de nuestra vida, y por suerte o por desgracia no podemos hacer nada.

No obstante no renegaré al olvido todos y cada uno de mis tropiezos, sino que tendré para siempre en mi memoria la lección aprendida con cada uno de ellos.

Sé que podría haber empleado ese tiempo con aquellos que realmente me amaban, con quien aliviaba mis malos pensamientos, o quien me resguardaba cuando más lo necesitaba. Pero ha tenido que pasar el tiempo, válgame la redundancia, para darme cuenta de que mi tiempo es muy valioso.

Debo emplearlo bien dejando de pensar en aquellas personas que no se lo merecen, asimilando mis errores y corregirlos. Desde hoy voy a contener mi rabia y a defender lo mío con educación. Reír sin parar y llorar por quien de verdad lo merezca.

Y lo principal es que voy a trabajar y a luchar por mis derechos

¿Y por qué? Porque soy libre para pelear por lo que quiero, libre para reír y decir lo que pienso con consideración.

Y sí, va a pasar el tiempo, y sí, no puedo evitarlo, y voy a ocultar mis miedos ya que cuando me percate de todo el tiempo que ha pasado y el poco que me queda, estaré satisfecha de no haber perdido el tiempo y de haberlo aprovechado como es debido.

Ahora reconozco que el tiempo pasa, y que no puedo hacer nada, y eso me encanta.

Los Abuelos por Ángela Vilaplana Verdú, 2ºESO A

A los abuelos.

Queridos abuelos, los que nos cuidan cuando nuestros padres están trabajando, los que nos consoláis cuando estamos tristes, y, sobre todo, los que nos queréis más que a vosotros mismos.

Para mí los abuelos son como los segundos padres, cuando les rompes algo de mucho valor no te dicen nada porque te quieren, porque saben que no lo has hecho a propósito.

Son quienes te dicen y te repiten: siéntate bien, no cruces los brazos cuando estés comiendo, no habrás la boca cuando mastiques, etc.

Los que cuando estás enfermo siempre están a tu lado. Tampoco se enfadan si se te olvida su cumpleaños, y no te lo toman en cuenta porque saben que fue un despiste.

¡Ay queridos abuelos! Sin vosotros no sé qué haríamos, por lo menos yo, porque ocupáis un lugar primordial en mi corazón, porque siempre estáis a nuestro lado sin pedirlo, porque nos queréis de verdad con amor, con mucho amor.

Os digo esto porque os adoro, os quiero, os idolatro, os valoro, pero sobre todo os quiero sobre todas los cosas.

Por favor, no me dejéis nunca porque os necesito, porque vosotros formáis parte de mí. Gracias por enseñarme a ser como soy, porque sin vosotros no lo hubiera logrado.

DEDICADO CON TODO MI AMOR A TODOS LOS ABUELOS QUE CREEN EN TI Y DEJAN HUELLA EN TU ALMA. OS QUIERO MUCHO.

Los recuerdos por Adriel Sánchez Quiles, 2ºESO B

Las fotos, los cuadros… Para mí son recuerdos muy importantes, imágenes de nuestra vida que nos han marcado de forma especial. ¿Sin los recuerdos qué haríamos? Sería muy difícil, por ejemplo, saber cómo era, qué hacía, qué me gustaba, y también, y lo que es más importante, recordar a mis familiares en esos momentos. A mí esos recuerdos siempre me sacan una sonrisa, esté como esté, llorando, enfadada e incluso cuando estoy riéndome a carcajadas pues me saben hacer más feliz de lo que estoy. Vosotros cuando estáis en casa y no tenéis nada que hacer ¿nunca habéis ido al lugar donde guardáis las fotografías? Yo sí que lo hago mucho, yo a ese sitio tan olvidados donde están las fotos lo llamo Baúl de los recuerdos, porque es el lugar donde se conservan aquellos tesoros tan bonitos que tenemos, aunque a veces los dejamos allí, apartados de nuestra vida diaria como si fueran cubiertos lujosos que ponemos sólo en Navidad y en Noche Vieja, o como las típicas zapatillas que tienes olvidadas en el fondo del armario y solo cuando sacas todas las cosas para buscar tu móvil, entonces es cuando las encuentras. Esos recuerdos deberíamos conservarlos por siempre, así cuando tengas tu propia familia poder contarle tu vida en fotografías, que supongo que para ellos será más cómodo y divertido.

Por otra parte, hay recuerdos más bien materiales, como pulseras, libros, prendas de ropa, etc. Ese tipo de regalos son objetos que preservamos porque nos recuerdan a alguien que ha estado presente en nuestra vida, en los momentos buenos y malos. No es que sean los más importantes, pero está bien aceptarlos como regalos.

Y por último están también los momentos más importantes de tu vida, aunque esos recuerdos no se capturan en fotografías, sino en tu memoria o en tu corazón, ese tipo de recuerdos suelen ser los más importantes, los que han influido más en tu vida o los que directamente han cambiado tu vida para mejor.

Con todo esto quiero decir que los recuerdos son muy bonitos, de hecho, lo más valioso que uno puede tener, pero en la vida de vez en cuando pueden pasar incidentes malos que también cuentan como recuerdos, pero como estos no son muy agradables de recordar mejor los dejamos apartados y olvidados en el fondo del armario como las zapatillas.

El amor verdadero por Paola Martínez Moltó, 2ºESO A

Yo voy a hablar sobre el verdadero amor.

Hay muchos amores, el amor hacia tus amigos, el amor hacia los animales…

Pero uno muy importante, aparte de esas clases de amor, es el que sientes hacia tus padres.

Tus padres fueron quienes te dieron la vida y quienes te amaron antes de conocerte. Ellos siempre están ahí, en lo bueno y en lo malo. Si nos ocurre algo son nuestro refugio incondicional, las personas con quien mejor podemos desahogarnos.

A veces cuando estás delante de tus amigos no te atreves a decirles lo mucho que les quieres… y llegará un día en el que te lamentarás por no haberlo hecho. Una mañana despertarás, y ya no estarán y entonces no habrá vuelta atrás. Por eso, como dice el proverbio latino Carpe Diem, “Vive el momento”, aprovecha cada instante. Aprovecha cada segundo de tu vida al máximo y no mires atrás, porque no se puede cambiar lo que has vivido. Como ellos te quieren nadie te querrá, así que no esperes a que sea tarde para demostrarles lo muchísimo que les adoras.

Sueños por Elena Sánchez Zafra, 2ºESO B

Todos tenemos un sueño que cumplir o que queremos que se cumpla, mi sueño es ser una gran música y me esfuerzo cada día por conseguirlo. Este es el caso de muchos estudiantes, que al igual que yo tienen un gran sueño y desean que se haga realidad, y para ello luchan hasta conseguirlo, porque como dice el refrán “quien lo sigue, lo consigue”. Cada persona tiene una meta, hay quien aprovecha su oportunidad desde el primer momento, y hay quienes, por el contrario, tiran la toalla a la primera; sin embargo hay gente que ni tan siquiera tiene la oportunidad de poder intentarlo, y no tiene otro remedio que trabajar, y tratar de sacar tiempo aún así para pelear por su sueño, y sólo podrán alcanzarlo sacrificándose mucho.

Conforme te vas haciendo mayor, tienes que tomar decisiones por ti mismo, como por ejemplo, lo que quieres ser en un futuro. Quizá entonces tengas que marcharte de casa para conocer gente nueva, profesores nuevos, experiencias nuevas, en definitiva, un mundo nuevo. Hay quien es más osado que el resto y tiene fuerzas para dejarlo todo atrás, amigas, familiares… para macharse al extranjero y no volver más, o quien solo se va de casa temporalmente, aunque aun así no se sabe con certeza si regresará o se irá para no volver más.

En esta vida te encontrarás de todo, gente que te hará la vida imposible o gente que te enseñará grandes cosas de la vida, pero de todas las experiencias, buenas o malas, se podrá aprender una lección. Cuando uno se marcha lejos, echará mucho de menos a su familia, y se sentirá solo en un mundo que le parecerá inhóspito y vacío, pero abrirá su mente a conocer gente nueva, unos lo harán con más facilidad, y otros con menos, pero lo más importante es que consigan su meta.

Breve historia por Cristofer Montero Leyme, 2ºESO A

Hace poco leí un artículo en el que había una frase muy repetida que decía: “he perdido el tiempo», lo más curioso fue que yo una vez también lo perdí, simplemente porque me dejé llevar, no tenía claro lo que hacía, lo veía todo un tanto borroso, como si no tuviera respuestas para justificar mis acciones, por ello también dejé de lado mi pasión: el fútbol, aunque nunca dejé de pensar en él.

Un día, un miércoles cualquiera sentado frente a la ventana de mi habitación, me puse a reflexionar, no podía creerme lo que me estaba pasando, todo a mi alrededor se desmoronaba como una pirámide de cartas, entonces fue cuando me di cuenta de que no estaba siguiendo el camino adecuado, poco a poco dejé de hacer lo que habitualmente hacía y me propuse rectificar esa actitud y volver a ser yo mismo. Con esfuerzo y dedicación pude conseguirlo, por eso estoy aquí contando mi historia, si hubiera seguido así no sé cómo hubiera terminado… Hace algunos días encontré una fotografía mía de hace 365 días, es decir, de hace un año, y en la mirada de ese chaval vi que no le encontraba sentido a la vida porque se sentía desconcertado y no se atrevía a hacerle frente. Pero ahora me miro al espejo y veo a un luchador, un joven valiente que supo reaccionar a tiempo, tomó el timón de su vida y empezó a disfrutar de su presente.

El pasado no se olvida porque forma parte de nuestra esencia, de quienes fuimos, pero lo recordaré como la experiencia que tanto me hizo aprender, y eso me ayudará a seguir caminando siempre hacia adelante. En la vida debemos aprender a soportar los malos contragolpes y si tropezamos con la misma piedra, al menos que podamos reunir la fuerza suficiente para volver a levantarnos.

Amigos por Estela Ortega Bernabéu, 2ºESO B

Hay muchos tipos de amigos: Amigos verdaderos y amigos falsos.

Los amigos falsos son aquellos que están contigo cuando les interesa, siempre con alguna malévola intención, pero puedes tener por seguro que ellos no te recogerán si algún día caes; ellos van y vienen cuando les da la gana, te reirán las gracias y por detrás te darán puñaladas sin que te des cuenta, y tú, inocente de ti, depositarás confianza en esas personas y después de que te hagan daño, les perdonarás y seguirás confiando en ellos, pero un día te darás cuenta que esas personas no valen la pena, aunque quizá cuando lo hagas sea ya demasiado tarde, y sin querer habrás dejado pasar a las personas que de verdad te quieren.

Los amigos falsos no merecen tu amor, por eso hay que apostar por las personas auténticas, las  que nos quieren, porque a las personas que nos hacen daño, debemos alejarlas de nuestras vidas, A veces el miedo nos oprime y nos impide enfrentarnos a ellos, y precisamente por ello seguirás siendo su amigo y perdiendo el tiempo. Pero uno debe ser valiente y no tener miedo a lo que pueda pasar, porque es mejor ser valiente y estar con personas a las que quieres, a estar rodeados de personas falsas que ni te valoran ni te quieren.

Por otra parte, los amigos verdaderos son las personas que están contigo siempre, para lo bueno y para lo malo, para apoyarte y respetarte, también para decirte lo que está bien y lo que está mal, y para hacerte reír a carcajadas, al igual que tú a ellos. Son personas que merecen la pena, y que debemos de cuidar como un tesoro, y no dejar que nadie lo coja y le haga daño, porque esos amigos son como hermanos, con ellos debemos de compartir la mayoría de las experiencias, a su lado pasarás momentos inolvidables e irrepetibles. Hay que saber valorar lo que tenemos. Cuando caigas, ellos sí te recogerán, y tú sin tener ningún  rasguño, volverás a ponerte en pie. Cuando  estés llorando ellos estarán ahí para secarte lágrima tras lágrima, aunque tú tienes que poner de tu parte para conservar a esas personas y que no se alejen nunca de nuestro camino.

Como veis, hay amigos de todo tipo: buenos, malos, que te quieren, que no, pero bueno ¡Así es la vida! por eso debes de quedarte siempre con los verdaderos amigos, porque los amigos falsos no merece la pena que embarquen con nosotros en esta aventura llamada vida.

La verdadera amistad por Lidia Ibarra Roldán, 2ºESO A

Yo pienso que la amistad es un sentimiento que consigue que las personas se unan formando un enlace inquebrantable. Es un vínculo que está sobre todo lo demás, ya que una verdadera amistad no se puede romper. Los verdaderos amigos te aceptan tal y como eres, aun con tus defectos. La amistad no es aprovecharse del otro, es estar ahí cuando el otro te necesite. Un verdadero amigo, como dijo en una ocasión Kurt Kobain, “es aquel que lo sabe todo de ti y a pesar de todo te quiere”.

La amistad es parte de nosotros, de hecho creo que todos contamos con esa persona que entró un día en nuestra vida como por azar y la cambió por completo, que estará a tu lado en muchos momentos, con la que compartirás tardes inolvidables, con la que compartirás un mismo sueño, la que te hará reír sin parar, la que te apoyará en los momentos difíciles, la que en definitiva siempre estará ahí…Es quien siempre formará parte de tu vida. Puede ser que en algún momento se tomen caminos distintos, pero siempre la recordarás. La amistad es de ese tipo de sensaciones que te hacen sentir mejor, esa persona que entra un día por casualidad en tu vida, y se convierte así, sin más, en un tesoro que no quieres perder. En una amistad siempre hay desacuerdos, peleas, engaños…pero si se tiene una buena relación siempre se termina solucionando y nunca importará la distancia, el tiempo, las circunstancias…La amistad es en sí tan valiosa que su precio es incalculable.

La importancia de los seres humanos por Natalia Peydró Medina, 2ºESO B

¿Nunca habéis tenido la necesidad de llamar la atención? ¿Habéis pensado alguna vez en la posibilidad de ser alguien importante, destacado en un futuro? Alguien que sobresaliese por alguna valiosa razón, no me refiero sólo a ser alguien famoso, me refiero a algo mucho más significativo. ¿Por qué los seres humanos tenemos esa necesidad de sentirnos importantes, queridos y aceptados?

Soñar con llegar a ser «alguien´´ el día de mañana se ha convertido en un tópico para los jóvenes de hoy en día, y yo me pregunto, ¿Qué no somos alguien ya? La sociedad en la que vivimos nos enseña que sólo la gente rica e importante puede ser plenamente feliz el resto de su vida, pero yo creo que se equivocan. En vez de pensar en dejar tu huella en el mundo para que la gente te recuerde, preocúpate en pasar más tiempo con la gente que quieres, porque el tiempo es algo que ni la fama ni el dinero te pueden dar. ¿Vale la pena una vida llena de gloria y fortuna para que luego, el día de tu funeral, no haya nadie que realmente vaya a echarte de menos? Vivimos en una sociedad muy materialista y egocéntrica como para que nosotros ahora agreguemos más deseos a la codicia humana.

¡Ojo!, yo no digo que tener el sueño de convertirte en alguien famoso mediante el esfuerzo y la dedicación, como puede ser un deportista o escritor, músico etc. esté mal, ni mucho menos, soy de las que creen que tienes que perseguir tus sueños sea cual sea tu situación, siempre y cuando tengas en cuenta lo que estás arriesgando. Aunque lo más importante es tener confianza en uno mismo.

Toda persona necesita sus cinco minutos de gloria y por naturaleza necesitamos sentirnos queridos y aceptados entre los demás, porque no hay nada peor que la soledad. Muchas veces es por culpa de esa necesidad de sentir que encajamos, que somos parte del grupo por lo que hacemos cosas sin pensar en las consecuencias que pueden tener. Deberíamos pensar un poco menos en lo que piensan los demás de nosotros y más en lo que pensamos sobre nosotros mismos. Nunca quieras gustar a los demás si antes tú no te gustas como eres.

El camino de los recuerdos por Elena Verdú Cerdá, 2ºESO A

La vida, ¿qué entendemos por la vida? Todo el mundo sabe lo que es, pero nadie sabe explicarlo. Según la Real Academia Española, “la vida es un estado de actividad de los seres orgánicos, la unión del cuerpo y el alma”. Pero más allá de esta definición teórica, lo cierto es que sabemos muy poco de ella, lo poco que sabemos está en los libros y en Internet.

Lo que sí es seguro es que algún día nos moriremos, pero es lo único que conocemos con certeza de ella, sabemos que un día llegará nuestra hora y nos iremos. Así, sin más, seremos recordados por la gente que nos quería, y por los que no, también.

Hay gente que dice que la vida es un camino, y no hay uno igual a otro, de hecho algunos encontrarán por el trayecto piedras angulosas difíciles de enfrentar, pero aunque el recorrido plantee complicados retos, la idea de vagar por él libres, la esperanza de perseguir un sueño, llorar de emoción, o simplemente cuando haga falta, luchar por lo que de verdad importa, abrazar cada amanecer, poder contemplar la luz del sol, bailar a la luz de la luna, disfrutar de la belleza sencilla y de los pocos momentos de paz, hace que realmente merezca la pena.

Para mí la vida es el mayor tesoro que nos han podido dar nuestros padres. Es el motivo por el cual nos levantamos cada día. Mi meta en la vida es ser feliz con los míos, con la gente que me quiere, con la que nunca me falla, con mis amigos… Porque durante estos 14 años me he dado cuenta de la gente que verdaderamente está ahí siempre, y la gente que sólo está en las buenas, y aunque antes eran cosas de niños y no le dábamos importancia, ahora ya no es lo mismo.

La vida está compuesta de momentos que no debemos desperdiciar, tenemos que vivirlos al máximo, encontrar a nuestro amor verdadero y vivir junto a él siempre, serle fiel, a él y a nuestra familia y amigos. Por eso, tenemos que amar mucho y dejar que nos amen, que la vida se mide en minutos y que un minuto sin sonreír y ser feliz son sesenta segundos perdidos.

Para mí la vida se basa en recuerdos, el recuerdo de la mejor tarde de verano, el recuerdo de aquel viaje de fin de curso inolvidable, el recuerdo de aquella persona a la que tanto querías y se fue, dejando en ti un vacío que nadie podrá llenar, el recuerdo de aquellas meriendas con nuestros queridos abuelos…

Para mí la vida es eso, recuerdos que no deberíamos olvidar y oportunidades que no deberíamos dejar pasar.

¿Habrá paz en el mundo algún día? por Ricardo Ortiz Gisbert, 2ºESO A

En mi opinión será imposible porque siempre habrá intereses económicos y políticos que provocarán guerra y destrucción, y con ello, inevitablemente, sufrimiento para la gente. Todas las guerras son siempre producto de intereses económicos, políticos o religiosos, detrás siempre hay personas que prefieren ver sufrir a su pueblo antes de buscar una solución al problema. Las guerras son más frecuentes en los llamados países menos desarrollados, pero la culpa de esas contiendas las tienen, bajo mi punto de vista, los políticos que gobiernan esas naciones, que buscan su enriquecimiento personal y conseguir más poder para sí.

Creo que si algún día conseguimos que reine la paz en todo el mundo será porque las personas habremos dejado de pensar en nosotras mismas, para mirar más por los demás. Pero esta es sólo mi opinión, el cambio es mucho más difícil de conseguir. La humanidad tendrá que cambiar para mejorar la vida y así conseguir un halo de esperanza para nuestro propio futuro.

Palabras perdidas por Celia Sanjuán Cantos, 2ºESO B

Nunca pensamos en las palabras ya no nombradas, aquellas aprendidas, estudiadas, definidas y explicadas que se desvanecen, se marchan sin dejar rastro, por nuestra culpa, por nuestras pocas ganas de entender. Palabras que hacen referencia al amor, al respeto, a la paz, a la igualdad. Palaras con una historia, con género y número, e incluso con sus derivadas. Palabras, un simple conjunto de letras con sentido que no somos capaces de recordar, palabras con un pasado, un origen, a las que no les damos importancia. En un futuro nuestros descendientes nos preguntarán por ellas, y nosotros las habremos cambiado, alteraremos su significado, su esencia, y nos quedaremos tan tranquilos, enorgulleciéndonos de nuestra memoria, o así es como pensamos que será, pero en realidad éstas poco a poco se habrán ido convirtiendo en cosas sin sentido, sin rumbo, extraviadas en el devenir incesante del tiempo, eternamente desorientadas, perdidas. Si tuvieran sentimientos se ofenderían, se enfadarían, y dejarían de representar cosas bellas para expresar cómo les hacemos sentir. Luego pensamos que somos la raza más inteligente, más bella, en cambio un simple primate es capaz de recordar todos los sonidos y signos de su lenguaje, pues de lo contrario, ¿cómo podrían comunicarse?; pues nosotros, “la mejor raza entre todas” no somos capaces ni de eso; los científicos culpan a las nuevas tecnologías sin darse cuenta que otros como ellos las han inventado. Y nunca se paran a pensar en que tal vez la culpa no haya que buscarla en la máquina, sino en aquel que la creó: el hombre. Pensamos que las palabras desaparecen porque deja de haber futuro en muchas de ellas, y quedan así relegadas a lo vulgar, pero deberíamos darles esperanza para que estas palabras sigan representando cosas bellas y extraordinarias. ¿Por qué no intentarlo? No puede pasar nada, ¿o acaso son las palabras las que devoran el tiempo?…

Esta pregunta me la planteo muchos días, porque en mi opinión, las palabras no devoran la vida sino que la llenan de sabiduría, cultura, experiencias…amplían nuestros horizontes y no deberíamos dejarlas desvanecerse así como así, y ayudarlas a que sobrevivan al paso de los años, pero siempre hacer que perduren las palabras bellas, porque últimamente parece que se van las bellas y se quedan las arrogantes, las ofensivas, se olvida el gracias, el por favor, el perdón…palabras todas ellas que ayudan a que la sociedad esté unida. Y en cambio prevalecen otras como corrupción, odio, engaño, ¿acaso no pensáis que si en las guerras antes de la violencia y la destrucción se usaran estas palabras bellas, no se solucionaría todo? Al menos eso pienso yo, porque en la guerra sólo existen las malas palabras, sólo se piensa en la muerte y sólo se hace referencia a esta palabra. ¿Por qué antes de empezar una guerra no se piensa en la palabra consecuencia? Infancias destrozadas, familias separadas…pero no, sólo se piensa en la palabra yo, venganza, y palabras que atribuyen propiedad y que infunden terror. Con esto quiero transmitir que las bellas palabras se deben quedar entre nosotros, porque de lo contrario, ¿qué llenaría los vacíos de nuestra tristeza? Después de todo son las palabras bellas las que nos animan cuando lo necesitamos, nos consuelan, nos dan ánimos, eso sí, mientras sean transmitidas por las personas a las que se ama.

¡Recuperemos las palabras perdidas, luchemos por ellas, consigamos que pase el tiempo y que continúe la esperanza para estos conjuntos maravillosos de letras que le dan sentido a la nuestra vida!

La amistad por Claudia Santonja Beneyto, 2ºESO A

Una verdadera amistad empieza, en ocasiones, de la forma más inesperada, y se fortalece al compartir una aventura, al crear una historia en común…

Muchas veces criticamos a la gente solamente por su aspecto físico o incluso por su voz, sin ni siquiera conocerlas y luego, cuando las conocemos, nos damos cuenta de que la imagen creada erróneamente en nuestras mentes no era real, simplemente era una ilusión .

Todos creemos que la amistad está en un amigo o amiga que tenemos, que nos brinda apoyo incondicional y nosotros respondemos en consecuencia. Alguien a quien le cuentas secretos que nunca antes habías revelado, buscáis soluciones juntos y te hace saber que no estás solo. Pero yo creo que es incluso algo mucho más profundo, personalmente pienso que la verdadera amistad es cuando dos corazones se encuentran y ya no son capaces de separarse. Yo tengo dos verdaderas amistades, la de mi madre y la de mi abuela Iluminada. Ellas nunca me han fallado, siempre sentí una conexión especial con ellas, algo casi indescriptible. Hay quien cree que es ridículo ir siempre cogida de la mano de mi madre por la calle, pero a mí no me importa, porque un día perdí a una de las personas más valiosas e importantes de mi vida : mi abuela y me prometí que cuidaría de la otra mujer a la que tanto amaba. Yo era pequeña y en ese momento no fui plenamente consciente, pero después la vida me golpeó con una brutal dosis de realidad . Pero ya era demasiado tarde, mi abuela ya no estaba conmigo y con ella se fue una parte de mi corazón, pero no perdí la esperanza. La primera noche desde que falleció mi abuela soñé que dormía a mi lado y así fue como lo sentí. Y así esa parte de mí corazón que había perdido toda fe, recuperaría la luz, y fue entonces cuando decidí cambiar mis defectos y esforzarme por cumplir mis sueños. Hace poco tuve un problema y mi otra verdadera amistad me dijo: “no critiques y no te criticarán” Y el resultado es tal y como dijo.

Una hermana, una compañera de viaje por Jorge Serrano Arratia, 2ºESO A

¿Un hermano?, ¿qué era eso? me pregunté yo al poco de adquirir conciencia. Siempre que le realizaba a mi madre esta pregunta, ella empezaba a ponerse nerviosa, pero firme y sin dudarlo me decía, mira ella es tu hermana, y yo le decía, ¿pero para qué sirve una hermana?, enérgica me respondía: “pues te puede llevar a cole, te ayuda, te cuida y muchas cosas más que irás descubriendo poco a poco, con el paso de los años”. A mí no me quedó muy claro, así que, yo muy curioso fui a preguntárselo a Laura, mi hermana. Ella me contestó lo que previamente me había dicho mi madre. Y pensé: se habrán puesto de acuerdo para decirme lo mismo. Desde aquel preciso momento mi vida cambió, porque día a día, sin necesidad ya de preguntarlo, fui entendiendo qué era eso de tener una hermana.

Un día como otro cualquiera preguntándole cosas a mi madre sobre mi hermana, ella me dijo ¿sabes que un día que estabas durmiendo en tu cuna arropadito y te despertaste, tu hermana te cogió en brazos, puso todo su empeño, sacó fuerzas de donde pudo y te bajó al comedor? Tu padre y yo nos quedamos sorprendidos, no sabíamos cómo una niña de apenas cinco años, consiguió bajarte en brazos hasta abajo.

Como hermanos que somos nos peleamos, jugamos, nos divertimos, nos ayudamos, nos apoyamos. Muchas veces nos hemos enfadado por tonterías y hemos estado bastante tiempo sin hacernos caso, pero como buenos hermanos que somos con paciencia y dando nuestro brazo a torcer en varias ocasiones, hemos conseguido solucionarlo

El supuesto acuerdo de mi hermana y mi madre se había cumplido y había descubierto cosas que nunca me hubiese imaginado que descubriría

Y como un niño de trece años que soy, me he dado cuenta que las hermanas/os son imprescindibles. Y lo son por tantas razones, que no sabría cuál escoger, por ejemplo: te arropan cuando tienes frío, te ayudan cuando tienes problemas, te protegen ante un peligro, te añoran cuando no estás y la mejor de todas: ¡te quieren, por encima de todo y a cambio de nada!.

Mi madre en algunas ocasiones me dice una oración que a mí me da mucho que pensar porque en el fondo tiene razón. Ella dice que un hermano es la mejor herencia que nos pueden dejar nuestros padres.

Dicen que la familia no se elige, pero el azar fue generoso conmigo y me regaló una familia maravillosa

Hermana decirte que tu amor es insustituible. Te quiero porque me conoces como nadie, te quiero porque me aceptas a pesar de mis errores, te quiero porque me ayudas en todas las dificultades, te quiero simplemente por ser tú.