No importa que no puedas entenderme, si me escuchas con atención siempre podré guiarte. Te aconsejaré cuando te sientas solo, y en mí encontrarás el refugio que anhele tu corazón. Combatiré la ira y el rencor con mi simple presencia. Y seré incondicional a tu llamada. Seré el aliento que te ayude a avanzar, el reflejo vivo de tus sentimientos, la cura a todas tus heridas, el abrazo cálido, el artífice de tus lágrimas de emoción y tus francas sonrisas.
Y si algún día me equivoco, te daré la clave para rectificar. Prometo no rendirme nunca, nací para ayudar a los hombres y mientras perdure mi cometido no me iré. Sólo te pido algo a cambio, cree en mí, necesito de tu fe para darle sentido a mi existencia, saber que juntos podemos cambiar el mundo y hacerlo mejor, más humano, más solidario, más justo y tolerante.
Quiero seguir endulzando momentos, embellecer tu camino, hablar constantemente de amor, hacer reír… Quiero seguir creando historias que alimenten sueños, uniendo a las personas creando lazos imperecederos…Quiero ser el camino para la paz, la voz del desamparado, la esperanza del que esté sufriendo, la mejor arma contra la indiferencia y el dolor. Quiero seguir dándote razones para que ames la vida en toda su inmensidad, para que así la cuides y protejas. Quiero acompañarte y seguir en silencio tus pasos, para nunca dejarte caer.
Quiero vivir eternamente en tus labios, moverme libre sobre el papel y ser el mejor trazo en la mano de aquel que siempre confió en mí.
Siempre vuestra. La Palabra.
En homenaje a todos los que luchan y lucharon por la libertad de expresión.