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Invisibles

Escucho una música que despierta mis sentidos, consigue sacarme de mi letargo y me devuelve de nuevo a la realidad, pero a una realidad dulce, nueva, apacible…Decido seguirla, su inspirador sonido me guía hasta el final de una calle, conforme avanza mi paso, los acordes se hacen más y más intensos, siento que puedo tocarlos, que puedo abrazarlos, que tienen vida, que soy parte de ellos…En su melódico compás encuentro parte de mi esencia olvidada, de mi yo interior, de mis recuerdos, miles de momentos se cruzan por mi mente como destellos de luz irrepetibles, y no puedo dejar de sonreír, es una sensación mágica. De pronto, siento que alguien me observa, una mirada incrédula y llena de paz me mira preguntándose algo que no puedo responder, y entonces, aquel hombre se resigna ante un ya familiar silencio, esboza una tierna mueca y me da las gracias con una complacencia infinita. No sé qué decir, ni qué pensar, así que me quedo allí de pie, sin más, y sigo disfrutando de cada nota mientras veo a la gente pasar, gente y más gente que andan de un lado a otro, cada cual ensimismado en sus propios pensamientos. Nadie mira, nadie escucha la música, pero ella no cesa, mantiene la esperanza, porque nació para ello…

De camino a casa me cruzo con un niño. Es mi vecino, y parece más triste de lo habitual. Me acerco a él preocupada, pero no muestra muchas ganas de hablar. Intuyo que algo le pasa desde hace meses, lo cierto es que nunca lo veo jugar con nadie, y siempre está alicaído. He intentado ayudarle, y ahora sé, aunque no fue fácil averiguarlo, que no tiene amigos. A veces lo veo pasar, y al cruzarse con un grupo de chicos de su edad, reconozco en su mirada la envidia inocente de un niño, y una punzada de dolor me estremece.

Todo ello me ha hecho reflexionar…Se sientan cada día en el mismo rincón, queriendo pasar desapercibidos, pero en el fondo claman al mundo atención, en su interior se mantiene oculta una historia que necesita y merece ser contada, un vida llena de luces y sombras que quiere seguir su rumbo como la de los demás. Quizá fue el infortunio quien les relegó a la fuerza a un tedioso segundo plano, y la sociedad, presa de un individualismo casi condenatorio, se olvida sin querer de que están ahí, y que basta una sonrisa, una palabra amable o un gesto cargado de empatía, para hacerles saber que no son invisibles, porque en realidad nadie lo es.

No te importe detener tu tiempo para ayudar a los demás, la vida alcanza su sentido pleno cuando uno es útil para quienes le necesitan.

Invisibles

Invisibles, esa palabra que pasa desapercibida, esa palabra en la que nunca pensamos, esa palabra que solo nos recuerda a algo que no se ve, pero tal vez, somos nosotros los que no vemos o no queremos ver .

Todos los días, cuando caminamos por la calle, vamos pensando en nuestras cosas, en qué vamos a hacer, en lo que ya hemos hecho… como es normal, pero mientras tanto hay cientos de personas que pasan por nuestro lado y ni siquiera vemos, hay tantas personas que se ven obligadas a pedir por la calle, por ejemplo, que ya estamos acostumbrados a decir que no, y tal vez es que de verdad no podemos ayudarlas, pero hemos de pensar el por qué esas personas están así, por qué no sonríen a la vida y no miran a los ojos y el por qué se ven forzadas a pedir día tras día en la calle. Hay algunos que no tienen más remedio que sentarse a esperar a que alguien que pueda les ayude, ya que sus pies no pueden soportar el peso de su cuerpo; otros caminan muchísimos kilómetros solo para recibir algo; algunos ni siquiera conseguirán nada, pero lo intentan.

Lo primero que hacemos al ver a una persona desconocida es criticarla, la juzgamos sin conocer, cuando en realidad no podemos saber nada de ella , y lo cierto es que llevan consigo una historia que tal vez nos puede dar una gran lección que desconocemos .

Si solo por un momento pudiésemos ponernos en el estado no sólo físico, sino también emocional de esta gente, si pudiésemos sentir ese gran dolor, que es como una nube situada sobre tu cabeza tirándote rayos continuamente, entonces reflexionaríamos, porque esas personas no sólo se preocupan por ellas, tal vez tienen una familia a la que mantener, alimentar y cuidar, y quizá si ayudamos de algún modo a una de esas personas, podemos estar ayudando a una familia entera.

Invisibles, no lo son, solo que a veces los hacemos sentir así.

Tenemos que tener empatía hacia esas personas y mirar nuestro entorno y lo que nos rodea.

Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

Muchas veces las personas no asumimos las consecuencias de las decisiones que tomamos, ni reconocemos nuestra responsabilidad cuando las cosas se tuercen, siempre decimos que la culpa es de otro, que nosotros no hemos hecho nada, pero ahí veo yo el problema, en el hecho de no hacer nada cuando vemos que algo no está bien, el hecho de callarnos y no decir: – ¡basta! ¡Hasta aquí hemos llegado!, en vez de hacer eso, nos callamos.

Además yo pienso que vivimos en una sociedad donde además de criticar, nos fijamos mucho en cómo va ese vestido, o en cómo actúa ese otro. Y excluimos, a veces sin darnos cuenta, a gente que no nos ha hecho nada, simplemente porque son diferentes a nosotros o no piensan igual. Yo, por suerte o por desgracia, no nunca me he sentido “invisible” y la verdad es que no me gustaría sentirme así nunca, pero si he tenido la ocasión de vivir esa situación en una persona cercana a mí. Lo que más pena y rabia me daba era ver que esa persona estaba mal, que a pesar de que ella no hiciera nada, la excluían y la dejaban de lado, y saber que tú no podías hacer mucho por ella, solo estar ahí apoyándola en sus peores momentos, era decepcionante. Muchas noches cuando no me podía dormir, me paraba a pensar y me preguntaba ¿por qué le hacían eso? Si ella lo único que quería era disfrutar de la vida que para eso está, para disfrutarla y para vivirla.

Muchas veces los profesores nos dicen que cuando veamos alguna injusticia, alguna humillación, tengamos el valor de ir a ellos y contárselo, pero no es tan fácil como ellos lo pintan, o eso creemos nosotros, simplemente porque te da miedo que los compañeros de clase se enteren de que te has chivado tú, te dejen entonces de lado, te humillen y nunca más vuelvas a tenerlos como amigos.

Elena Verdú Cerdá, 2ºESO A

Si fuéramos por la calle caminando y le preguntáramos a diez personas si existe la invisibilidad, seguramente las diez responderían que no. De hecho, hasta hace poco yo también lo creía así, pensaba que ésta solo se podía ver en las películas de ficción, con el efecto especial de alguna manta mágica.

Normalmente en las grandes ciudades es donde se encuentran más “sin techo”. Los niños prefieren no mirar, pero los adultos más detestables les miran con mala cara, como si no se hubieran esforzado en esta vida esas pobres personas.

También en todos los colegios siempre hay niños distintos, especiales. Pero, desgraciadamente, siempre hay alguno que es apartado de la sociedad, que no es bien recibido, que cada vez que habla es criticado.

La verdad es que no sabemos la historia del vendedor de pañuelos del semáforo, ni la de ese niño solo llorando sin nadie que le apoye en el patio. No podemos saber la verdadera historia de estas marginaciones. Entonces, si ahora le preguntásemos a diez personas marginadas si creen en la invisibilidad, probablemente dirían que sí, que les han tapado con la manta del olvido.

Nicolás Payá Martínez, 2ºESO B

Hay tantas personas a las que denominamos invisibles, que si tuviese que citarlos a todos no tendría suficientes horas en la vida para hacerlo.

Lo cierto es que para descubrir casos de pobreza o desigualdad no hace falta buscar ejemplos en internet, basta con que echemos un vistazo a lo que sucede en nuestro país, en nuestra ciudad, donde todos los días hay personas que sufren este tipo de calvarios. Sin ir más lejos, a veces en los colegios nos encontramos con ejemplos muy claros: personas a las que se le hace la vida imposible, les humillan, y hasta en casos extremos les llegan a agredir.

Este tipo de situaciones me parecen repudiables, y ponen de manifiesto una gran falta de humanidad, pues todo ser humano -por diferentes que seamos- nos merecemos un mínimo de respeto.

A estas personas en muchas ocasiones se les considera invisibles, porque aunque les podamos ver, hay mucha gente que no les hace caso.

A las personas que se utiliza como objeto de mofa, siempre son los más débiles, los pobres y todos aquellos que son considerados distintos porque sí.

Para terminar esta redacción quiero plantear la siguiente ¿Por qué no atacas a los que son más fuertes que tú? O, directamente, no le hagas eso a nadie.          

Jorge Serrano Arratia, 2ºESO A 

Nunca me he parado a pensar en el significado de la palabra invisible, en el sentido tan profundo que puede tener cuando estamos hablando de personas, porque vayamos donde vayamos siempre nos encontramos con ese tipo de personas a las que llamamos pobres o sin techo. Y nunca nos hemos puesto en su piel. Éstos podrían pasar el día entero pidiendo ayuda y ganar un solo euro. Esas personas no piensan en qué harán en el futuro, sino en qué comerán esa noche y dónde dormirán.

La sociedad a veces es un poco egoísta y sólo pensamos en nuestro bienestar personal. Aunque también es cierto, que al igual que hay personas que de verdad lo han perdido todo, hay otras que quieren engañar a la gente haciéndose pasar por pobres indefensos , y esto provoca que la gente al final ya no sepa si de verdad lo necesitan o es todo un timo.

Aún así, intento creer en la buena fe de las personas y creo que debemos ayudarlas, sobre todo si han perdido a su familia que es lo más importante del mundo.

Lucía Vicedo Márquez, 2ºESO B

Una persona es invisible cuando los demás, sin razón justificable, la consideran diferente a ellos, sea por el color de la piel, por la nacionalidad, por su religión, etc. Hoy en día muchas personas viven el calvario de ir al colegio y tener que soportar que sus compañeros de clase se burlen de él o de ella, o que no le acepten en el grupo de amigos por cualquier motivo. Las personas que consideran a otras diferentes son personas maleducadas.

Las personas invisibles tienen miedo, y por eso se encierran muchas veces en sí mismas, porque no se atreven a exponer su punto de vista hacia los demás. Con este texto quiero decir que todos somos iguales, porque todos vivimos en el mismo planeta, todos tenemos los mismos derechos, y lo que es más importante, todos somos personas.

David Rus, 2ºESO A

Vivimos rodeados de personas invisibles, personas que no se sienten vistos, quizás porque nadie se fija en ellos, porque pocos los nombran, porque son poco aceptados, pero aún así hoy y siempre estarán, vayas donde vayas te encontrarás con esa persona a la que posiblemente no le des importancia, pero debes saber que dentro de ella hay una historia que quizá compartes, y la estás dejando pasar. Te da igual lo que diga, no importa, pero de pronto hay algo en ti que te hace ver que tal vez, si atiendes a esa persona que es como una estrella, y te pones en su piel, te iluminará.

Esa persona que por miedo a ser contestada o tal vez criticada, no da respuesta ni opinión, y no sabe cómo hacerlo para que todos le comprendan o le escuchen y sólo cuando la conoces por dentro, te hace reflexionar y te das cuenta que da lo mismo como sea físicamente o psicológicamente, si quieres ser escuchado y respetado trata a los demás por igual, para que nunca se sientan invisibles.

Elena Sánchez Zafra, 2ºESO B

Madrid 11 de marzo 2012

Querido diario, hoy empiezo a escribir, pero antes me voy a presentar. Me llamo Judit y tengo 15 años, mi mejor amiga se llama Iris… bueno, creo que ya no es mi mejor amiga porque es que hoy cuando estábamos en el patio se ha puesto la misma camisa que yo y me ha dado mucha rabia, entonces he cogido las tijeras y se la he roto, pero lo que no entiendo es que la profesora me ha reñido a mí y encima me ha obligado a pedirle perdón, ¡esta vida es muy complicada!

Madrid 20 de marzo 2012

Querido diario, llevo unos días que no te he escrito porque no me apetecía, pero hoy he sentido la necesidad de escribir, y es que he pasado unos días un poco malos. Todo empezó cuando estaba hablando con el chico que le gusta a mi amiga Iris y me preguntó que si Iris quería a alguien y yo le dije que le quería a él, entonces el chico se lo dijo a toda la clase hasta que se enteró mi amiga Iris y se enfadó mucho conmigo, me dijo que ya no podía confiar en mí, que dejaría de ser mi amiga, que era un ser despreciable y que me quedaría sin amigos. Yo me puse muy furiosa, y me escapé de clase, llegué a mi casa unas horas más tarde y mis padres me estaban esperando sentados con los brazos cruzados, pidiéndome explicaciones porque le habían llamado del colegio por haberme escapado. Me castigaron sin móvil y sin poder salir de mi casa, solamente para ir al colegio y hacer trabajos, ¡Nadie me comprende!

Madrid 29 de marzo 2012

Querido diario estoy muy triste, ahora sé lo que es estar sola, no tengo ningún amigo, todos me odian, nadie me quiere, nadie me comprende, no confían en mí, nadie me cuenta nada, no tengo a nadie a quien contarle mis penas y me estoy planteando cambiarme de colegio, pero creo que eso no cambiaría la situación. Esta tarde voy a ir a casa de una amiga, o al menos lo era, para hacer un trabajo de lengua y le voy a pedir su opinión acerca de lo que me está pasando. 

Madrid 30 de marzo 2012

Querido diario ayer tuve una charla muy intensa con mi amiga, y me ha dicho que llevo unas semanas rara, que estoy cambiando de forma de ser, que estoy más distante y que no hago las cosas bien; y ellas están muy enfadadas conmigo, sobre todo Iris. Me ha dicho que la solución es pedirle perdón, aunque no solo vale con eso, también tengo que demostrarle que he cambiado. Sé que me va a costar, pero mi amiga me ha abierto los ojos y es verdad que llevo unos días comportándome mal con ellas, espero solucionarlo…

Madrid 30 de mayo 2012

Querido diario han pasado dos meses y ya he solucionado los problemas que tenía con mis amigas,  me he dado cuenta que una de las peores cosas que te pueden pasar en la vida es estar solo, porque sin personas que te quieran no puedes ser feliz, a veces estamos solos porque alguien decidió hacernos la vida imposible, pero en otras ocasiones estamos solos por nuestro carácter, por ser despreciables, ariscos, egoístas, caprichosos… Por eso cuando te das cuenta que lo estás haciendo mal tienes que solucionarlo, porque a lo mejor cuando dejas pasar el tiempo ya no tiene solución.

Estela Ortega Bernabéu, 2ºESO B

Cuando veo escrita la palabra invisible, siempre pienso en aquellos niños y niñas que sufren cada día de su vida acoso escolar. Porque si reflexionamos un poco, detrás de cada persona hay una historia diferente, hay personas tímidas, personas sin padres, personas que no tienen dinero para alimentar a sus propios hijos. Y como desconocemos la realidad que se esconde detrás de cada persona no hay que insultar, ni pegar, ni abusar de una persona indefensa.

Yo entiendo que los agresores son aquellas personas que no se sienten bien con sí mismos, y pagan su frustración con los demás.

También, por desgracia, están aquellas personas que no tienen dinero para alimentarse ni un lugar donde dormir, y tienen que buscar una casa ajena, hasta que finalmente los vuelven a desahuciar.

Es triste que a veces no nos demos cuenta de lo que están sufriendo algunas personas, de lo duro que es vivir en la calle…

Noemí Sáez Ramírez, 2ºESO B

Las personas invisibles son personas que no merecen nuestra indiferencia, debemos tratarles con respeto y educación. Cuando nosotros excluimos a estas personas, antes de hacerlo deberíamos ponernos en su lugar y ver así cómo se sienten cuando les hacemos eso; a veces este tipo de personas están tan cansadas de lo que les hacen, que toman decisiones erróneas. De hecho, no sé cómo pueden aguantar su día a día soportando insultos, agresiones físicas y psicológicas, por eso hay que ayudarles, para que no pasen por ese calvario, y puedan sentirse integrados. 

Cristofer Montero Leyme, 2ºESO A

En todas las sociedades hay personas que se vuelven invisibles para el resto… Cuantas veces paseando por zonas muy concurridas encontramos a personas pidiendo, y si nos paramos a observar podemos ver que una gran mayoría pasa por su lado sin ni si quiera mirarlos. ¿Son invisibles? ¿O realmente no queremos verlos?Nos preguntamos por qué están en esa situación o por qué las personas que nos representan no hacen nada para que en vez de pedir puedan pasear como el resto.

En esta época del año, cuando se acerca el frío y la navidad, todos nos volvemos más sensibles e intentamos ser más generosos, pero esa no es la solución, al menos no a largo plazo. La Constitución dice que todos somos iguales y que todos tenemos derecho a tener unos recursos, al menos, mínimos para poder vivir, pero lo cierto es que eso no se cumple.

Hay que quitarse lavenda de los ojos y mirar la realidad, e intentar cambiarla para no seguir paseando sin ver a la gente invisible.

Paola Martínez Moltó, 2ºESO A

No puedo creer que haya personas tan crueles, que se sientan bien después de humillar a otro ser humano, solo porque sea de diferente nacionalidad, sea más callado, más tímido o, sencillamente, diferente a ellos.

Creen que por hacer eso son superiores, mejores, y en realidad son unos desalmados. A veces se meten tanto con una persona, que le hacen la vida imposible. Por su parte, esas personas «invisibles » se levantan con miedo de ir al instituto por las mañanas, porque saben que ese día los de “siempre” se burlarán de nuevo de ellos. Y así una y otra vez.

Luego también están las personas pobres, personas que no tienen un techo bajo el que poder cobijarse, vivir, o no tienen suficiente dinero como para poder comer todos los días. La gente que los ve, los evita, solo por su aspecto, y éstos, en realidad, no saben que esas personas » invisibles » tienen un pasado, una historia. Pero como en cierto modo a día de hoy triunfa la superficialidad y el materialismo, no son conscientes de ello y de las desdichas de estas personas.

Angie Pabón Peinado, 2ºESO A

Vivimos en una sociedad materialista, donde lo que más importa de las personas es el físico, incluso hay veces que ni siquiera nos damos cuenta, nos sale de forma involuntaria. Las personas tenemos la tendencia a criticar a los demás, hasta incluso sin conocerles de nada, simplemente las juzgamos por su aspecto, por su forma de vestir o por envidia. Estas “víctimas” se suelen convertir en marginados sociales, sin amigos, sin trabajo y en situaciones extremas, sin familia. Si llevamos el tema al ámbito académico, nos damos cuenta que a nuestra edad lo que hacemos es elegir a personas, niños y niñas con algún defecto físico y los convertimos en el objetivo de infinitas burlas y acosos, que después, delante de padres y profesores, simplemente son bromas.

En mi opinión, una de las cosas más tristes que le puede pasar a una persona es quedarse solo, sin una familia que se preocupe por ti, ni amigos que te ayuden cuando lo necesites, por eso, las personas invisibles para la sociedad son aquellas que no tienen nada, lo han perdido todo y no tienen a nadie que les defienda y ni siquiera que les haga compañía.

Desgraciadamente así es nuestra sociedad actual, con personas que se creen superiores a otras simplemente por ser más guapo, más alto, más listo etc. Es una lástima pero, a veces, es la realidad.

                                                                                                                                                                             Natalia Peydró Medina, 2ºESO B

Yo tengo una amiga cuyo nombre no quiero revelar, sólo diré que lo ha pasado muy mal.

Ella tiene 12 años, y esta es su historia. La gente la criticaba y juzgaba por su aspecto físico y sus cualidades. Pero, muchas de las personas que le criticaban e insultaban no la conocían de nada, así que yo siempre la animaba diciéndole que por mucho que digan algo malo de ti, algo que te moleste o te duela, nunca te lo tienes que creer de verdad porque esas personas no te conocen, no saben cómo eres por dentro, cómo sientes.

Yo pienso que la gente que ofende, humilla o incluso maltrata, es porque ellos en realidad por dentro se sienten mal, tienen algún tipo de problema psicológico, y su forma de desahogarse, en vez de llorar o contárselo todo alguien, es meterse con las personas que piensan que son inferiores a ellos o menos importante, en definitiva, más débiles. Y lo que hacen es destrozar a esa persona que no tiene culpa.

Los agresores en realidad tienen un grave problema.

Claudia Santonja Beneyto, 2ºESO A

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Cosas que quiero hacer…

¿Quién no ha soñado alguna vez con poder viajar a través del tiempo? Imaginaos poder cambiar aquello que tanto nos lastimó, silenciar aquellas palabras que jamás debieron ser pronunciadas, impedir que nuestro orgullo arrastrase a la fuerza un sentido y profundo te quiero, un beso, un abrazo, que ya jamás tendrán ocasión de volver de la misma manera.

¡Qué bello sería poder recuperar tiempo perdido, marchitado o simplemente rememorar una y otra vez, al menos un sólo momento de los muchos vividos con la persona que se fue, y a la que tanto añoramos!.

¡Qué gran fortuna regresar al preciso instante en que la vida nos fue más placentera, cuando nada nos preocupaba especialmente y sólo un puñado de ambiciosos sueños nos guiaban en nuestro caminar! ¡Cuántas sonrisas, amaneceres, historias, experiencias…nos gustaría volver a sentir!

Sin embargo, por mucho que deseáramos tener ese poder, lo cierto es que es inalcanzable. Los días pasan rápido, de la misma manera que unos vienen a la vida y otros se van dejando tras de sí una impronta indeleble, pero también muchos sueños por cumplir, caminos y proyectos inacabados que otros, quienes más les quisieron, se esforzarán tal vez por terminar en honor a ellos.

No podemos, ni debemos obsesionarnos con la idea de planificar nuestro futuro, pues lo que cuenta es que estás ahora aquí, que vives, que puedes ver el sol y dormir a la luz de la luna, que puedes escuchar, sentir y admirar a quienes te rodean y aprovechar para tomar su mano, pedirles consejo y quererles, quererles mucho. Sin duda merece la pena soñar, pues es lo que nos mantiene despiertos, pero no olvidemos que sólo tenemos una oportunidad para vivir el momento.

Todos nos alimentamos de ilusiones, de metas…como las que nuestros alumnos de 2ºESO nos presentan, pero mientras luchamos por tratar de conseguirlas, vivamos y disfrutemos intensamente de lo que tenemos hoy. La vida puede ser corta o larga, pero como dijo Abraham Lincoln «al final, lo que importa no son los años, sino la vida de los años».

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No sé muy bien cómo empezar esta redacción, ya que me cuesta expresar lo que quiero hacer en mi vida en unas simples líneas.

Una de las cosas que quiero cumplir es estar siempre con mi familia. Ellos me han dado todo sin pedir nada a cambio, me ayudan cuando se lo pido y a veces sin dar las suficientes gracias. Ellos siempre han estado ahí, y por eso les agradezco todo lo que tengo, sin ellos yo no sería nada. Son mi mayor tesoro.

Otra de las cosas que me gustaría preservar en la de ser buena estudiante, pues si no aprovechamos el tiempo, éste se nos vendrá encima. Si no hacemos nada útil, nunca podremos tener un futuro como lo imaginábamos de pequeños. Y, por supuesto, tampoco podremos optar al trabajo de nuestros sueños.

También me gustaría formar una familia. La familia es el amor. Tener hijos, porque ellos son una satisfacción muy grande. Mirarles a los ojos, decir que se parecen a ti… pero, sobre todo, darles la vida que se merecen.

Y también quiero hacer locuras: tirarme desde un helicóptero, siempre con seguridad, hacer parapente, viajar por todo el mundo, probar comidas exóticas que nunca antes había probado. Visitar el monte más alto, nadar con tiburones, tocar y ver todos los animales que existen en la Tierra. Salir con mis amigas, pasarlo bien…Pero, sobre todo y ante todo, ser FELIZ, porque si no eres feliz, no podrás conseguir nada.

Ángela Vilaplana Verdú, 2ºESO A

A mí me gustaría hacer muchas cosas, en primer lugar sacarme la carrera de periodismo o de profesora. No sé si me iré a vivir fuera de España o me quedaré aquí, aunque lo cierto es que preferiría no marcharme. Más tarde, desearía encontrar un trabajo fijo y después de eso, formar una familia, ya que para mí la familia es muy importante, es el todo.

Mi sueño siempre ha sido visitar Paris y sé que algún día mi sueño se hará realidad, o eso espero.

Cuando sea mayor, al igual que lo hago ahora, disfrutaré intensamente de la vida e intentaré poner mi mejor sonrisa ante las cosas difíciles. Espero ser una buena persona e inculcar a mis hijos y nietos los valores que me han enseñado a mí mis familiares. Espero disfrutar al máximo todo lo que pueda, ser constante, saber valorar el día a día, sacarle siempre lo positivo a las cosas negativas, aunque eso cueste un poco. Sé que en la vida hay momentos buenos y malos, pero entonces hay que pensar que si viene por desgracia un momento malo, luego seguro que vendrán mil buenos. Daré siempre lo mejor de mí misma.

No sé si viviré por mucho tiempo o por poco, pero lo que sí sé es que me gustaría hacerlo con alegría.

Estela Ortega Bernabéu, 2ºESO B

Nuestra vida es más corta de lo que parece. 80 años, por ejemplo, nos suena a mucho, pero realmente van pasando los años, y cuando te das cuenta ya ha transcurrido media vida y no da tiempo a planearla bien y disfrutarla al máximo, porque la vida es el regalo más grande que te podían haber hecho nunca. Por eso escribo esto, para conocer y estudiar cómo, qué y cuándo haré cada cosa.

Lo primero que se me pasa por la cabeza cuando pienso en la palabra “futuro” es en los estudios, me gustaría terminar la ESO, bachiller y sacarme la carrera de Bellas Artes. Creo que estaría bien ser diseñadora de interiores, de ropa o algo parecido.

Otra cosa, de las muchas que quiero hacer, es viajar por todo el mundo, visitar Nueva York, conocer algunos países africanos, también Australia, Japón…Observar las ruinas del Machu Picchu; veranear en las costas del Caribe, etc.

Una de las cosas que más ilusión me haría, aunque sea una idea un poco descabellada, es montar en un globo aerostático. Siempre me ha hecho ilusión el hecho de sentirte una cosa tan pequeña en un mundo tan grande, o sentirte como los protagonistas de la película de “UP”.

Además de todo esto, siempre me ha gustado aprender, aprender cosas, desde lo que pueda adquirir en el colegio como del contacto con diferentes culturas, y creo que estaría muy bien ir a algún país donde me necesiten, es decir, donde necesiten a voluntarios, en África, por ejemplo.

Estas son mis metas u objetivos. Algunos los cumpliré, otros quedarán en el olvido, como simples sueños, y a la vez que éstos podrán desaparecer, se irán “abriendo ventanas” a otros nuevos.

Ángela Mínguez Bernabéu, 2ºESO A

Hay tantas cosas que quiero hacer en mi vida…Desde las más pequeñas, como tener algún animal, hasta las más importantes como decidir qué estudiar. Siempre me he preguntando por estas cosas, si las podría cumplir, o si por el contrario, al cabo de un tiempo me parecerían tonterías. Sin embargo, de todas ellas, creo que hay una cosa que sí tengo clara, y es que quiero viajar, quiero ir por todo el mundo conociendo lugares nuevos, visitar museos, contemplar esculturas importantes… quiero saber más sobre las otras culturas y sobre lo que se hace en los otros países, y así tener recuerdos que me provoquen siempre una sonrisa al pensar en ellos.

También quiero conocer a muchas personas, para aprender más sobre ellas, porque creo que todo el mundo tiene algo que enseñarnos. Es un sueño bastante difícil de conseguir, ya que a veces no todo lo que deseamos se puede hacer realidad, pero me encantaría cumplirlo.

A parte de viajar, también quiero hacer una carrera, me encantaría incluso vivir una temporada fuera para así poder estar en contacto con otros idiomas, y de esta manera poder comunicarme con todas aquellas personas que conozca.

Todavía no sé que más cosas quiero hacer, pero sólo con poder hacer un poquito de las que he nombrado me parece suficiente, porque son cosas que siempre he querido hacer.

Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

En nuestra vida hay tantas cosas que hacer que uno no sabe por dónde empezar.

Yo en mi vida quiero realizar infinidad de cosas, pero hay algunas en especial que considero imprescindibles. Una de ellas, de mis favoritas, sería poder formar una familia, y pasar grandes y preciosos momentos junto a ella, ya que yo veo que la familia es una de las cosas más importantes y teniéndonos los unos a los otros todo es mejor. Los malos momentos son más llevaderos y los buenos ratos en grata compañía se convierten en regalos inolvidables.

Otra de las cosas de mi lista es conocer en persona a uno de mis ídolos, esta persona se llama Andrés Iniesta Luján. Lo admiro, además de por su talentosa forma de jugar al fútbol, porque lo veo amable, cariñoso y buena persona.

También me gustaría poder sacarme el carnet de conducir, para así poder ir a cualquier lugar con el coche. Y, por supuesto, me encantaría poder comprar una casa y decorarla con la ayuda de mi familia, algo que considero muy importante porque en ella pasarás parte de tu vida junto a personas que quieres. Cuando ya haya formado la familia quiero viajar con ella a varios sitios como, por ejemplo, a Londres porque es un país totalmente diferente al nuestro, también quiero viajar a Italia, a la maravillosa ciudad de New York…

Aunque la más importante para mí es aprovechar el presente junto a mis seres queridos y amigos, ya que a veces nos pasamos el tiempo pensando en qué queremos hacer el día de mañana y no disfrutamos el día a día.

Jorge Serrano Arratia, 2ºESO A

A mí me sucede algo muy curioso, y es que cada vez quiero ser algo diferente, todavía no tengo claro cómo va a ser mi futuro, pero lo que sí sé es que tiene que ver con el diseño. A veces pienso en cómo sería si estudiara para ser abogada, y sé que me aburriría ya desde el primer año. Después pienso en ser doctora, pero no creo que pudiese. ¿Y ser dentista? No quiero ni planteármelo en serio. Y entonces, caigo en la cuenta de que mientras me estoy preguntando todas esas cosas, no he dejado de dibujar y pintar, y es ahí cuando me doy cuenta de que realmente esa es mi pasión y que debo estudiar para ello. Diseñar tanto muebles como cuadros, programas informáticos, juegos, vestidos o trajes…

Mi sueño sería viajar por todo el mundo diseñando y descubriendo nuevas lenguas, costumbres, culturas… Eso sí que sería un sueño, viajar a París y hacer todo tipo de vestidos…

Para mí el mundo es como un cuadro muy grande lleno de pintura, cada uno de nosotros somos un pincel diferente, podemos pintar y hacer el mundo más bonito, que sea el planeta más original de todos, que cada uno seamos libres para decidir lo que queramos ser, pero disfrutando siempre intensamente de la vida, porque ésta sólo se vive una vez y por ello hay que hacerlo como es debido.

Sandra Yago Regidor, 2ºESO B

Yo lo que quiero ser de mayor es feliz.

Quiero viajar por todo el mundo aprovechando cada minuto de mi vida como si fuese el último. Aprender varios idiomas: inglés, francés, alemán…

Cuando sea mayor quiero irme a vivir a Londres o Irlanda. Y en verano visitar a mi familia en España.

Más adelante me gustaría ser cantante, actriz o bailarina. Aunque una de las profesiones que más me llama la atención es el periodismo. Ser corresponsal para así poder viajar por muchos sitios y después contar las experiencias vividas en un libro. Creo sinceramente que es muy importante tener una profesión que me guste y me haga feliz. Y para conseguirlo, sé que tendré que trabajar mucho y no tirar la toalla.

Paola Martínez Moltó, 2ºESO A

Puede que algún día llegue a ser saxofonista en una banda de jazz, desde luego es algo que me encantaría ya que estoy aprendiendo a tocar dicho instrumento. Cuando toco el saxo me siento muy a gusto, como si nada ni nadie existiera a mi alrededor, sólo yo, que me dejo llevar por una hermosa y placentera melodía.

También me gustaría ser policía, para poder así proteger a los débiles o a aquellos que estén en apuros, y además para velar porque se cumplan las leyes. Pero antes de eso tendré que aprobar con esfuerzo la ESO. Y si más adelante descubro una nueva afición, sé que haré todo lo posible por cumplirla. Yo creo que todos deberían poder cumplir sus sueños.

Carlos Bornay Ramón, 2ºESO B

Durante nuestra vida tenemos que tomar decisiones, algunas veces son fáciles, pero otras no. Muchas veces no sabemos cuál tomar, y nos da miedo pensar que pudiéramos equivocarnos y no elegir la dirección correcta, y entonces arrepentirnos.

Una de esas decisiones importantes es la de saber qué queremos estudiar, y para ello es fundamental que desde pequeños pensemos en aquello en lo que nos gustaría trabajar cuando seamos mayores. Sin embargo, el problema es que conforme vamos creciendo, nos van gustando cosas diferentes, y cuando llegas a la edad en la que tienes que pensarlo con responsabilidad, no lo tienes claro (al menos ese es mi caso).

Antes de que sea demasiado tarde me gustaría viajar por todo el mundo, conocer países nuevos que nunca haya visto, entrar en contacto con otras culturas, otras lenguas, otras costumbres…Ya que no he salido nunca de España.

Viajar es una de las cosas que siempre he querido, ir a París, la ciudad del amor; a Venecia y navegar en góndola por los rincones de la sorprendente y enigmática ciudad flotante; a Nueva York para apreciar sus maravillosos rascacielos… Y sé que en este sentido nunca cambiaré de opinión porque es algo que siempre he deseado desde niña.

Angie Pabón Peinado, 2ºESO A

Últimamente se ha puesto de moda que la gente haga una lista de las cosas que quiere hacer antes de que pueda ser tarde. Pienso que es una buena forma de ponerse metas en la vida, las cumplamos o no, lo importante es intentarlo.

Yo nunca he pensado mucho en el futuro, prefiero vivir el presente y disfrutarlo al máximo, pero supongo que hay ciertas cosas que no puedes evitar pensar. Si algún día decidiese hacer una de esas listas, tengo claras dos cosas: la primera es que sólo pondría aquello que de verdad quiero, cosas que me importan, pues entiendo que la mayoría se olvidan y nunca se llevan a cabo; y segunda, procuraría cumplir con todas y cada una de las cosas anotadas en esa lista, lo haría sin dudar a lo largo de mi vida.

Natalia Peydró Medina, 2ºESO B

A mí lo que gustaría hacer cuanto antes es poder ir con mi familia de viaje a los Estados Unidos. Me encantaría estar ahí una o dos semanas y poder visitar a unos familiares que viven allí y disfrutarlo al máximo. Me encantaría poder visitar Miami, Central Park en Nueva York, ir a Disney Word… Sería una experiencia fantástica, sobre todo porque la disfrutaría junto a mi familia.

También me gustaría, aunque eso es un poco más complicado, poder ir a ver un partido de los Miami Heats, porque es el equipo que más me gusta. Asimismo desearía poder conocer a Lebrón James porque para mí es el mejor.

Pero, sobre todo, lo que me gustaría hacer antes de que sea demasiado tarde es poder disfrutar junto a mi hermano de alguna aventura divertida o alguna cosa que ni él ni yo podamos olvidar jamás, para que así cuando los dos seamos mayores podamos recordarlo y revivirlo juntos.

Todo esto es lo que me gustaría hacer, pero si no puedo hacerlo no me importaría, porque ya he hecho muchas cosas divertidas e inolvidables junto a la gente a la que más quiero.

Lidia Ibarra Roldán, 2ºESO A

De momento mis metas a corto medio plazo son: acabar la ESO, sacarme bachillerato y una carrera. Y me gustaría cumplir con todo ello sin dejar de practicar deporte, como fútbol o tenis.

Más adelante, me encantaría ser profesor de educación física o de matemáticas, aunque también podría ser bombero, pues me llama la atención todo aquello que implique actividad física. Aún no tengo nada claro, pero quiero que lo que sea que haga me guste de verdad. Algún día me gustaría practicar actividades como paracaidismo, e incluso hacer puenting, etc.

Y quizá, si llegase a ser profesor de educación física, desde luego me gustaría continuar los pasos de mi primo Toni, seguir así su camino.

Luis Arnedo Barea, 2ºESO B

Lo que me gustaría hacer cuando sea más mayor es ser azafata, y sé que para ello necesito estudiar los idiomas principales, que son el inglés y el francés. Quiero estudiar para ello porque desde pequeña mi principal deseo ha sido viajar por todo el mundo, visitar esos lugares que en tu mente son de una manera y cuando los ves por primera vez resultan muy distintos, pero siempre mejores. Necesito trabajar en algo que me guste, que me agrade, que me ilusione…

Para ser azafata, como dije al principio, lo primero que debo hacer es aprender bien al menos esos dos idiomas, y después llegar a 1,65 metros de altura. ¿Y por qué? porque sino llego a esa altura no sé si podré cumplir mi sueño…Tengo muy claro que ser azafata es lo que más me gustaría hacer, y nunca perderé la ilusión por conseguirlo. Si finalmente no pudiese ser, también me encantaría ser guía turística y poder presentar la ciudad, sus monumentos y esculturas, o lo más representativo de la misma a las personas que viniesen a conocerla.

Esos trabajos son los que más me gustan e ilusionan, y por ello si no pudiese elegir uno elegiría el otro, pues eso es lo que quiero hacer de mayor.

Claudia Santonja Beneyto, 2ºESO A

Cada noche que pasa y tengo un rato para reflexionar, pienso en los sueños que deseo cumplir el día de mañana. Uno de los miles que tengo es viajar para poder ayudar a aquellos niños que tienen ilusión por tener en sus manos un único juguete, que desean aprender a sumar y a restar, a leer, que les encantaría llegar a casa y disfrutar de un plato de comida caliente…

Es duro ver que cada día para ellos es igual al anterior, la misma lucha, la misma guerra. Si te detienes a pensar en ello, te das cuenta de lo injusta  que puede llegar a ser la vida. A veces ésta puede cambiar repentinamente y aún así no tienes otro remedio que seguir adelante para poder darles de comer a tus hijos, y tendrás que luchar cueste lo que cueste. Yo daría lo que fuese por estar ahí, por darles todo mi cariño y sobre todo, poderles devolver la ilusión. Si pudiera hacer este viaje sería la persona más feliz de este mundo.

Elena Sánchez Zafra, 2ºESO B

Yo personalmente creo que todo el mundo tiene al menos tres metas en la vida (o quizá alguna más) que le gustaría conseguir. Pues bien, mis tres metas son las siguientes: La primera viajar, viajar por todo el mundo, ayudando a gente y descubriendo nuevas culturas y tradiciones.

La segunda cosa que me encantaría hacer es estudiar en una universidad, sea cual sea, y estudiar derecho o ciencias políticas, ya que mi sueño es ser abogado, juez o político (de los buenos, claro está).

Y la tercera, y más importante, sería formar una familia a la que querer y que me quisiera, que me apoyase en los fracasos y desdichas, y que celebrase los logros. Una familia  con la que crear hogar y que al llegar a él, siempre se pudiese decir eso de “hogar, dulce hogar”. Estos logros o metas son difíciles de conseguir y he de esforzarme para alcanzarlos, así que no pienso rendirme y si  tropiezo con una piedra, me levantaré y seguiré, pero tirar la toalla jamás.

Pepe Guillem Martí, 2ºESO B

Yo lo primero que hare será acabar la eso, pasaré a bachiller y luego a la universidad.

Aún no sé seguro qué es lo que quiero estudiar, me gustaría ser enfermera o matrona, porque me encantaría ayudar a las mujeres a traer a sus hijos al mundo. Me he estado informando sobre ello, y lo cierto es que ese sería mi gran sueño. Yo lo intentaré, y no me rendiré. Aunque bien pensado también podría estudiar medicina, y ayudar así a muchas personas en el mundo.

Si llegase a ser médico, podría ir como voluntaria a ayudar a los niños y niñas de África, o de lugares lejanos en situaciones difíciles. Sé que iría con todo el gusto del mundo.

A mí desde muy pequeña me ha gustado jugar a los médicos, así que casi simple pedía el botiquín de Nenuco o algo por el estilo.

Mi madre siempre me dice que todo lo que me proponga lo puedo conseguir, que me podrá costar más o menos, pero que puedo hacerlo, porque ella confía en mí. “Si eso es lo quieres hacer, ves a por ello y no lo dejes escapar”, siempre concluye mi madre.

Noemí Sáez Ramírez, 2ºESO B

Desde que somos pequeños tenemos deseos como el de encontrar un súper trabajo el día de mañana, ser famosos, tener una mansión gigantesca, tener todos los lujos del mundo… Pero cuando somos mayores, las cosas son más difíciles, vemos la vida con perspectiva, nos hacemos más realistas y entonces cambiamos de opinión.

Hace unos cuantos meses mis propósitos eran acabar los estudios, formar una familia y ser un actor famoso. Pero cambié de opinión al considerar que dentro del mundo de la interpretación podría haber miles de personas igual o mejores que yo, además de asumir que es un mundo difícil. Por eso, ahora quiero acabar los estudios y poder ser abogado, formar una familia y muchas más cosas. Aunque esto no quiere decir que deje de lado mis ganas de interpretar, ya que siempre seguiré actuando.

La verdad es que no sabía que iba a dar ese cambio para mejor, ya que ser abogado es un trabajo que me gusta mucho.

Pensar en el futuro me da miedo por muchas razones, sobre todo cuando tengo en cuenta cómo están las cosas hoy en día. Pero como no voy a rendirme, trabajaré duro, muy duro, para que ese miedo desaparezca.

Ante todo en mi vida quiero ser feliz junto a mis amigos y familiares.

Nicolás Payá Martínez, 2ºESO B

La verdad es que desde pequeñita he querido ser médico, de hecho siempre practicaba con mi hermano, mis padres y mi peluche.

Siempre quería ver todo tipo de series relacionadas con la medicina, aunque también me gustaban las series policiacas para analizar cada caso y saber cómo ayudarles.

Pero al margen de lo profesional, lo más importante es sin duda vivir el presente sin preocuparme del pasado, porque muchas veces vivimos aferrados a él, sin ver las cosas alegres del presente, del día a día, cerrándonos puertas y pensando que otras mejores se abrirán, pero no siempre será así, porque las oportunidades marcan nuestra vida, incluso las que dejamos pasar. Además quiero viajar, conocer el mundo donde vivimos.

También me gustaría formar una familia, tener a alguien por quien levantarme y luchar; y tener unos hijos que me animen tanto en los momentos buenos como en los malos.

En definitiva, la vida irá cambiando, no sé si para bien o para mal, pero sí sé que lucharé por ser feliz y por lograr mis metas.

Elena Verdú Cerdá, 2ºESO A

Carteles Publicitarios

 

Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras, y quien pronunció aquella incuestionable verdad debía estar en presencia de fotografías tan ingeniosas como éstas.

Nuestros alumnos de 2ºESO dieron rienda suelta a su talento creativo y éste es el resultado…Atractivos e impactantes carteles publicitarios cuyo secreto del éxito está en el hábil uso de las figuras retóricas. Un truco digno de los mejores publicistas.

Juzguen ustedes mismos…¿los imaginan como protagonistas de alguna marquesina, en una imponente valla publicitaria, a todo color en un periódico…?

Sandra Yago Regidor, 2ºESO B

Zapatos de Piel Pedro Miralles

(Metáfora)

Sandra Yago

Nicolás Martínez Payá (2ºESO B), Paola Martínez Moltó (2ºESO A) y Ángela Vilaplana Verdú (2ºESO A)

Vinos NIAMPA 100% Natural, «Del campo a tu mesa»

(Metáfora)

Ángela Verdú, Nicolás Martínez y Paola Martínez 2

Verónica Gisbert Ruiz y Denisa Turcu, 2ºESO A

IPhone, «la mejor cobertura del universo»

(Hipérbole)

Denisa Turcu y Verónica Gisbert

Claudia Santonja Beneyto (2ºESO A) y Noemí Sáez Ramírez (2ºESO B)

Crema de manos Royal Apothic, y siente la frescura y la suavidad de una rosa

(Metáfora)

Claudia Santonja y Noemí Sáez

Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

Bombillas «Sun», y enciende la ciudad

(Hipérbole)

Mila Ferrero

Ángela Mínguez Bernabéu y Cristina Gosálbez Beneyto, 2ºESO A

Mochilas muy resistentes, ni el viento, ni la lluvia, ni la nieve podrá con ellas…

(Paralelismo, Hipérbole y Metáfora)

 Ángela Mínguez y Cristina Gosálbez

Pepe Guillem Martí y Roberto Guillem Tortosa, 2ºESO B

Refresco «Sky», un sabor celestial

(Metáfora e Hipérbole)

Pepe Guillem y Roberto Guillem

Angie Pabón Peinado, 2ºESO A

IPhone, y captura la realidad

(Metáfora e Hipérbole)

Angie Pabón

Adriel Sánchez Quiles y Celia Sanjuán Cantos, 2ºESO B

Zumos «Bifrutas» de Pascual, y ¡Bébete el mundo!

(Metáfora)

Adriel Sánchez y Celia Sanjuán

Adrián Palazón Lillo (2ºESO A), Eduardo Llinares Valero (2ºESO B) e Iván Guill Rico (2ºESO B)

Zapatillas Nike, te convertirán en un súper héroe

(Metáfora)

Adrián Palazón, Eduardo Llinares e Iván Guill Adrián Palazón, Eduardo Llinares e Iván Guill 2

Elena Verdú Cerdá y David Verdú Cerdá, 2ºESO A

Campaña de concienciación contra el cambio climático

(Hipérbole)

Elena Verdú y David Verdú

Recuerdos…

El curso 2014-2015 ya ha arrancado, y nuestro blog da la bienvenida a nuevos y veteranos alumnos con la misma ilusión que comenzó su andadura hace ya un año…Y ha querido hacerlo en un día muy especial, una fecha significativa para muchas familias que cada 21 de septiembre aunan sus voces y su energía para conmemorar el Día Mundial del Alzheimer. Una triste y desgarradora enfermedad que va borrando a su paso los recuerdos de una vida.

Nunca sabemos qué nos puede deparar esta impredecible aventura que emprendimos al nacer, pero de lo que sí estamos seguros es que nuestro camino se irá atesorando de muchos momentos, algunos buenos, algunos no tan buenos, algunos que desearíamos rememorar una y otra vez en nuestro corazón y otros que quisiéramos olvidar y no podemos; momentos que irán conformando nuestra esencia y que les dirán a aquellos a los que tanto quisimos y que tanto nos quisieron quiénes fuimos, dejando una huella indeleble en su trayecto.

Por esta razón, porque todos los caminos son inescrutables y nunca podremos saber qué piedras encontraremos en nuestro camino, hemos querido recopilar algunos de nuestros grandes recuerdos, para que si algún día no podemos seguir cuidándolos, aquellos que nos aman lo hagan por nosotros, pues como un sabio dijo una vez: «Los recuerdos que hoy terminan en ti, empiezan en nosotros».

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Puedo afirmar que los mejores recuerdos que tengo los viví junto a mis primos (Emma, Jaume, Joan y Andrea) y mis abuelos. Pasé gran parte de mi infancia con mis abuelos, los veía todos los días, me quedaba a comer en su casa, ya que mis padres trabajaban. Me pasaba horas y horas jugando, montando un »Castillo» con las piezas del ajedrez, montando torres con piezas de puzzle grandes y blanditas, me salía al patio y cavaba un agujero para enterrar semillas de flores, y alguna vez incluso recogí alguna cría de gorrión y la cuidé en el patio de la casa, hasta que aprendía a volar y se iba…

¿Y lo bien que lo pasábamos los primos en las comidas familiares? ¡Eso no tiene precio! Antes poníamos una pequeña piscinita de apenas un metro de longitud y nos bañábamos, jugábamos y lo pasábamos genial, y cuando llegaba la hora de irse, todos no enfurruñábamos y alguno que otro se ponía a llorar… Claro, y con todo lo bueno, llega lo malo… Éramos muy trastos, y siempre nos metíamos en algún lío, rompimos más de un jarrón, arrancamos más de una de las cuidadas y añoradas plantas de mi abuela, y una vez, hicimos una guerra de cojines entre nosotros y mi abuelo, y él salió perdiendo, pues un cojín le dio en la cara y le tiramos las gafas al suelo, y para postre, uno de nosotros, no recuerdo bien quién fue, las pisó y las dobló enteritas.

¿Y cuándo comíamos en el Alamí? Sacábamos la cocinita y mi prima Andrea y yo empezábamos a servir »Café», que en realidad era tierra, con césped, y agua…A mí me encantaba coger un cubo de metal, llenarlo de agua y hacer una »pócima secreta» con agua, arena, plantas, cáscaras de almendras, sal y también azafrán, y luego, cuando mi abuela me encontraba, me regañaba por coger el azafrán. Recuerdo también que en un armario había una caracola enorme que pertenecía a mi abuela, tenía un montón de años, ella dice que se la regaló una vez su abuelo. Nos dejaba cogerla, pero con muchísimo cuidado, ya que para ella era algo muy valioso.

Ahora ya nos hemos hecho mayores, y apenas nos reunimos, y cuando vamos a la caseta, muy a la larga, después de comernos las riquísimas paellas de mi abuela, cada uno se va. Uno porque tiene que estudiar, el otro porque quiere jugar a la consola en su casa, otro porque tiene sueño, otro porque ha quedado con los amigos… Pero bueno, con el tiempo las cosas pasan pero los recuerdos nunca se olvidan.

Ángela Mínguez Bernabéu, 2ºESO A

Tengo muchos recuerdos…buenos, malos, bonitos, emotivos, tristes, alegres…Pero hoy voy a contar unos de los recuerdos más preciados que tengo y que nunca quisiera olvidar.

Una tarde de verano tranquila, cuando yo tenía tan solo 5 años, me dieron una gran noticia: iba a tener una prima. Como yo no tenía a nadie con quien jugar en mi familia, porque todos eran adultos y yo era la única niña, me puse súper contenta, porque así tendría a alguien con quien divertirme, pasármelo bien, contarle secretos y muchas cosas más. Cuando mi tía estaba embarazada siempre le preguntaba, que cómo se iba a llamar, que si sería chico o chica, etc. y cuando me dijeron que iba a ser una chica me alegre mucho, tenía unas ganas enormes de que naciera y por suerte el día que tanto esperaba llegó. Yo estaba en mi casa porque era de noche y tenía que ir al día siguiente al colegio, pero recuerdo que mis tíos le enviaron una foto a mi padre por el ordenador, cuando la vi, me puse a saltar y tenía unas ganas enormes de verla en persona.

Al día siguiente fui al hospital, estaba muy nerviosa y cuando la vi me emocioné, me daba un poco de miedo tacarla por si acaso le hacía daño. Los meses pasaron, y todavía recuerdo cuando la cogí en brazos por primera vez y disfruté entonces de los mejores minutos de mi vida. Con el paso del tiempo, ese bebe, al que tanto quería, aprendió a hablar, caminar y de eso han pasado ya 7 años, y es que el tiempo pasa volando. Me gustaría que mi prima supiera, que a pesar de lo pequeña que es, tiene un corazón enorme. He pasado los mejores momentos de mi vida a su lado, y también algunos tristes, aunque ella ha sabido ayudarme para intentar que no piense en ellos. Para mí ella es como mi hermana pequeña, porque ni ella ni yo tenemos hermanos, así que nos tratamos como si lo fuéramos, aunque tenemos nuestras peleas y enfados, como todo el mundo. Ella me ha enseñado muchas cosas y yo a ella también, espero estar a su lado toda la vida y  seguir compartiendo risas, enfados, lloros y alegrías. Y ese es el gran recuerdo que nunca quiero olvidar.

Estela Ortega Bernabéu, 2ºESO B

Un día como otro cualquiera, mi hermana y yo estábamos en casa preparando la comida, ya que mis padres estaban trabajando. Después llegaron, y como todos los lunes, comimos macarrones. Más tarde, mi padre se fue a trabajar, pero mi madre libraba por la tarde, así que como al día siguiente yo me iba de campamento y teníamos que preparar varias cosas y comprar otras muchas, mi madre aprovechó para ir a comprar. Sin embargo, cuando apenas había transcurrido media hora, mi madre llegó a casa preocupada y llorando. No sabíamos qué le pasaba, le preguntamos y ella decía que nada, pero al final nos lo acabó contando. Era lo peor que me podía haber pasado; mi padre había tenido un accidente con la moto. Me asusté y pensé que me había quedado sin la persona más maravillosa de este mundo.

Mi madre salió corriendo de casa para seguir a la ambulancia que llevaba dentro a mi padre. Yo me quedé con mi hermana, estábamos las dos muy muy tristes, agobiadas porque no sabíamos nada y sobre todo asustadas por lo sucedido. En esos instantes empecé a pensar en los maravillosos momentos que había pasado junto a él, en las aventuras vividas y en las cosas que aún me quedaban por vivir. Me había dado la vida, y me dijo que siempre estaría conmigo, me enseñó a comprender las cosas, lo que estaba bien y mal, pero sobre todo a valorar lo que tengo, que son él y mi familia. Pensé que no le iba a ver más, pero en ese momento llamó mi madre diciéndonos que estaba vivo y estaba bastante bien, a mí ese bastante me sobraba ya que quería que estuviese bien. Tras aguantar largas horas de desesperación y angustia, mis tíos llamaron diciendo que íbamos a Alcoy a verlo. Cogimos el coche y nos dirigimos a Alcoy. Llegamos al hospital, entramos mi hermana y yo a la habitación donde estaba mi padre, estaba todo magullado. De repente me saltaron las lágrimas de aquellos ojos vidriosos, él me dijo que estaba bien, que se recuperaría… Me despedí de él cuando ya le subieron a planta, yo le dije que no iba a ir al campamento, él dijo llorando que fuera, que si le quería ver bien, tenía que ir, así que acepté. Me quedé a dormir a casa de mis tíos, ya que mi madre estaba en el hospital, cogí mi maleta y me fui. Al día siguiente cogimos el coche y nos dirigimos hacia el campamento, me lo pasé genial, llamé a mi padre todos los días. Cuando se acabó el campamento por fin regresé a casa, él me dijo que me quería mucho y que me había echado de menos. Pasaron unos días, al final se recuperó, y gracias a la rehabilitación está mejor, muchísimo mejor. Es mi padre y no le hubiera dejado caer nunca, porque es lo más preciado que tengo.

Te quiero Papá.

Ángela Vilaplana Verdú, 2ºESO A

¿Qué es lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en la palabra recuerdo? Pienso en las cosas más bonitas que existen en mi mente, pienso en mi familia, en mi perro, en mis amigos, en los viajes que he hecho; pero como en todo ser humano, en nuestra mente también hay recuerdos malos, como la muerte de una persona importante, un suspenso, o las regañinas de tus padres. Por eso procuramos llenar nuestra vida de felicidad, para olvidar los momentos malos de nuestra vida, o al menos para no recordarlos.

Este recuerdo especial está dedicado a una persona, que aunque tuviese más años que yo, era mi amigo. Esa persona era Don Antonio. Me encantaba su voz, sus cantos y sus misas.

Recuerdo como si fuese ayer aquel trágico día. Mi amigo Luis se acercó a mí y me dio la mala noticia. Aquel día no pude evitar convertirme en un mar de lágrimas. Fueron pasando las horas, salí del colegio y me detuve a mirar la iglesia pensando en Don Antonio. Pensé en todos los buenos momentos que pase junto a él; como la vez que fue a vernos al campamento de postcomunión, o cuando todos los niños asistíamos a la misa de doce que él celebraba, o como la vez que me dijo que fuera a la casa Abadía para regalarme una foto de San Nicolás (patrón de Alicante); cuando me bautizó, aunque no me acuerdo de eso, y cuando me dio mi Primera Comunión, pero lo cierto es que también me hubiese gustado que hubiera celebrado la misa de mi confirmación, o que me hubiera casado y bautizado a mis hijos…

No sé cuánto tiempo pasé frente a la Iglesia, pero algo dentro de mí me hizo saber que estaría en un lugar mejor.

¿Qué sería de este mundo sin los malos recuerdos? Los malos recuerdos te hacen más fuerte.

Nicolás Payá Martínez, 2ºESO B

Lo que más me ha marcado en mi vida ha sido la muerte de mi abuela Iluminada, los momentos que pasaba junto a ella eran especiales, era como tener un ángel a tu lado y saber que siempre estaría ahí para ayudarte.

Mi abuela tenía cáncer, una enfermedad que yo veía que cada vez le hacía más daño, casi todos los días mi madre o algún hermano o hermana la llevaban al hospital para hacerle todo tipo de pruebas, pero todos los médicos decían que no se podía hacer nada contra la enfermedad, aún así una parte de mí sabía que se podía hacer algo.

Mi prima y yo escuchamos muchas conversaciones en las que se decía que mi abuela no estaba muy bien, así que nos preocupamos, y aceptamos con resignación el hecho de que más pronto o más tarde iba a fallecer. Todos los días por la tarde me iba a casa de mi tía, y allí mi prima y yo jugábamos a investigar cosas para poder curar a mi abuela, buscamos piedras especiales, rezábamos… soñábamos con encontrar soluciones. Y después, al caer la tarde, me iba a casa a dormir y rezaba esta oración:

Antes de dormir señor quería decirle que tengo una abuela enferma y quisiera que me ayudaras a que se recupere, por favor.

Más tarde, cuando acababa, me iba a dormir pensando en ella.

Claudia Santonja Beneyto, 2ºESO A

Para mí el recuerdo que de momento más ha marcado mi vida tuvo lugar el día en que me anunciaron que iba a entrar en primer grado de elemental en el conservatorio de música y danza de Alcoy, cuando tenía nueve años.

Fue un día de Septiembre, al salir del colegio me dirigí al coche de mi abuela, quien me llevó a su casa, ya que ese día comía allí, y cuando llegamos me dio la noticia. Ese momento fue muy especial, sentí una profunda alegría, gratitud hacia mis padres que habían hecho lo imposible por llevarme a esa prueba, sentí gozo, pensaba que entrar allí me haría conocer a mucha gente, hacer más amigos y me abriría puertas hacia mi ilusión, que era ser pianista. En ese momento nadie podía hacer nada para que estuviera triste o desanimada, pero a la vez empecé a darme cuenta de que todo eso requería mucho esfuerzo, dependía de mí y tenía que estudiar mucho para conseguir lo que me gustaba tanto.

Lo primero que hice fue llamar a mi madre, no le dije que ya sabía lo de la prueba porque seguro que a ella le hacía ilusión contármelo, pero le pregunté cuánto tardaría en llegar, y pocos minutos después se presentó en la puerta con una sonrisa que me llenó de satisfacción porque sentí que estaba orgullosa, y por lo tanto yo también me sentí así. Entró en casa y comimos mientras ella me contaba todo lo ocurrido, me dijo que mientras ella estaba en el instituto la llamaron y le dijeron que había entrado y que mi profesor a partir de ese momento sería Juan Antonio. Entonces la curiosidad me invadió porque quería saber cómo era todo aquello y quería conocer a mi profesor, pero tenía que esperar para poder saberlo todo.

Al terminar de comer nos despedimos de mi abuela y nos fuimos a casa. Yo ya no podía ni hablar, no sabía lo que hacer, porque estaba pensando en todos esos sentimientos que me habían hecho reír, emocionarme, reflexionar y sobre todo agradecer.

Ese día es un recuerdo que no se va a ir jamás porque no lo permitiré.

Mila Martínez Ferrero, 2ºESO B

Cuando me desperté parecía una mañana de invierno como todas, pero recibí una gran noticia y todo cambió: mi tía me dijo que mi madre estaba en el hospital porque había roto aguas. Cuando me lo dijo me quedé paralizada, no podía creer que por fin tenía un hermano.

En ese momento fui a casa de mi tía a comer, y cuando acabamos fuimos directos al hospital para ver cómo estaban mi madre y mi hermano. Cuando entré por la puerta allí estaba él, era muy pequeñito y lloraba desconsoladamente, pero aun así a mí me pareció el bebé más tierno que había visto. La primera vez que le cogí en brazos estaba nerviosa, pensaba ¿y si se me cae?, ¿y si no le gusto y empieza a llorar?, o quizá no me quiera tanto como yo a él. Me ponía en lo peor. Cuando por fin le cogí reaccionó de una manera muy distinta, me sonrío y hasta pareció que me guiñaba el ojo. Me emocioné mucho, empecé a llorar, no quería irme de su lado quería estar más tiempo con él, pero no me podía quedar a dormir en el hospital, porque había más gente.

Desde ese día mi mundo cambió por completo, ahora es muchísimo mejor y le quiero más que a nada, y sí, nos peleamos como todos los hermanos, pero aun así yo no imaginaría mi vida sin él.

 Denisa Turcu, 2ºESO A

Yo no he podido elegir un recuerdo concreto. En vez de eso he escogido una etapa llena de recuerdos bonitos.

La infancia es una de las etapas más bonitas de la vida. Se podría decir que muchos de los recuerdos más valiosos que tengo son de mi infancia. De pequeños es cuando somos más revoltosos, más cabezotas, pero sobre todo más inocentes. Es ese tiempo donde nada te da vergüenza y las cosas más simples son las que más feliz te hacen, todos tenemos una infancia llena de recuerdos, de momentos, que aunque eras muy pequeño, recordarás toda tu vida, porque son precisamente esos recuerdos (ya sean buenos o malos) los que te marcan y te hacen ser como eres. Por eso son los más valiosos. En mi caso tengo muchos y nunca los quiero olvidar.

Natalia Peydró Medina, 2ºESO B

El recuerdo que no quisiera olvidar fue cuando pude viajar a Ecuador a ver a mi familia después de 5 años sin verlos. Fuimos en vacaciones y pude disfrutar junto a mis abuelos y tíos durante dos meses, también celebrar mi cumpleaños y a la semana siguiente el bautizo de mi hermano. Tuve la oportunidad de conocer ciudades como Quito, Guayaquil, Salinas y Baños, que es un pueblo donde hay balnearios que tienen agua que se calienta al pasar por un volcán. Pude conocer además la ciudad Mitad del Mundo, que es uno de los lugares más turísticos, al igual que también visité un sitio que antiguamente era un volcán, y ahora está habitado, aunque dicen que éste aún está activo y podría entrar en erupción.

Visitamos también a mi bisabuela que vive en la capital y su casa estaba junto al aeropuerto, de hecho se escuchaba y se veía como despegaban los aviones. Una de las cosas que más me sorprendió de este viaje fue que en una roca estaba esculpida la cara del diablo y se dice que detrás de ella se encuentra un gran tesoro. Este recuerdo no lo quisiera olvidar jamás, porque aparte de conocer muchos sitios, pude disfrutar cada momento con mi familia, ya que no los puedo ver todos los días. Me gustaría volver a visitarlos, y espero que el siguiente viaje sea tan inolvidable como este.

Lidia Ibarra Roldán, 2ºESO A

El día 10 de Julio de 2013 fue una fecha que me marcó. Todo empezó cuando el grupo One Direction anunció que iba a actuar en España el 8 de julio de 2014, en Barcelona, y el 10 y 11 en Madrid. Las entradas saldrían a la venta el 28 de Agosto. Ese mismo día fuimos al Corte Inglés y las compramos. Las guardé en un cajón y allí permanecieron durante más de 10 meses.

Cada mañana contaba cuántos días faltaban para que llegase ese día tan especial. Cuando por fin llegó, fuimos al Estadio Vicente Calderón a las 10 de la mañana y estuvimos haciendo cola, y allí conocí a unas chicas muy especiales: Nerea 1, Nerea 2, Isa, Carolina y Paula… Estuvimos hablando y me contaron que muchas de ellas estaban esperando desde mayo para que no les quitasen el sitio, e incluso se saltaron los exámenes para verlos. Todo era una locura. Los bomberos, como hacía tanto calor, nos tiraban agua y nos reíamos mucho con ello.

Cuando se hizo la hora de entrar, se formó un gran alboroto.

El escenario estaba genial, porque al tiempo que iban cantando lanzaban cohetes al ritmo de la música. Fue una noche inolvidable.

Paola Martínez Moltó, 2ºESO A

Un día como otro cualquiera sucedió lo que estaba deseando desde hacía varios años…

Yo estaba tranquilo en casa, cuando de repente aparecieron por la puerta mis padres y me dejaron sobre la mesa unos papeles. No tenía ni la menor idea del contenido, no sospechaba nada. Lo abrí poco a poco hasta que descubrí lo que era. Era un billete de tren y una entrada para ver al equipo de mis sueños, a mis ídolos, a los mejores jugadores del mundo. Me quedé anonadado después de que me dieran la gran noticia, por un instante me quedé paralizado, pero a la vez me dio una gran alegría.

Parecía que los días no pasasen y que todavía quedara mucho para el gran momento. El día al fin llegó, y por la mañana temprano marchamos hacia Alicante, allí cogimos el tren hasta Barcelona, llegamos más pronto de lo que esperábamos. Nada más llegar a la esperada ciudad de Barcelona, nos fuimos rápidamente al hotel. Llegamos, dimos una vuelta por el hotel, visitamos la piscina que estaba en el tejado, también había spa… Cuando terminamos de comer nos echamos una siesta y después, una vez relajados, nos fuimos al Camp Nou que estaba a tan solo unos pasos del hotel. Nada más entrar nos dimos cuenta de que era más grande en vivo que en las fotos. El partido empezó genial, en los primeros minutos el Barcelona, dirigido por Pep Guardiola, se hizo con el partido y lo demostró con un gran gol de Messi, el juego estuvo animado, la posesión fue la mayor parte del encuentro para el Barça, y además de ser quien en todo momento dominó el juego, también el equipo contó en su favor con los goles, con un resultado final de 3-0.

Pasadas las doce de la noche nos acostamos y al día siguiente al despertarnos dimos una vuelta por la fantástica ciudad de Barcelona, y más tarde dejamos la ciudad y vinimos de vuelta a Ibi. Vine encantado, ese día fue genial y espero que se pueda repetir. A parte de una experiencia increíble, también fue maravilloso porque pude pasar un fin de semana con mi padre y un amigo al que aprecio mucho y supongo que será una vivencia, un gran recuerdo que nunca olvidaré.

Jorge Serrano Arratia, 2ºESO A

Desde que nací has estado a mi lado, siempre dándome todo el cariño que un bebé, como era yo entonces, tanto deseaba. Me acuerdo que siempre estabas ayudándole a mi madre en las tareas de la casa, y siempre me ofrecías lo mejor de ti, siempre con esa sonrisa que nos regalabas a toda la familia, aunque en ese momento no te sintieras feliz. Aun me acuerdo de esas tardes que me contabas cuentos, veíamos la tele juntas, compartíamos multitud de experiencias como abuela y nieta que tanto valorábamos. También me acuerdo que siempre a la salida del colegio tú estabas esperándome para ir a merendar al parque.

Pero llegó el día, fue el peor de mi vida…Era sábado y estaba en mi casa tranquila, cuando de repente llegó mi cuidadora a mi casa diciéndonos que la abuela se había desmayado, mi madre te llevó al médico y al final detectaron que era Alzheimer, una enfermedad que no tiene solución, y poco a poco te fuiste olvidando de nosotros, y es muy duro ver a una nieta preguntarte ¿Quién soy? Y quedarte mirándome con la vista perdida sin saber quién soy. Ahora todo ha cambiado, ya no es como antes, que sonreías siempre que veías a tu hija y a tus nietos felices. Me gustaría volver al pasado, que todo retrocediese y que pudieras reconocerme y dijeras mi nombre, que sacases tu sonrisa otra vez, pero sé que eso nunca volverá a pasar, porque esta enfermedad te ha borrado todos los recuerdos que tenías, incluso has olvidado a las personas que más te quieren, pero nosotros no nos cansaremos intentando que estés bien y luchando por esa sonrisa y esa alegría que siempre nos regalaste.

Lucía Vicedo Márquez, 2ºESO B

Yo creo que mi recuerdo más bonito es mi madre, desde que nací ella me dio todo su amor, durante el tiempo que pudo. En realidad, mis únicos recuerdos buenos sucedieron durante cuatro años, porque unos años antes de morir se empezó a poner mala, esa enfermedad se apoderaba de su cuerpo y más de su corazón, y no me podía cuidar como hubiese querido, yo aun no sabía por qué cada vez se alejaba más de mí…

Cuando yo tenía cuatro años me enteré de que estaba enferma y que no se podía curar, pero con cuatro años no podía ser totalmente consciente de ello, porque no sabía qué era una enfermedad, aunque sí que debía ser algo malo. Cada vez que llegaba a casa de mis abuelos, donde estaba mi madre, me acostaba a su lado desde que venía del colegio hasta que me iba. Esos cinco años con ella fueron los mejores, los que más disfruté. Según lo que me ha contado mi familia, mi madre y yo nos poníamos a ver películas durante toda una tarde. Ella hacía todo lo que le pedía y me gustaba, a pesar de que le costara mucho esfuerzo por la enfermedad.

Adriel Sánchez Quiles, 2ºESO B

La verdad es que me ha costado un poco hacer esta redacción; pero finalmente me decidí, voy a hacer esta redacción sobre el mejor viaje que realicé, aunque es muy difícil expresar en una hoja y con un bolígrafo todas las emociones y experiencias vividas en él…

Era un día normal y corriente, cuando a punto de terminar de cenar, mis padres sacaron una hucha y nos dijeron que empezáramos a contar el dinero, pero de pronto, no había dinero en la hucha, sólo había una nota diciendo que ese insignificante papelito valía por cuatro billetes de avión para viajar a París. ¡No me lo podía creer!, el sueño de todo niño, de mi infancia entera se iba a cumplir. Llegó el día y todos estábamos muy nerviosos, o por lo menos yo, seguía sin creérmelo, había esperado ese viaje desde hacía años. Las dos horas en el avión se me hicieron eternas, no veía el momento en el que pudiera ver, tocar, y abrazar a Mickey, Donald, Minnie, Daisy… Pero por fin llegamos, seguidamente fuimos al hotel, dejamos las maletas y me fui corriendo a esperar al autobús que nos llevaría a “DisneyLand”.

Cuando llegamos al parque de atracciones me volví loca, no podía parar de hacerme fotos con todos los personajes de las películas y subirme a todas las atracciones, las que podía claro. En definitiva, fue una experiencia inolvidable, y ojalá se vuelva a repetir.

Elena Verdú Sánchez, 2ºESO A

Un recuerdo que me gustaría conservar siempre fue un viaje que hice a Santa Pola, más concretamente a la casa de una amiga mía: Noemí. Estábamos ella, Noa (que es otra amiga) y yo.

Pasamos todo un fin de semana, y nos lo pasamos muy bien.

Intentamos hacer granizado con un artilugio que tenía ella allí para hacer granizados. Así que leímos las instrucciones. Seguimos los pasos uno por uno, pero no nos salió. En las instrucciones decía que había que poner sal al hielo y en el interior de un bol, el sabor que queríamos. Lo escogimos de Coca-Cola. Estábamos desesperadas porque el granizado se hiciese, pensábamos que habíamos hecho algo mal, así que mezclamos el hielo y la sal junto con la Coca-Cola. La primera que lo probó fui yo, estaba muy muy malo, pero dije que estaba bueno para que las demás lo probaran; la segunda que lo probó fue Noemí, y suerte que estábamos enfrente de la pila de la cocina…

Al llegar su madre a casa y ver todo el desastre que habíamos montado, nos regañó y nos mandó limpiarlo todo.

Esa misma noche nos fuimos a Mc Donal’s donde había una cola inmensa, pero valía la pena por volver a degustar el sabor de sus famosas hamburguesas.

Fue un fin de semana irrepetible.

Cristina Gosálbez Beneyto, 2ºESO A

Reportajes 2ºESO

Detrás de cada persona hay una historia que merece ser contada, y sólo aquellos que poseen una habilidad especial encuentran la forma de hacerlo para que resulte sencillamente maravillosa…

servicios

María Castillo Berlanga y Rebeca Berlanga Juárez

María Mira Sanjuán, María Saavedra Guillem, Lucía Palau Almarche y Carla Juan Beneyto

Cristina Ferrero Miró, Thais Mirón Fernández, Paula Ruiz Masegosa y Raúl Requena de la Bella

Sandra López Martínez, Marta Palazón Laurí, Marta Cortés Vera y Esther Bornay Balaguer

Juan Lozano Mira

Angie Ponce Ibarra, Laura Santonja Carricondo y Anelhy Kleebatt Barrín

Ana García Juan, Kathy Tanaí Tanaí y Carolina Chacón Quirant

Pablo Galiano Durá,  Javi López Vilaplana, Héctor Martínez Parra y Eduardo Payá Martínez

Roberto Bernabéu Sanjuán, Ximo Valero Navarro, David Delgado Parra y Pepe Pastor Valero

Leidy Zumba Yanza y María García Rico

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Informativos 2ºESO

¡Silencio, que empieza el Informativo!…

3, 2, 1…Entramos en Directo…

 

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Recital poesía

El pasado viernes 21 de Marzo celebramos el Día Mundial de La Poesía, ¿y qué mejor manera para conmemorar una fecha tan especial que recordando a los grandes, a través de la voz de nuestros alumnos? La magia, el poder de los sueños, la cruenta realidad, la melancolía, la pasión, la tristeza, la satisfacción se combinan en este regalo para los sentidos llamado POESÍA, donde todo, absolutamente todo, es posible…

Escuchémosles y dejémonos llevar por la belleza de las palabras…

 

 

Las mujeres de mi vida…

Su seña de identidad es la fuerza innata, difícilmente se rinden ante las adversidades, es más, se crecen ante ellas. Llevan siempre por bandera una gran e irresistible sonrisa, que aun en los momentos más difíciles, intentan hondear con garra y determinación. Su emblema es el amor, y creen en su poder incondicional, y así lo demuestran en tantas y tantas ocasiones. Sin ellas la vida perdería todo sentido, a ésta le faltaría el color, la alegría; el mundo dejaría de encontrar razones para seguir su marcha, pues ellas son su motor, su energía.

A todas ellas, a las mujeres de nuestra vida, por acompañarnos en este fascinante viaje…

 DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

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La mujer de mi vida siempre ha sido una persona que me ha apoyado tanto en los momentos buenos como en los malos, me ha aconsejado en todo momento sobre lo que debo hacer y lo que no, y me ha enseñado a hacer muchas cosas: a andar, a hablar, a decir que no cuando es necesario, a pensar antes de hacer las cosas… Esa persona es mi mamá Sara. Ella es muy trabajadora, porque de estar en el instituto, me lleva a Valencia, a Alcoy y me ayuda en lo que necesito.

No existen palabras para demostrar lo que la quiero, estas dos palabras siempre reconfortan, pero lo que yo quiero e intento es ayudarla para demostrárselo.

Pienso que todo lo bueno que le pueda suceder es porque se lo merece, nunca se queja de nada aunque haya días en los que se le nota que está cansada.

Me gusta ver películas antiguas con ella, porque a veces las veo sola, pero sin ella no es lo mismo, voy con ella a hacer recados, vamos juntas al cine…

Nunca me separaré de su lado y ella seguro que tampoco del mío, lloramos juntas, reímos juntas y nos ponemos enfermas a la vez, ya que tenemos mucha empatía la una por la otra.

Sara, significa princesa, lo que significa que es fiel y responsable ante todo; mamá significa que es cariñosa y respetuosa hacia sus hijos; profesora significa que es paciente y trabajadora, todos estos adjetivos la definen a la perfección pero el que nunca le faltará será el de humilde, porque los es en todos los aspectos y siempre me ha enseñado a mí a serlo.

Mamá, solo decirte que te quiero y que siempre estaré a tu lado porque eres la mujer de mi vida. Gracias por serlo.

Mila Martínez Ferrero, 1ºESO B

En mi vida hay muchas mujeres importantes, pero una destaca sobre todas ellas: mi madre.  Es y siempre será la más importante para mí, porque ella me lo ha dado todo, desde la vida hasta el capricho más tonto. Es de las pocas personas que siempre ha pensado en mí antes que en ella, y nunca ha dudado en anteponer su felicidad a la mía. Siempre me saca una sonrisa cuando me ve y por mucho que me enfade con ella, nunca se lo toma enserio. Y aunque hay ratos en los que estamos peleadas, después ella continua como si nada hubiera pasado. Mi madre siempre me dice una frase que ocupa un lugar muy importante para mí: “la vida es una rueda que no para, un día arriba y otro abajo”. Nunca le he preguntado por el significado que ella le da, pero yo le encuentro varios: que un día puedes estar aquí y al siguiente no sabes dónde vas a estar. Otro es que podrás estar a mayor o menos distancia de la meta que te hayas propuesto, pero no debes pensar en lo lejos que está, e ir a por ella, pues quien la sigue la consigue. Y el último es que el mundo no se para ni un segundo, ni por ti ni por nadie, y por ello si quieres hacer algo tienes que aprovechar la oportunidad, con determinación y sin que te importe lo que digan los demás. Y por todo esto y mucho más, mi madre ocupa el primer escalón de las mujeres más importantes de mi vida.

El segundo escalón lo ocupan dos grandes personas: mis abuelas, porque una no es más que la otra, me cuidan como a su hija y siempre que me ven o voy a su casa se les iluminan los ojos como a un niño pequeño el día de reyes. Son las que más me defienden cuando me peleo con mis hermanos, porque como soy la pequeña de la casa confían en mí y saben que ellos pueden defenderse solos. Se preocupan mucho por mí, por cómo estoy, si me hace falta ropa… Y por todo lo que hacen por mí, tienen tan tienen bien merecido ese segundo escalón.

En mi tercer escalón, un escalón muy, pero que muy grande, hay dieciséis chicas, todas exactamente a la misma altura, ninguna por encima de otra. Ellas son mis amigas, personitas que desde pequeñas han estado conmigo en todo, cuando he llorado, cuando he reído, porque ellas son unas de las pocas personas en las que puedo confiar de verdad. Pasamos de compartir clase a ser un grupo de amigas casi inseparable, a pesar de las  discusiones que podamos tener.  Éramos diecisiete desconocidas y ahora con una sola mirada podemos intuir que algo no va bien, y sin hablar ya nos entendemos. Hemos llegado a ser como los tres mosqueteros: todas para una y una para todas, es decir, que si una tiene algún problema, todas le ayudaríamos encantadas e incluso sin necesidad de que nos lo pidiera. Ellas son una gran parte de mí.

Hay más escalones en los que también hay personas importantes, pero creo que si estas mujeres están en los tres primeros es porque se lo han merecido. Que no han ocupado este lugar porque sí,  están ahí por todo lo que han hecho por mí, y estoy muy agradecida por ello.

Ana García Juan, 2ºESO A

Mujer, esa palabra que utilizamos tan a menudo, pero que casi nunca la sabemos valorar como merece. Una mujer es una persona capaz de lograr lo que se proponga, capaz de animar a los de alrededor, capaz de estar pendiente de todos… Capaz de ser valiente.

Evidentemente, no hace falta ser mujer para tener todas las cualidades mencionadas, todos somos personas, personas iguales, pero diferentes, y el sexo no ha de importar.  Aunque la mujer tiene unas características que la hacen única, sobre todo aquellas que luchan para sacar a su familia adelante, a los suyos, a lo más importante para ella.

De hecho esto lo he podido observar en mi propia familia; he visto como las tres mujeres más importantes para mí han luchado hasta el final, han luchado por la vida.

Una de ellas quizá ni siquiera sabría que es la vida, es más, ni siquiera sentiría  impotencia por las injusticias, aunque a ella le golpeó la más fuerte de éstas.  Sin duda, ella ha sido la más fuerte de todas; ha luchado y peleado, tal vez de manera inconsciente, por mantenerse viva, aunque finalmente no lo consiguiera, pero, ¿a caso hay una acción más valiente que ésta?  No sé dónde estará mi hermana ahora, aunque solo espero que esté bien, porque los ángeles como ella merecen lo mejor.

A otra de ellas, le debo mucho de lo que soy, prácticamente todo. Me enseñó a reírme de mis propios fracasos, a saber valorar las cosas más pequeñas, que ahora tanto echo en falta, y sobre todo, me ayudó a superar mis miedos. Desde que ella se fue, mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados y espero poder abrazarla algún día con todo el amor que llevo en mi interior.

Mi madre, a ella la considero mi ángel de la guarda en este camino llamado vida. Poco a poco me ha ayudado a crecer moralmente y ha sido mi compañera inseparable en todo momento. A ella le debo todo, me ha dado la vida y es una de las pocas personas que me querrá hasta el fin, y que nunca me dejará caer.  Y al fin y al cabo, eso es lo que importa, porque si estamos aquí es para ayudarnos, alegrarnos y hacer sentir bien al otro.

Muchas otras personas, en este caso mujeres, han entrado en mi vida, como pueden ser mis amigas, a las cuales también les debo mucho. Aunque yo resaltaría a una de ellas, a Rebeca, mi prima. Me ha demostrado que puedes tener a alguien que te haga reír, te comprenda y te acompañe siempre, desde que naces, para hacerte vivir cosas que nunca sabrías que vivirías.

Una mujer es la más bonita de las flores de un prado, la más luminosa e intensa.  Por eso, nunca hemos de dejar que se marchite, porque entonces el resto de flores no serán iluminadas, y el prado, al fin, dejará de ser un prado.

María Castillo Berlanga 2º ESO A

Tú me has enseñado a ser fuerte, a luchar por lo que quiero, a no rendirme nunca por muy dura que sea la situación; tú me apoyas cuando nadie más lo hace, tú confías cuando nadie más me cree, tú me perdonas cuando nadie más me entiende. Por todo lo que hemos pasado juntas y por lo que pasaremos, pero sobre todo por darme la vida y regalarme tu amor sin esperar nada a cambio. A pesar de la distancia que nos separa, aunque no estemos juntas, nos une el amor y la esperanza de volver a vernos.

Natalia Medina Peydró, 1ºESO B

Esta redacción la he decidido hacer sobre mi madre: Mayte Parra Almiñana.

Mayte es una gran persona que siempre ha luchado por conseguir sus metas, tiene una gran voluntad y demuestra una gran pasión por todo lo que hace. Es y será siempre una gran madre, una gran mujer y una muy buena trabajadora.

Mi madre es muy generosa, siempre piensa en los demás, y todo lo que hace es por mí y por mi hermano Jose. Es la  única persona que conozco que compra cosas no para disfrutarlas ella, sino para poder hacerlo con los demás.

 Yo admiro mucho a mi madre.

Héctor Martínez Parra, 2ºESO B

Yo tengo muchas mujeres importantes en mi vida, pero he elegido a dos: a mi madre y a mi abuela Milagros.

Mi madre es una persona muy importante para mí ya que me concedió el regalo de la vida, pero aparte de eso ha sido en todo momento un gran apoyo para mí.

Me ha querido como a su mayor tesoro, me ha enseñado e inculcado grandes valores, y también que la vida no es de color de rosa y hay que saber afrontar las dificultades, aunque duela mucho.

Aunque a veces me regañe porque soy muy desordenada y no le hago mucho caso en lo que me dice, sé que a pesar de todo siempre me querrá.

Mi abuela Milagros ha sido como una segunda madre para mí, ya que como mi madre tenía que trabajar, por las tardes siempre me dejaba en su casa.

Mi abuela Milagros me deba la merienda, me contaba sus historias, jugaba conmigo y ha querido que yo fuera una persona buena y que no fuera ni egoísta ni caprichosa.

Yo sé que ahora mi abuela no está pasando por muy buenos momentos por la muerte de mi abuelo, pero sé que ella poco a poco sabrá como soportar ese dolor que tiene en el corazón, porque ella es una luchadora.

Estas son las mujeres más importantes de mi vida y espero que estén mucho tiempo a mi lado.

Estela Ortega Bernabéu, 1ºESO B

Todas las mujeres que conozco son muy importantes para mí, pero hay una que resalta sobre todas las demás, y esa es mi madre. Ella siempre ha estado a mi lado en lo bueno y en lo malo, apoyándome y animándome en todo momento, sin molestarle nada y anteponiendo mi felicidad a la suya. Ella siempre lo ha dado todo para verme feliz y para que no me faltara nada, al igual que mi padre. Juntos me han enseñado los valores de la vida y me han educado para  ser buena persona y conseguir mis metas, por mucho que me cueste y sin rendirme en ningún momento.  A pesar de todos los enfados y caprichos, ella sigue queriéndome y yo a ella aún más, y esto no lo cambiaría por nada del mundo.

Mis dos abuelas y mis tías también son muy importantes, porque desde pequeña hasta ahora siempre que voy a verlas me reciben con mucho cariño y grandes achuchones. Y siempre que quería ir a algún sitio o jugar con ellas, aunque no les apeteciera o no quisieran, lo hacían. Mis primas son las que me hacen sentir responsable ya que soy la mayor de todas ellas. Ellas me quieren mucho y yo a ellas. Mis amigas son las mujeres que quieren estar a mi lado apoyándome y animándome y ayudándome por elección propia. Son las que me sacan una sonrisa cada día y las que me hacen reír cuando estoy triste, por eso las quiero tanto.

Carolina Chacón Quirant, 2ºESO A

La mujer de mi vida es mi madre. Desde que me tuvo en sus brazos me ha cuidado y sé que  me cuidará  siempre. Ella me daba todos sus mimos, sus caricias por sacarme una sonrisa día a día. Siempre me ha apoyado y me apoyará para lo que necesite. Esté triste o contenta, tenga un problema u otro, sé que siempre puedo confiar en ella. Antes no la veía tanto por problemas de horario en su trabajo, y ahora aprovecho cada segundo que paso a su lado.

Muchas veces me regaña, pero sé que lo que quiere es corregirme, y aunque en un primer momento me enfade, luego reflexiono y pienso que ella lo hace por mi bien. Ella me ayuda en lo que puede, ya que no es que ni ella ni yo vayamos muy sobradas de tiempo. Me da consejos sobre cómo tengo que hacer las cosas. Intenta hacer todo lo posible por cuidarme muy bien.

Cuando nos vimos, nuestros corazones quedaron unidos para siempre.

Yo he elegido a mi madre porque para mí es la persona más buena, simpática, alegre y responsable, y sé con certeza  que siempre estará a mi lado en los momentos buenos y en los malos.

 Lucía Vicedo Márquez, 1ºESOB

Hay muchas mujeres importantes en mi vida, pero qué mejor manera de empezar esta redacción que hablando de la persona que hizo posible que hoy esté aquí. Ella es mi madre, la mujer más importante de mi vida. Ella es esa fuerza que me impulsa a seguir adelante, a cumplir mis sueños. La que me levanta después de mis caídas. Simplemente, su forma de ser es lo que la hace única. Para mí es la mejor madre del mundo entero, y aunque a veces no se lo demuestre, ella sabe que la quiero muchísimo. Espero estar siempre a su lado.

Otras dos mujeres que han marcado mi vida son mis tías Asun y Maite, porque han estado siempre muy unidas a mí y he vivido tantos momentos con ellas… momentos increíbles, que siempre quedarán guardados dentro de mí. Sí, también hemos pasado por cosas difíciles, pero juntas hemos conseguido superar todo lo que se nos pusiera por delante. Son dos personas grandísimas que no cambiaría por nada.

Con las que paso momentos geniales, son mis primas Bea, María y Aida. Ellas son las que hacen que esas comidas familiares sean diferentes, siempre me hacen reír y consiguen que esté bien. Simplemente las quiero muchísimo, son tres chicas súper importantes para mí, porque estar tan unidas a ellas es algo muy especial, verlas todos los días me encanta, aunque sea poco tiempo, me ayuda a evadirme de tanta preocupación y charlar un rato con ellas ayuda a mejorar el día.

Y como no, mi pequeña. Claudia me ha enseñado a valorar la vida, a sonreír día a día y a ser fuerte. Su sonrisa cambia el mundo, es una niña tan especial… con ella he vivido tantísimos momentos, tantas sonrisas, fotos… que jamás olvidaré. Verla crecer ha sido una de las cosas más importantes en mi vida, creo que si ella no estuviera en mi vida, todo sería muy diferente. Y es que ella llena de alegría cada rincón vacío de la casa. Es traviesa, alegre… su carácter es algo que no se puede expresar con palabras. Pero eso sí, ella es capaz de hacerme sonreír en cualquier momento del día, a cualquier hora. A pesar de que nos peleemos, siempre acabamos abrazadas, un enfado con ella no dura más de una hora. Sé que alcanzará todas sus metas, porque es muy valiente y puede conseguir todo lo que se propone. No voy a dejar que nada ni nadie le derrumbe, y lo único que quiero es que sea feliz. Te quiero muchísimo pequeña.

Por último están ellas. No fueron las primeras en llegar, pero desde el día que las conocí mi vida ha cambiado muchísimo. Ellas son geniales, tal vez no seamos el mejor grupo de amigas, pero yo me conformo con verlas sonreír. Cada una es perfecta a su manera, y las quiero con sus defectos y sus virtudes, y cuando ellas necesiten ayuda yo estaré ahí, al igual que ellas han hecho siempre conmigo. No importa las peleas que tengamos, siempre conseguimos solucionarlo todo. A veces los comentarios de la gente nos afectan, la opinión de los demás hace que nos entristezcamos, pero lo que esas personas no saben es que nosotras nos queremos muchísimo y eso no lo va a cambiar nadie, y que por mucho que digan de nosotras, no vamos a cambiar por nada ni por nadie. Y es que ellas son algo imprescindible para mí, todo lo que he vivido con ellas no lo cambiaría por nada del mundo. Tantas tardes juntas, esas risas, inviernos, veranos, fotos… e incluso llantos y tristeza. Todo eso forma parte de nosotras y siempre quedará ahí por mucho tiempo que pase. Ellas siempre ocuparán parte de mi corazón y de mi memoria. Y si ahora tuviera que elegir algo, sería no separarme nunca de ellas. Os quiero muchísimo. Siempre juntas.

Todas las mujeres nombradas en esta redacción son personas que han marcado mi vida, y todas ellas se merecen lo mejor del mundo. Espero que nunca os olvidéis de mí, yo os juro que os recordaré siempre.

Os quiero

Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

En  mi vida hay muchas mujeres, pero sin duda mi madre y mi hermana son las más importantes. Mi madre siempre ha estado a mi lado, siempre me ha sacado las mejores sonrisas en los peores momentos, ha preferido siempre mi felicidad antes que la suya y nunca me ha dejado caer, y si alguna vez he caído, siempre me ha dado la mano para levantarme. Mi hermana es muy risueña y cuando un día no es muy bueno, siempre me hace reír hasta llorar de la risa. Es pequeña, pero a la vez muy grande, y aunque otras personas no lo harían yo se lo cuento todo a ella, pues a pesar de su corta edad es el mayor pilar de mi vida. Ella siempre me defiende y nunca deja que me hagan daño, es lo mejor que tengo y si algún día me faltara no sabría cómo sería vivir sin ella.

Mis abuelas también son muy importantes para mí, las dos son ya mayores y han tenido momentos duros y momentos felices, como todo el mundo. Ellas me dan los mejores consejos, consejos que jamás voy a olvidar, consejos que siempre me han servido de ayuda. Las dos son increíbles y sin duda las mejores y las más fuertes.

Mis amigas. Son 13 chicas que están siempre sonriendo y son un pilar fuerte en mi vida. 13 chicas con las que puedo llorar y con las que sé que voy a poder contar, pues siempre me van a apoyar, ayudar y van a intentar que me sienta mejor. Todas ellas hacen de mí una persona más fuerte. Gracias a ellas he aprendido muchas cosas, como el valor de la amistad y muchas otras cosas más.

Hace poco conocí a otra chica, una chica muy parecida a mí, que hace que empiece cada mañana con una sonrisa de oreja a oreja, se llama Paula Ruiz, y en muy poco tiempo me ha demostrado que se puede confiar en ella, que pase lo que pase siempre va a estar a mi lado y que por muy enfadada que esté conmigo nunca me va a dejar sola. Me alegro mucho de haberla conocido y estoy convencida de que sin ella no sería como soy. La quiero mucho.

Estas son las mujeres de mi vida, y no las cambiaría por nada. Cada una me aporta algo muy especial y consiguen que mi vida sea como es. Son todo el apoyo que alguien pueda necesitar. Ellas siempre están conmigo y sé que nunca me van a fallar, espero yo nunca fallarles a ninguna de ellas. Son las mejores.

Thais Mirón Fernández, 2ºESO A

¿Qué sería yo sin las mujeres de mi vida?, ¿Qué sería de mí? ¡Nada!, sin ellas yo no sería la misma, esto sería muy diferente y me faltaría algo importante. Gracias a ellas sé todo lo que sé, puedo hacer todo lo que puedo hacer y soy todo lo que soy.

Mis abuelas son las personas que han vivido más y han pasado por miles de momentos duros, divertidos, emocionantes, preocupantes… y cuando haces algo mal o tienes problemas, ellas te enseñan y te hacen aprender de su pasado. Son las que me quieren como nieta suya que soy, como abuelas que son. Me han abrazado y besuqueado desde que yo era un bebé, han presumido de mí delante de todo el pueblo, me han enseñado muchas cosas, me han hecho reír y han sabido cuidarme y quererme. Gracias abuelita Mila y gracias abuela Cristina, no os puedo querer más de lo que os quiero.

Mis hermanas son pequeñas mujercitas que me sacan sonrisas, que me estresan, que me hacen reír, que me hacen enfadar, pero a pesar de ello las quiero mucho. Ellas hacen que me sienta una hermana mayor responsable, esperan de mí y quieren que les tenga en cuenta en mis buenos y malos ratos, quieren que las cuide, las proteja, las defienda, las apoye y  les dé consejos para el día de mañana, y yo, aunque a veces no lo haga, intento hacerles sentir las hermanitas más buenas del mundo y ellas me hacen sentir la mejor hermana mayor del mundo, y no soportan verme mal. Sofía y Teresa son esas hermanitas, con las que he compartido tantas anécdotas y momentos desde que ellas nacieron.

Mis amigas, unas chicas que para mí son muy importantes y no tienen precio, ellas saben hacer que me sienta muy grande, saben sacar lo bueno de mí y corregirme lo malo y si me ven triste o hundida saben cómo sacarme una carajada y hacerme olvidar por un tiempo lo que me preocupaba. Lo que más me gusta de ellas es su cariño y afecto hacia mí. No siempre hemos pasado por momentos fáciles y buenos, pero si no hubieran momentos así, tal vez fuese porque todas seríamos y pensaríamos igual y eso sería muy raro y aburrido, cada una de ellas es alguien muy especial a su manera, pero todas juntas sabemos convertir los momentos malos en cosas del pasado y volver a construir muchos momentos felices llenos de sonrisas. A muchas las conozco desde hace muchísimo tiempo, a otras no, pero me alegro de haberlas conocido a todas, es algo de lo que más me enorgullezco en esta vida.

Mi madre. Todo lo que estoy escribiendo ahora, lo escribo gracias a ella, ella ha hecho posible que pueda tener abuelas, hermanas y amigas, ha hecho posible cada acción que hago, cada palabra que escribo y cada segundo en el que respiro, me ha dado la vida, una cosa tan simple y complicada a la vez. Muchas veces me niego a lo que me dice, no le hago caso, me enfado con ella y no se lo agradezco, no solo no le agradezco mi vida, si no miles de cosas que día a día hace por mí, pensar en esto me hace creer que soy una desagradecida, pero si pienso en todos y cada uno de los momentos compartidos a su lado desde que nací, veo que cuando ella o yo estábamos mal, estábamos unidas, entonces le agradezco lo que día a día hace por mí, es ahí, en esos momentos que nos hacen sentir más unidas, cuando veo todo lo que he pasado a su lado:  comidas, paseos, charlas, excursiones, viajes, películas en las que lloramos las dos, celebraciones… son tantos… tantos que agradecerle… Es mi madre, y al fin y al cabo aunque pasemos por malos momentos, tenemos que perdonarnos y saber entendernos, y ella lo sabe muy bien. Es una de las personas a las que más quiero en este mundo y si tuviera que hacer lo imposible por hacerla feliz, por lo menos lo intentaría, es lo menos que puedo hacer después de todo lo que me ha dado, aunque ella dice que lo que le hace feliz somos mi padre, mis hermanos y yo.

Cristina Ferrero Miró, 2ºESO A

Considero mujeres de mi vida a aquellas que han tenido, tienen o tendrán un papel importante en mi vida, es decir, han dejado una huella en mi corazón.

Para mí, sinceramente, las mujeres de mi vida que han cumplido los requisitos anteriores son: Mi madre. Ella me ha dado la vida, me ha ayudado a aceptar mis errores, a superar los momentos malos, en ella me he apoyado siempre que me he sentido mal y lo he necesitado, ha sabido cuidarme y me ha dado una educación…

La otra mujer o mejor dicho «pequeña mujer» es mi hermana, que aunque no he compartido mucho con ella por su corta edad, todo lo que he vivido con ella hasta ahora no lo cambio por nada. Me ha demostrado que siempre tendré a alguien con la que podré contar y tendré su ayuda cuando la necesite a lo largo de mi vida, ¡quizás sea la más pequeña, pero tiene el mayor corazón! También he de mencionar a mi abuela, que aunque no esté presente, nunca podré olvidarla.

Mis amigas, las cuales han sabido levantarme cada vez que me he caído y, sobre todo, me han enseñando a ser fuerte y a valorar la vida. También me han demostrado seguridad por saber que puedo confiar en ellas y, aunque nos hayamos peleado alguna que otra vez, lo más importante es que hemos sabido perdonarnos como buenas amigas que somos, y eso es una de las cosas que más valoro.

Estas son, por ahora, las mujeres importantes y que forman parte de mi vida, no sólo porque el azar las puso en mi camino, sino por haber sabido sacarme una sonrisa en los peores momentos y haber sido tan esenciales.

Beatriz Carricondo Colomina, 2ºESO A

Las mujeres de mi vida son aquellas personas que han estado ahí cuando más lo necesitaba, han sabido comprender todas aquellas decisiones que he tomado y muchas de las cosas que he conseguido ha sido gracias a ellas. Estas mujeres son:

MI MADRE, PALOMA: ella es “mi favorita”, como solemos decirnos entre nosotras. Es el mayor regalo de mi vida, ha sido mi gran apoyo en todo momento, la que me ha sabido guiar para que yo hoy me encuentre aquí. Para mí no solo es una madre, es mucho más que eso, es mi gran ídolo, aquella que me ha enseñado a levantarme todas las veces que me he caído. Ella ha sido la que me ha dado la vida, y por eso le tengo que dar amor y alegría para que todos los días esté muy feliz. Por todo eso y por mucho más es mi mamirú y no la cambiaría por nada del mundo.

MI HERMANA, CAROLINA: Nací gracias ella, pues insistió mucho para que mis padres me tuvieran. A veces discutimos, aunque siempre por tonterías, pero luego sabemos sacarnos en los momentos adecuados la sonrisa más bonita. Más que una hermana la considero como una segunda madre, porque me ha sabido decir lo que está mal y lo que está bien, y aunque yo a veces no le hacía caso, ella siempre me lo decía por su experiencia en la vida ya que es cinco años mayor que yo. Por todos esos momentos tan especiales que he pasado junto a ella y que nunca los olvidaré, ocupa una parte esencial en mi corazón.

MI YAYA, VICTORIA: mi yaya sufrió un golpe muy duro al perder a su marido, mi abuelo, muy pronto, y ya no pudo conocer a sus nietos; pero a pesar de ello siguió adelante. Es una persona que siempre está contenta, me dice lo mucho que me quiere, me hace los fideos más buenos que he probado…Es un ejemplo, siempre intenta hacer lo posible para que su familia esté bien, y que no tengan ningún problema. Es la persona más maravillosa que he conocido porque nunca se enfada con nadie y hace lo que sea por los más necesitados. Por todo ello la quiero muchísimo.

MI ABUELA, CONSUELO: mi abuelita, la que me hace las cocas más buenas y el arroz más riquísimo ha sabido llevarme siempre por el camino adecuado, me ha enseñado modales y sabe tranquilizarme cuando me enfado. Es una persona, que a pesar de que haber pasado por ciertos baches en su salud, ha sabido sacarme una sonrisa cada vez que voy a verla. Es un ejemplo a seguir para toda nuestra familia porque nos ha demostrado que es fuerte y que a pesar de haber sufrido una pérdida tan dolorosa, sigue sacando la sonrisa más grande y más bonita que hay en el mundo. Por eso la quiero tanto.

MI PRIMA, CLARA: Desde bien pequeñas hemos estado juntas, solo nos llevamos dos años de diferencia. Es una persona que aunque esté triste siempre saca lo positivo de las cosas. Siempre hace que me ría, que me lo pase bien. Me ayuda a estudiar, me explica lo que no entiendo y es mi prima favorita. Es muy simpática con la gente, tiene muchísimos amigas/os. Aunque yo me enfade por tonterías, ella siempre viene a consolarme o a decirme que no me enfade. Y la quiero muchísimo. Es un ejemplo a seguir como persona.

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

Las mujeres más importantes en mi vida son: mi madre, que es la mujer que me ha cuidado desde pequeño y que está siempre para ayudarme cuando lo necesito, para cualquier cosa. Y también son  importantes mis abuelas, que son las mujeres que me hacen unas comidas impresionantes y me apoyan en todo el esfuerzo que hago. Mi hermana, además de tener que superar sus dificultades, es una persona que siempre me ha querido y me anima a que siga con mis tareas. Por supuesto, mis primas a las quiero mucho, porque me hacen reír y divertirme en los momentos más difíciles y me apoyan en todos los deberes del colegio, los partidos de tenis, audiciones, etc. Mis tías también son una pieza muy importante en mi vida, porque en las noches de navidad hemos jugado a muchos juegos y hemos comido juntos con ánimo y alegría.

Yo tengo a muchas mujeres en mi familia a las que quiero mucho y me apoyan con toda su voluntad y espero que siga así para toda la vida.

Pepe Pastor Valero, 2ºESO A

¿Qué es la vida?, ¿Por qué merece la pena luchar?

Desde el momento que venimos al mundo, incluso mucho antes de contemplar esa primera luz, el ser humano ya ha puesto de manifiesto que necesita de algo tan primario, pero tan prioritario a la vez como es el amor, necesita amar y sentirse amado. Sin ese sentimiento se siente perdido, incapaz de vagar por ese inhóspito lugar llamado Tierra. Sólo con amor se anima a dar sus primeros pasos, a pronunciar sus primeras palabras, por supuesto dirigidas a sus grandes amores. Sólo el amor le impulsa a seguir adelante, a pesar del dolor. Y es el amor quien nos ayuda a crecer, nos hace valorar la inmensidad de la vida, nos hace personas. Sin amor no comprenderíamos la importancia de ese gran tesoro llamado VIDA.

A lo largo de este impredecible viaje, reímos, soñamos, lloramos, caemos, renacemos con más fuerza, pero sobre todo amamos, amamos sin condición, en ocasiones de una forma casi irracional. El amor es lo que nos mueve, nos guía, nos mantiene despiertos, por él luchamos, por él encontramos siempre un motivo para seguir adelante, para no rendirnos ante las adversidades, porque cuando la muerte venga a buscarnos, sólo nos quedará la tranquilidad de haber conocido el amor. Eso es lo que le da sentido a la vida. Eso es la vida…

Dedicado con todo nuestro cariño a las personas que están sufriendo, para que la luz de su hermosa sonrisa brille por siempre…

Fotograma de La Vida es Bella

 Fotograma de La Vida es Bella

La vida es un baile. Un baile de lágrimas, de risas, de emociones, de decisiones importantes, de esfuerzo, de dolor… Pero también de locuras y estupideces.

Un proceso o una etapa en la que hemos de demostrar quiénes somos, pero sobre todo un proceso para conocernos a nosotros mismos, para saber quiénes somos en realidad.

En este baile, el compás quizá sea difícil de llevar. Armarse cada día de fuerza y valor para estar preparados ante cualquier ventisca que nos quiera hacer caer.  Saber llevar este tiempo, llamado vida, aprendiendo a amar, a volar, a reír, a disfrutar, pero sobre todo a saber levantarnos cada vez que ella misma, la vida, nos hace caer sin parar.

Yo pienso que cada etapa de nuestra vida tiene un significado y nos hace aprender: Naces y sin darte cuenta este reloj comienza a ponerse en marcha, sin saber cuándo se quedará sin pilas. Vas creciendo y viviendo cosas que te marcan, logros y derrotas, y circunstancias que sin habértelas ganado, te golpean en lo más profundo del alma.

“Qué bonita la vida”, como diría Dani Martín en esta, su canción: “Qué bonita la vida
que da todo de golpe y luego te lo quita”. Sí, a veces la vida nos hace sentir poderosos, grandes y cuando menos te lo esperas, ahí está la desgracia, sin preguntar, dispuesta a romper todos tus esquemas.

Un día como otro cualquiera, te lo comunican y piensas que todo está perdido, que ya nada vale la pena. No es lo mismo decirlo que vivirlo, pero yo pienso que lo que tienen que tener en cuenta estas personas es que ahora no pueden venirse abajo.  Ahora que la vida les pide que sean fuertes, no pueden decirle que no. Vivamos juntos, aprovechemos esos pequeños momentos, caminemos juntos de la mano para caer y levantarnos…

Luchar, esa palabra que parece que todos dicen, pero muy pocos ponen en práctica. ¿Luchar?, ¿para qué? Si al final todos acabaremos igual. Sí, eso es cierto, pero nuestro reloj aun nos da esos pequeños “tic-tac”, y si los da es por algo. Vamos a hacer que nuestros “tic-tac” no sólo se queden en eso y ahora sí, luchemos para que suenen bien fuerte y nos hagan sentir realmente vivos. Aprenderemos a sentirnos vivos de muchas maneras, pero la principal es porque nuestros más cercanos acompañantes en la vida, están ahí para recordarnos que de esta se puede salir.

Siempre hay una motivación para seguir adelante. Cuando estemos tristes pensemos que una sonrisa nuestra puede iluminar a nuestros seres queridos, pero una lágrima puede hacerles naufragar en el más profundo de los océanos.

María Castillo Berlanga. 2º ESO A

La vida es un gran regalo que nuestros padres nos quisieron dar y tenemos que entender por qué. Cuando nacemos nuestros padres nos dan un hogar, nos atienden, nos cuidan… y así durante toda una vida. Hasta que un día somos lo suficientemente maduros y nos hacemos esa gran pregunta: ¿Qué es la vida? Y entonces es cuando descubrimos que es realmente un regalo. Muchas personas piensan que la vida consiste en ganar dinero y gastarlo en casas, coches, fiestas…pero lo más triste es que piensan que así son felices.

Hoy en día parece que el dinero es sinónimo de felicidad, y cuántas veces nos hemos sorprendido al ver a niños de África que no tienen nada sonreír, gente que con lo imprescindible es capaz de mostrarte la sonrisa más grande del mundo…y nos preguntamos: ¿sin tener nada se puede ser feliz?. La palabra FELICIDAD está sujeta al significado que nosotros mismos le queramos dar. Así que cojamos todos un papel y un bolígrafo y apuntemos: “felicidad es sinónimo de saber vivir con lo imprescindible”. Imaginemos una vida en la que el dinero no tuviera ningún valor. ¿Seríamos más felices? Os puedo garantizar que sí. La gente aprendería a vivir con lo realmente necesario, nadie pasaría hambre, todos tendríamos el mismo poder, aprenderíamos a dar gracias por lo que de verdad merece la pena luchar: la familia, los amigos… Y solo así conseguiríamos lo que todo ser humano busca en la tierra: ser feliz. Dicho todo esto llegamos a la respuesta de esa gran pregunta: ¿Qué es la vida? La vida es un regalo que se nos ha dado y que debemos de aprovechar y cuidar porque sólo tenemos la oportunidad de vivir una vez, y ya que se nos ha hecho este gran regalo parémonos a pensar y digamos: ¿Qué es lo que necesito para vivir y ser feliz?

Para vivir y ser feliz no necesitamos otra cosa que la familia, los amigos y a todas aquellas personas que cada día nos muestran que se preocupan por nosotros. Esas personas que hacen que en un día triste, riamos, que nos apoyen en nuestros buenos y malos momentos…etc. Por estas personas es por las que merece la pena luchar cada día. Otra de las cosas por las que merece la pena luchar es por tus sueños. Si te propones un reto, no abandones nunca, porque con esfuerzo se consigue todo. Vale la pena luchar por un mundo mejor donde no existan pobres y ricos, donde no existan guerras, donde no exista el racismo, ni nada que hace que hoy este mundo se consuma por el egoísmo de algunas personas. Todos iguales ante los derechos, sin gente que mate a otra por codicia o venganza. Detalles en los que todos nos paramos a pensar, pero por los que aún nadie ha hecho nada. Todas estas cosas son por las que cada día merece la pena luchar.

Con todo esto llegamos a comprender que la vida es un regalo que hay que cuidar y mejorar y si empezamos nosotros mismos, por muy poco que podamos hacer siempre habrá alguien detrás que siga nuestros pasos y a su vez otro, y llegará el día en que nuestro ejemplo represente la primera piedra para un futuro mejor, y entonces podremos estar orgullosos y decir: “luché por un mundo mejor y lo conseguí, ¿habrá algo más grande que eso?”. Así que antes de que este regalo llamado vida se funda y se la regalemos a nuestros hijos, parémonos, y digamos: ¿Es este regalo lo que mis hijos van a querer? ¿O lo puedo mejorar para que vivan más felices? ¡Podemos conseguirlo!. ¿Te atreves?

Esther Bornay Balaguer 2ºESO B

Creo que es la primera vez que escribo sobre qué me parece la vida, y en realidad no estoy segura. La vida es lo más grande que podemos tener. Mi madre me suele decir que la aproveche al máximo porque sólo son dos días. Yo creo que en la vida hay diferentes etapas, algunas son duras, difíciles y malas, de manera que todo parece ir mal, nada nos sale bien… Hasta que en el momento menos esperado todo cambia. La vida es como una montaña rusa, tiene subidas y bajadas, un día puedes estar en lo más alto, (aunque no debes acostumbrarte), y al día siguiente puede que estés en lo más bajo.

Hace un tiempo empecé a pensar que la vida no era lo que yo merecía, que no me quería y que sólo hacía que caer y caer, pensaba que ésta me trataba mal. Me costó bastante darme cuenta de que así funcionaba la vida y que si después de cada caída me levantaba, la vida me hacía más fuerte. Empecé a descubrir que para mí la vida era una forma de expresarme, era la lucha por un sueño, y sabía que tenía que vivirla al máximo y debía disfrutar de cada momento que ésta me pudiera ofrecer. A veces me dan bajones, como a todo el mundo, creo que es algo normal. Y cuando estoy así prefiero encerrarme en mi cuarto y no dejo que nadie me moleste, pues al quedarme sola es cuando empiezo a ver el lado positivo de la vida, y me siento animada a levantarme y sonreír.

En mi vida he pasado por momentos de gran tristeza, pero detrás de cada uno de ellos llega siempre una sonrisa y unas ganas enormes de aprovechar la vida. A pesar de todo sigo adelante siempre, tropezándome y levantándome después de cada caída. La vida es muy bonita. De cada tropiezo aprendo un poco más y entiendo que las cosas no son fáciles y para conseguirlas hay que esforzarse a diario. Para mí, la mejor manera de afrontar la vida es sonriendo. Merece la pena luchar porque la vida trae muchas cosas buenas, las cuales seguro que te hacen feliz. Siempre hay un sueño por el cual seguir luchando, una persona por la que seguir amando, un futuro al que esperar. Todo ello te anima, te da esperanza y alegría y ganas y razones por las cuales vivir.

Thais Mirón Fernández, 2ºESO A

La vida es un enorme regalo que nos han dado nuestros padres, y por ello hay que disfrutarla y aprovecharla al máximo. En la vida se tienen muchas cosas, pero las más importantes, sin duda, son tres: la amistad, contar con amigos a los que ayudarás y te ayudarán siempre que lo necesites, personas que han compartido y compartirán algunos de los grandes momentos de tu vida; el amor, cuando conoces a esa persona que te hace sentir especial y única, con la que compartes sentimientos, emociones, inquietudes y con la que decides compartir una cosa muy importante, que es tu vida; y por último, las segundas oportunidades que te permiten redimirte, en cierto, de los errores que pudiste cometer en tu vida. La gente te suele dar otra oportunidad para demostrar que estás arrepentido y puedes mejorar. Por todo esto y mucho más, merece la pena luchar y no rendirte hasta exhalar el último aliento de vida.

Por mi parte, pienso que tengo buenos amigos y lucharé  por mantener esa amistad, conseguir el amor y hacer todo esto sin rendirme.

Pablo Galiano Durá, 2ºESO B

La vida es lo único que realmente tenemos, es lo único que nos debe de preocupar, pues no sabemos cuándo se nos puede acabar, por eso debemos disfrutar de ella cada segundo. Hay momentos en los que la vida se complica, se convierte en nuestro peor castigo, pero es en entonces cuando tenemos que demostrar que somos fuertes y que somos capaces de superarnos.

En la vida hay momentos buenos y  malos, y en eso consiste vivir. No podemos  abandonar y rendirnos al camino “más fácil”, porque la muerte es sencilla, pero vivir implica que seamos muy valientes, pero merece la pena porque es el mejor de los regalos.

Sin duda merece la pena luchar, porque nunca sabemos lo que nos dará ésta. Se suele decir que no hay mal que por bien no venga, y tal vez sea verdad, porque detrás de cada disgusto hay una enseñanza, una especie de moraleja que nos ayuda a ser más fuertes.

La vida es el regalo más útil y el único que nos llevaremos cuando nos marchemos de aquí, pues su recuerdo nos abrigará eternamente. Si la vida fuera perfecta…. ¿Qué es lo que realmente obtendríamos de ella, que aprenderíamos de ésta? Nos equivocaremos muchas veces, tropezaremos…. Pero por eso somos humanos, y podremos rectificar y levantarnos cada vez que nos caigamos.

La vida es lo mejor que tenemos, por ello hay que disfrutarla, porque algún día dejaremos de vivir y no podremos sabemos cuándo puede llegar ese día.

Anhely Kleebatt Barrín, 2ºESO A

Para mí la vida es un regalo, un regalo que se tiene que aprovechar todo lo que podamos. Un viaje con todas sus características. Muchas veces estaremos deprimidos, pensaremos que no hacemos nada que sirva en este mundo, creeremos que sólo somos una insignificante persona de las millones y millones que habitan en la Tierra. Y aunque en cierto modo es verdad, todos estamos aquí por algo aunque no lo sepamos, ya sea para hacer sonreír a los demás, para ayudarlos, para desarrollar algún cargo importante… Aunque pienso que eso no es lo más determinante en esta vida. Estamos aquí para aprovecharla y disfrutarla, ¡nosotros decidimos cómo queremos vivirla!

En nuestra vida vamos a pasar por muchos momentos desagradables, problemas menos y más importantes; pero también vamos a pasar por muchos, muchos más momentos que merecerá la pena recordar, o que simplemente nos han habrán hecho sonreír, aunque sólo fuera por un segundo, y eso es bonito. Creo que vale la pena luchar por esos momentos, luchar por lo que de verdad queremos, luchar por lo que nos haga sonreír. Merece la pena vivir, ser feliz, diseñar tu vida como quieras, siempre que te haga feliz y no haga daño a los demás.

Tienes que recordar que tú eres el dueño de tu vida, no los demás, y tú eres el que puedes convertir los momentos malos en momentos buenos.

Muchas personas tienen miedo a la muerte… ¿por qué? Es una cosa más de la vida, todos moriremos en algún momento. 10 de cada 10 personas, no hay que estar pendiente de la muerte, porque llegará inevitablemente. Hay que vivir y morir. Después de todo, la muerte dura un segundo… Pero… ¿y todo lo de antes? Por muy poco tiempo que vivas, la vida es siempre más larga que la muerte. Hay que seguir hacia delante en esta vida, si te tropiezas con una piedra la quitas, y luego sigues disfrutando del gran viaje, como debe ser.

Cristina Ferrero Miró, 2ºESO A

Para mí la vida no es ser famoso, rico y rodearse de gente que parece que te quiere, pero que en realidad no lo hacen. No es despertarse y tenerlo todo ya hecho, sin que implique esfuerzo alguno. Es luchar por un objetivo, y no rendirnos a la frustración de ni siquiera haberlo intentado, pues la vida es mucho más que eso.

Yo el sentido de la vida lo encuentro al despertar cada mañana al lado de una familia que me quiere de verdad. Tener la esperanza de que sea un buen día lleno de alegrías. Sentir esa sensación de haber logrado aquello que tantas veces has intentado. La vida también es esa sensación de estrés que llega cuando tenemos muchas cosas por hacer y no tienes suficiente tiempo, pero aún así tú sigues hacia delante y de una manera mágica consigues todo lo que querías hacer e incluso te sobra tiempo para descansar.

Es tener la satisfacción de ver cómo has conseguido desde el principio hasta ahora la vida que tienes, la cual has amoldado como arcilla  y le has dado la forma que más te gustaba; con partes más difíciles de acomodar (para las que pusiste los cinco sentidos), y otras que tomaron una forma que sólo con el tiempo concebiste como errónea, pero la arcilla ya estaba seca y no lo pudiste cambiar. En cambio, también hubo trozos fáciles de moldear. Y todos ellos constituyen la esencia de la vida, cosas básicas que no debería quitarte nadie. Y por ello merece la pena luchar, para que nadie se convierta nunca en dueño de tu caminar. Tú eres el dueño de tu vida, no dejes que pase como si no te importara, rindiéndote al devenir de los días sin más. Que todos los que te quieren te recuerden con amor.

Todo esto es la vida y tienes que luchar para que nadie te la arrebate, porque cada persona tiene sólo una y una única oportunidad para vivirla como quiera.

Ana García Juan 2ºESO A

Para mí la vida es una lucha continua. En los buenos momentos sientes ilusión por superarte y crecer, por vivir cada momento al lado de las personas que quieres, y por ir alcanzando metas y acumulando vivencias. Pero en las situaciones difíciles es más complicado mantener esa ilusión, ya que hay experiencias que resultan tan dolorosas que nos parecen insuperables: la enfermedad de alguien a quien quieres, una muerte, despedirte de esa persona a quien tanto amas porque sabes que pronto se irá. Y sentir la rabia y la impotencia de no saber dónde estará.

Yo personalmente tengo miedo a lo desconocido, miedo a no poder volver a ver a alguien a quien quiero mucho, por ejemplo a mis abuelos. Cada día los veo más mayores y cuando pienso que un día se irán me causa tanta pena que creo que no lo podré superar. Pero llega el momento que no puedes ser tan negativo, tienes que ser fuerte, seguir adelante porque esta vida, aunque hermosa, es dura, y como no sabemos si volveremos, hay que disfrutarla al máximo, sin hacer daño a nadie, intentando cumplir nuestros sueños. A veces cuando miro atrás, veo lo que poco a poco he ido construyendo, los logros que ido alcanzando y esto me da impulso para seguir adelante con valentía.

Paula Ruiz Masegosa, 2ºESO A

Para mí la vida es un regalo que todos recibimos, pero sólo de cada uno de nosotros depende el que la disfrutemos o no al máximo. La vida es lo más hermoso que podemos tener y dar, es una experiencia que debemos saborear todo lo que podamos, porque queramos o no, sólo se podrá vivir una vez, por lo tanto hay que luchar por intentar ser feliz pase lo que pase. Disfrutar la vida plenamente es algo a veces complicado, pero no imposible. Habrá momentos de tu vida en los que te sientas mal, enfadado, triste…pero eso no es motivo para borrar la sonrisa y seguir hacia delante, plantando cara a los obstáculos.

Merece la pena luchar porque todo esfuerzo tiene su recompensa, y si luchamos por lo que queremos, algún día puede que se cumplan nuestros sueños. No hay que rendirse nunca, ni tirar la toalla en los momentos más difíciles, e intentar siempre ir por el camino correcto.

Luchar por lo que quieres es lo más importante de todo, debes marcarte metas, retos e ir a por ellos. Estas son motivaciones que sirven para ver la vida de otro modo.

 Nicolás Verdú Seguí, 2ºESO A

La vida es muy bonita. Es un regalo que nos ofrecen nuestros padres. A partir de ahí comienza una vida, nuestra vida. Bueno, para mí la vida es algo inexpresable, poder estar aquí ahora escribiendo esto es algo maravilloso. Y aunque a veces no lo agradezcamos, no lo pensemos o simplemente no nos demos cuenta, tener la oportunidad de vivir es el más grande de todos los regalos, sobre todo sabiendo lo afortunados que somos de haber nacido en este lugar y de poder ser felices. No todas las personas lo tienen tan fácil como nosotros, y a pesar de que a menudo pensemos que tenemos mala suerte, en el fondo sabemos que hay mucha gente que desearía estar en nuestra piel y tener las mismas comodidades que nosotros.

Como dice la canción: “qué bonita la vida, que da todo de golpe, y luego te lo quita….” Sí, es cierto, seguro que más de uno ha sentido alguna vez que lo tenía todo, y en cuestión de segundos, su mundo sufre un cambio drástico, radical. La terrible sensación de perder a un familiar o a un ser querido es un buen ejemplo de ello. Pero aún en esa temible situación, debemos hacer un sobresfuerzo por tratar de aceptarlo, porque la vida es así y no podemos hacer nada mejor que levantarnos después de las caídas y seguir adelante. Por eso hay que luchar. Tal vez ser fuerte valga más que ser valiente, no rendirse nunca y tener constancia día a día es algo que debemos aplicar a nuestra rutina. Llega un momento en la vida en que nosotros mismos tenemos que tomar nuestras decisiones, ya nadie las toma por nosotros. Muchas veces nos enfrentaremos a problemas, pero nunca debemos rendirnos, debemos afrontarlos con valentía y perseverancia. Un ejemplo para mí de lucha y superación es sin duda mi tío Rafa, y ya que escribo esta redacción con motivo del día contra el cáncer, quería darle las gracias por todo, él siempre será un ejemplo de vida para mí. A mi tío le detectaron la enfermedad en 2008, pero él fue fuerte, dio todo lo que pudo de sí mismo y jamás se rindió. Fueron cinco años de lucha, de ir de hospital en hospital y él siempre tenía una sonrisa en la cara. Jamás perdió la esperanza de que algún día aquella terrible pesadilla terminara y todo volviera a la normalidad. Mi tío no consiguió ganar aquella batalla, pero aún así para mí ganó la guerra más dura: no dejar de sonreír a pesar de todo. Sé que desde allá arriba nos cuida y nos protege, ¡te quiero mucho tío!.

Después de todo lo que pasó, yo aprendí también a ser fuerte, y espero que todos vosotros también lo seáis y que sobre todo, nunca perdáis la sonrisa, porque valorando cada segundo es cuando eres feliz, cuando aprovechas la vida al máximo, pues vivir triste es estar muerto.

Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

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Una decisión importante…

La vida nos obliga constantemente a tomar decisiones, algunas poco trascendentes, otras más significativas, pero sin duda llegarán aquellas que podrían cambiar para siempre nuestro destino…Sin embargo, llegado el momento, es impredecible saber qué pasará después, por ello sólo nos queda confiar en el más sabio, aquel que nunca se equivoca: nuestro corazón, él siempre nos indicará el camino correcto.

Conozcamos la historia de estos alumnos y alumnas de 2ºESO…

Toma-de-Decisiones

Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

Creo que la vida hace que nos enfrentemos a muchas situaciones difíciles, muchas de ellas nos dejan marcadas. Aunque con trece años no he tenido aún la oportunidad de tomar muchas decisiones importantes, por eso quiero contar la historia de mi madre, una etapa llena de obstáculos y dificultades…

Ella era una niña, pequeña, inocente y con una vida entera por delante. Pero algo que siempre tuvo claro era que quería dedicarse al arte, y lo sabía porque podía plasmar su vida en un papel, algo que le parecía increíble. Los años pasaron, pero su sueño no cambió. Cuando cumplió los 18, llegó la hora de que ese ansiado sueño se cumpliera al fin. Se fue a Valencia a estudiar Bellas Artes. Lo que no sabía es que en muy poco tiempo todo iba a cambiar. Allí en Valencia se celebraban “les falles” en marzo, y no había clase, por eso mi madre decidió ir a Ibi. Para la familia era un 23 de Marzo normal, se pusieron a pelar cebolla para venderla al día siguiente en el mercado. Acabaron por la tarde de trabajar. Mientras mi madre y sus hermanos fueron a casa a cambiarse de ropa, mis abuelos salieron a la calle. En Ibi aquel día había mucho tráfico, ya que era Pascua. Mi abuelo cruzó la calle y esperó a mi abuela en la acera de enfrente. Ella vio que pasaban demasiados coches y decidió esperarse, pero desafortunadamente eso no sirvió de nada. Una moto que iba a demasiada velocidad se desvió de la carretera, derrapó contra mi abuela y la atropelló. Lo más duro de todo es que mi abuelo vio el impacto desde la acera de enfrente. La llevaron al hospital, pero el accidente había sido demasiado fuerte, y ya no había nada que hacer. Desde la inesperada muerte de mi abuela, la vida de mi madre y sus hermanos se paró. Todo era muy triste, se pasaban el día llorando, y María José decidió dejar su carrera de Bellas Artes. No podía aceptar tener que irse a Valencia sabiendo que su madre ya no estaba, que ya no tenía a nadie a quién llamar para contarle lo que le pasaba, porque a su padre también lo quería mucho, pero no tenía el mismo carácter. La confianza que tenían mi madre y mi abuela no la tenía nadie. Y por desgracia, eso se había esfumado de repente. Una parte de la vida de mi madre había sido arrebatada inesperadamente.

Pasaron dos años, las hermanas de mi madre querían que María José volviera a empezar la carrera, pero ella no quería, estaba tan triste que no tenía ganas de nada. Hasta que un día, mis tías Maite y Asun le dijeron: “María José, tú naciste para dedicarte al arte, y si no sigues ahora, te arrepentirás. ¿Qué harás si no trabajas en lo que de verdad te gusta? Todos estamos tristes por la muerte de mamá, pero tienes que ser fuerte y seguir adelante”. Mi madre supo que sus hermanas tenían razón, y al final, con el apoyo de su padre y de Asun y Maite, decidió empezar su carrera de nuevo. Los primeros meses fueron muy duros para ella, aún no lograba asimilar que el último año que estuvo en la universidad su madre estaba viva, y que ahora no volvería a estar con ella. Muchas veces salía de clase con un nudo en la garganta, y lloraba, lloraba mucho… Los años pasaron y mi madre terminó la carrera, aquel sueño que prometió de pequeña se cumplió. Se casó con mi padre, que había conocido dos años atrás y siempre le estuvo apoyando.

Y bueno, las cosas cambiaron, pasó el tiempo y en el 2000 nací yo. Yo, que fui creciendo y aprendiendo, y ahora estoy sentada escribiendo esto, me doy cuenta de lo que es la vida. Nunca sabes qué te va a pasar. Pero algo que sí sé, es que aunque yo no haya tenido la oportunidad de conocer a mi abuela Fina, sé que desde allá dónde esté, está orgullosa de mi madre, porque es un ejemplo de superación. Tuvo que tomar la decisión más importante de su vida y no se rindió. Después de escuchar la historia de mi madre, sé que debo luchar por mis sueños y ser fuerte, porque eso es lo que hizo ella y yo no le pienso fallar. Algún día yo también cumpliré mi sueño y mis padres estarán felices. Pero sobre todo, espero tenerles siempre a mi lado y que vivamos muchísimos momentos juntos, y que me ayuden a conseguir lo que me proponga.

Y esta es la historia de mi madre, que siguió adelante para que su madre, aunque ya no estuviera con ella, se sintiera orgullosa y le cuidara desde el cielo. Estoy segura que desde allá arriba, está sonriendo y guiando nuestro camino.

María Castillo Berlanga, 2ºESO A

Por suerte o por desgracia, nunca he tenido que tomar una decisión drástica en mi vida, o al menos yo no la considero drástica porque ni siquiera la recuerdo. No obstante, creo que una de esas decisiones importantes ha venido ligada a mi destino desde que nací, porque de no haber sido por aquella decisión ahora mismo no estaría escribiendo esta redacción y es más, ni siquiera sé si hubiera nacido.

Pues bien, esta decisión no fue mía, sino de mis abuelos, aunque yo pienso que ha tenido una repercusión realmente importante en mi vida, y creo que es hora de que sea plasmada sobre el papel porque me parece verdaderamente relevante.

Mis abuelos son de un pueblo muy bonito de Castilla La Mancha, que tiene como nombre Tomelloso, y se encuentra al sur de Ciudad Real. Ambos procedían de familias muy humildes, y teniendo en cuenta que era una época difícil, tuvieron que ganarse la vida como pudieron. Allí se conocieron, se casaron y tuvieron a uno de sus hijos, pero lamentablemente no tenían un trabajo con el que poder vivir, por lo que tuvieron que abandonar a toda su familia y emprender un largo viaje hacia un lugar desconocido, totalmente nuevo para ellos en cuanto a cultura, en el cual ni siquiera sabrían si encontrarían techo y trabajo para toda su familia. Yo pienso que tuvo que ser un trago muy duro; ver como tu hijo o tu hermano emprenden un viaje hacia otro lugar y no saber cuándo volverás a verles, sabiendo además que el resto de tu vida estarán alejados de ti. No creo que les fuera nada fácil, la verdad.

Gracias a Dios, después de mucho insistir y hacerles ver al pueblo de Ibi que eran buena gente, mi abuelo encontró trabajo en una fábrica de juguetes en la que permaneció hasta hoy. Con el tiempo, también encontraron un hogar fijo donde residir y poder criar a sus dos hijos.

Yo no pienso que sea la persona adecuada para poder opinar sobre si cambiaría o no aquella importante decisión, creo que ese poder lo tienen mis abuelos. Ahora que mi abuela ya no está con nosotros, yo creo que mi abuelo cada vez siente más nostalgia de su tierra, de sus hermanos. Así que para que él se sienta un poco mejor, solemos ir prácticamente todas las vacaciones allí, y yo creo que es muy importante, porque de esta manera él puede observar que todo sigue igual, que sus hermanos siguen estando ahí. Así, puede volver ligeramente a su infancia, a esa infancia en la que era un niño y realmente no creería poder separarse nunca de su hogar.

Lucía Palau Almarche, 2ºESO B

Como yo no he tomado ninguna decisión importante en mi vida le pedí a mi abuela, una señora de 79 años, que me contase la decisión más importante que tuvo que tomar ella cuando era joven. Y su historia empieza así…

Nació en Banyeres de Mariola en 1934, y la llamaron Consuelo. Su padre era guardia civil y su madre ama de casa. Cuando sólo era una niña de 8 años a su padre lo trasladaron a Ondara, por lo que toda su familia tuvo que ir con él. A los 4 años a su padre lo despidieron y la familia dejó de recibir salario alguno, por lo que no tuvieron más remedio que decidir que mi abuela marcharía sola a Ibi, un pueblo por entonces de industria emergente, para poder comer. Así que mi abuela, con sólo 12 años y sin otra opción, tuvo que irse sola, sin familia y sin nada, a trabajar a una fábrica para dar de comer a su familia. Como no tenía refugio para dormir, por las noches dormía en casa de una señora que ella había conocido en el trabajo y la hospedó durante un tiempo en su casa. Dos meses después su tía se mudo a Ibi por la misma razón y entonces la acogió en su casa, donde estaría más segura hasta que sus padres y hermanos tuvieron el dinero suficiente para comprarse una casa en Ibi y vivir otra vez todos juntos y felices.

En Ibi conoció a mi abuelo, se casaron y tuvieron a mi padre y a mi tía. Años después mi padre conoció a mi madre y tuvieron a mi hermana y a mí. Ahora mismo doy gracias a mi abuela por haber tomado esa decisión tan difícil para ella y que ha hecho posible que esté yo aquí.

Sus padres la extrañaron como nunca lo habían hecho. Ella se sentía infeliz y aburrida al mismo tiempo, alejada de su familia, sin amigos y sin alguien con quien poder jugar. Ella estuvo alejada de los que más quería, pero sentía la satisfacción de que gracias a lo que ella ganaba podrían comer sus seres queridos. Ella no cambiaría esa decisión, porque tal y como están las cosas ahora, si tuviera una oportunidad de trabajo con un buen salario, la aceptaría, aunque con el dolor de tener que separarse de su familia.

Mireia García Monllor, 2ºESO A

Yo no he tenido que tomar ninguna decisión importante todavía, pero mi abuelo sí.

Él vivía en Almería con su hermano y sus padres, un día se les presentó la oportunidad de trabajar en Argentina, y como en aquella época todo tenía más valor, tuvieron que vender todo lo que tenían en España para poder irse allí. Cuando llegaron estuvieron cinco años trabajando como caseros en una masía, y un mes después de ese lustro, su padre falleció, y entonces volvieron a España y trabajaron muy duro para poder empezar otra vez su vida. Al llegar a España conoció a mi abuela, una vez casados y con una hija: mi tía, se vinieron a Ibi a trabajar, vinieron con su hermano que también estaba casado y con su madre.

Mi abuela también tuvo que tomar una decisión importante, tuvo que venirse a Ibi con la familia de su marido y dejar a su familia allí. Los hermanos de mi abuela se quedaron en Almería cuidando a sus padres, y su hermana mayor se fue a Barcelona por cuestiones de trabajo, pero siguen visitándose todos los veranos y algunas navidades.

Antonio Vicedo Pina, 2ºESO B

El año pasado, sobre julio, me encontraba, como siempre en esa época, en Alicante. Anualmente suelo asistir a un colegio de verano llamado British College, que también ofrece la posibilidad de hacer el curso completo allí. El caso es que en esa escuela todo es en inglés, lo cual facilita el aprendizaje del mismo. Normalmente no solía disfrutar de esas clases, ya que pensaba que era malgastar el verano, que no lo pasaba bien… Sin embargo, aquel año todo fue distinto, parecía que había un ambiente positivo, casi se podía oler. Además gozaba de una compañía exquisita. Me di cuenta de lo importante que es aprender nuevos idiomas, tanto para abrir la mente como para tener más posibilidades en el mundo laboral.

 Y he aquí el gran dilema que se me planteó, ¿me apuntaba a este colegio para aprender inglés de forma continua y lo dejaba todo atrás, o me quedaba en Ibi, donde están mis viejos amigos y mi familia? La respuesta debería ser obvia, pero aún así dudé mucho. Sabía por la experiencia de personas cercanas a mí que los alumnos de dicha escuela suelen ir a universidades de prestigio y que además gozan de un alto nivel de inglés. Además, había conocido a varios amigos con los que conecté desde el primer momento. Sus nombres eran Omar, Eliseo y Álvaro, y por todo ello estuve a punto de aceptar, pero finalmente me retraje, ya que no soportaría estar alejado de mi familia y amigos, además de que me recomendaron que no lo hiciera. Creo que hice lo correcto.

 Thais Mirón Fernández, 2ºESO A

Una decisión importante en mi vida fue cambiarme de colegio, me afectó muchísimo porque no conocía a la gente y me daba mucha vergüenza, a mis compañeros del otro colegio también les afectó un poco porque llevábamos muchos años juntos. Me sentía mal y preocupada por si las viejas amistades se perdían, la verdad es que lo pasé algo mal durante el verano porque no sabía con quién me iba a encontrar en el nuevo colegio. No sabía en qué clase me iba a tocar ni con que compañeros, para mí era todo nuevo. Pensé que me arrepentiría de mi decisión, pero ahora que ha pasado un tiempo me he dado cuenta de que no.

 Sigo conservando las antiguas amistades y lo que es mejor, he hecho también otras nuevas que me llenan de alegría todos los días. Dudo mucho que alguien tenga mejores compañeros que los míos, porque no ha todo el mundo le tratan tan bien como han hecho ellos conmigo desde que entré el primer día. No los cambiaría por nada.

Beatriz Carricondo Colomina, 2ºESO A

En mi vida no he tenido que tomar muchas decisiones, pero sí hubo una que en su día fue importante para mí…

Me levanté una mañana de verano y mis padres me dijeron que dentro de tres días nos iríamos de viaje. Hasta aquel momento todo genial. Al día siguiente me llamó mi tío y me dijo que él, mi tía y mi primo me invitaban a un apartamento, pero había un problema: habían elegido por casualidad el mismo fin de semana que mis padres habían pensado para nuestra escapada. Justo en aquel momento me bloqueé, ya que tenía que elegir entre irme con mis tíos y mi primo a un apartamento o irme con mi familia a un viaje. Era una decision difícil porque fuera donde fuera me lo iba a pasar bien y tanto a mis tíos y a mi primo, como a mi familia los quiero mucho. Estuve unos días dudando, pensando, pero al final tomé aquella difícil e importante decisión para mí, que fue la de irme con mi familia. ¿Y por qué elegí esa opción? Os preguntaréis… porque además de pensar que mi familia me lo había dicho antes, también me tranquilicé cuando mis tíos me dijeron que no había ningún problema, que no pasaba nada, y que otra vez sería.

No cambiaría por nada la decisión que tome, ni tampoco todos los momentos que viví en aquel viaje, y aunque esta decisión no fue sencilla para mí, todo afortunadamente salió muy bien.

Rebeca Berlanga Suárez, 2ºESO A

Una decisión difícil para mí llegó a raíz de que mi gato se pusiera enfermo. Fue una mala noticia para mi familia, pero sobre todo y especialmente para mí.

Todo empezó cuando le dio un pequeño ataque epiléptico, al principio creíamos que sólo ocurriría una vez, pero nos equivocamos, y comenzó a ocurrir casi todos los días. Cada vez comía menos y no paraba de toser, así que decidimos llevarlo al veterinario. Allí nos dijeron que no se habían enfrentado a ningún caso parecido antes. A nosotros, esta respuesta nos desanimó mucho, ya que era la única opción que teníamos.

El siguiente paso que nos propusieron fue el de hacerle una analítica para descartar que tuviera un problema en el corazón. Al descartar un problema cardíaco, no se le asignó medicación y el gato continuó con los ataques. Nos reunimos entonces con el veterinario y nos dio dos únicas soluciones: hacerle unas pruebas muy caras o sacrificarlo.

Y esa fue una de las decisiones más difíciles que he tomado jamás, ya que si le hacíamos las pruebas podía dar positivo y el gato cada vez estaría más enfermo hasta que falleciera, y visto así, tal vez era mejor sacrificarlo para que no sufriera más. Al final decidimos hacerle las pruebas para ver si sufría leucemia felina. El resultado fue negativo, nos alegramos muchísimo porque así descubrieron lo que realmente tenía: epilepsia. De manera que el veterinario nos recetó unas pastillas para dárselas diariamente, y aunque estaban indicadas para personas, funcionaron. Y ahora mi gato está sano.