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Reflexión sobre el capítulo Caída en picado de BLACK MIRROR

¡Hola estimados alumnos y alumnas de 3ºESO! Después de ver el sorprendente y llamativo capítulo de la conocida serie Black Mirror, Caída en picado, os dejo, tal y como os comenté en clase, algunas de las preguntas que podrían ser un buen punto de partida a la hora de abordar la reflexión. Espero os resulten una buena referencia y os hagan pensar. Un saludo.

Qué sociedad estamos creando

Ensayos para reflexionar

Cuando crecemos y maduramos, la realidad se torna más evidente a nuestros ojos. El mundo deja de ser un paraíso de confines ilimitados para mostrarse sin tapujos ni medias tintas. Tal vez siempre fue así, pero tardamos en ser conscientes de ello. Nuestro pensamiento, con el paso del tiempo y la experiencia que confieren por lo general los años, se vuelve, o eso es lo deseable, más reflexivo, presumiblemente más crítico y sagaz; y con esta nueva capacidad, aumenta consecuentemente nuestra potestad para esgrimir razonamientos de peso.

La actualidad, en su incesante e inagotable trasiego, nos deja a su paso historias que no pueden caer víctimas de nuestra indiferencia: la sinrazón, la mezquindad, los prejuicios, las desigualdades sociales, las despiadadas e incongruentes guerras, las penurias, la violencia…son las ominosas protagonistas de un día a día que deja poco espacio a la esperanza. Aunque, paradójicamente, sigue habiendo un pequeño atisbo, un halo de luz que nos anima a seguir creyendo en el ser humano. Ese último bastión que resiste con fuerza y optimismo los embates del destino está en ellos: los jóvenes, libres de resentimiento, educados en su mayoría en la tolerancia, el respeto a la diferencia, y alentados a ser el baluarte de una sociedad nueva que denuncia abiertamente las injusticias, y no se abandona a la resignación, que habla claro, pues no quieren ser los títeres postergados ante una mentira largo tiempo sustentada.

Lean estos ensayos, y reflexionen, les ayudarán a ver la realidad desde un ángulo diferente.

Curiosa sociedad

Me paro a pensar cuál es el estado de nuestra sociedad, y la primera palabra que aparece en mi cabeza es EDUCACIÓN… 15 años de colegio, más 5 años de universidad, más 2 de posgrado… 25 años en total (siempre y cuando te vaya todo bien y tengas suerte). En resumen, habrás pasado 22 años “preparándote” para el mundo bajo un sistema educativo que convierte las ganas de aprender, en ganas de llorar, para llegar a los 66 años y jubilarte para ser “libre” cuando ya casi nada te sirve.

8 horas para descansar son las  que se recomiendan, más 12 horas estudiando o trabajando (si es que tienes trabajo) y al final sólo nos quedan 4 horas para vivir nuestra vida personal, que incluye a los amigos, a la familia o a la pareja…

Luego pienso en los estándares de vida, como la moda. ¿Qué es la moda? Renunciar a tu propio estilo y criterio  para que te acepte la sociedad. Que si un tipo de pelo no se lleva, que si se lleva ropa demasiado ajustada. Si no escuchas la música de moda, eres un anticuado, pero si la escuchas demasiado, pasas a ser un pesado. Si intentas reírte de todo, no te tomas nada enserio, y si no lo haces, eres un amargado. Si lloras, eres un sensible y un débil, pero si no lo haces, no tienes corazón. Al parecer, aquí, o te pasas o no llegas.

Pienso en las desigualdades sociales: Unos tanto y otros tan poco. El hambre mata más que el ébola o el sida, pero no se considera un mal importante ya que de eso no puede morir la gente rica. Se invierte en investigación, algo totalmente necesario por otra parte, pero, ¿qué hay de esa gran lacra social que parece haberse convertido en un enemigo invicto?

También pienso en la libertad, o mejor dicho en la ausencia de ella, y esto me remite al famoso “eslogan” que presidía el autobús de la plataforma Hazte Oír. ¿Niños que juegan con muñecas? No te da miedo que se conviertan en… ¿qué? ¿En sencillamente unos buenos padres, tal vez? Muy por encima de su condición sexual.

En temas de racismo, la sociedad se empeña en defender la infundada idea de que los inmigrantes “quitan trabajo”, pero los españoles en el extranjero “luchan por tener futuro”.

Vivimos en un mundo donde la forma de vestir se valora más que la forma de pensar, donde la pizza llega más rápido que la policía, donde los animales son mejores amigos que las personas y donde no se intentan solucionar los problemas, sino convivir con ellos.

Al final, esta sociedad elimina a todo ser viviente, sea animal o vegetal, y si se hace, es para nuestro placer y disfrute, a pesar de que parezca un poco egoísta.

Este sin sentido es todo un negocio y lo pagamos con nuestras vidas… Algo no funciona bien en esta sociedad y es crucial que todo esto cambie.

Carlos Asensio Alal, 3ºESO A

El feminismo

Muchas personas se refieren al feminismo, o mejor dicho a las mujeres feministas, como unas extremistas, y se atreven a decir que el feminismo es lo mismo que el machismo pero al revés, que desean desestabilizar la buena convivencia en la sociedad. Cuestiones, todas ellas totalmente equivocadas e infundadas.

Pero, ¿se sabe en realidad qué es el feminismo y cuál es su objetivo? El movimiento feminista se basa principalmente en la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Es equívoco por tanto pensar que el feminismo es un movimiento o pensamiento fundamentalista o extremo.

Se burlan, se mofan de nosotras, muchos incluso se creen que estamos aquí para atender a sus necesidades y no se dan cuenta de que somos parte esencial en sus vidas. Hay hombres, incluso mujeres que no se valoran y que no se dan cuenta de lo que valen, todas esas personas que creéis que las mujeres son demasiado feministas ¿os habéis parado a pensar qué sería de vosotros sin  una mujer en vuestras vidas? ¿Valoráis lo que hacen vuestras madres, abuelas, primas…? Con decir sí no basta, no os metáis con una mujer porque quiera defender sus ideales, respetadla y aunque no lo aceptéis, acatadlo porque es su opinión y todo criterio razonado y fundamentado merece respeto.

Busco en internet sinónimos de femenino y me aparecen palabras un poco desconcertantes como: delicado, fino, blando, débil, suave. ¿Eso es sinónimo de mujer? Aunque creáis que no, la sociedad sigue aceptando indirectamente a las mujeres como inferiores, y puede que seamos mejores en muchos aspectos, pero no se nos valora como a los hombres.

Los tiempos han cambiado sí, y el trabajo más duro ya se ha realizado gracias a grandes mujeres como Emma Goldman o Simone de Beauvoir. Ellas sí vivieron en épocas donde la mujer era vista como inferior, no tenían voz, ni derecho a expresarse, sólo se tomaban como un objeto o una tentación. Es diferente ahora pero no debemos cerrar los ojos, el machismo aún no ha muerto, un ejemplo de esto lo encontramos en algunos países islámicos donde a la mujer al nacer se le hace la ablación o mutilación genital, tal vez pensemos que todo eso está muy lejos de nosotros, tal vez no nos hagan eso, pero, quién no se ha sentido humillada cuando se le grita en la calle o una impotencia irrefrenable ante hechos injustos.

Entre las mujeres nos debemos dar la mano, apoyarnos y creer en nosotras. Levantarnos todas juntas y reivindicar nuestro lugar. Debemos sentirnos felices de haber nacido mujer, amar ser mujer y así veremos con claridad lo que realmente merecemos y de qué somos dignas.

Fue el 8 de marzo de 1857 cuando, por primera vez, algunas operarias de Nueva York protestaron por la mejora de sus condiciones de trabajo: una paga mísera por muchas horas de trabajo en unas condiciones pésimas. El resultado de esta primera manifestación fue un ataque por parte de la policía. Dos años después, también en marzo, estas trabajadoras se reunieron formando un sindicato para intentar mejorar sus condiciones laborales. Desde hace años las mujeres ya luchan por sus derechos, porque saben que por ser biológicamente diferentes a los hombres van a ser susceptibles de una latente discriminación

Todas las mujeres somos feministas, porque todas luchamos por defender nuestra opinión y nuestros ideales, y hay que olvidar el miedo a expresarnos. Somos humanos y tenemos los mismos derechos.

Lucía Tárrgaga Romero, 3ºESO C

La sociedad del siglo XXI

Se podría decir que nuestra sociedad ha dado un cambio drástico. Hoy en día la tecnología ha tenido un gran impacto que ha repercutido tanto positiva como negativamente en nuestra sociedad. Nuestra calidad de vida ha mejorado, de una u otra manera, gracias a las invenciones tecnológicas, pero lo más importante es que junto con este desarrollo tecnológico también  ha cambiado la mentalidad de muchísimas personas, quizás con una nueva visión del mundo. Pero muchas  veces no llegamos a conocer los valores con exactitud, esta nueva y compleja situación nos afecta, y la pregunta se vuelve entonces inevitable: ¿cómo está evolucionando el mundo?

Otro tema preocupante de nuestra sociedad es el consumismo, y a pesar de que se viene hablando de él desde hace años, ahora se ha desarrollado más. Este problema del consumismo ha provocado un ciclo continuo en el que uno nunca está satisfecho, siempre quiere tener más (aunque no tenga ningún valor sentimental), pero el individuo en cuestión se autoconvence, en un intento de aliviar así el posible remordimiento, de que se trata de algo indispensable que necesita adquirir. El  curso de la historia es un desafío para el  hombre, obligándolo a responder y reaccionar a tales cambios, la sociedad es presa del individualismo y, a veces, de la codicia.

La sociedad actual está afligida, y no somos más que nosotros mismos quienes debemos tratar de fortalecerla;  hablamos de evolución, pero podemos seguir encontrando: endeudamiento, desintegración, marginación, desempleo, analfabetismo, pobreza, exclusión, discriminación, explotación, hambre, injusticia, degradación, abuso de poder y destrucción progresiva del medio ambiente. Posiblemente estemos en un estado crítico. Según José Luis Trechera Herreros, en su estudio “Narcisismo y sociedad actual” publicado en la revista de Fomento Social, realiza una descripción de la evolución del concepto de trastorno narcisista de la personalidad, con el objeto de definir dicho término tal como se presenta en la realidad. Éste se caracteriza por los siguientes rasgos: “imagen distorsionada de uno mismo, maquiavelismo, dominancia-poder, exhibicionismo y falta de empatía”. Se resaltan las consecuencias negativas de dicho estilo de vida. Lamentablemente, la sociedad al tratar de alcanzar todo, infravalora lo que de verdad importa.

En conclusión la sociedad actual es temerosa, en ella las normas no están claras, no hay una sensación de estabilidad y seguridad. La inseguridad reina en todos los frentes, principalmente entre los jóvenes, porque al parecer, todo está cambiando. Uno de los miedos comunes  es la ignorancia, la falta de valores. El miedo es nocivo y paraliza, eso es lo que nos ocurre hoy en día, por los cambios de estructuras y por el temor a la exclusión social.

Soraya Aracil Seco, 3ºESO A

El verdadero defecto de nuestra sociedad actual

A lo largo de la historia, el ser humano ha cometido numerosos errores, cuyas consecuencias han dejado huella en nuestro pasado y también en nuestro presente. Estos errores ayudaron en su día a que el hombre evolucionase y cambiase su forma de pensar, para tratar de mejorar y procurar así el bien de todas las personas del planeta, pero hay cosas que, desgraciadamente, nunca cambiarán.

Hoy en día sería impensable hacer las barbaridades que se dieron hace tres siglos o incluso más, porque iría contra todo lo que muchos de nosotros creemos y defendemos, pero a pesar de que muchos creamos que vivimos en un mundo de paz y amor donde todas las personas se respetan mutuamente, estamos completamente equivocados.  Las cosas han cambiado de forma muy significativa a lo largo de los últimos años, pero, por desgracia, sigue habiendo guerras, conflictos, atentados, injusticias y muertes. Muchas personas se han quedado ancladas en el pasado, siguen teniendo los mismos complejos y los mismos fanatismos, es decir, se sigue discriminando a personas de distinta raza, de diferente religión o por el simple hecho de querer a una persona de su mismo sexo, después de tantos años, se sigue considerando a la mujer como un ser inferior y como objeto de maltrato o burla; asimismo se siguen perpetrando actos horribles como acabar con la vida de cientos de personas, y lo peor es que se busca la justificación de dichas víctimas como una demostración de fe y lealtad.

Y sí, desgraciadamente esta es la realidad, aunque opinemos lo contrario, la situación en nuestro planeta es la que es, y la verdad es que podríamos hacer algo al respecto, pero, sinceramente, muchos prefieren mirar hacia otro lado y hacer como si nada, porque sólo les importa su propio bien y hacen como si los demás no existieran, son personas que han perdido su factor humano. Y con factor humano me refiero al hecho de sentir empatía, ponerte en el lugar del otro, ser solidario, amable, comprensivo… Que al fin y al cabo son características que nos definen como personas. Y es verdad que nos debemos a nosotros mismos, pero también a los demás, no podemos sobrevivir sin ayuda de alguien cercano, alguien que nos apoye y nos ayude en los momentos difíciles y también, que dé sentido a nuestra vida, por mucho dolor que hayamos sufrido.

Nuestra vida tiene un verdadero sentido, todos hemos venido a este mundo con una misión, vivir, trazar nuestro propio destino, dejar huella y ser felices, aunque parezca difícil, solamente hay que tomar cartas en el asunto, hay que marcarse unas metas y luchar por alcanzarlas. No anteponer el orgullo, las creencias, los complejos o el egoísmo ante algo que simplemente es ley humana, es mirar a la otra persona y a través de sus ojos, ver que tiene las mismas preocupaciones, que también sufre, ama, llora, ríe y que tiene su propia personalidad, como cada persona, es dejar a un lado todo lo que se refiere al exterior, como el color de su piel, su nacionalidad, sus creencias o su apariencia y fijarse en lo que de verdad importa, lo que está en el interior. Algo que se resume en tres palabras: empatía y respeto.

Lucía Valls Hernández, 3ºESO C

        Los adolescentes y el alcohol

Es una realidad innegable que hoy en día es cada vez mayor el número de jóvenes que comienza a beber a una edad más temprana. De hecho, la edad media en  la que los adolescentes comienzan a beber es de 13,7 años, según el estudio “Juventud y Alcohol” realizado por la Fundación Pfizer.

En primer lugar, hablaré de mi propia experiencia personal. Yo tengo 14 años y no he probado el alcohol ni las drogas en mi vida. Sin duda alguna, la razón de este gran problema está muy clara. Considero que existen dos vías principales a partir de las cuales la gente comienza con esta práctica: la primera y la más obvia es por falta de personalidad y por no convertirse en  el “pringado” que no bebe, circunstancia que nos lleva a la segunda razón: el líder del grupo suele marcar unas directrices, y en la adolescencia es muy difícil hacer caso omiso de ellas, por miedo al rechazo. Otra forma de familiarizarse con el alcohol es la que siguen los líderes del grupo, normalmente son los primeros en beber, y debido a su carisma resultan un modelo a seguir para el resto de los miembros de su banda. Personalmente, creo que beben para sentirse adultos, que ni por asomo lo son, porque un adulto lo último que haría sería beber para demostrar algo a alguien. En definitiva, hoy en día, si te dejas influenciar, eres “súper mayor”.

Por otra parte, pienso que por mucho que se den charlas sobre el asunto, que tus padres te prohíban beber o que te pongan todos los impedimentos del mundo, si quieres beber vas a acabar haciéndolo, ya que debido a todas las facilidades para adquirir bebida alcohólica, no tendrás problemas para terminar bebiendo.

En mi humilde opinión, los padres no deben evitar hablar de ciertos temas que pueden considerarse tabú. En mi caso, mis padres nunca han tenido ningún impedimento en resolverme cualquier duda que tuviera al respecto, lo cual me hace entender en qué consisten y de esta forma, decidir por mí mismo qué es lo que quiero hacer. No obstante, en la actualidad, los adolescentes desconocen los riesgos que conlleva el consumo de alcohol. Lo ven como un estimulante, no como algo que les va a afectar en su vida diaria con problemas que pueden influir de manera negativa en el desarrollo del cerebro, así como sufrir trastornos del sistema endocrino: disminución de la producción de la somatotropina encargada no sólo del crecimiento y el desarrollo, sino también de los procesos de diferenciación sexual y maduración en la pubertad. Otra cosa muy importante, pero de la que no se habla en las charlas, es que afecta a los estados de ánimo, un joven que ha estado bajo los efectos del alcohol puede sentirse más violento y, por tanto, tener más probabilidades de pegar, insultar, matar, etc, que un adolescente no bebedor.

En Colombia, tras diversas investigaciones, se ha puesto de manifiesto que quienes inician el consumo de alcohol a los 14 años o antes, tienen un riesgo 4 veces mayor de presentar consumo problemático de alcohol y 10 veces más de utilizar otras sustancias, en comparación con los que empiezan a beber después de los 21 años.

En conclusión, el consumo de alcohol en la adolescencia depende de varios factores como la personalidad del joven, la información que éste tenga acerca de las consecuencias de dicha práctica y el entorno que le rodea. Debemos ponernos manos a la obra para tratar de erradicar este gran problema y bajo ningún concepto, pasarlo por alto.

Javier Latorre Martí, 3ºESO A

La música, una de los tesoros más importantes que tiene el ser humano.

La música desde su descubrimiento ha influido en los humanos de una manera significativa, hasta el punto de que cambiamos nuestra vestimenta dependiendo de la clase de música que escuchemos. Y eso lo hacemos para categorizarnos, sólo con ver nuestro vestuario sabemos qué tipo de música escuchamos y qué gustos tenemos.

También nos influye en nuestro estado de ánimo. Seguramente todos tenemos alguna canción que nos recuerda un momento importante, ya sea bonito o todo lo contrario. Y al escucharla, vienen los recuerdos a tu mente y te hacen acordarte de que el tiempo vuela y nosotros con él.

Por ejemplo, recientemente salió en las noticias un hombre sirio de 70 años escuchando música desde un antiguo tocadiscos en su casa, totalmente destrozada por los bombardeos. Y por eso digo que la música es una cosa esencial en nuestras vidas, porque te llena de sentimientos y recuerdas a personas que se han ido de tu vida o que aún siguen ahí compartiendo experiencias contigo. Por eso a todo el mundo le gusta escuchar música, no importa la edad, ni ningún otro condicionante. La música es un lenguaje universal que sólo entiende de sentimientos.

Lucía Brotons Sarabia, 3ºESO A

Obesidad Infantil

Hoy hablaré de un tema casi olvidado, la obesidad infantil. Le echamos fácilmente la culpa al niño con sobrepeso, pero, ¿es realmente su culpa?

Recientes estudios muestran que el mayor porcentaje de obesidad infantil se encuentra en Estados Unidos, México y España. Pero la culpa de todo esto la tienen los padres que no saben alimentar a sus hijos, les dan lo que sus hijos exigen sin siquiera pararse a pensar en los efectos nocivos que dichos productos podrían ejercer sobre su salud: cardiopatías, diabetes, cáncer de endometrio, discapacidad, etc.

Y esto me lleva al segundo punto: la educación. ¿Cómo nace el sobrepeso? Muy fácil, acostumbrando al niño a comer demasiada comida basura. Con el tiempo los niños normalizarán, o mejor dicho, interiorizarán tales hábitos nutricionales, y cuando los padres quieran decirle que no, el niño se rebelará, y sus progenitores, de alguna manera, tendrán la batalla perdida.

Octavio Ferrero Miró, 3ºESO A

Feminismo

La RAE define el feminismo como : “ La ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”. ¿No debería darnos vergüenza que tenga que existir una palabra en nuestro vocabulario para definir esto, no debería ser algo innato a nuestra condición como seres humanos? ¿ por qué nosotras, las mujeres, debemos ser inferiores?  Incluso según el diario “El País” algunos hombres se hacen pasar por feministas para ligar, este es otro punto por el cual nos siguen subestimando. La sociedad se piensa que por palabras se puede acabar el machismo cuando lo que en realidad necesitamos son acciones.

Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2011, una mujer tiene que trabajar 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre. Desde pequeños se forma igual a niños y niñas y así hasta la universidad, y lo curioso es que el problema persiste, latente ,pero sigue estando como una losa insoportable.¿Por qué a la hora de buscar trabajo nos tenemos que encontrar con tantos prejuicios? Es verdad que hay trabajos que solo pueden realizar los hombres debido a su forma física, genéticamente son mas fuertes y eso no se puede debatir, pero la mayoría de los empleos se precisan y valoran los conocimientos y eso es algo que todo el mundo puede llegar a desarrollar sin importar su género.

En este siglo todas la chicas son feministas, lo cual es normal, porque sería preocupante que una mujer no quisiera que se le tratara de forma igualitaria, pero de alguna forma nosotras mismas fundamentamos el machismo ¿cómo queremos que nos respeten si no nos respetamos a nosotras mismas antes? Somos nosotras las primeras que cuando vemos a alguna chica haciendo algo que no nos gusta la atacamos con frases como “¡qué guarra!”, “¡se podría tapar!”, “¡va provocando!”. ¿Enserio hemos llegado a ese punto? Lo que deberíamos hacer es unir fuerzas para la igualdad que tanto queremos.

Otra verdad es que algunas personas utilizan argumentos infundados para acabar con el machismo y es obvio que en la mentira no está la solución. Simplemente este movimiento tiene que acabar porque no nos merecemos ser tratadas como inferiores. Algunos grupos, tal vez hembristas, intentan cambiar el masculino genérico pero es algo parte de nuestra lengua y si fuera “femenino genérico” serían los hombres los que se quejarían. También quieren cambiar los meses a femeninos: enera, febrera… Creo que nos deberíamos centrar más en los problemas más graves que si un mes es femenino o masculino.

Lucía Montesinos Medina, 3ºESO A

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