Aprender, un verbo de infinitas posibilidades

Aprender es un verbo tan largo como las posibilidades que ofrece. Uno aprende de niño a hablar, a escribir, a caminar… En definitiva, a explorar el mundo desde la inocencia y la inquietud que nos depara lo desconocido. Con el tiempo, llegan nuevos aprendizajes que, en teoría, se suman a los anteriores. Aprendemos entonces a socializar, a respetar, a convivir en la diferencia y a aceptarla como una maravillosa oportunidad para ampliar nuestros, a priori, limitados horizontes. Y así, casi sin darnos cuenta llega el primer amor, y aprendes a amar de una forma romántica, porque el otro amor, aquel que sientes por tu familia y amigos, podría definirse como el que, de algún modo, es inalienable al hecho de ser. “Existo, luego amo”. (Permítanme la licencia en la reinterpretación).

Hasta que a veces, o quizá siempre, el aprendizaje llega en forma de lección, porque sí, la vida tiene en ocasiones esa extraña manera de ponernos en alerta, de advertirnos de que su estancia, por grata y placentera que nos resulte, es efímera y frágil. Pero cuando la tempestad pasa y la calma se convierte de nuevo en la protagonista, el aprendizaje vuelve a hacer su aparición estelar, aunque eso sí, tendremos que estar preparados para seguir el nuevo guion.

Aprender es relativamente fácil si uno pone de su parte, y lo curioso es que aunque el esfuerzo no sea ingente, es probable que algo, por pequeño o nimio que parezca, se habrá quedado en ese revoltijo de recuerdos y vivencias que forman nuestro yo en plenitud. Tal vez por ello, con la edad nos volvemos más cautos, que no más cobardes, y lo aprehendido (que deriva de lo aprendido) nos pone en antecedentes. Cierto es que el ser humano está programado genéticamente, o eso dicen las malas lenguas, para tropezar inequívocamente con la misma piedra una y otra vez, pero ojo, que a toda regla le llega su excepción, y ahí entra en juego, o eso es lo deseable, el aclamado aprendizaje. Sí, podremos caer, pero en nuestra mente, y muy posiblemente en nuestro corazón, (pues según ha revelado un estudio reciente, también el músculo impulsor de la sangre tiene neuronas), saltará una alarma y sabremos qué hacer.

Aprender es una acción cíclica, con sus vaivenes y sus picos de crecimiento y decrecimiento, según se mire, pero de lo que no hay duda es que aprender es un proceso para el que no existe descanso. Las personas siempre aprendemos, quizá a veces demasiado pronto y otras, por desgracia, demasiado tarde, pero lo que se adquiera de ese aprendizaje será desde luego indeleble al paso del tiempo, por mucho que la debilidad nos arrastre a subestimar todo aquello que vino a instalarse en nuestro bagaje de conocimiento para el presente y futuro.

Aprender implica también voluntad, ímpetu y una curiosidad insaciable. Aquel que nunca se canse de aprender vivirá, de algún modo, eternamente. Ya lo dijo Lorca, de una forma sutil, “Bien está que todos los hombres coman, pero que todos sepan”. Y el saber, amén de en los imprescindibles libros, lo encontramos en la propia vida, en las personas que están a nuestro lado y, cómo no, por increíble que resulte, en el ejercicio de nuestra introspección. El conocimiento de uno mismo puede ser un infalible método para garantizar el aprendizaje.

Por todo ello y mucho más, vivamos y aprendamos; aprendiendo vivimos y vivimos para aprender.

Mi MADRE, LA PERSONA DE LA CUAL MÁS HE APRENDIDO por Blanca Pérez

Hoy me han dado la oportunidad de poder hablar sobre la persona que más admiro y más me ha enseñado en todo lo que llevo de esta maravillosa vida, como habéis podido apreciar en el título… efectivamente es mi madre, la mujer que más admiro junto a mi abuela. Mi madre es la persona que me ha criado y la que me ha enseñado a ser como soy. Mi madre es una persona vividora como ella sola, buena amiga, transparente y como para todo mi familia, su objetivo es que mi hermana y yo tengamos buena vida pero siempre con normas y restricciones.

Esta es una de las cosas que más admiro de mi madre, la forma de criar, a lo mejor a otras personas no les gusta, pero a mí me encanta que nos tenga muy consentidas en unas cosas y tan poco en otras.

Se me ha planteado la pregunta de porque la he elegido a ella y no a otra persona, pues mira porque es una persona la que quiero mucho, que me ha enseñado a ser fuerte y a que todo se supera, me ha enseñado a ser quien soy, y va a sonar muy egocéntrico pero me encanta como soy y todo gracias a ella. No sé si alguna vez leerás esto, pero gracias por ser como eres y enseñarme todo lo que sé.

Mamá, te admiro por Natalia de Juan

Mi madre, ella es Verónica, siempre está cuando la necesito, no podría vivir sin ella, se preocupa siempre de mi hermana y de mí y nunca nos falta nada.

Admiro todo de ella, su valentía, su fuerza y sus ganas de vivir. Ha sufrido mucho para ser quien es ahora y aún le quedan muchas cosas por conseguir, ama su trabajo, su familia y sus hijas, yo noto que lo somos todo para ella y a nuestro lado es la persona más feliz del mundo.

Admiro sus ganas de salir adelante cada día, su pasión es la decoración y siempre está mirando inspiración. Es la persona que más buen gusto tiene en ese aspecto, todas las ideas que tiene me encantan, no hay ninguna que no me guste. Algunas personas me dicen que me parezco mucho a ella, y es el mayor cumplido que alguien me puede hacer, ella es mi inspiración y mi todo, gracias a ella estoy aquí y sin ella no soy nada.

¿Cuál es la persona de la que más has aprendido en esta vida y por qué? por María Guillem

Me ha resultado un tanto difícil escoger a una única persona para realizar este trabajo, ya que tengo la inmensa suerte de estar rodeada de gente que me hace crecer y mejorar, en cuanto a persona, día a día. Tras meditar acerca de mi elección, he decidido hablar sobre una de las personas más importantes de mi vida, mi madre.

La primera virtud que me gustaría destacar de ella es lo trabajadora y lo constante que es en todos los aspectos. Lo mucho que se esfuerza, tanto en la vida cotidiana como en su trabajo. Todo lo que se propone ella lo consigue.

Además, es muy perfeccionista con todo lo que hace, hasta que algo no está como ella lo desea, es decir, perfecto, no se detiene. Esta es una de las muchas virtudes que he heredado de ella.

Por último, no podía faltar comentar lo fuerte y luchadora que fue y sigue siendo a día de hoy, ya que cuando a mi abuela le detectaron cáncer, mi madre nunca se rindió y estuvo a su lado con una sonrisa en todo momento.

Estoy muy orgullosa de ella y no puedo estar más agradecida de que forme parte de mi vida.

Tanto mi madre como mi padre, nos han inculcado a mi hermano y a mí, unos valores maravillosos. Para mí es un ejemplo a seguir y sin duda la mejor madre del mundo.

Por todo esto y más, considero que es la persona de la que más he aprendido en esta vida.

Aunque aún me queden cosas por descubrir, sin duda alguna, sé que mi madre estará conmigo ayudándome siempre.

¿Cuál es la persona de la que más has aprendido en esta  vida y por qué? por Mar Mira

Cada uno de nosotros tiene una persona especial, una persona a la que sigue, a la que admira y, por supuesto, de la que aprende.

Esa persona para mí, es mi madre; una mujer luchadora, fuerte y la persona más paciente que he conocido en lo que llevo de vida. Me ha enseñado a luchar por lo que quiero, no tengo palabras para describir todo lo que ha hecho por mí. No la admiro sólo porque es mi madre, sino que a mi cada día me demuestra el interés que tiene por todo y eso es justo lo que he aprendido de ella, a tener interés en aprender, en ayudar y en ser buena persona. También me ha transmitido que hay que tener pasión por las cosas y ganas de seguir avanzando.

Entre muchas otras cualidades he aprendido a valorar muchas cosas que ni siquiera antes notaba presentes. No podría agradecerle más lo que ha hecho por mí. Ella es la persona que me apoya y está a mi lado cuando más lo necesito y no solamente se ha ganado mi amor, también mi respeto,  admiración y gracias a ella soy la persona que soy hoy en día.

Cuando ya no se encuentre a mi lado será entonces cuando tenga que poner en práctica todo lo que me ha enseñado.

Una gran parte de mí por Elisabeth Carrasco

De quien más he aprendido en esta vida. Es de mi abuelo Juanjo. Es la persona que siempre me ha enseñado muchas cosas… algo que he aprendido con él, es a ser valiente y a luchar por mis sueños y por lo que quiero. A él le gusta mucho caminar y ha hecho tres caminos de Santiago, sin preocuparle lo que pudiera pasar, lo que encontraría, el pasar tiempo fuera de casa sin su familia o solamente el simple hecho de comenzar la aventura solo.

Otro de los valores que he aprendido es a ser feliz, ya que a él nunca le ha gustado verme triste, ni llorando. No hay ni un día que no me espere sentado en su sillón, con una sonrisa de lado a lado. Siempre me ayuda con mis problemas y a buscar la mejor solución para ellos, y si han ocurrido ya, me ayuda a afrontarlos y a llevarlos de otra manera. También él disfruta de los pequeños momentos, y he aprendido que no me hace falta pasar una tarde increíble yendo de compras o saliendo por ahí, sino simplemente pasando la tarde con él, merendando en el comedor de su casa con el brasero y la televisión encendida, así, yo me siento la más feliz del mundo, disfrutando de él, de mí, de nosotros, de nuestra felicidad, del momento, dejando todos los problemas y preocupaciones en la puerta. Pero sinceramente lo que más admiro de él, es la forma que tiene de ver la vida y de afrontar las cosas. Él está malito, tiene cáncer, esa maldita enfermedad, que muchas personas la padecen a día de hoy, desgraciadamente, y no es fácil de llevar. Pero pienso que pocas personas lo afrontan de la forma que él lo hace. Todos los días, él se levanta y hace las cosas que más le gusta hacer, irse con sus amigos y disfruta con ellos, también ayuda en casa, se echa su siesta (que es sagrada), pasa tiempo con su familia, se va a caminar, escribe, lee…En conclusión disfruta de la vida e intenta siempre dar su mejor versión de él mismo. Aunque claramente todos los días no son perfectos, y él, como todos, tiene días malos, pero esto es una de las cosas más especiales de él, que aunque sea un día malo y que tenga muy pocas fuerzas, se sigue levantando y haciendo la rutina de todos los días, y lo más importante de todo y con el detalle más sencillo y bonito, disfrutando y siempre con una sonrisa en la cara.

Para finalizar, que es una cosa que a mí personalmente aparte de todo esto, me hace sentir orgullosa de él y me llama la atención, es su filosofía de vida: si viene o llama a la puerta, dile, que yo no estoy aquí.

Por todas esas cosas y más, él, es mi campeón, mi héroe, mi ejemplo a seguir…

¿Cuál es la persona de la que más he aprendido en esta vida y por qué? por Esther Carricondo

Esta pregunta me ha hecho reflexionar sobre la dura vida que han vivido todas las personas que me rodean.

Sin embargo hay una persona que destaca y esa es mi madre.

Mi madre perdió a su padre muy joven y la mayoría de su vida la ha pasado con su madre. No me gustaría imaginarme lo difícil que sería lograr pasar un día sin ninguno de mis padres. Desde bien pequeña ha sido una luchadora y poco a poco ha visto cómo se iban yendo las personas que más quería.

Esta redacción la he hecho sobre ella para expresar lo magnífica que es y lo mucho que vale. Me ha enseñado a amar puramente a la gente que me rodea y a ser yo misma siempre. Ella suele decir que nuestro carácter es muy parecido, a la hora de enfadarnos o de estar felices y yo creo que eso es lo que hace que estemos tan unidas.

Mi madre ha sido una de las personas que más valores me ha enseñado, junto a mi padre, que es también un pilar fundamental en mi vida. Obviamente, las personas no son eternas, así que tendríamos que valorar el tiempo que pasamos junto a nuestros seres queridos.

¿CUÁL ES LA PERSONA DE LA QUE MÁS HAS APRENDIDO EN ESTA VIDA Y POR QUÉ? Por Claudia Juan

Tras leer el discurso del músico Leonard Cohen, he pensado qué personas de mi entorno han sido las que más han influenciado en mi vida. Cuando me planteé la pregunta, rápidamente pensé en mi madre y la cantidad de momentos que me llegaron a la cabeza cuando tuve que responder a la pregunta propuesta anteriormente.

Desde bien pequeñita me ha gustado estar muy cerca de mi madre, pues a pesar de que chocamos en nuestro carácter y la mayoría de veces pienso que somos muy iguales, todos los enfados terminan siendo una sonrisa recíproca aunque la mayoría de ellas, es decir, siempre, es mi madre la que tiene la iniciativa de reconciliación, cosa que quiero aprender de ella, como miles de valores suyos.

No hace falta resaltar lo mucho que me encanta compartir con ella nuestros gustos tan comunes y todas nuestras semblanzas, las cuales hacen que quiera pasar todo momento junto a ella, destaco las veces que vamos a almorzar juntas, las risas compartidas, cantidades de consejos, todas las veces que recibo su ayuda cuando ella, la necesita el doble, y aunque yo lo intento no siempre estoy dispuesta a ayudarla, hecho que quiero mejorar.

Y sobre todo me quedo con las veces que ha sabido guiarme por buen camino y hacer de mí una mejor persona, corrigiendo mis errores y yo aprendiendo de ellos, por esa misma razón sé positivamente que de ella es la persona de la que más he aprendido.

Ahora bien, ¿por qué mi madre es la persona que más ha influido en mi vida? Como le sucede a muchas hijas, siempre que la vida me plantea un nuevo reto, debo enfrentarme a un nuevo problema o he de tomar una decisión, me viene a la cabeza una pregunta: ¿qué haría mi madre? Pues siempre que lo he necesitado, ella ha sabido dar repuesta a todos mis interrogantes. Siempre tengo la sensación de que la decisión que ella tomaría si estuviera en mi lugar es la correcta. Al fin y al cabo, como hijas, desearíamos algún día ser la viva imagen de lo que nuestras madres han sido, pero a mí, con poder llegar a ser la mitad de lo que es ella, ya me bastaría.

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