Mark Twain dijo: “Los dos días más importantes de tu vida son: el día en que naces y el día en que descubres por qué”.
Seguramente en más de una ocasión nos hicimos esa misma pregunta: ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es mi lugar en este mundo?, ¿mi razón de ser?, ¿tendré encomendada alguna misión especial? Encontrar respuesta a estos interrogantes, aparentemente retóricos, no es tarea fácil, pues estamos tan consumidos por el ritmo frenético al que nos ha malacostumbrado esta sociedad, que detenerse siquiera unos segundos a plantearse estas cuestiones, podría resultarnos algo vacuo e innecesario. Pero supongamos que nos es concedida la oportunidad de pensar en ello concienzudamente, ¿seríamos capaces de descubrir cuál es nuestro por qué?
Somos esenciales en la vida de nuestros seres más queridos, del mismo modo que ellos lo son en la nuestra, pero nos guste o no, hemos de aceptar que nadie es imprescindible, aunque sí irreemplazable. Por eso tú eres quien puede decidir cómo será tu paso por la Tierra. Tu esencia, lo que digas y lo que calles, lo que expreses y lo que se quede contigo acongojado, tu risa, el eco de tu voz, tu manera de caminar, tus genuinos gestos, la estela de tus sueños cumplidos, y la frustración de los que se quedaron a mitad de camino. Todo ello hablará de ti, de lo que fuiste, de tu por qué. Y esa es la esperanza que reconfortará tu alma, y el mejor tesoro para los que te recordarán siempre.
Puede que no tengas grandes ambiciones, o que las circunstancias te obliguen a desistir de ciertas aspiraciones; puede que no consigas galardones, ni tu esfuerzo se vea justamente compensado; puede que la vida te rete en demasiadas ocasiones y que el miedo a desfallecer agote por completo tus fuerzas; puede que a veces dudes de quién eres en realidad, o que tu autoestima se sienta vapuleada por el dolor; pero hay algo que siempre debes tener presente: estás aquí porque alguien decidió concederte ese privilegio. Existes, sientes, piensas. Eres único y especial, por eso busca tu camino, no temas emprender la dirección equivocada, a veces es necesario fallar para aprender y empezar de nuevo. Tú eres importante, y algún día te darás cuenta de ello, quizá entonces despejes la x de esa ecuación.
¿Cuál es mi por qué? por Lucía Tárraga
¿Mi por qué? Muchas veces pienso en qué me hace diferente de los demás, muchas personas se harán esa pregunta y creo que casi todas, por no decir todas, se aferran a la respuesta con la esperanza de que algún día su sueño se haga realidad. Hay gente que canta bien, otra que cocina de maravilla, otra que simplemente observa y aprende, yo no me encuentro en ninguno de estos grupos, yo simplemente vivo. Vine al mundo por varias razones que, desde pequeña, he tenido bastante claras, pero una de las más importantes es ser feliz y hacer feliz a los que me rodean. Porque si no soy feliz nada encaja.
Los humanos se aferran a la felicidad, pues sin ella ¿cómo vivimos?
Escribiendo estás líneas me vienen tantos porqués, pero tan pocas palabras para describirlos que se me hace muy difícil explicarlos. ¿Te has parado a pensar alguna vez cómo hubieras sido al nacer en una familia diferente a la tuya? seguramente tendrías otro carácter, otra forma de vestir…pues a eso me refiero, cada vez que me hago esta pregunta reflexiono sobre mi personalidad, yo quiero ser como realmente soy, intentando que pocas cosas influyan en él, sólo mis pensamientos. Deberíamos de ser como realmente queremos ser y no como los demás quieren que seamos, cumplir nuestros sueños, poder tintarme el pelo rosa o llevar ropa no acorde a los gustos de los demás, peros sí a los míos y vivir, sobre todo vivir, levantarte y pensar qué harás hoy para cambiar el mundo, a lo mejor no cambias el mundo, pero puedes cambiar la vida de alguna persona, puedes hacer más feliz a alguien.
Tengo tantos porqués, y conozco tan pocos, sé que no nací para quedarme sentada, sólo quiero poder ayudar a las personas que me hacen feliz. Todos podemos llegar a ser grandes personas, nacimos para serlo, pero yo quiero llegar más allá, yo quiero poder enseñar a la gente a ser grandes personas; con pequeños detalles, que juntos van dando forma al gran puzle llamado vida.
Y muchos dirán, ¡vaya idea tan absurda!, pero no, algo me dice en mi interior que debo seguir este camino, que debo fallar, acertar, volver a fallar y luego poder aprender de todo ello. Las personas ya no valoramos lo que realmente vale la pena, ahora un móvil vale más que un abrazo, ahora el te quiero de una persona lo damos tanto por hecho que pueden pasar las semanas y llegar a no pronunciarlo, no nos damos cuenta pero esos pequeños detalles cambian completamente la vida.
Mi razón de ser por Aitana Palao
Una razón, un porqué, algo que nos ayude a comprender por qué estamos aquí, algo que nos ayude a saber en qué consiste nuestro corto paso por la vida.
Una sola razón es poco, ¿no crees?, estás aquí por tu familia, por tus amigos, por la gente a la que quieras y que te quiere, estás aquí por la ayuda, los conocimientos, la creatividad o el amor que puedas aportar, aunque sea a una sola persona. Eso ya es algo, ¿no?
Estas cosas son esenciales, todo el mundo posee alguna. Pero dentro, muy dentro de tu alma, de tu corazón, de tu mente, de tu ser, hay una parte de ti, de ningún material definido, que te une a otra persona. Entre siete mil millones de personas, sólo una.
Puede ser un amor entre personas del mismo y diferente sexo, misma y diferente edad, entre misma y distinta nacionalidad. Y no, no me refiero al típico amor de la novela romántica que tienes sobre la mesita de noche y trata de una pasión que supera todo obstáculo y demás. No es un amor carnal, no es físico. Es un amor a nivel de almas, corazones, mentes. Son ambas almas, ambos corazones, ambas mentes, conectadas por un hilo inquebrantable.
La posibilidad de encontrarlo es mínima, muy, muy pequeña, pongamos un 0,0000000000001, y eso ya es bastante. Porque a lo largo de toda la historia han vivido, aproximadamente 100.000 millones de personas, así que posiblemente esa persona ya haya muerto, o todavía no haya nacido.
Inconscientemente vivimos por ese porcentaje, vivimos por encontrarlo, vivimos por descubrir ese amor. Sólo cuando lo encontramos somos conscientes de cuánto nos estábamos perdiendo. Sólo cuando lo sentimos descubrimos cuánto lo habíamos estado esperando.
¿A qué he venido a este mundo? por Inés Mira
Yo creo que todos hemos nacido por alguna razón, es decir, como si tuviésemos alguna especie de misión o deber que cumplir en el futuro. Yo todavía no lo he descubierto, pero desde pequeña siempre he tenido la necesidad de ayudar a los demás, veía a alguien que se encontraba triste y sentía la necesidad de hacerlo sentir mejor o animarle. Me considero una persona con bastante empatía, aunque es bueno por una parte porque te hace ser solidaria, pero por otra te hace sufrir más de la cuenta.
Tampoco tengo claro a qué me quiero dedicar en un futuro, en esto estoy bastante perdida. Pero me encanta todo lo relacionado con el arte (la música, el dibujo, el cine…), también me gusta mucho tratar con niños, aunque creo que me falta todavía un poco de paciencia para poder aguantarlos, pienso que conforme vaya madurando tendré más paciencia con todo.
En fin, de momento no tengo claro a qué me quiero dedicar, ni cuál es mi misión en esta vida, ya que creo que todavía soy muy joven. Pero de lo que sí estoy segura es que de momento he venido para hacer felices a mis seres queridos, y que sobre todo quiero ser feliz.
Mi razón de ser por Lucía Valls
La vida es algo que muchos de nosotros nunca nos hemos parado a pensar, no hemos reparado lo suficiente en el porqué de nuestra existencia, el poder respirar, sentir, el poder vivir. ¿Por qué?
Escritores y sabios describen la vida como la mejor película jamás vista, o como el mejor libro jamás escrito, repleto de páginas en blanco, aún por escribir.
La mayoría creemos en el hecho de que hay una fuerza, llámalo Dios, llámalo como quieras, que nos alienta a todos y cada uno de los seres vivos, y puede que incluso, nos tenga un destino reservado.
Nuestra vida es como un camino repleto de emociones y cargado de momentos irrepetibles, etapas como la infancia, la juventud o la vejez. Todos sabemos que tenemos fecha de caducidad, a todos nos llega la hora, el tiempo se acaba y nuestro reloj se detiene, pero eso no significa que todo lo que una vez conocimos desaparezca, existirá eternamente. Por eso debemos aprovechar cada segundo de ese tiempo, para que cuando ese reloj se haya parado, en nuestro interior sintamos que de verdad vivimos al máximo cada día de nuestra existencia.
En mi opinión, todos tenemos un objetivo reservado en el futuro desde que nacemos y que determina nuestro lugar en este mundo. Cada una de las personas aspira a ser alguien, para así dejar huella tras de sí.
Después de mucho reflexionar, yo creo que mi razón de ser y existir es que en un futuro próximo, quiero crear o reparar todos los problemas de salud de las personas, para que puedan vivir cada día como si fuera el último. Quiero ver el rostro de un bebé recién nacido al sentir que su madre está cerca, quiero hacer sonreír a un anciano que, por desgracia, vencido por la edad no ve el mundo de la misma forma, quiero socorrer a personas que por un accidente o enfermedad, han perdido toda esperanza de poder vivir como una persona sana, pero, principalmente, quiero demostrar al mundo y a todas las personas aún ancladas en el pasado, que gracias a todos los avances de nuestra historia y a los que están por venir, podremos cambiar las cosas tal como las vemos. Seremos capaces de curar enfermedades, de luchar contra las injusticias, defender nuestros derechos y proteger a la raza humana. Juntos podremos alcanzar la felicidad y antes de que abandonemos este mundo podremos gritar, bien alto, que de verdad, vivimos.
¿Cuál es el motivo de nuestra existencia? por Clara Valero
Realmente ¿cuál es nuestra razón de ser? Tal vez nada más nacer lo sabemos, o puede que conforme vamos creciendo lo vayamos descubriendo, o en un punto exacto de nuestra vida algo se ilumina en nosotros y hallamos la respuesta. También puede que nos vayamos de este mundo sin saber el motivo. Por eso, vivamos, hagamos solamente lo que realmente nos llene, aquello que nos saque una sonrisa, ya sea compartir nuestra vida al lado de esa persona especial, o trabajar en aquello que tanto nos gusta. Pero también debemos alejarnos de aquellas personas tóxicas que nos impiden avanzar.
Por eso, si aún no has encontrado tu razón de ser, no desistas, no importa. Tal vez la respuesta esté delante de tus ojos y aún no la hayas visto.