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Cartas al cielo

¿Alguna vez os habéis parado a pensar en la relatividad del tiempo? En ocasiones, aunque éstas sean mínimas, disponemos de mucho y, sin embargo, no lo invertimos bien, lo derrochamos sin caer en la cuenta de que nada, ni nadie nos lo podrá devolver. Otras, por el contrario, quisiéramos atraparlo, estirarlo, hacer con él malabarismos, pero todo esfuerzo es en balde, porque éste no se resiste y se escapa entre nuestros dedos mientras nos sentimos inmensamente tristes, decepcionados e impotentes. Y es entonces cuando recordamos con dolor todas aquellas veces que no le dimos al tiempo su sitio, que no lo valoramos como debíamos hacerlo…El tiempo viene y se va, pero nunca lo hará de la misma manera; necesitamos de su inmensidad para saborear la vida, pero si menospreciamos su fugacidad, nos invadirá el vacío.

Todos hemos perdido a alguien a quien amábamos, respetábamos y admirábamos con todo nuestro corazón. Y en aquel fatídico instante hubiésemos deseado poder volver a atrás, borrar nuestros fallos, dar más besos de los que dimos, no concederle ni un minuto a cualquier nimia discusión, recrearnos en la simpleza de los pequeños detalles que engrandecen el viaje, mirar con fervor las facciones de su rostro, sentir de nuevo el tacto cálido de su piel, la ternura y la sapiencia de sus palabras…Pero en aquel ominoso y gris instante ya nada de lo que pudiéramos desear es posible. Sin embargo, un sentimiento de paz nos reconforta al pensar en el tiempo disfrutado junto a esa persona, en todas las experiencias compartidas, en las veces que erramos, pero también aprendimos, en los sueños alcanzados y en las promesas que juramos cumplir en su nombre. Y eso es todo lo que nos queda cuando reina el silencio eterno.

No podemos saber qué hay más allá de esta vida, ni tener la certeza de que nos estén escuchando, ni siquiera de que puedan vernos, pero si hay algo cierto es que el amor no termina aquí, es la única fuerza capaz de atravesar la barrera del tiempo, cualquier inhóspita distancia. El amor que dimos y el que recibimos vive en nosotros, en los que se marcharon y en los que vendrán.

Hoy, con los ojos puestos en un infinito cielo azul, mandan sus emotivas y profundas cartas los alumnos de 1ºESO. Y así esta noche, miles de estrellas brillarán más que nunca en el firmamento.

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Querido primo Nicolás:

Hace tiempo que no te veo, pero quiero que sepas que no te he olvidado y sé que siempre estarás conmigo. Echo de menos esos momentos que pasábamos juntos en casa de los abuelos cuando éramos pequeños. Echo de menos tu sentido del humor, tu rostro. Me encantaría que pudiéramos volver a jugar como lo hacíamos, aunque sé que tal vez tú no te acuerdes de nada, porque tenías cuatro años.

Carla Valero

Cuando llevaba tiempo sin verte yo le decía a mi madre: “Mamá, ¿cuándo vamos a ver al primo Nicolás?» A veces incluso me ponía a llorar, pero cuando me enteré de lo que te pasó y de que no volvería a verte lloré con más fuerza.

Sé que dentro de mucho tiempo podremos reunirnos de nuevo, donde desde hace tiempo que tú estás.

TE QUIERO MUCHO, CARLA

Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

¡Hola tío!, hace mucho que no sé de ti. Te fuiste sin decirme adiós, sólo dejando tristeza por tu pérdida. Pero sé que no fue culpa tuya, la vida puede ser muy injusta…

No supe apreciar tu amor, ni los pequeños regalos que me hacías. Realmente pasaba la mayor parte del tiempo contigo, pero no pensaba en lo afortunada que era teniéndote a ti. No valoraba las cosas como las valoro ahora. Hasta que un día más del año, te fuiste sin más.

 Lucía Tárraga

Tú me enseñaste muchas cosas, pero sobre todo a apreciar a la gente que quiero. Eras como un segundo padre para mí. Me contabas historias, jugabas conmigo y, sobre todo, me querías. Ahora te añoro mucho porque no te tengo para que me aconsejes en momentos difíciles o para que simplemente te vea y te abrace con todas mis fuerzas. Gracias por todo. Te quiero.

Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Yo tenía cuatro años cuando desapareciste, te fuiste de nuestra vida casi sin avisar, en silencio, te fuiste en el momento más difícil. Nuestra relación era muy estrecha, pues como nuestra casa es un dúplex vivíamos nosotros arriba y tú abajo; aun me acuerdo de cuando todas las tardes al venir del colegio iba corriendo a tus brazos, con ganas de pasar la tarde contigo, como cualquier niño siempre quiere ver a su abuela.

Mis hermanas no pudieron conocerte, pero si hubiese sido así nos lo hubiésemos pasado muy bien las cuatro juntas al tenerte viviendo debajo de nosotros. Tu partida fue más difícil de afrontar por el hecho de que nos veíamos todos los días. Al recordarme mamá cómo nos lo pasábamos juntas, no puedo dejar de llorar.

Nerea Giner

Te fuiste poco después de que mamá anunciase que tendrías dos nietas más, a las que ya no pudiste ver, abrazar, besar…No pudiste verlas sonreír, cogerles el dedito con la mano, y eso entristece más aun tu partida, aunque sé que la muerte no te llevo del todo, pues ella no sabía que siempre estarías en nuestro corazón. Sé que ahora estás en un lugar mejor cuidando de todas mis mascotas. Tú lo dabas todo por todos, te preocupabas más por los demás que por ti misma. Para nosotros eras la persona más buena de todas, por eso vamos cada dos semanas a verte, para no entrañarte, para que esta vida no se convierta en un mar de lágrimas porque como todos, vivimos y después morimos. Es el ciclo de la vida.

Te echamos de menos, pero sé que estás bien, cuidando y protegiéndonos a todos nosotros.

Te quisimos, te queremos y siempre te querremos.

Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

Os escribo esta carta porque creo que es el momento oportuno para deciros lo que os quiero y os añoro, porque ahora soy yo la que necesita ese amor que vosotros teníais, ese apoyo y ese ánimo que tanta falta me hace.

Si os escribo esta carta es para que sepáis que sigo aquí a vuestro lado, que podéis apoyaros en mí, agarraros a mi brazo para caminar más lejos, de la misma forma que yo siempre encontré una sonrisa y unas palabras de aliento en vosotros. Quiero que sepáis que os quiero y que siempre os querré, pero es que además de quereros os admiro, por vuestra valentía, por vuestra fuerza y por vuestra capacidad para hacerme las cosas más fáciles. Fuisteis vosotros quienes abristeis el camino y yo seguí vuestra estrella, seguía las huellas de vuestros pasos porque así me sentía más segura. Y siempre estuvisteis pendientes de que no me perdiera.

Vuestra presencia en mi vida es de las cosas más importantes que me han ocurrido. En todo momento estuvisteis a mi lado, acompañándome y ayudándome.

La distancia nos apartó, pero haría todo lo posible para que volviéramos a encontrarnos, pues al alejarnos, siento que perdí la mitad de mí.

Hoy vuelven a mi memoria tantas ocasiones en las que nos hemos divertido. Río aún estando en soledad, porque sé que no estoy sola, porque os tengo a mi lado aún estando lejos. También recuerdo algunos momentos difíciles en los que lloramos, pero las lágrimas cuando se comparten alivian el dolor de quien sufre.

Valorabais mis cualidades, esas que yo no conocía; fortalezas que creía perdidas, aspectos de mí que con vuestra ayuda se renovaban para mi crecimiento.

Soraya Aracil

¡Recuerdo cuántas situaciones difíciles compartimos y cómo las superamos! Sentiréis que esa fortaleza os da ánimo para seguir adelante. ¡Cuántas veces me habéis dado fuerza para superar los conflictos que surgían!

Ni la distancia ni el tiempo logrará separarnos. Nada hará que os olvide o que sienta que no os necesito. Sois unas personas únicas. ¡Qué difícil el momento de la despedida, el temor de no teneros cerca si os necesito!

Me entristece no saber de vosotros durante mucho tiempo. Me es imposible ocupar ese vacío con otras personas. Hacerme saber cómo estáis, nunca dejéis de comunicaros conmigo. Decirme lo que queráis, pero no me dejéis en silencio.

Curasteis mis tristezas, junto a vosotros todo eran sonrisas, teñíais mi vida de colores alegres, erais mi alegría, os necesito rodeándome con vuestros brazos, hablarme, escucharme, sentirme; si vosotros no estáis a mi lado se me acabó la alegría, son tantos los sentimientos que tengo hacia vosotros, tanto miedo hay dentro de mi corazón…Siempre estáis en mi cabeza, no hay un solo segundo que desaproveche sin pensar en vosotros, sin vuestro amor en mi vida no puedo vivir, cada vez que pienso que el día que os perdí me pregunté: ¿Qué haría yo sin vosotros? ¿Y sin vuestro amor? … Son tantas las preguntas, con una sola respuesta, no soy nadie. Nunca os dejaré de amar, nunca en la vida os podré olvidar y siempre estaré junto a vosotros. Estar con vosotros sería un verdadero sueño para mí.

¡OS QUERIO!

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

MI ABUELA MARIA:

Recuerdo cuando de pequeño iba a casa de mi abuela María y me cogía de los mofletes y me decía: ¡Qué guapo es mi Pascual! No tengo muchos recuerdos de ella porque murió cuando yo tenía tan solo 4 años.

Mi padre me ha contado que tuvo una vida complicada, ya que tuvo que criar a 9 hijos sin las comodidades de las que disfrutamos ahora.

Pascual Chamorro

Tenía 17 nietos y yo era el más pequeño, por eso tenía especial predilección por mí. Me hubiera gustado conocerla mejor, porque según me han contado era muy buena persona y quería mucho a los suyos. Es una pena que no haya podido disfrutar más de su compañía.

Pascual Chamorro Sánchez, 1ºESO B

Esta carta es para ti abuelo. Sé que no pude disfrutar tanto tiempo como me hubiera gustado de estar junto a ti, pero me encantaría que supieras que te quiero, que te echo de menos, que me encanta y me entristece a la vez cada vez que la abuela dice: “Ay si estuviera aquí el abuelo Joaquín, lo que disfrutaría con él”.

Me duele cada vez que veo fotos de mis amigas con sus abuelos, y yo no puedo estar a tu lado…Me encantaría que estuvieras aquí y poder montar en bicicleta juntos, que me enseñaras a tocar la guitarra, que nos fuéramos de excursión…En definitiva, todas esa cosas que tan bien se te daba hacer y que no me pudiste enseñar.

Cuando no puedo dormir, porque he tenido alguna pesadilla, pienso que estas ahí conmigo, porque todavía recuerdo que cuando era pequeña me encantaba irme contigo al circo y si tenía miedo de algún payaso me agarraba a ti y me sentía segura. También me acuerdo de ti cada vez que voy a casa de la abuela y veo vuestras fotos. Pero lo más importante es que te quiero y te añoro y que espero que aunque no sea muy posible puedas leer esta carta algún día.

Lucía Montesinos Medina, 1ºESO A

¡Queridos abuelos de Bañeres! Es una lástima que no nos conociéramos abuelo, me hubiera encantado haberlo hecho, aunque tu hija Mª Angeles me ha contado anécdotas tuyas y así, en cierto modo, es como si te hubiera conocido.

Abuela, a ti sí te conocí, afortunadamente. Sé que en tu vida pasaste momentos angustiosos. Me acuerdo de aquella frase que me decías con cariño: ¡Eres un…Payaaaso! Que siempre estará ahí, en mi corazón. Abuelo, de ti poco puedo decir porque como ya dije antes, no nos conocimos.

Carlos Asensio

Abuela, ahora la tan amada casa donde vivías, no está igual, ya que ahora viven otras personas, pero ¿sabes qué? Que esas personas son tu nieto Jordi y su novia Cristina. ¡Ah! Cuando por desgracia destruyeron la casa para renovarla, el crucifijo que teníais en vuestra habitación seguía colgado. Creo que vosotros estáis en el cielo arropados por Cristo. Ahora vuestra nieta Ana ha tenido un hijo, Álvaro, se llama, y vuestra hija Carmina es abuela. Cuando vamos a la Iglesia, siempre rezamos por vosotros, (y por los demás, claro). Siempre os recordaré, estéis donde estéis. Os quiero.

Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

¡Yaya! Así te llamaba yo, aunque sé que no lo eras realmente, para mí siempre lo fuiste. Todavía me acuerdo de ti, aunque me dejaste cuando yo tenía solo cuatro años, pero sigo recordándote, en cada cumpleaños, en cada navidad, que ya no pasas con nosotros. Cada tarde que ya no te veo sentada en el sillón de la abuela… Sé que te enteraste que mi madre estaba embarazada de mi hermano un día antes de que fallecieses. Y si me estás escuchando, quería decirte que Carlos ya tiene ocho años; juega al tenis y es un crack con las mates. A veces me pregunta por ti y no sé muy bien cómo responderle. Ojalá lo hubieras conocido, te hacía tanta ilusión… añoro mucho pasar por delante de tu casa y no poder subir a darte un beso, o pasar un rato contigo.

Sara Martínez

Rezo cada día por ti, y espero que tú también por mí, que me des ánimos para seguir luchando, para seguir este camino y, finalmente, reencontrarme contigo. También quería decirte que aprendí a tocar el piano, y quiero que sepas que todas mis canciones van dedicadas a ti.

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

A mí esta carta me gustaría dedicársela a dos grandes personas que han influido mucho en mi vida; aunque una de ellas no era familiar mío, yo sí lo sentí como parte de ella. A la primera persona a la que voy a nombrar es a Don Antonio. Te doy las gracias por haberme enseñado a ser quien soy ahora, por hacerme ver que la vida pasa muy rápido y que vale la pena disfrutarla, me ayudaste a valorarme y a saber afrontar las dificultades con una sonrisa, y que no se debe llorar por alguien que no lo merece. De verdad te doy las gracias. Sé que aunque no te pueda ver, te siento aquí a mi lado y sé que estarás orgulloso de mí por haber seguido tus pasos.

Laura Pérez

También quiero darle las gracias a mi bisabuela Amparo, de la que pude disfrutar hasta los 5 años, porque aunque fuera pequeña aún me acuerdo de ti, y de tu risa, tu bonita sonrisa, aquella a la que tanto añoro. Recuerdo que cuando hacía algo mal, me decías: «Como te vea, te pillo y…» y yo me reía. Decirte que aquí toda la familia te echa de menos y nos haces falta a todos. Decirte que yo ya soy mayor, ya tengo 12 años. Mi madre tuvo otra hija, se llama María y tiene ya 9 años; también el tete Emilio tuvo otro niño y se llama Germán, tiene 6 años, y aunque no te han podido conocer, Javier y yo les hemos hablado de ti y les hemos enseñado fotos tuyas y se han quedado con las ganas de conocerte, y entonces yo les he dicho que algún día, dentro de mucho tiempo, podrán tener el placer de hacerlo. Y que te queremos todos mucho y que en mi habitación, en una caja, guardo todas nuestras fotos y espero en un futuro poder volver a verte, poder darte un abrazo y un beso y decirte cuánto te quiero y sé que allí donde estés estarás en paz; y sé que te estarán cuidando mucho porque tú te lo mereces por ser tan grande. Gracias por todo abuela. Te quiero mucho.

 Laura Pérez Bernabéu, 1ºESO A

Esta carta va dedicada a una persona, que aunque no conocí, es para mí muy querida: mi abuelo.

Por desgracia, nací mucho tiempo después de que él falleciese. Me hubiese encantado conocer a este familiar, pero por cosas de la vida no fue así. No sé nada de él, pero conozco su rostro y un poco acerca de su vida gracias a mi abuela, mi madre, tías y tío que me hablaron de él. Me contaron que era alto, delgado, de cabello castaño, de ojos verdes, de gran personalidad y en definitiva, una bellísima persona tanto por dentro como por fuera.

Adrián Pradell

La abuela, mi madre, mis tías y mi tío dicen que fue la mejor persona que conocieron y un grandísimo ejemplo para todos. Yo siempre que puedo intento imaginarme su figura porque me gusta pensar en él.

Adrián Pradell Huertas, 1ºESO A

Hola soy Sofía. Escribo esta carta para mi abuela. Ella murió cuando yo tenía 9 años.

Te echo mucho de menos, me acuerdo de como tú me cuidabas desde bien pequeñita, me llevabas a la guardería y jugábamos juntas, tenía 6 años e iba a pasar a primero de primaria. Ese día fue muy triste porque yo no quería separarme de ti, pero no tuve más remedio que acostumbrarme. Me gustaba cuando tú me enseñabas a leer y a escribir, y cuando yo lo hacía bien, tú me dabas besitos en la mejilla.

Sofía Boyko

Ha pasado ya mucho tiempo y no sé si lo sabrás, pero ahora vivo en España. También te quiero decir que tienes a un nietecito que nació después de que tú te fueras. Todos te echamos de menos. Y mi abuelo, tu marido, aun no puede creer que esto pasara. Tus hijas todos los años van al cementerio y te ponen flores, rezan por ti.

Todos te queremos y vamos a quererte siempre. Nunca te olvidaré.

Sofía Boyko, 1ºESO A

A mis abuelos José Antonio y José no los conocí, pero si los hubiera conocido seguro que me habrían cuidado, me habrían enseñado a comportarme bien, a ser amable y a compartir las cosas con los demás y, sobre todo, a ser respetuoso.

Nacho Guerrero

Mi abuelo de Ibi me hubiera llevado al parque, algunos días me habría recogido del colegio, me podría haber contado historias, cuentos y cosas que le habían pasado. Mi abuelo de Onil, como íbamos todos los domingos a casa de mi abuela, también hubiese disfrutado mucho de mí. Me podría haber enseñado su colección de sellos, mostrarme cuáles eran los que más le gustaban, los que más le había costado conseguir. En verano, como voy a la caseta de Onil, me habría enseñado a plantar tomates, patatas y más cosas. Los dos me podrían haber enseñado mucho, pero por desgracia no fue así.

Nacho Guerrero Ferrer, 1ºESO A

Abuelo, aunque no tuve el placer de conocerte, me hubiese gustado haber vivido contigo muchas cosas. Me imagino cómo hubiese sido estar a tu lado, haber ido a la feria contigo, haber jugado…

Cada vez que voy a tu casa me gustaría que tú estuvieses allí, que pudiésemos compartir los momentos más felices de la vida… Cuando tú te fuiste tu hijo tenía 18 casi 19 años. Él seguramente se acuerda mucho de ti, porque cada vez que ve una foto de vosotros juntos se emociona mucho, aunque intente parecer fuerte y valiente.

Aitana Prats

Todas las noches rezo porque estés bien. Toda la familia te recordamos, pero la que más yo.

Besos, Aitana.

Aitana Prats Parra, 1ºESO B

Esta carta está dirigida a mi perrita Duki. Quiero que sepas que estés donde estés siempre te voy a querer.

Yo nací y tú ya estabas en el mundo para cuidarme.

Estuve contigo todo el tiempo, no sé porqué, pero siempre me refugiaba en ti, cuando mis padres me castigaban, cuando estaba mal…  Y tú siempre me sacabas una sonrisa.

Clara Rivas

Cuando me acuerdo de los momentos vividos a tu lado siempre se me saltan las lágrimas. Lo pasé fatal cuando te fuiste, estuve un tiempo muy mal. Y la verdad es que aún no me he hecho a la idea de no poder verte nunca más.

Estés donde estés, sé que me estarás escuchando, en un lugar mejor, desde nuestra estrella.

Clara Rivas Boronat, 1ºESO A

¡Hola Don Antonio! Me gustaría que esta carta fuese dedicada a ti.

La verdad es que desde que te fuiste las cosas han cambiado mucho, las misas no son tan interactivas, ni tan divertidas sin ti. Había gente muy ignorante que decía que eras muy serio, pero yo que te conocí bien, sé que no era así, porque tengo muchos recuerdos agradables contigo; como cuando Bárbara quería tomar la eucaristía y tú se la dabas a escondidas sin bendecir, y después acababa en el bolso de mi madre rota en mil trozos. También cuando siempre que íbamos a verte a la Casa Abadía, me dabas caramelos de miel que, aunque no eran mis preferidos, yo me los comía.

En los ensayos, antes de cada comunión, Bárbara se sentaba en tu rodilla. Una de los cosas que más me gustaron de ti, era que no tenías miedo a la muerte, porque te daba igual. Cuando era chiquitín te pregunté qué pasaba cuando te morías y me lo explicaste y desde entonces no le tengo miedo.

La primera vez que hice el cabo de escuadra tú estabas, como todos los años, delante de la Casa Abadía aplaudiendo, y después me dijiste que era la mejor persona que habías visto hacer el cabo.

Javi Latorre

La última misa que diste fue el día antes de tu muerte, duró menos de una hora, exactamente quince minutos menos, y yo ya me olía algo y le pregunté a mi madre que qué le pasaba a Don Antonio y me dijo que estabas malito.

Esa noche te fuiste al cielo. Cuando me enteré, no daba crédito, la persona más fuerte del mundo y valiente se había ido.

Al día siguiente fui a la Iglesia, y estaba repleta de gente que te quería y te conocía, pero no lloré porque te vi tranquilo, relajado, sereno como me explicaste que se queda la gente.

Siempre que entro al patronato y veo tu foto pienso que eras el mejor, tú sí que eras un superhéroe.

Eres el mejor y me gustaría que me esperases ahí arriba, en el lugar donde tú me dijiste que nadie se enfada.

Javier Latorre Martí, 1ºESO A

Querido abuelo.

Aunque casi no te conocí, me han hablado mucho de ti, de tus expresiones, tus gestos, tu forma de ser y tu trabajo. Cuando te fuiste, yo sólo tenía dos años, y por desgracia no tengo recuerdos de esa época. Tu muerte fue un golpe muy duro, te echamos mucho de menos.

Ninguno de nosotros es capaz de recordar tu voz, así que decidimos que buscaríamos videos de algún bautizo o comunión donde pudiéramos oírte. Yo no sé si lo sabrás, pero decirte que además de mí tienes dos nietas más muy guapas, aunque un poco trastos: Clara y Laura, mis hermanas. Pero también tengo una mala noticia, cuando tú falleciste, meses más tarde falleció nuestro perro Charly, a lo mejor está contigo. La cuestión es que intentamos tener otro, pero no nos podíamos hacer cargo de él. Yo estoy obsesionada con tener un perro, pero mamá no me deja y yo siempre le repito: ¡Ay mamá si el abuelo Juan estuviera vivo sí que tendríamos un perro!

Ahora Villalobos está un poco vacío porque ya no estás ni tú, ni Joaquín, ni Ricardo y se han ido perdiendo tradiciones de toda la vida. Abuelo te prometo que tu recuerdo seguirá siempre vivo en mi familia. Y aunque no te conocí mucho y te perdiste muchos sucesos importantes en mi vida, siempre llevaré tu imagen en mi memoria y siempre estarás en mi corazón, y que sepas que te quiero y que te echo mucho de menos, pero sé que ahora estás en un lugar mejor donde no se sufre, en el cielo con Dios.

Un beso de tu querida nieta Lucía.

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Mi abuela falleció el 19 de Febrero. Ese día fue muy triste, al igual que los siguientes. Ella fue una persona muy alegre, guapa, buena y trabajadora. Nunca perdió su preciosa sonrisa, hasta en los momentos más difíciles, siempre que llegábamos a su casa nos recibía con una gran sonrisa. Siempre fue una persona muy activa, constante ante cualquier actividad como: coser, tocar el piano…

Yo aprendí muchas cosas de ella, por ejemplo, a ser buena persona, a comportarme bien, a hacer manualidades, a dibujar etc… Era una persona que me ayudaba en lo que hiciese falta, me apoyaba incondicionalmente… Pero, desafortunadamente, siempre llega ese día en el que nos tenemos que despedir de todas las personas a las que queremos, y ese día no lo podemos impedir, aunque no estemos preparados para eso. Me gusta creer que ella no se ha ido del todo y que desde el cielo nos está ayudando. Espero que donde esté, esté bien y sin sufrimiento. Y que desde allí nos guie por buen camino.

 Inés Mira Pérez, 1ºESO B

Esta carta se la escribo a mi gran abuelo Ángel Rico Marti, que era el padre de mi padre y falleció el 6 de mayo de 2013. Mi abuelo era una gran persona, muy generosa, muy simpática… Él siempre quería ver a la gente alegre, sobre todo a su familia. A mis hermanos y a mí nos encantaba jugar con él, porque nos hacía reír. A su lado pasamos momentos inolvidables porque cada segundo que pasabas a su lado era como si te regalaran el mundo, porque te lo pasabas genial.

Pablo Rico

Abuelo, te echo de menos, echo de menos esos momentos que pasabas junto a mí, esas risas… porque contigo me lo he pasado más que bien, aun me acuerdo cuando iba todos los domingos a visitarte y estabas sentado en la silla de ruedas, me dirigía de inmediato hacia ti, era el primero siempre en hacerlo, y me dabas un beso y cinco euros a escondidas para que nadie se enterase… En fin, los momentos que he pasado a tu lado son irrepetibles, éramos como el imán y el metal, estábamos siempre juntos.

Bueno decirte que te echo muchísimo de menos y te mando muchos besos y abrazos. Sé que ahí estás mejor, estás en paz porque eras una gran persona.

Mil besazos de mis hermanos Jorge, Sandra y yo.

Te quiero más que a nadie. Todas las noches pienso en ti y me emociono mucho, pienso que me das un beso y un abrazo.

TE QUIERO MUCHO YAYO

Pablo Rico Berbegal, 1ºESO A

Me dijeron que tenía que escribir una carta y sin pensarlo dos veces supe que quería dedicártela a ti, a mi bisabuelo Agustín. Tú fuiste al único bisabuelo que tuve oportunidad de conocer, y de hecho compartí muchas cosas contigo. Aunque cuando te conocí era pequeña y por ello, no me acuerdo mucho de todo, siempre te he llevado en mi corazón.

Ainara Bautista

Toda la familia te echa mucho de menos, mi abuela (tu hija), cada día me enseña más cosas sobre ti. Recuerdo que te sentabas siempre en la misma esquina del sofá, y yo me sentaba a tu lado para que me contaras una historia. El peor día llegó cuando apenas tenía 6 o 7 años, mis padres me dijeron que estabas muy malito y estabas en el hospital, desde aquel día yo quería ir a verte para saber cómo estabas. Entonces un día mi abuela avisó a mi padre de que estabas a punto de morir, mi padre me dijo que me esperara fuera, pero yo quise entrar y al final entramos todos, vi que estabas cubierto de cables, ahora sé lo que es, pero de pequeña no lo sabía. Parecía que me decías adiós, yo te miraba y no quería pensar lo que te podía pasar cada vez que cerrabas los ojos; mi madre me sacó de la habitación. Fue la última vez que te vi. Pocos días después falleciste.

Gracias por haberme dado la oportunidad de conocerte, siempre fuiste como mi abuelo, y me siento orgullosa de haber pasado momentos junto a ti. Un beso muy grande, de Ainara.

                                                                                                    Ainara Bautista Bayona, 1ºESO A 

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Historias de misterio…

Sí, reconozcámoslo, nos intriga el misterio, éste siempre nos acaba atrayendo con su magnetismo y su fuerte personalidad por mucho que queramos resistirnos. Nos hace pensar, nos invita casi instintivamente a crear cábalas, conjeturas y atar cabos que, repentinamente, se desmontan ante nuestros ojos gracias a un sugerente e inesperado giro argumental que lo pone todo patas arriba. No importa que seamos unos románticos, que nos declaremos unos fanáticos de la comedia, porque es imposible no sucumbir a una historia con altas dosis de este poder esencial.

Hay algo en él…será quizá por su inescrutable carácter, por su capacidad para provocarnos escalofríos, por ese aire enigmático que siempre lo acompaña y le hace tan interesante, será porque siempre nos sabe a poco y nos deja con ganas de más, porque deja la puerta abierta a nuevos e inquietantes interrogantes, sin dar carpetazo a cuestiones por resolver. Será porque es una fuente inagotable de sorpresas y su originalidad se pierde en un horizonte que no termina.

Será sencillamente porque al pronunciar su nombre, todos queremos saber más…

Si quieren disfrutar de una noche diferente, atrévanse a leer los relatos de nuestros alumnos de 1ºESO…

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El Secreto del Pueblo

Por Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Nuestro pueblo, pintoresco y plácido como siempre, guardaba celosamente un secreto que aún nadie había osado descubrir. Sin embargo, todo el mundo sentía la inmensa curiosidad de saber cuál era. Pero, por nuestra cobardía, dice la profecía, no habíamos de temer, pues alguien lo desvelará alguna vez…

Por ahora no hay fratricidios, pero no esperemos mucho que pronto los habrá por ese repulsivo secreto. Pues en esta historia hay perdedores como también ganadores.

Esto empezó un día de abril de 1746, un día frio y tranquilo, pero no por mucho tiempo. Ese mismo día llegó un hombre de capa negra y de rostro desconocido, se puso en una roca alta de la antigua plaza y comenzó a contar que un secreto guardado durante mucho tiempo había en nuestro calmado pueblo, pues así era hasta ese entonces: nuestro calmado pueblo, antes de que ese hombre nombrara lo del secreto. Todo el pueblo se alteró y todo el mundo empezó a preocuparse.

Ese año hubo desgracias y tragedias por el absurdo secreto. Pero no sólo eso, la gente se volvió perturbada por el secreto, pues hasta los más ricos supieron de su hostil existencia.

Ese misterioso secreto puso en peligro la vida de muchas familias, pues los hombres se marchaban en busca de respuestas, y cuando volvían el pueblo estaba desmadrado porque no había nadie que se encargara de los oficios.

Al año siguiente el misterioso hombre sin rosto volvió a nuestro alterado pueblo, volvió a subirse a la roca y contó que el secreto era… Pero éste ya nunca se supo, pues en dicho momento un hombre arrojó un fardo contra él, porque ese ciudadano, al igual que todo el mundo, estaba harto de ese repulsivo secreto, ya que había traído demasiadas desgracias a ese tranquilo pueblo.

El secreto nunca se desveló, se quedó para siempre en el interior de ese hombre sin rostro que arrojaron al mar.

La Mansión

Por Inés Mira Pérez, 1ºESO B

Era un día lluvioso, caía una gran tormenta y los rayos alumbraban el cielo. No era un día cualquiera, era especialmente tenebroso. En una antigua mansión abandonada, justo en frente de mi casa, pasaban muchas cosas extrañas, por la noche las luces se encendían sin más y por la mañana éstas se apagaban y se escuchaban unos gritos espeluznantes de personas, que al perecer un día se adentraron en la mansión y ya nunca volvieron a salir de ella. Nadie podía explicar lo que allí pasaba. Así que mi amiga y yo nos preparamos para entrar en la mansión y descubrir qué gran misterio se escondía en el interior de aquella vieja casa.

Ya en la planta principal empezamos a buscar y a investigar, pero no encontramos nada, así que subimos a la primera planta, y fue entonces cuando le perdí la pista a mi amiga. Yo fui la única que sobreviví, pero ahora no me encuentro muy bien, aunque sigo con vida. Otros que también se salvaron, contaron lo que vieron…Al parecer, las sombras de los espíritus de quienes fueron los amos de la mansión, que fueron maldecidos. Ahora la mansión se ha derrumbado, pero la zona sigue conservando ese halo de inquietante misterio terrorífico.

Un lugar extraño

Por Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

De esa noche sólo recuerdo que me acosté sobre las diez y media en mi cama, y cuando me desperté estaba aquí. No sé cómo paso, ni en qué momento ocurrió, no me explico de qué manera llegué hasta aquí. Este es un lugar que todo el mundo conoce, es un lugar lleno de personas maravillosas, se pasean tranquilamente en torno a los pilares de este sitio tan extraño, con una sonrisa de oreja a oreja. Aquí todo el mundo es muy feliz, y no necesitan cosas materiales paraserlo.

Por mi parte, yo seguía pensando en cómo podría haber llegado hasta aquí, no sabía muy bien en qué consistía mi misión, parecía no encajar en aquel mundo. Miré entonces a una mujer que se acercaba hacia mí, intenté pasar desapercibida, pero seguía mirándome y cada vez estaba más cerca. Me preguntó si necesitaba ayuda, yo, con miedo, le susurré que sí. Me pidió que le siguiera hasta una especie de cine. Allí me dijo que me sentara y mirara hacia la pantalla. En ese momento me vi a mí, estaba durmiendo en mi cama, no entendía nada, ¿qué estaba pasando? Empecé a asustarme, seguí mirando y vi como alguien entraba por mi ventana muy sigilosamente, el corazón se me aceleró, pero tenía mucha intriga por ver cómo había llegado hasta aquí. Aquel hombre vestido de negro, sacó una especie de arma y me arrebató el alma. Ya lo entendía todo, este lugar se llamaba cielo. No era como en las películas, ni en los libros, era mucho mejor.

Llevo dos años y medio en el cielo. Desde aquí arriba se ve a la gente de la tierra sufriendo, y me gustaría mucho poder ayudarles y decirles que vivan, que aprovechen el momento.

Sueño…

Por Nacho Guerrero Ferri, 1ºESO A

El otro día al acostarme me acordé de una fotografía que me habían enviado unas horas antes. Se trataba de la típica imagen que te invita a seguir una cadena, y decía algo así como: “encuentra el tigre y mándalo a tres grupos distintos”, porque sino a las cuatro de la madrugada recibirás la visita de la niña del exorcista. Lejos de asustarme, pensé que eso era una tontería, que era mentira, ¡cómo iba a aparecer la niña del exorcista! Yo no lo envié, pero mucha gente sí lo hizo.

Cuando me fui a dormir soñé que hacía un montón de cosas divertidas, como jugar al fútbol con los amigos y muchas otras actividades fascinantes. Al final del sueño estaba montado en parapente, cuando de pronto, éste se rompía y caía al vacío, fue entonces cuando me desperté. Miré la hora y, curiosamente, eran las cuatro de la madrugada, y puntual a su cita apareció la famosa niña del exorcista, pero como estaba tan casado, pensé que lo estaba soñando o que era imaginación mía y me volví a dormir.

Diario de un espía…

Por Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

26 Noviembre de 1966

Era una noche oscura, en el callejón no se veía nada, pero todo parecía tranquilo, hasta que de pronto escuché un chillido, parecía de Angelín y di un salto cayendo de la cama al suelo. Me asomé por la ventana y vi a un hombre con un pasamontañas arrastrando algo, ¡era un cuerpo!, ¡Angelín! No me lo pensé dos veces, lo seguí en compañía de mi perro Wilwour, y éste me condujo hasta una choza abandonada, entré en ella después de que lo hiciera aquel misterioso hombre, pero no había nadie. Vi una alfombra muy sospechosa, la levanté y allí encontré una trampilla. Wilwour salió corriendo repentinamente y lo seguí. Pero al parecer, atenazado por el miedo, lo que hizo fue regresar a casa.

27 Noviembre de 1966

Volví a la choza a la mañana siguiente y salté entonces al interior de la trampilla. Allí escuché a Angelín y seguí el rastro rojo que había en el suelo hasta que éste terminó, y me di cuenta de que era salsa de tomate, ¿para qué serviría? Lo último que oí fue cuando me nombró: “¡Nereo, Nereo, sálvame!”, y Wilwour empezó a tirarme de la correa, había olisqueado algo. De pronto paró y se escondió detrás de mí, lo cogí en brazos y lo llevé conmigo. Llegué a una habitación alumbrada por una sola bombilla, Angelín tenía cinta aislante cubriéndole los labios, fui a quitársela, pero sin quererlo me había metido en la boca del lobo, y el hombre encapuchado me puso un pañuelo en la boca sobre el que había vertido algo que me hizo caer en un profundo sueño.

28 Noviembre de 1966

Me desperté sentado en una silla, y pegada a mí se encontraba Angelín. El culpable del secuestro era mi antiguo mayordomo Jacob, al que le pagaba 1 dólar la media hora. Eso explicaba lo del kétchup y el secuestro. Conseguí liberarme y…

Un inesperado día…

Por Lidiana Martínez Pérez, 1ºESO A

Una mañana me desperté en un hospital, no recordaba nada ni a nadie. Nerviosa, me levanté de la camilla y salí fuera, preguntándome cómo había podido llegar hasta allí, no recordaba ni siquiera mi nombre. Una enfermera me vio y vino corriendo, me dijo que volviese a mi habitación, que no estaba en condiciones de salir y moverme, me llevó adentro, y fue entonces cuando vi, justo en la cama contigua a la mía, a una señora muy mayor. No entendía nada. Asustada y aturdida por lo que me había pasado, intenté con todas mis fuerzas recordar, pero mi mente estaba más blanca que la nieve, era como una niña recién nacida, pero en este caso sin mis padres cerca y ningún otro familiar.

De pronto la misma enfermera se pasó de nuevo por mi habitación para darme la medicina que, supuestamente, me tenía que tomar. Repentinamente me entró mucho sueño y cuando desperté, me encontraba en una habitación distinta y cerrada. Me levanté e intente salir por la puerta, pero ésta no se abría, por lo que empecé a gritar para que me sacaran de allí, pero nada de nada, era como si no hubiese nadie. Me puse a llorar mientras me acurrucaba en la camilla, cuando de pronto la puerta se empezó a abrir y una señora alta, trajeada y con tacones altos entró con un plato de comida. Le pregunté qué quien era y me contestó que todavía era muy pronto, que todo a su tiempo. La señora dejó el plato de comida y salió dejando la puerta entreabierta, asomé la cabeza por el hueco y un largo pastillo de color rojo (como el color de la sangre) se iluminó ante mis ojos, me fui hacia la puerta, crucé el pasillo y accedí al comedor; encima de la mesa había una carpeta con una foto mía, y en su interior información, supuse que relativa a mí. De repente, cuando iba a empezar a leer, escuché unos pasos que se iban acercando hasta la habitación, el pomo empezó a girar de un lado a otro y me escondí rápidamente, la misma señora entró, pero esta vez con una jeringuilla y se dirigió hacia mí; rápidamente me escapé por la ventana llevándome conmigo la carpeta.

Cuando ya estaba segura, me puse a leer. Y entonces me enteré de que mis padres y yo habíamos tenido un accidente. No sabía nada de ellos y no podía recordar nada a consecuencia de ello. Me sentí muy triste, pero gracias a esa carpeta, pude saber que mi meta ahora era encontrar a mi familia.

El inspector Lauren

Por Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Era una noche lluviosa, quizás la más lluviosa de todo aquel año, 1991, cuando en un hotel rural una mujer desapareció. Mientras los comensales cenaban, la luz se fue y al volver faltaba una mujer.

Los propietarios, asustados, llamaron al inspector Lauren para que resolviera el caso. Lauren empezó por averiguar el nombre de la mujer desaparecida. Se llamaba María del Pozo y era farmacéutica. Revisó entonces el registro de llamadas de su móvil para saber quién era la última persona con la que había hablado. Se trataba de Javier García y era farmacéutico también, y a su vez la competencia más directa de María del Pozo. Un huésped que tenía la habitación contigua a la de María, aseguró que habían estado hablando sobre un misterioso fármaco.

Pronto se descubrió que se había ofrecido una recompensa de un millón de euros para quien diera con la enigmática medicina. María del Pozo estaba a punto de encontrarla, pero como Javier ambicionaba el dinero más que nada, le propuso a María ir a medias, pero ésta no aceptó. Al desvelar esta información, todo el mundo creyó que él era el culpable, y éste admitió entonces que otro farmacéutico le había propuesto lo mismo a María y ella tampoco había aceptado, por lo que se puso muy furioso. Ese farmacéutico se llamaba Carlos Ferrero. El inspector Lauren registró todas las plantas y todas las habitaciones del hotel, pero no encontraron ni rastro de María.

Pasados unos días, la encargada de limpieza del hotel avisó al inspector de que había visto el pomo de una puerta tirado en el suelo. Reanudaron la búsqueda por todas las habitaciones, pero todas tenían intactos sus pomos. Revisaron las paredes y encontraron una puerta que daba a una habitación antigua y sucia. Allí buscaron y en el aseo encontraron a María, que había sido dormida con un tranquilizante. Cuando María se despertó contó al inspector Lauren que un hombre de tamaño medio, con el pelo rubio y con gafas le había secuestrado. También le contó que le había amenazado de muerte si no le daba la medicina, y María, asustada, le prometió que se la entregaría en la plaza Mayor de Madrid. El día acordado por María para la entrega, los policías estaban escondidos alrededor de toda la plaza, y cuando el sospechoso fue a recoger la bolsa, todos los policías saltaron encima del hombre rubio y le arrestaron. Era… ¡Javier García!

Le metieron en prisión para toda su vida y María cobró su recompensa de un millón de euros.

 Una noche inquietante

Por Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

Eran las 00:15 de la noche, (o eso me dijo mi madre), cuando oí un extraño ruido. Era como si se hubiese roto algo, pero algo grande. Yo, asustado, fui a ver si mi madre lo había oído, y en efecto… ¡También lo había escuchado! Fuimos entonces a encender la luz, pero ésta no se encendía. Nos preguntamos: ¿Qué está pasando aquí? No entendíamos nada de nada.

Mi madre y yo bajamos por las escaleras sigilosamente. De repente, un gran estruendo me asustó, empezó a llover fuertemente y a relampaguear. La luz del cuarto del aseo, sorprendentemente, estaba encendida. No podíamos explicarnos cómo había pasado eso, revisamos los plomos de la luz a ver si habían saltado, pero no, todo estaba bien. Cogimos un cirio y lo encendimos e inspeccionamos la zona para ver si había alguien o algo roto. Tampoco, no había nadie ni nada extraño. No pudimos dormir en toda la noche. Nunca supimos con certeza qué pasó aquella noche…

Un misterio aterrador

Por Raquel Monllor Guillem, 1ºESO B

Pedro era un hombre muy simple. Todos los días hacía lo mismo y llevaba una vida un poco aburrida. Él era escritor y cuando fue a comenzar su libro, un ruido insoportable no le dejaba empezar, ese ruido se debía a que en la casa de al lado estaban haciendo reformas, por lo que se dio cuenta de que así no podría ni escribir ni concentrarse, y decidió entonces irse a otro sitio. Habló con su primo y él le dijo que cerca de allí había un pueblo donde no se escuchaba un alma y que se podía quedar en una casa que estaba abandonada, y Pedro aceptó. Al día siguiente, cuando llegó al pueblo, se acordó de lo que le dijo su primo y lo cierto es que tenía toda la razón, no se escuchaba absolutamente nada.

Lo primero que hizo fue buscar aquella casa, cuando la vio le dio una sensación extraña porque parecía antigua y muy descuidada. Aún así entró en la casa y se puso de inmediato a escribir, cuando de repente alguien llamó a la puerta. Era un chica que se llamaba Eva y le dijo que ella llevaba mucho tiempo cuidando la casa y que si quería le podía enseñar el pueblo, pero él le dijo que no, que ya estaba oscureciendo. Cuando entró en casa de nuevo escuchó como unos pasos que venían de la parte de arriba de la casa, pero él no hizo ni caso. Esa noche Pedro durmió de un tirón y no se enteró de nada, hasta que la lluvia le despertó por la mañana, se asomó por la ventana y vio a un hombre cortando las ramas de las flores. Supuso que era el jardinero, que estaba hablando con Eva.

Cuando bajó a desayunar, miró de nuevo por la ventana y ya no estaban ninguno de los dos, pero no le dio ninguna importancia. Desayunó tranquilamente, hasta que un grito, que venía de la parte de atrás de la casa, le sacó de su ensimismamiento. Fue corriendo y se encontró al jardinero muerto. Pedro se asustó mucho y entró en la casa corriendo, estuvo todo el día pensando quién podría haber hecho algo así y el porqué. Entonces, después de pensar y pensar se dio cuenta de que Eva era la única que estaba con él y seguro que ella debía saber algo, o quizá incluso estaba detrás de lo sucedido. Pedro llamó a la policía, pero fue interrumpido inesperadamente por Eva. Ésta negó todas las acusaciones de Pedro, hasta que éste con astucia consiguió sacarle toda la verdad. Eva perseguía a cada persona que intentaba quedarse en esa casa, porque a ella le encantaba y no quería que fuese de nadie que no fuera ella, pues siempre había habitado en su buhardilla. Ella intentó ir a por él, pero entonces intervino la policía y arrestaron a Eva.

Cuando se recuperó de lo sucedido, Pedro decidió contar toda aquella historia que había vivido en su libro, que resultó ser todo un éxito.

Ir al instituto

Por Clara Rivas Boronat

Ir al instituto a veces puede ser lo peor, todos hablan a tu alrededor, y a cada paso que das te miran y empiezan a cuchichear. Por eso, las personas que no son sociables lo pasan fatal.

En el instituto la gente está dividida por grupos: los más guays, las más pijas, los más guapos… En fin, quizá esta historia acabe sin ser solucionada pero…

Carla era una niña joven de 13 años, pelo oscuro y rizado. La vida le fue bien hasta que se cambió de colegio. El primer día fue agradable, sus compañeros parecían muy simpáticos, pero llegó una niña diciéndole: No te creas que por ser la nueva te vas a meter en mi camino. La cara de Carla entonces, ya os la podréis imaginar.

Desde ese día la niña “guay” vivió atormentando a todo el mundo que osara plantarle cara, pero sobre todo se convirtió en la sombra de Carla. Lo que le ocasionó grandes problemas en su estado de ánimo.

Esta historia, como habréis podido comprobar, refleja miedo, pero no esa clase de miedo que puede ser hasta divertido, sino el miedo que de verdad atemoriza, aquel que nos causa dolor, nos oprime y nos hunde. Y por eso con este caso quiero reclamar la importancia de tratar a todas las personas por igual, sin discriminación. Todos somos seres especiales, cada uno a nuestra manera. No somos ni mejores, ni peores que nadie. Sencillamente somos nosotros.

 Chuck

Por Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

Me desperté en una mañana bastante rara. La televisión no estaba encendida, como de costumbre, y digo rara porque yo siempre me duermo con la televisión encendida. Pero antes de continuar con el relato de los hechos, mejor empezar por presentarme: Me llamo Chuk, mido 1,75m, peso 63,7 kg y tengo 27 años. Vivo en el centro de la ciudad, ¿y quién me iba a decir que unos cuantos meses atrás me crearía un enemigo que me costaría algo más que dinero?… Así que ahora sí, retrocedamos hasta unos cuantos meses antes…

Era 4 de Octubre de 2018 cuando me disponía a empezar mi trabajo, que consistía en conducir camiones, es decir, era camionero. Esa mañana iba a repartir unos muebles al norte de Francia, llevaba muchas horas conduciendo, cuando de repente recosté la cabeza en el volante y… ¡me quedé dormido! Oí un estruendo, me desperté enseguida y paré el camión, bajé y eché la vista atrás. Se me paró el corazón y las piernas se me agarrotaron, ¡había atropellado a mi mujer! Tenía muchas preguntas, pero la más importante era: ¿qué hacía mi mujer en Francia? Llamé a la policía y vinieron a recoger a mi malherida esposa, me detuvieron y, posteriormente, me condenaron a tres años de cárcel. Después de unas semanas en prisión, me dijeron que un hombre con una boina verde oliva había pagado mi fianza. No sabía quién era aquel hombre. A la salida de la cárcel me encontré al enigmático hombre con la boina verde oliva y con las llaves de un coche en la mano. Le pregunté qué quién era y me dijo que era mi padre desaparecido en un accidente de avión. Me quedé con la boca abierta y me explicó que había sobrevivido tirándose al agua. Me llevó a casa y me dijo que vendría a por mí a la mañana siguiente para descubrir la razón por la que mi esposa estaba en Francia.

Y aquí retornamos al principio de la historia. Me desperté en una mañana bastante rara. La televisión no estaba encendida, como de costumbre, y digo rara porque yo me duermo con la televisión encendida, entonces vi a mi padre sentado en un sillón y me dijo que me había dejado la ventana abierta. Me puse la ropa y nos fuimos al hospital y le preguntamos a la policía si mi mujer tenía algo en los bolsillos y nos entregó una hoja con una dirección que pertenecía a Francia. Mi padre y yo nos trasladamos hasta la dirección indicada en la hoja. Llegamos entonces a una casa muy moderna y le dije a mi padre que esperara en el camión, toqué al timbre y me encontré a un hombre más o menos de mi edad, le conté lo sucedido y chilló algo como «¡¿Fuiste tú quien atropelló a mi mujer?!». No me dio tiempo a reaccionar cuando de un golpe secó me tumbó en el suelo, y lo último que vi fue a mi padre pelear con ese hombre.

Desperté en el hospital y mi padre me dijo que le habían condenado a 10 años de cárcel.

Así acaba la historia de Chuk, pero puede que no sea la última…

¡Menudo partido!

Por Javier Latorre Martí, 1ºESO A

Ahí estaba yo, viendo un partido de fútbol en el Estadio Vicente Calderón con mi primo. Se disputaba el clásico derbi: Atlético de Madrid contra Real Madrid. En el minuto ochenta y tres, justo en la grada en la que nos encontrábamos sonaros tres disparos: pum, pum, pum…Los allí presentes nos alarmamos y salimos corriendo desorientados. En nuestra huida despavorida, mi primo y yo saltamos al campo, pero en el césped nos cogieron dos guardias de seguridad. Y justo cuando estábamos bajando al subsuelo del estadio se apagaron las luces y se cerraron las puertas.

Al principio sí escuchábamos los gritos de la gente, pero como el sótano del estadio estaba divido en cinco partes hubo un momento en el que ya no se oía nada. De pronto se abrió la puerta y se vio una luz que molestaba a los ojos, y en ese momento una voz me susurró: ¡Javier, levántate! Y entendí que todo había un sueño. ¡Maldito el momento en el que decidí beberme ese Red Bull!.

El misterio del orfanato Warren

Por Clara Valero Ruiz, 1ºESO B

Todo empezó un día cualquiera, cuando un grupo de amigos decidieron ir al Orfanato Warren para grabar un cortometraje que les habían mandado en el instituto. Lo que no sabían es que tras sus puertas se ocultaba un gran misterio.

Empezaron a grabar y decidieron pasar la noche allí. Conforme iban pasando las horas se oían ruidos extraños en la segunda planta, como de niños pidiendo ayuda… Decidieron entonces subir a ver qué ocurría. Como eran muchos se dividieron en dos grupos. Uno de los grupos encontró una puerta cerrada, intentaron abrirla, pero no pudieron, por lo que decidieron llamar al resto. Finalmente consiguieron abrir la puerta y vieron que en su interior había 12 camas y un gran armario, al abrirlo descubrieron unas grabaciones y un proyector antiguo. Lo pusieron en marcha y empezaron a ver las grabaciones. En ellas había fotos de niños y sus respectivos expedientes, en los que figuraba la fecha de su muerte. En la última cinta constaba la fecha del mismo día en que ellos habían llegado al orfanato, y también había secuencias de ellos grabando su cortometraje. Y una frase que decía “NUNCA SALDREIS DE AQUÍ PARA DESVELAR EL GRAN MISTERIO…” De repente, se cerró la puerta de un gran portazo y nunca nadie más supo nada de ellos…

Los Ghouls

Por David Azor Sanjuán, 1ºESO A

Hace muchos años, en una mansión que se creía deshabitada, vivían unas extrañas criaturas llamadas “Ghoul”. Éstas poseían el poder de adoptar la forma humana cuando quisieran, pero claro, ellos no se alimentaban de comida normal, de hecho, la comida habitual para nosotros, suponía para ellos algo repugnante. Se alimentaban de carne humana…

Sin embargo, existe una manera de localizar a los Ghouls, y es en Halloween, pues ese día no lleven disfraz, sólo se cubren con una máscara que los representa, y los ojos rojos. Halloween es un verdadero festín para ellos porque adoran la carne humana. Una vez, un chico llamado Kaneki-kun, que vivía en Tokio, quedó con una chica que se llamaba Rize, a la cual había conocido en la biblioteca. Fueron a cenar, y Rize le confesó entonces que ella vivía cerca de la supuesta mansión abandonada, donde se sospechaba que vivían los Ghouls. Kaneki decidió acompañarla, pero lo que él no sabía era que Rize era un Ghoul. Rize convenció a Kaneki para ir por un callejón cercano, entonces Rize se transformó, Kaneki se empezó a asustar, no se había visto en una situación similar nunca antes. Los Ghouls, a medida que comían, se iban haciendo más fuertes, un humano más y serían invencibles, habrían desarrollado una fuerza descomunal. Rize atravesó a Kaneki, por suerte cayeron unas grandes bigas, las cuales apisonaron a Rize, que murió en el acto. Kaneki, afortunadamente, logró sobrevivir.

Marta

Por Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Marta era una niña de doce años. Alta, de ojos verdes y pelo castaño. Hoy hace algo más de tres meses que desapareció y desde entonces no la han vuelto a ver. La policía cree que la secuestraron, pero sus padres no lo creen así. Ellos dicen que tiene que estar escondida en casa, pues aseguran que el día de su desaparición no salió de allí. Una idea descabellada porque ya registraron la casa mil veces…pero según sus padres, Marta estuvo estudiando y luego viendo la televisión aquel día.

La policía abrió entonces una investigación, pero no han descubierto nada. Pasados tres meses la familia sigue desesperada, ya no pueden más. Así que la policía ha optado por pedir ayuda al mejor detective que conocen. El detective en cuestión se llama Mario. Es bajito y siempre lleva barba. Hace pocos días retomaron la investigación, y se recrearon los hechos desde el principio. Pero, por el momento, no tienen nada, y parece que todo acabará igual…

La policía y el detective se desesperan por momentos, parece que nunca resolverán el caso, es muy raro todo. Al final quedará en un misterio más…

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Convive plácidamente con nosotros. Otras veces, sin embargo, se hace notar, despierta nuestra curiosidad, nos atrapa…No podemos evitarla, tarde o temprano siempre termina encontrándonos, y nos convence con su retórica y su atractivo natural…Siempre es breve, pues sabe que el tiempo apremia y por eso lo vive con intensidad. Ella es ingenio, es creatividad en estado puro, es sutil y a la vez directa, cuida los detalles, pero no se pierde innecesariamente en ellos, sabe qué es lo importante y en ello centra toda su atención. Nos hace reír, nos mantiene en vilo, nos decepciona, pero otras veces nos fascina, e incluso nos emociona. Ella hace posible lo que nos parecía utópico, y ahí está su secreto, su fórmula… tan enigmática que jamás pudo ser escrita…Así es ella, la publicidad, tan única que resulta irrepetible. Cada anuncio esconde con sigilo su razón de ser, y confía al espectador, aquel que asiste con cierta reticencia inicial a su presencia, la emisión de un juicio. Sabe que su cometido no es fácil, pero le pierde el afán por intentarlo. Es ambiciosa por naturaleza, y hace bien, quien no arriesga, no gana…

Nuestros alumnos de 1ºESO, convertidos en verdaderos publicistas, tenían una ardua misión entre manos, y a juzgar por los resultados, creo que lo cumplieron con matrícula…Y si no, vean, vean…Nos vemos a la vuelta de publicidad.

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Matilde Reig Albero y Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

Aitana Palao Peydró y Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Jordi Sanz Verdú, 1ºESO A

Nacho Guerrero Ferrer, Álvaro Guillem Fernández y Eduardo Vicedo Ortega, 1ºESO A

Silvia Casanova Llinares (1ºESO A), Nerea Giner Aguado (1ºESO B) y Aitana Prats Parra (1ºESO B)

Pascual Chamorro Sánchez, Jose Martínez Parra y Octavio Ferrero Miró, 1ºESO B

Pau Verdú Palau, Carlos Reche Vicent y Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Raquel Monllor Guillem, Clara Valero Cespedosa y Natalia Teruel Santoyo, 1ºESO B

Inés Mira Pérez e Irene Picó Samper

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Todo lo que sé lo aprendí de ti…

Cada día se nos brinda la oportunidad de poder conocer personas, algunas sencillamente pasarán por nuestro camino como un suspiro; otras, sin embargo, serán como un halo de luz en mitad de una asfixiante oscuridad; otras nos enseñarán grandes lecciones y luego se irán dejando perenne la estela de su valioso legado; otras tal vez se marchen, pero algo en su interior les hará volver y disfrutar de lo que en su momento no pudo ser, y desde ese preciso instante será maravilloso. Otras nos amarán con tal fervor que tomarán nuestros besos, abrazos y cálidas palabras como recuerdos siempre vivos en su corazón. Otras cambiarán nuestro rumbo, nos harán reír y llorar, volar sin soltar los pies del suelo. Otras verán en nosotros aquello que creíamos haber perdido, devolviéndonos así la fe y la ilusión.

Sólo el ser humano tiene en sus manos la compleja, pero valiosa posibilidad de poder cambiar el mundo, o al menos, su pequeña parcela. Debemos saber que todas las personas a las que conocimos, a las que conocemos y a las que conoceremos no aparecieron, ni aparecerán en nuestra vida por casualidad, llegaron y vendrán para enseñarnos algo que de un modo u otro, nos cambie: quizá porque nos haga más fuertes, porque nos sirva para reflexionar, porque nos ayude a abrir los ojos, porque sea el mejor de los consejos, porque nos haga ser quienes somos…Quizá sin esas enseñanzas caminaríamos frágiles y desconcertados, perdidos y necesitados de algo tan valioso como es el hecho de aprender.

Dedicado a todas esas personas que ponen su experiencia al servicio de los demás para hacer de esta aventura, un viaje único y gratificante…Padres, hermanos, abuelos, amigos, compañeros, profesores…GRACIAS.

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A veces pienso en todo lo que sé: sumar, restar, compartir, querer y en la gente que me ha ayudado a poder conseguirlo: abuelos, profesores, tíos, hermanos, pero sobre todo tú, mi madre, esa personita tan especial que siempre me ha apoyado y lo seguirá haciendo para animarme a conseguir mis metas. Desde que nací te has preocupado por mí, hablas conmigo, me aconsejas y me ayudas a vivir el día a día de una forma más fácil.

Lo que más me gusta de ti es que me entiendes en todos los sentidos y es una de las mil características que tienen las mejores madres del mundo. No eres perfecta, porque nadie lo es, pero para mí eres la mejor.

En ocasiones pienso en cómo podría compensártelo y lo cierto es que tendría que hacer muchas cosas para agradecer el amor y el cariño que me das, porque sin ti todo sería más difícil, sin ti no sería yo…

Eres una gran mujer y una gran persona que me entiende y me ayuda…Te quiero y desde aquí me gustaría darte mil gracias de todo corazón, porque TODO LO QUE SÉ LO APRENDÍ DE TI

Lucía Tárraga Romero, 1ºESO A

Mamá, cada paso que doy lo aprendí de ti, cada gesto, cada mirada, cada sonrisa…

Tu rostro es el que ilumina mi caminar, sin ti no sería así, todos los días serían negros, nada tendría sentido. Contigo aprendí lo que es la felicidad y la diversión; contigo aprendí lo que era amar a alguien y tener miedo a perderlo, y por eso entendí que sin ti no sería nada.

La verdad es que al principio no se me ocurría nada para esta redacción, pero al oír tu voz se me llenó la cabeza de ideas, y es que eres tan especial para mí… Te doy las gracias por ser mi madre. Sé que nunca podré querer tanto a alguien como te quiero a ti.

Matilde Reig Albero, 1ºESO B

Cuando nací erais las personas que mas cariño me dabais. Os conocí como mamá y papá. Me inculcasteis desde bien pequeño una educación, me disteis un hogar y una familia a la que querer. Siempre me habéis aconsejado lo mejor y por muy descabellado que para mí pareciera el consejo, al final os hacía caso y siempre me iba mucho mejor. Gracias a vosotros he podido viajar a muchos lugares. He conocido nuevos países, culturas, paisajes…

Juntos hemos pasado momentos muy buenos, otros regulares y algunos un poco malos, pero al final, unidos, hemos salido adelante.

Me acuerdo una vez que viajamos a Escocia y el día que volvíamos perdimos el avión, estábamos con los tíos a punto de llorar, pero aparecisteis vosotros y dijisteis: “¡No pasa nada. Tomarlo como una aventura más!” Y nos animasteis a todos.

A veces en televisión se dan casos de padres que han sacado a sus hijos adelante con mucho sacrificio, y lo lograron gracias al amor, porque se querían mucho. Y para mí vosotros sois uno de esos grandes ejemplos, los mejores padres del mundo.

Me llamo Javier Latorre Martí y estoy orgulloso de mis apellidos porque los llevan mis padres.

                                        Javier Latorre Martí, 1ºESO A    

Voy a hablar de una de mis bendiciones más preciadas: mi madre. Ella es una persona única en mi vida y también muy especial. Con ella he pasado cada momento de mi vida, y pasito a pasito me ha ayudado a llegar donde estoy. Desde mi nacimiento hasta el día de hoy. Ella me ha formado como persona.

Todas las madres son irrepetibles. La vida es corta y a las madres hay que aprovecharlas todo lo que podamos, porque un día ellas nos dejarán y tendremos que aprender a vivir sin su amor. Recordar que madre solo hay una, y que daría su vida por nosotros. Yo a mi madre la quiero tanto que daría lo que fuera porque nunca se separara de mí. Las madres siempre nos quisieron, nos quieren y nos querrán para siempre.

Carla Valero Ruiz, 1ºESO B

Todo lo que sé se lo debo a toda mi familia, pero en especial a mi madre. Desde chiquitina me ha estado enseñando cosas, y sigue haciéndolo hoy. Y sé que no dejará de hacerlo porque todavía no me ha enseñado todas las que me tiene que enseñar, y estoy convencida de que seguiré aprendiendo de ella toda la vida. E incluso me iré sin haberlas aprendido todas ellas, porque no hay personas así de fascinantes en cualquier parte del mundo.

Mi madre me enseñó a caminar, a hablar, a leer, a coger el hábito de estudiar sola, a hacer los deberes, a comportarme bien, a tener buenos modales en la mesa, a respetar cuando alguien está hablando…y muchas cosas más que no puedo enumerar porque necesitaría infinidad de hojas para decir todo lo que me ha enseñado.              

Claudia Hidalgo Bañón, 1ºESO A

Mamá, todo lo que sé lo aprendí de ti y de papá. Valoro y entiendo todo lo que hacéis por nuestro bien. Aprendí que el hijo, bueno o más revoltoso, merece aún así toda vuestra ternura. Aprendí que estaréis ahí siempre, que nunca nos dejaréis de cuidar. Aprendí con vosotros que nadie muere, pues aquellos a quienes tanto quisimos vivirán siempre en nuestro corazón y nunca se irán de nuestro lado.

Nos inculcasteis la importancia de cuidar y querer a la familia. Y siempre nos recalcasteis el mismo mensaje: ¡no hagas rabiar a tu hermano! porque os gusta ver que nos llevamos bien. A veces nos enfadamos con vosotros sin motivo, y no somos conscientes de que sois los únicos con los que nos sentimos completamente queridos. Sin vosotros no seríamos nada. Vuestra energía y amor me han dado fuerzas para escribir esta redacción y volar libre por este viaje llamado vida.

Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

A mi madre. Gracias a mi madre aprendí muchas cosas desde que nací hasta hoy. Me enseñó a leer y a escribir (con la ayuda de las profesoras de infantil), también a tener modales y educación, a comprender las complejidades, a comportarme, a ser optimista, a cuidar plantas y animales, a valorar y a comprender a las personas, a ser responsable, a tener buenos sentimientos, e incluso me inculcó el amor por nuestra lengua: el valenciano. También me enseñó a afrontar la vida, me ha ayudado siempre en mis deberes, cuando no me aclaraba. En una palabra: Me regaló una gran educación, y me guía.

Carlos Asensio Alal, 1ºESO A

Yo todo lo sé lo aprendí de mi padre y de mi madre. A ellos les debo la vida. Desde que nací me fueron enseñando todo lo que hoy sé.

Esta aventura comenzó el 4 de Abril de 2002, cuando yo nací. Desde ese momento mis padres me ayudaron a caminar, a hablar, a correr, a ir al baño yo sola…Cuando era pequeña mis padres me llevaron a muchos sitios, allí me enseñaron cosas que no conocía, como el mar, los animales, las montañas, así como grandes lugares.

Pasaron los años, y me fui haciendo cada vez más mayor, y así comprendí el sentido y la fuerza de regalos tan importantes como el amor, el compañerismo, la amabilidad, la fraternidad, la felicidad y la madurez. Valores que me fueron inculcados en el seno de una familia tan divertida y maravillosa como la mía. Y por todo ello les debo a mis padres y a mi familia todo lo que soy.

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Todo lo que sé lo aprendí de ellos: mis padres. Gracias a ellos soy quien soy hoy. De su mano empecé a caminar. En su presencia pronuncié mis primeras palabras, y a su lado comencé a ir diferenciando objetos, sonidos y gestos. Cuando nos mudamos a Ibi, como ya era más mayor y por tanto más consciente de todo, me inculcaron el valor de saber compartir, de hacer amigos…

Cuando empecé primaria, que era por supuesto un nivel superior, me ayudaron a poder entender mejor las cosas, y me enseñaron a repasar, a escribir, a estudiar, a hacer las cosa aseadas, etc. Y ahora que he empezado la secundaria, me van a seguir apoyando, y confío en poder aprender tal como ellos lo hicieron en su momento.

Todo esto, sin duda, se lo debo a ellos y todo lo que sé también.

Adrián Pradell Huertas, 1ºESO A

Yo a lo largo de mi vida he aprendido muchas cosas de mucha gente: de mi madre, de mi padre, de mi abuela, en general de toda mi familia, pero creo que de quien más he aprendido ha sido de mi abuelo. Pese al poco tiempo que pasé con él, pude aprender aún así muchas cosas, tal vez porque al ser el más mayor había vivido más experiencias.

Él me inculcó muchísimas cosas, como por ejemplo el arte de memorizar mejor ciertos datos de cara a un examen, o cómo montar cosas muy difíciles, así como miles de cosas más que me han servido de mucho y me servirán a lo largo de mi vida. Y por todo ello te doy las gracias abuelo.

Pau Verdú Palau, 1ºESO B

Mi madre y mi abuela son las personas que me han hecho valorar las cosas tal y como son. Ellas me hicieron ver que el físico no es lo más importante, pues lo que realmente cuenta y vale es lo de dentro, pues tu aspecto no define cómo eres, es tu interior el que habla de ti, de quién eres.

Mi madre dice que la vida es corta y que hay que vivirla al máximo. Vivirla sin miedo a que la gente opine mal de ti, porque uno debe ser fiel a sí mismo y ser consciente de que la vida sólo se vive una vez. Y por ello, los momentos hay que compartirlos con la gente que te quiere y  te valora.

Mi abuela dice que hay que ser fuerte, muy fuerte, luchar sin rendirse, porque destilas energía y felicidad cuando deseas llorar y estás sufriendo, pero peleas porque sabes que puedes conseguirlo. Aunque las personas a las que quiero estén lejos, yo aún no me he rendido y nunca lo haré, porque ellos creen en mí y no querrían  que pasara eso.

Para mí la vida es un camino con un destino, y ese destino que la gente busca con impaciencia durante tanto tiempo no es otra cosa que la felicidad compartida al lado de las personas que más quieres.

Aprendí a vivir a pesar de las dificultades. Hay obstáculos que se presentan de forma inesperada, pero al fin y al cabo la vida es preciosa. Y cabe pensar que después de cada derrota vendrá una victoria con momentos mucho mejores.

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Todo lo que he aprendido en estos doce años que tengo se lo debo a diferentes personas: a mi madre, a mi padre, a mis abuelos, a mis profesoras y a muchas otras personas.

Cuando era pequeño siempre estaba con mis abuelos, ya que mi madre y mi padre trabajaban. Ellos me enseñaron muchas normas de educación. Cuando salía a dar una vuelta con mi madre, ella me enseñaba a respetar los semáforos, a pedir las cosas con educación… Mi padre me enseñó un poco de inglés.

Cuando nació mi hermano todo cambió: yo iba a la guardería, mi madre dejó de trabajar, así que dejé de pasar el día con mis abuelos… A los tres años entré en el colegio, y hasta los cinco mi profesora me enseñó a comportarme, a leer y a escribir. Mi profesora de inglés particular me enseñó mucho, ya que empecé cuando tenía tres años.

En definitiva, todo lo que sé lo aprendí de los que me rodean, y espero seguir aprendiendo mucho más en lo que me queda de vida.

Jordi Vilaplana Sola, 1ºESO B

Mamá, yo aprendí de ti que no hay que rendirse nunca, aunque el destino te lo ponga difícil. Tú siempre me enseñaste a distinguir lo que se debe hacer de lo que no. Tú eres un gran ejemplo para mí y para mi hermano. Eres una persona fuerte que se crece ante las dificultades. Siempre me ayudas y te dejas la piel trabajando para darnos todo lo que necesitamos. Sin ti no seríamos quienes somos. Eres nuestro modelo a seguir.

Pepe Fernández León, 1ºESO A

Hoy en clase, cuando la profesora nos dio el título de la redacción, muchos nombres me pasaron entonces por la cabeza: mi madre, mi padre, mi hermano, mi abuelo… de todos ellos aprendí algo muy importante, pero de la persona que de verdad he aprendido muchísimo es de mi ídolo: David Martin Lafuente. Os parecerá absurdo que lo llame “ídolo” y más absurdo aún, el hecho de que él me haya enseñado algo, pero por extraño que parezca me enseñó muchas cosas.

Hoy, ahí donde lo veis subido en un escenario y rodeado por millones de fans, tuvo que realizar un gran esfuerzo previo. Desde bien pequeño quería dedicarse a la música, y fue tras su sueño. Con tan solo veinte años cogió su maleta y cien euros, y de Granada se trasladó a Madrid con la intención de buscarse un ansiado hueco en el mercado musical. Fue dejando copias de su currículum por diferentes lugares, pero no hubo suerte, así que en alguna ocasión se le pasó por la cabeza abandonar su sueño y volver a Granada, pero no lo hizo.

Su suerte cambió una noche en la que le invitaron a una fiesta y allí conoció a cuatro chicos: Carlos, Dani, Álvaro y Blas. Los cinco perseguían curiosamente el mismo sueño, así que se pusieron a componer y años más tarde nació el grupo Auryn. ¿Os sigue pareciendo ridículo? Él lo dejó todo por conseguir su sueño, nunca se rindió, y con ello me dio una gran lección que me acompañará siempre.

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

La persona de la que más estoy aprendiendo es mi madre. Ella es muy buena, trabajadora, agradable y simpática. Le gusta el orden. Y también practicar deporte, sobre todo caminar e ir en bici y muchas veces salimos juntas. Nos enseña a mi hermana y a mí normas de educación para saber cómo debemos comportarnos delante de la gente. Pero sin duda, de lo que más contenta y orgullosa me siento es que me haya enseñado a tocar el piano, y de haber entrado en el conservatorio, porque me gusta mucho, me relaja y me ayuda a concentrarme, y además siempre me divierto. Aunque es muy sacrificado, vale la pena. Espero seguir aprendiendo muchas cosas de mi madre y de todas las personas que tengo alrededor.

                                                                                     Inés Mira Pérez, 1ºESO B

La persona que más me ha ayudado en mi vida ha sido mi madre. Desde enseñarme a dar mis primeros pasos hasta el día de hoy.

Ella es quien me lo ha dado todo, y por ella soy lo que soy. Por eso le dedico esta redacción, aunque ella se merezca más. Cuando me riñe, se enfada y me castiga, me cuesta entenderlo, pero al final me doy cuenta de que tiene razón y que todo lo que hace es por mi bien, y cuando dice que estudie es porque quiere que tenga un buen futuro.

Mi madre es maravillosa, pero también está mi padre, que como no, él también me ha enseñado muchas cosas, ¿y quién podría hacerlo mejor?.

Esas dos grandes personas son las que más me han ayudado y apoyado en mi vida, y gracias a ellos he aprendido todo lo que sé, pero lo más importante es que sin ellos no sería nada.

Los quiero mucho y son lo mejor. No los cambiaría por nada.

Natalia Teruel Santoyo, 1ºESO B

Una de las personas de las cuales más he aprendido en mi vida es mi madre.

Todo el mundo sabe que cuando eres pequeño no pensamos y hacemos muchas tonterías, y ahí están todas las madres para ayudarnos a rectificar. Y así aprendemos los niños. Conforme vamos creciendo las madres nos enseñan castigándonos por aquello que hacemos mal, y de esta manera llegamos a entender que la próxima vez no caeremos en el mismo error. Cuando nos hacemos aún más mayores las madres nos dejan más libertad, pues ya somos personas maduras.

Bueno, como yo todavía no me he ido de casa, porque soy aún pequeño, no sé del todo bien lo que eso puede significar, pero lo que sí sé es que cuando me haga mucho más mayor seguro que seguiré aprendiendo cosas de mi madre y siempre la tendré en mi corazón.

Carlos Reche Vicent, 1ºESO B

Para mí la persona que más me ha influenciado en mi vida ha sido mi madre. Quizá fue así porque era ella, quien por horario, siempre podía llegar a hora de recogerme, mientras que mi padre tenía diferente horario y salía mas tarde. Pero quiero que sepan que a los dos los quiero por igual.

Todo lo que sé se lo debo a ellos por diferentes motivos. Mi madre me ha ayudado más en el tema de los estudios, a la hora de hacer los deberes, y también en relación a los problemas de amigas, aunque no han sido frecuentes. Mi padre, por su parte, como es diseñador se ha centrado más en asignaturas como plástica o matemáticas que en otras. También me gustaría agradecer a mis profesores de primaria que han sido para mí unos grandes mentores en todo este trayecto. De mi hermano no puedo decir que ha sido un gran guía, pero porque aún es muy pequeño, aunque a su manera ha hecho mucho por mí y se lo agradezco infinitamente.

Mis padres siempre han estado ahí tendiéndome su abrazo o recibiéndome con una sonrisa cuando hace falta. Yo creo que todo lo que les debo no puede ser compensado con ningún regalo ni con escribirles un poema bonito o diciéndoles mil veces te quiero, aunque la intención cuente, lo que les debo, y yo creo que todos les debemos a nuestros padres mucho, nunca se podrá explicar con palabras. Mi amor hacia ellos es sobrenatural, traspase toda frontera, es imposible de expresar.

Aitana Palao Peydró, 1ºESO B

Todo lo que sé lo aprendí de ti, abuelo. Tú eres el que me ha cuidado desde muy pequeñita, el que me ha acompañado a todos los sitios a los que yo quería ir, el que me ha mimado como si fuera su pequeño tesoro, el que me ha querido como si fuera su hija. Como no tengo más abuelos ni abuelas, pues yo te quiero y te querré más que a ninguno.

Tú me has enseñado a valorar las cosas, a decirme que los sueños que tenía de pequeña los tendría de mayor y, que sino los llegaba a cumplir, que no pasaba nada porque la vida sigue. Si tú no existieras, yo no sería igual, mi vida sería apagada y un poco triste. Eres bueno, humilde, sincero, gracioso… En definitiva, lo que todo ser humano quisiera tener y, por suerte, yo te tengo a ti.

Gracias por enseñarme lo mejor de la vida abuelo.

Lucía Brotons Sarabia, 1ºESO B

Yo he aprendido mucho de mi madre. Ella siempre me dice lo que está bien y lo que está mal.

Es ella la que me enseñó a comportarme educadamente en todos los sitios. Y me inculcó grandes valores, como el de la educación y el respeto hacia los demás.

Me hizo ver lo importante que es compartir, y saber estar a la altura de las circunstancias.

Ella me ha enseñado que si me marco una meta, un objetivo, con esfuerzo y constancia lo conseguiré.

Aitana Prats Parra, 1ºESO B

Todo lo que sé lo aprendí de mi madre, ella me ha enseñado a hacer muchas cosas: a vestirme, a comer, a ducharme…, pero lo más importante es que me ha enseñado a vivir. Ella es la mejor persona del mundo, hace unas cocas insuperables, es una gran profesora de inglés, me apoya en los peores momentos…

Lo que más me gusta es que ella es una de mis mejores amigas, no me da vergüenza ir por la calle cogidas de la mano y dándonos besitos, porque le quiero tal y como es y no me importa lo que diga la gente.

Gracias a ella estoy en el Club Teixereta de Baloncesto, “El Teixe”, porque me paga las fichas de juego, y me permite seguir adelante con mi sueño. Y sobre todo, gracias a ella vivo.

Nosotras nos queremos mucho y un día acordamos que ella cuidaría de mí para siempre y yo cuidaría de ella para siempre.

En conclusión, ¡ella es la mejor del mundo!

Silvia Casanova Llinares, 1ºESO A

Desde que era pequeña mis padres han estado conmigo. Mi madre fue la que me hizo distinguir aquello que estaba bien, de lo que estaba mal. Me enseñó cosas que no sabía , y me ayudó a ser como soy hoy. Siempre ha sido como mi amiga, mi modelo de comportamiento a seguir. Mis amigas siempre me dicen que es encantadora, muy simpática.

Es muy buena persona, procura buscar solución a todos los problemas. Mi madre es muy especia para mí, tal y como es, y siempre será para mí la mejor. Por eso hoy he decidido hablar de ella, porque me siento orgullosa de mi madre. De hecho, todo lo que sé lo aprendí de ella, de mis padres.

Lidiana Martínez Pérez, 1ºESO A

Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida…

Desde que nacemos hasta que nos vamos, la vida nos sorprende en el sentido más amplio de la palabra, regalándonos en ocasiones momentos que no quisiéramos olvidar, por la emoción, la alegría y la felicidad con que nos embelesaron; pero también nos hace probar la amargura, el dolor y una tristeza que puede hacernos dudar de que la vida sea tan bonita como un día la imaginamos. Sin embargo, ella que es muy sabia, nos confiere en la aflicción, algo tan valioso como la fortaleza, para poder así seguir adelante con valor, sin miedo, y disfrutando de las bondades de esta aventura llamada vida.

Pedacitos buenos y pedacitos no tan buenos van completando el puzle de nuestra existencia, y lo creamos o no, todos ellos encajan. Y si algún día nos detenemos a observar esa obra, nuestra obra, veremos seguro en ella algo tan maravilloso como es el hecho de haber vivido y compartido con nuestros seres queridos instantes que dejaron huella en nuestro corazón, tesoros que son tan nuestros que no nos dejarán nunca.

Veamos, de la mano de nuestros alumnos de 1ºESO, algunos de los hechos que marcaron su vida…

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Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida son múltiples cosas, que contaré en esta redacción.

Una de ellas es mi familia. Ellos son algo esencial para mí, porque sin ellos habría un vacío en mí que nadie podría llenar. A su lado he vivido momentos maravillosos y esos tesoros son parte de mi esencia.

Mis amigas son otro maravilloso regalo. Ellas también son parte de mi vida. No se fijan en mis defectos y me apoyan y valoran tal y como soy.

Y por último, un momento que me ha marcado mucho han sido estas fiestas, porque a lo largo del año hemos trabajado todos juntos , y hemos estado disfrutando y compartiendo alegría y entusiasmo con la gente que más queremos.

Soraya Aracil Seco, 1ºESO A

Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida ha sido conocer a mis mejores amigos. Los conocí en Infantil, siempre jugábamos juntos, al principio no estábamos tan unidos, pero con el tiempo nos fuimos conociendo mejor unos a otros y congeniamos a la perfección. Mis mejores amigos son las personas en las que puedo confiar, las que me pueden ayudar si tengo problemas y son las personas que están a mi lado en los momentos malos y en los buenos. Aunque a veces hemos tenido nuestras peleas y nuestras discusiones, siempre nos hemos perdonado y nos hemos respaldado unos a otros. Hemos ido juntos a muchos sitios: a las excursiones que hemos hecho con la clase, a TERRA MÍTICA, a Olocau, a La Font Roja, al Campamento de SILOS, a la nieve…

Los mejores momentos de mi vida los he pasado a su lado, y por eso quiero darles las gracias por ser amables, graciosos, valientes, cariñosos y muy buenos amigos. Gracias a todos.

Lucía Valls Hernández, 1ºESO B

Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida fue cuando me enteré de que iba a tener un primo. Al principio, cuando mi tía Nuria me lo dijo, no me lo creía, pero después soñé con que fuese un niño, porque yo ya tengo una prima hermana y me quedé con ganas de un chico.

Al pasar los cuatro primeros meses, mi tía me confirmó que iba a ser niño y yo salté, grité, me emocioné muchísimo. Mi hermano y yo al conocer la noticia pensamos nombres para él, pero mis tíos sabían desde el primer momento que nombre le iban a poner: Álvaro. Al principio a mí no me agradaba mucho, pero poco a poco me fue gustando cada vez más. Nueve meses después allí estaba él.

Ahora ya tiene casi 2 años y es el mejor primo del mundo. Pero lo bueno es que esa gran maravilla se vuelve a repetir, porque mi tía está otra vez embarazada. No sé qué será, pero niño o niña lo querré igual.

Laura Salvador Sanjuán, 1ºESO A

El mejor momento de mi vida fue cuando nacimos mis hermanas y yo. Ojalá pudiera haber visto la cara de mis padres al verme, pero claro, era muy pequeña y aunque la hubiera visto no me acordaría.

Mis padres tuvieron que sufrir mucho para poderme tener entre sus brazos, pero el esfuerzo valió la pena. Cuando me vieron por primera vez, seguro que pensaron: esta será clavadita a su abuela. Y así fue, soy su viva imagen.

Cuando tenía tres años, les pregunté a mis padres por qué algunos de mis compañeros tenían hermanos y yo no. Entonces pensaron, pues para que Nerea no esté sola le traeremos una hermanita, y para su sorpresa, vinieron dos mellizas.

Nerea Giner Aguado, 1ºESO B

Lo mejor que me ha pasado en la vida, aparte de mi familia y mis amigos, fue la pasada semana santa. En el transcurso de aquellos días pude darme cuenta de lo que es ser feliz, de lo que es disfrutar y divertirse de verdad, pues fue tan agradable la sensación de ver a tus amigos sonreír y ver en sus ojos emoción y entusiasmo.

El primer día quedamos a las 9:30 de la mañana en el parque de Les Hortes, y todos llegamos puntuales a la cita. Éramos ocho personas (cinco chicas y tres chicos). Y una vez reunidos, iniciamos la marcha hacia la trompa del elefante, que sería donde iríamos a comer y a tomarnos la mona. Había dos caminos para llegar, el que pasa por el lavadero y el que pasa por la carretera de Bañeres; los chicos dijeron de hacer una carrera haber quién llegaba antes, o nosotras o ellos, pero obviamente llegaron ellos primero.

Una vez allí hicimos una guerra de agua con botellas, y después los chicos se subieron a lo alto de la trompa, buscando la sombra y poder así hablar tranquilamente, mientras nosotras seguimos abajo mojándonos. Más tarde nosotras también subimos arriba, sacamos nuestros bocadillos y conversamos, nos hicimos fotos y comimos. Enseguida que acabamos, bajamos a tirarnos por la trompa con cartones, nos caímos muchísimas veces, pero no dejamos de sonreír. Acabándose ya la tarde, los chicos dijeron de hacer una prueba que consistía en correr descalzo por la acequia, el agua estaba realmente fría, pero fue divertido.

Fue un día espectacular. Y así fueron pasando los días en aquella semana única, y los supimos disfrutar al 100%. Repetiría cada momento, día, hora, minuto y segundo 1.000.000 de veces más.

Laura Pérez Bernabeu, 1ºESO A

Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida fue el nacimiento de mi hermano pequeño Rubén y la experiencia de viajar a París. Cuando nació mi hermano yo tenía apenas tres años, pero jugaba muchísimo con él y siempre tenía ganas de cogerle en brazos y ponerle el chupete.

Cuando fui a París tenía diez años, fue una experiencia muy divertida, entré en el parque Disney y subí a muchas cosas, también paseamos por la torre Eiffel, subí a la segunda planta y ya me pareció muy alto. Dentro de la torre había muchas tiendas: desde heladerías hasta una tienda de recuerdos, fue muy divertido e incluso aprendí a contar hasta diez en francés. Esas experiencias son una parte importante de mi vida que nunca olvidaré.

Irene Picó Samper, 1ºESO B

El 18-4-04 fue el día más feliz de mi vida. Yo había sido del Athlétic de Bilbao desde pequeñito, como lo era mi bisabuelo y mi tío abuelo. Así que ese día, después de mucho tiempo esperando, fuimos a ver un partido mi tío abuelo Jesús, mi padre, mi madre, y mi hermano, que aunque aún no había nacido, también estuvo allí de alguna manera.

Athlétic club vs Levante. El partido se disputó en el campo del Levante, en Valencia, y ganó el Athlétic 0-2. El encuentro estuvo muy emocionante. El primer gol fue de Fernando Llorente y el segundo de Iraola.

Después del partido, me fui a un restaurante de Valencia. ¡Fue una experiencia única e inolvidable!

Álvaro Guillem Fernández, 1ºESO A

Lo mejor que me ha pasado en la vida ha sido conocer a unas personitas maravillosas: ellas son mis amigas, con las que he podido compartir millones de momentos de felicidad y algunos de tristeza. Ellas siempre han estado ahí en todo, y eso nunca sabré cómo agradecérselo. Yo a ellas se lo debo todo, porque sin ellas no sabría lo que es una verdadera amistad. No tenemos gustos ni pensamientos parecidos: unas juegan a baloncesto, otras hacen gimnasia rítmica, otras juegan al fútbol, también algunas bailan, o tocan algún instrumento y cantan. Pero fuera de todo eso todas pensamos igual y somos como hermanas.

Me siento orgullosa de las amigas que me han tocado y ojalá siempre estemos todas unidas. Me encantaría al hacerme mayor poder recordar miles de momentos compartidos juntas. Les estoy muy agradecida y desearía que nunca cambiase nuestra amistad y pudiéramos hablar de toda una vida compartida, porque me pongo a pensarlo y no sé qué haría yo sin ellas.

Para mucha gente seremos un grupo de niñas cualquiera y ellas serán unas chicas más, pero para mí es el mejor grupo de amigas que ha podido existir. Tal vez pasemos por momentos difíciles, pero a su lado todo será más sencillo de sobrellevar. Las quiero más que a nada. Y como se suele decir: «No todas las hermanas son de sangre´´. Una afirmación que cada vez creo más, pues ellas son eso para mí: hermanas, mi segunda familia.

Clara Valero Cespedosa, 1ºESO B

Lo mejor que me ha pasado en la vida ha sido poder ver como mi abuelo se ponía mejor, después de haber estado bastante enfermo durante mucho tiempo.

Yo que lo llegué a ver fatal, ahora cuando lo miro me emociono muchísimo, porque aunque sé que no volverá a estar como estaba antes, está muy recuperado.

Otro hecho que me marcó especialmente fue poder conocer a mis cantantes favoritos: Los Gemeliers. Ese día para mí fue muy importante porque esperé mucho tiempo para que llegara el momento.

Desde que me pasara lo de mi abuelo y lo de Los Gemeliers estoy muy contenta y considero que mi vida es todo un regalo. Aunque lógicamente no todo siempre ha sido todo bonito, pues también he tenido muchos disgustos, aprendí que ante todo hay que sonreír, pase lo que pase todo hay que tomárselo con una GRAN SONRISA.

Clara Rivas Boronat, 1ºESO A

Cuando iba en el avión vi como despegábamos hacia el cielo. Y después de dos horas llegamos a París.
Del aeropuerto nos fuimos directos al hotel a dejar las cosas y sin más nos dirigimos hacia las atracciones. Vimos la cabalgata de personajes Disney y me monté en la atracción de Toy Story, donde coincidimos con las ardillas Chip y Chop.
Al final del día vimos los fuegos artificiales, que fueron espectaculares, y después nos fuimos a cenar a un restaurante donde estaban: Mickey, Minnie, Pluto, Goofy y Pinocho.
Me subí a muchas atracciones y me lo pasé muy bien, también montamos en un barco grande donde me encontré una moneda de Disney.
El último día fuimos a ver a las princesas Disney a su castillo y a comprar algunos regalos.

Sin duda, fue el momento más maravilloso de mi vida.

Aitana Prats Parra, 1ºESO B

Cuando yo nací no era consciente de la familia que tenía. Por parte de mi madre ésta era y es muy numerosa. De hecho, al principio éramos 6 primos y catorce tíos. Y a medida que fui creciendo nacieron más primos y ahora somos 13. Por suerte, tengo a mis cuatro abuelos, por lo que he podido disfrutar mucho de su presencia. Y es por ello por lo que voy a contar mis momentos felices al lado de estas grandes personas; pues los recuerdos más maravillosos de mi vida siempre han sido junto a mi familia: en comuniones, cumpleaños, en navidad, en fiestas, en las casetas, en la playa, en casa de mis tíos, en la feria, etcétera….

A mí me gusta juntarme con todos ellos porque hago cabañas, me divierto, me baño con ellos y cuando acaba el día me acuerdo de todos y cada uno de esos instantes que he pasado junto a ellos y eso me reconforta.

Carlos Reche Vicent, 1ºESO B

Una mañana mi padre me dijo que por la tarde íbamos a ir al estadio del Elche, a ver el partido que disputaría contra el Atlético de Madrid. Entonces llamé a mi primo Dani y éste me dijo: “¡Yo también voy!”. Así que nos fuimos los tres.

El partido acabó con un 1-0 como resultado, a favor del Atlético de Madrid, gracias a un gol de Diego Costa, que tardó en llegar tras varios intentos fallidos.

Después salimos y vimos el autobús del Atlético de Madrid. Salimos corriendo y nos quedamos en la valla que nos separaba de los jugadores, entonces empecé a gritar con todas mis fuerzas al jugador Courtois. Hasta que me escuchó, se acercó y pude hacerme una foto con él. Y eso es lo mejor que me ha pasado.

                                                            Javier Latorre Martí,1ºESO A

Mis padres me recogían siempre de la guardería, por eso cuando vinieron a por mí aquel día, no me sorprendió. Sin embargo, cuando llegamos a casa, mis padres me dijeron que iba a tener un hermanito o hermanita, y eso me alegró inmensamente. Fue pasando el tiempo y fui guardando juguetes para el bebé que ya no utilizaba, y ropa que me venía pequeña.

Después de cinco meses mis padres me dijeron que iba a ser un niño, ¡Fantástico, era un niño! Yo quería que fuese niño porque así podría jugar al fútbol con él. Mis padres dudaban entre llamarle Nacho, Hugo o Beltrán, pero era difícil ponerse de acuerdo, porque uno quería uno, y otro quería otro, hasta que al final buscaron un nombre que les gustaba a los dos, y ese nombre fue Alejandro. Cuando me lo dijeron salté de alegría porque ese nombre era uno de mis favoritos.

El 21/3/2006 nació Alejandro, le compraron y le prepararon la habitación, yo ya iba al cole y me cambiaron la cama a mí y se la pusieron a Alejandro para cuando fuera mayor.

Aunque nos enfadamos con frecuencia, él siempre será mi hermano.

Pascual Chamorro Sánchez, 1ºESO B

Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida fue la primera vez que asistí al estadio de mi equipo favorito El Elche C.F. En aquel encuentro se decidía si finalmente subiría a primera división, y por esa razón, había un gran ambiente, alrededor de unas 25 mil personas. Nada más llegar empezamos a cantar “Aromas Ilicitanos” (nuestro himno).

Íbamos perdiendo 0-1 contra el Deportivo de la Coruña, cuando de repente conseguimos empatar. Yo salte de alegría y me abracé a una persona que no conocía de nada. Terminada la primera parte, estaba impaciente porque empezara la segunda. Cuando ésta arrancó, no dejamos de animar al Elche para que metiera gol. Al final, cuando sólo quedaban unos minutos, lo conseguimos, y saltamos de emoción.

¡Al año que viene jugaríamos por fin en primera división!, así que me hice socio. Después de esa temporada seguimos en primera, y como soy socio voy a todos los partidos gratis, y estoy ansioso porque empiece la nueva temporada de liga BBVA 2014-2015.

Eduardo Vicedo Ortega, 1ºESO A

Si te dijera que es lo más maravilloso para mí sería, sin duda, mi hermano. Me adora, me cuida, me quiere como amiga y me admira como hermana. Cuando nos peleamos siempre al minuto nos perdonamos, no todas las veces me hace el mismo caso, pero yo le miro y él me mira a mí, y se detiene el mundo. Cuenta historias sin sentido con las que todos nos reímos, nos habla de algún sueño, de su tiempo en la guardería…y nos encanta escucharle. Y aunque sé que es muy inquieto, y eso no siempre es fácil de sobrellevar, nosotros le adoramos.

Matilde Reig Albero, 1ºESO B

Hace tres años, en Navidad (el día de la cabalgata) vinieron los Reyes Magos, y nos trajeron unas entradas para mi hermano, mi madre, mi padre y yo (algo que me sorprendió porque mis padres están divorciados) para ver el musical de Disney en Madrid.

Una vez llegamos a la capital, nos dirigimos hacia el hotel y nos instalamos en la habitación.

Por la noche fuimos a un teatro y nos sentamos casi en la primera fila. Mis padres se llevaron muy bien, ¡y eso fue fantástico!

Al acabar regresamos al hotel a dormir. Al día siguiente hicimos de todo: fuimos a ver museos, al palacio real, al Congreso de los Diputados, a la Cibeles, etc.

También subimos en metro, ¡y me encantó!

Cuando fue hora de volver tenía ganas de quedarme, porque me lo había pasado estupendamente, pero había que volver para deshacer las maletas y descansar, ya que al día siguiente teníamos colegio…Fue genial, aunque realmente lo que me gustó especialmente es que mis padres estuvieran juntos.

Lucia Tárraga Romero, 1º ESO A

Vivir es lo mejor que me ha pasado en la vida. Mis padres me dieron ese regalo hace 12 años y espero poder conservarlo durante mucho tiempo.

Mi vida está llena de alegrías y tristezas, sonrisas y lágrimas, pero supongo que de eso se trata. Y estaré eternamente agradecida a mis padres.

Pero la vida no es eterna, aunque personalmente me gustaría que lo fuera, llegará un día en el que este fantástico viaje se acabará, y todo pasará a ser ceniza, habrá un día en el que nadie recordará a nadie. Y entonces llegará otra vida, y esa sí que será eterna, y me sentiré orgullosa porque todo valió la pena, valió la pena vivir, porque así como pisas piedras también encuentras diamantes, porque las personas que me acompañan en este trayecto me hacen feliz, porque al fin y al cabo estamos en la vida de paso, así que no te preocupes por el mañana, disfruta del hoy y se feliz porque estás en posesión del mejor de los regalos: la vida.

Sara Martínez Aracil, 1ºESO A

Grandes Cortometrajes…

Bienvenidos al lugar donde la frontera entre los sueños y la realidad se vislumbra incierta, donde todo es posible, donde al amparo de una tenue luz, casi imperceptible,  nos encontramos con nuestros propios miedos, nuestras esperanzas, reímos y lloramos, creemos y nos mostramos escépticos, somos nosotros mismos y queremos estar en la piel del otro, nos emocionamos y disfrutamos. Y por un momento, la vida nos parece diferente…Y al volver a la clara luz del día nos envuelve una nueva e inolvidable sensación…Es el cine.

Cierra los ojos y déjate llevar…

Pablo Amorós, Marina Chorro, Cristina Gosálbez, Ángela Mínguez, Angie Pabón y Roberto Teruel

Mila Martínez, Natalia Peydró, Adriel Sánchez, Elena Sánchez y Celia Sanjuán

Inés Díaz, Iván Guill, Noemí Sáez, Claudia Santonja y Ángela Vilaplana

Gara Guillem, Paola Martínez, Adrián Palazón, Nicolás Payá y Daniela Toledo

Luis Arnedo, Emilio Hueso, Melchor Pérez, Fernando Verdú y Carlos Vicedo

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Entrevistas

Os emociona su voz al cantar y conocéis todas y cada una de sus canciones; vivís con pasión cada una de sus jugadas y sufrís cuando las cosas se complican en el terreno de juego; habéis seguido su trayectoria cinematográfica desde que empezaron…Son cantantes, futbolistas, actores…personas que despiertan una atracción especial, ¿qué les preguntaríais si un día se os plantease la oportunidad de hacerles una entrevista?

Esto fue lo que le sucedió a nuestros alumnos, y así de bien lo hicieron…

 

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Las mujeres de mi vida…

Su seña de identidad es la fuerza innata, difícilmente se rinden ante las adversidades, es más, se crecen ante ellas. Llevan siempre por bandera una gran e irresistible sonrisa, que aun en los momentos más difíciles, intentan hondear con garra y determinación. Su emblema es el amor, y creen en su poder incondicional, y así lo demuestran en tantas y tantas ocasiones. Sin ellas la vida perdería todo sentido, a ésta le faltaría el color, la alegría; el mundo dejaría de encontrar razones para seguir su marcha, pues ellas son su motor, su energía.

A todas ellas, a las mujeres de nuestra vida, por acompañarnos en este fascinante viaje…

 DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

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La mujer de mi vida siempre ha sido una persona que me ha apoyado tanto en los momentos buenos como en los malos, me ha aconsejado en todo momento sobre lo que debo hacer y lo que no, y me ha enseñado a hacer muchas cosas: a andar, a hablar, a decir que no cuando es necesario, a pensar antes de hacer las cosas… Esa persona es mi mamá Sara. Ella es muy trabajadora, porque de estar en el instituto, me lleva a Valencia, a Alcoy y me ayuda en lo que necesito.

No existen palabras para demostrar lo que la quiero, estas dos palabras siempre reconfortan, pero lo que yo quiero e intento es ayudarla para demostrárselo.

Pienso que todo lo bueno que le pueda suceder es porque se lo merece, nunca se queja de nada aunque haya días en los que se le nota que está cansada.

Me gusta ver películas antiguas con ella, porque a veces las veo sola, pero sin ella no es lo mismo, voy con ella a hacer recados, vamos juntas al cine…

Nunca me separaré de su lado y ella seguro que tampoco del mío, lloramos juntas, reímos juntas y nos ponemos enfermas a la vez, ya que tenemos mucha empatía la una por la otra.

Sara, significa princesa, lo que significa que es fiel y responsable ante todo; mamá significa que es cariñosa y respetuosa hacia sus hijos; profesora significa que es paciente y trabajadora, todos estos adjetivos la definen a la perfección pero el que nunca le faltará será el de humilde, porque los es en todos los aspectos y siempre me ha enseñado a mí a serlo.

Mamá, solo decirte que te quiero y que siempre estaré a tu lado porque eres la mujer de mi vida. Gracias por serlo.

Mila Martínez Ferrero, 1ºESO B

En mi vida hay muchas mujeres importantes, pero una destaca sobre todas ellas: mi madre.  Es y siempre será la más importante para mí, porque ella me lo ha dado todo, desde la vida hasta el capricho más tonto. Es de las pocas personas que siempre ha pensado en mí antes que en ella, y nunca ha dudado en anteponer su felicidad a la mía. Siempre me saca una sonrisa cuando me ve y por mucho que me enfade con ella, nunca se lo toma enserio. Y aunque hay ratos en los que estamos peleadas, después ella continua como si nada hubiera pasado. Mi madre siempre me dice una frase que ocupa un lugar muy importante para mí: “la vida es una rueda que no para, un día arriba y otro abajo”. Nunca le he preguntado por el significado que ella le da, pero yo le encuentro varios: que un día puedes estar aquí y al siguiente no sabes dónde vas a estar. Otro es que podrás estar a mayor o menos distancia de la meta que te hayas propuesto, pero no debes pensar en lo lejos que está, e ir a por ella, pues quien la sigue la consigue. Y el último es que el mundo no se para ni un segundo, ni por ti ni por nadie, y por ello si quieres hacer algo tienes que aprovechar la oportunidad, con determinación y sin que te importe lo que digan los demás. Y por todo esto y mucho más, mi madre ocupa el primer escalón de las mujeres más importantes de mi vida.

El segundo escalón lo ocupan dos grandes personas: mis abuelas, porque una no es más que la otra, me cuidan como a su hija y siempre que me ven o voy a su casa se les iluminan los ojos como a un niño pequeño el día de reyes. Son las que más me defienden cuando me peleo con mis hermanos, porque como soy la pequeña de la casa confían en mí y saben que ellos pueden defenderse solos. Se preocupan mucho por mí, por cómo estoy, si me hace falta ropa… Y por todo lo que hacen por mí, tienen tan tienen bien merecido ese segundo escalón.

En mi tercer escalón, un escalón muy, pero que muy grande, hay dieciséis chicas, todas exactamente a la misma altura, ninguna por encima de otra. Ellas son mis amigas, personitas que desde pequeñas han estado conmigo en todo, cuando he llorado, cuando he reído, porque ellas son unas de las pocas personas en las que puedo confiar de verdad. Pasamos de compartir clase a ser un grupo de amigas casi inseparable, a pesar de las  discusiones que podamos tener.  Éramos diecisiete desconocidas y ahora con una sola mirada podemos intuir que algo no va bien, y sin hablar ya nos entendemos. Hemos llegado a ser como los tres mosqueteros: todas para una y una para todas, es decir, que si una tiene algún problema, todas le ayudaríamos encantadas e incluso sin necesidad de que nos lo pidiera. Ellas son una gran parte de mí.

Hay más escalones en los que también hay personas importantes, pero creo que si estas mujeres están en los tres primeros es porque se lo han merecido. Que no han ocupado este lugar porque sí,  están ahí por todo lo que han hecho por mí, y estoy muy agradecida por ello.

Ana García Juan, 2ºESO A

Mujer, esa palabra que utilizamos tan a menudo, pero que casi nunca la sabemos valorar como merece. Una mujer es una persona capaz de lograr lo que se proponga, capaz de animar a los de alrededor, capaz de estar pendiente de todos… Capaz de ser valiente.

Evidentemente, no hace falta ser mujer para tener todas las cualidades mencionadas, todos somos personas, personas iguales, pero diferentes, y el sexo no ha de importar.  Aunque la mujer tiene unas características que la hacen única, sobre todo aquellas que luchan para sacar a su familia adelante, a los suyos, a lo más importante para ella.

De hecho esto lo he podido observar en mi propia familia; he visto como las tres mujeres más importantes para mí han luchado hasta el final, han luchado por la vida.

Una de ellas quizá ni siquiera sabría que es la vida, es más, ni siquiera sentiría  impotencia por las injusticias, aunque a ella le golpeó la más fuerte de éstas.  Sin duda, ella ha sido la más fuerte de todas; ha luchado y peleado, tal vez de manera inconsciente, por mantenerse viva, aunque finalmente no lo consiguiera, pero, ¿a caso hay una acción más valiente que ésta?  No sé dónde estará mi hermana ahora, aunque solo espero que esté bien, porque los ángeles como ella merecen lo mejor.

A otra de ellas, le debo mucho de lo que soy, prácticamente todo. Me enseñó a reírme de mis propios fracasos, a saber valorar las cosas más pequeñas, que ahora tanto echo en falta, y sobre todo, me ayudó a superar mis miedos. Desde que ella se fue, mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados y espero poder abrazarla algún día con todo el amor que llevo en mi interior.

Mi madre, a ella la considero mi ángel de la guarda en este camino llamado vida. Poco a poco me ha ayudado a crecer moralmente y ha sido mi compañera inseparable en todo momento. A ella le debo todo, me ha dado la vida y es una de las pocas personas que me querrá hasta el fin, y que nunca me dejará caer.  Y al fin y al cabo, eso es lo que importa, porque si estamos aquí es para ayudarnos, alegrarnos y hacer sentir bien al otro.

Muchas otras personas, en este caso mujeres, han entrado en mi vida, como pueden ser mis amigas, a las cuales también les debo mucho. Aunque yo resaltaría a una de ellas, a Rebeca, mi prima. Me ha demostrado que puedes tener a alguien que te haga reír, te comprenda y te acompañe siempre, desde que naces, para hacerte vivir cosas que nunca sabrías que vivirías.

Una mujer es la más bonita de las flores de un prado, la más luminosa e intensa.  Por eso, nunca hemos de dejar que se marchite, porque entonces el resto de flores no serán iluminadas, y el prado, al fin, dejará de ser un prado.

María Castillo Berlanga 2º ESO A

Tú me has enseñado a ser fuerte, a luchar por lo que quiero, a no rendirme nunca por muy dura que sea la situación; tú me apoyas cuando nadie más lo hace, tú confías cuando nadie más me cree, tú me perdonas cuando nadie más me entiende. Por todo lo que hemos pasado juntas y por lo que pasaremos, pero sobre todo por darme la vida y regalarme tu amor sin esperar nada a cambio. A pesar de la distancia que nos separa, aunque no estemos juntas, nos une el amor y la esperanza de volver a vernos.

Natalia Medina Peydró, 1ºESO B

Esta redacción la he decidido hacer sobre mi madre: Mayte Parra Almiñana.

Mayte es una gran persona que siempre ha luchado por conseguir sus metas, tiene una gran voluntad y demuestra una gran pasión por todo lo que hace. Es y será siempre una gran madre, una gran mujer y una muy buena trabajadora.

Mi madre es muy generosa, siempre piensa en los demás, y todo lo que hace es por mí y por mi hermano Jose. Es la  única persona que conozco que compra cosas no para disfrutarlas ella, sino para poder hacerlo con los demás.

 Yo admiro mucho a mi madre.

Héctor Martínez Parra, 2ºESO B

Yo tengo muchas mujeres importantes en mi vida, pero he elegido a dos: a mi madre y a mi abuela Milagros.

Mi madre es una persona muy importante para mí ya que me concedió el regalo de la vida, pero aparte de eso ha sido en todo momento un gran apoyo para mí.

Me ha querido como a su mayor tesoro, me ha enseñado e inculcado grandes valores, y también que la vida no es de color de rosa y hay que saber afrontar las dificultades, aunque duela mucho.

Aunque a veces me regañe porque soy muy desordenada y no le hago mucho caso en lo que me dice, sé que a pesar de todo siempre me querrá.

Mi abuela Milagros ha sido como una segunda madre para mí, ya que como mi madre tenía que trabajar, por las tardes siempre me dejaba en su casa.

Mi abuela Milagros me deba la merienda, me contaba sus historias, jugaba conmigo y ha querido que yo fuera una persona buena y que no fuera ni egoísta ni caprichosa.

Yo sé que ahora mi abuela no está pasando por muy buenos momentos por la muerte de mi abuelo, pero sé que ella poco a poco sabrá como soportar ese dolor que tiene en el corazón, porque ella es una luchadora.

Estas son las mujeres más importantes de mi vida y espero que estén mucho tiempo a mi lado.

Estela Ortega Bernabéu, 1ºESO B

Todas las mujeres que conozco son muy importantes para mí, pero hay una que resalta sobre todas las demás, y esa es mi madre. Ella siempre ha estado a mi lado en lo bueno y en lo malo, apoyándome y animándome en todo momento, sin molestarle nada y anteponiendo mi felicidad a la suya. Ella siempre lo ha dado todo para verme feliz y para que no me faltara nada, al igual que mi padre. Juntos me han enseñado los valores de la vida y me han educado para  ser buena persona y conseguir mis metas, por mucho que me cueste y sin rendirme en ningún momento.  A pesar de todos los enfados y caprichos, ella sigue queriéndome y yo a ella aún más, y esto no lo cambiaría por nada del mundo.

Mis dos abuelas y mis tías también son muy importantes, porque desde pequeña hasta ahora siempre que voy a verlas me reciben con mucho cariño y grandes achuchones. Y siempre que quería ir a algún sitio o jugar con ellas, aunque no les apeteciera o no quisieran, lo hacían. Mis primas son las que me hacen sentir responsable ya que soy la mayor de todas ellas. Ellas me quieren mucho y yo a ellas. Mis amigas son las mujeres que quieren estar a mi lado apoyándome y animándome y ayudándome por elección propia. Son las que me sacan una sonrisa cada día y las que me hacen reír cuando estoy triste, por eso las quiero tanto.

Carolina Chacón Quirant, 2ºESO A

La mujer de mi vida es mi madre. Desde que me tuvo en sus brazos me ha cuidado y sé que  me cuidará  siempre. Ella me daba todos sus mimos, sus caricias por sacarme una sonrisa día a día. Siempre me ha apoyado y me apoyará para lo que necesite. Esté triste o contenta, tenga un problema u otro, sé que siempre puedo confiar en ella. Antes no la veía tanto por problemas de horario en su trabajo, y ahora aprovecho cada segundo que paso a su lado.

Muchas veces me regaña, pero sé que lo que quiere es corregirme, y aunque en un primer momento me enfade, luego reflexiono y pienso que ella lo hace por mi bien. Ella me ayuda en lo que puede, ya que no es que ni ella ni yo vayamos muy sobradas de tiempo. Me da consejos sobre cómo tengo que hacer las cosas. Intenta hacer todo lo posible por cuidarme muy bien.

Cuando nos vimos, nuestros corazones quedaron unidos para siempre.

Yo he elegido a mi madre porque para mí es la persona más buena, simpática, alegre y responsable, y sé con certeza  que siempre estará a mi lado en los momentos buenos y en los malos.

 Lucía Vicedo Márquez, 1ºESOB

Hay muchas mujeres importantes en mi vida, pero qué mejor manera de empezar esta redacción que hablando de la persona que hizo posible que hoy esté aquí. Ella es mi madre, la mujer más importante de mi vida. Ella es esa fuerza que me impulsa a seguir adelante, a cumplir mis sueños. La que me levanta después de mis caídas. Simplemente, su forma de ser es lo que la hace única. Para mí es la mejor madre del mundo entero, y aunque a veces no se lo demuestre, ella sabe que la quiero muchísimo. Espero estar siempre a su lado.

Otras dos mujeres que han marcado mi vida son mis tías Asun y Maite, porque han estado siempre muy unidas a mí y he vivido tantos momentos con ellas… momentos increíbles, que siempre quedarán guardados dentro de mí. Sí, también hemos pasado por cosas difíciles, pero juntas hemos conseguido superar todo lo que se nos pusiera por delante. Son dos personas grandísimas que no cambiaría por nada.

Con las que paso momentos geniales, son mis primas Bea, María y Aida. Ellas son las que hacen que esas comidas familiares sean diferentes, siempre me hacen reír y consiguen que esté bien. Simplemente las quiero muchísimo, son tres chicas súper importantes para mí, porque estar tan unidas a ellas es algo muy especial, verlas todos los días me encanta, aunque sea poco tiempo, me ayuda a evadirme de tanta preocupación y charlar un rato con ellas ayuda a mejorar el día.

Y como no, mi pequeña. Claudia me ha enseñado a valorar la vida, a sonreír día a día y a ser fuerte. Su sonrisa cambia el mundo, es una niña tan especial… con ella he vivido tantísimos momentos, tantas sonrisas, fotos… que jamás olvidaré. Verla crecer ha sido una de las cosas más importantes en mi vida, creo que si ella no estuviera en mi vida, todo sería muy diferente. Y es que ella llena de alegría cada rincón vacío de la casa. Es traviesa, alegre… su carácter es algo que no se puede expresar con palabras. Pero eso sí, ella es capaz de hacerme sonreír en cualquier momento del día, a cualquier hora. A pesar de que nos peleemos, siempre acabamos abrazadas, un enfado con ella no dura más de una hora. Sé que alcanzará todas sus metas, porque es muy valiente y puede conseguir todo lo que se propone. No voy a dejar que nada ni nadie le derrumbe, y lo único que quiero es que sea feliz. Te quiero muchísimo pequeña.

Por último están ellas. No fueron las primeras en llegar, pero desde el día que las conocí mi vida ha cambiado muchísimo. Ellas son geniales, tal vez no seamos el mejor grupo de amigas, pero yo me conformo con verlas sonreír. Cada una es perfecta a su manera, y las quiero con sus defectos y sus virtudes, y cuando ellas necesiten ayuda yo estaré ahí, al igual que ellas han hecho siempre conmigo. No importa las peleas que tengamos, siempre conseguimos solucionarlo todo. A veces los comentarios de la gente nos afectan, la opinión de los demás hace que nos entristezcamos, pero lo que esas personas no saben es que nosotras nos queremos muchísimo y eso no lo va a cambiar nadie, y que por mucho que digan de nosotras, no vamos a cambiar por nada ni por nadie. Y es que ellas son algo imprescindible para mí, todo lo que he vivido con ellas no lo cambiaría por nada del mundo. Tantas tardes juntas, esas risas, inviernos, veranos, fotos… e incluso llantos y tristeza. Todo eso forma parte de nosotras y siempre quedará ahí por mucho tiempo que pase. Ellas siempre ocuparán parte de mi corazón y de mi memoria. Y si ahora tuviera que elegir algo, sería no separarme nunca de ellas. Os quiero muchísimo. Siempre juntas.

Todas las mujeres nombradas en esta redacción son personas que han marcado mi vida, y todas ellas se merecen lo mejor del mundo. Espero que nunca os olvidéis de mí, yo os juro que os recordaré siempre.

Os quiero

Carla Juan Beneyto, 2ºESO B

En  mi vida hay muchas mujeres, pero sin duda mi madre y mi hermana son las más importantes. Mi madre siempre ha estado a mi lado, siempre me ha sacado las mejores sonrisas en los peores momentos, ha preferido siempre mi felicidad antes que la suya y nunca me ha dejado caer, y si alguna vez he caído, siempre me ha dado la mano para levantarme. Mi hermana es muy risueña y cuando un día no es muy bueno, siempre me hace reír hasta llorar de la risa. Es pequeña, pero a la vez muy grande, y aunque otras personas no lo harían yo se lo cuento todo a ella, pues a pesar de su corta edad es el mayor pilar de mi vida. Ella siempre me defiende y nunca deja que me hagan daño, es lo mejor que tengo y si algún día me faltara no sabría cómo sería vivir sin ella.

Mis abuelas también son muy importantes para mí, las dos son ya mayores y han tenido momentos duros y momentos felices, como todo el mundo. Ellas me dan los mejores consejos, consejos que jamás voy a olvidar, consejos que siempre me han servido de ayuda. Las dos son increíbles y sin duda las mejores y las más fuertes.

Mis amigas. Son 13 chicas que están siempre sonriendo y son un pilar fuerte en mi vida. 13 chicas con las que puedo llorar y con las que sé que voy a poder contar, pues siempre me van a apoyar, ayudar y van a intentar que me sienta mejor. Todas ellas hacen de mí una persona más fuerte. Gracias a ellas he aprendido muchas cosas, como el valor de la amistad y muchas otras cosas más.

Hace poco conocí a otra chica, una chica muy parecida a mí, que hace que empiece cada mañana con una sonrisa de oreja a oreja, se llama Paula Ruiz, y en muy poco tiempo me ha demostrado que se puede confiar en ella, que pase lo que pase siempre va a estar a mi lado y que por muy enfadada que esté conmigo nunca me va a dejar sola. Me alegro mucho de haberla conocido y estoy convencida de que sin ella no sería como soy. La quiero mucho.

Estas son las mujeres de mi vida, y no las cambiaría por nada. Cada una me aporta algo muy especial y consiguen que mi vida sea como es. Son todo el apoyo que alguien pueda necesitar. Ellas siempre están conmigo y sé que nunca me van a fallar, espero yo nunca fallarles a ninguna de ellas. Son las mejores.

Thais Mirón Fernández, 2ºESO A

¿Qué sería yo sin las mujeres de mi vida?, ¿Qué sería de mí? ¡Nada!, sin ellas yo no sería la misma, esto sería muy diferente y me faltaría algo importante. Gracias a ellas sé todo lo que sé, puedo hacer todo lo que puedo hacer y soy todo lo que soy.

Mis abuelas son las personas que han vivido más y han pasado por miles de momentos duros, divertidos, emocionantes, preocupantes… y cuando haces algo mal o tienes problemas, ellas te enseñan y te hacen aprender de su pasado. Son las que me quieren como nieta suya que soy, como abuelas que son. Me han abrazado y besuqueado desde que yo era un bebé, han presumido de mí delante de todo el pueblo, me han enseñado muchas cosas, me han hecho reír y han sabido cuidarme y quererme. Gracias abuelita Mila y gracias abuela Cristina, no os puedo querer más de lo que os quiero.

Mis hermanas son pequeñas mujercitas que me sacan sonrisas, que me estresan, que me hacen reír, que me hacen enfadar, pero a pesar de ello las quiero mucho. Ellas hacen que me sienta una hermana mayor responsable, esperan de mí y quieren que les tenga en cuenta en mis buenos y malos ratos, quieren que las cuide, las proteja, las defienda, las apoye y  les dé consejos para el día de mañana, y yo, aunque a veces no lo haga, intento hacerles sentir las hermanitas más buenas del mundo y ellas me hacen sentir la mejor hermana mayor del mundo, y no soportan verme mal. Sofía y Teresa son esas hermanitas, con las que he compartido tantas anécdotas y momentos desde que ellas nacieron.

Mis amigas, unas chicas que para mí son muy importantes y no tienen precio, ellas saben hacer que me sienta muy grande, saben sacar lo bueno de mí y corregirme lo malo y si me ven triste o hundida saben cómo sacarme una carajada y hacerme olvidar por un tiempo lo que me preocupaba. Lo que más me gusta de ellas es su cariño y afecto hacia mí. No siempre hemos pasado por momentos fáciles y buenos, pero si no hubieran momentos así, tal vez fuese porque todas seríamos y pensaríamos igual y eso sería muy raro y aburrido, cada una de ellas es alguien muy especial a su manera, pero todas juntas sabemos convertir los momentos malos en cosas del pasado y volver a construir muchos momentos felices llenos de sonrisas. A muchas las conozco desde hace muchísimo tiempo, a otras no, pero me alegro de haberlas conocido a todas, es algo de lo que más me enorgullezco en esta vida.

Mi madre. Todo lo que estoy escribiendo ahora, lo escribo gracias a ella, ella ha hecho posible que pueda tener abuelas, hermanas y amigas, ha hecho posible cada acción que hago, cada palabra que escribo y cada segundo en el que respiro, me ha dado la vida, una cosa tan simple y complicada a la vez. Muchas veces me niego a lo que me dice, no le hago caso, me enfado con ella y no se lo agradezco, no solo no le agradezco mi vida, si no miles de cosas que día a día hace por mí, pensar en esto me hace creer que soy una desagradecida, pero si pienso en todos y cada uno de los momentos compartidos a su lado desde que nací, veo que cuando ella o yo estábamos mal, estábamos unidas, entonces le agradezco lo que día a día hace por mí, es ahí, en esos momentos que nos hacen sentir más unidas, cuando veo todo lo que he pasado a su lado:  comidas, paseos, charlas, excursiones, viajes, películas en las que lloramos las dos, celebraciones… son tantos… tantos que agradecerle… Es mi madre, y al fin y al cabo aunque pasemos por malos momentos, tenemos que perdonarnos y saber entendernos, y ella lo sabe muy bien. Es una de las personas a las que más quiero en este mundo y si tuviera que hacer lo imposible por hacerla feliz, por lo menos lo intentaría, es lo menos que puedo hacer después de todo lo que me ha dado, aunque ella dice que lo que le hace feliz somos mi padre, mis hermanos y yo.

Cristina Ferrero Miró, 2ºESO A

Considero mujeres de mi vida a aquellas que han tenido, tienen o tendrán un papel importante en mi vida, es decir, han dejado una huella en mi corazón.

Para mí, sinceramente, las mujeres de mi vida que han cumplido los requisitos anteriores son: Mi madre. Ella me ha dado la vida, me ha ayudado a aceptar mis errores, a superar los momentos malos, en ella me he apoyado siempre que me he sentido mal y lo he necesitado, ha sabido cuidarme y me ha dado una educación…

La otra mujer o mejor dicho «pequeña mujer» es mi hermana, que aunque no he compartido mucho con ella por su corta edad, todo lo que he vivido con ella hasta ahora no lo cambio por nada. Me ha demostrado que siempre tendré a alguien con la que podré contar y tendré su ayuda cuando la necesite a lo largo de mi vida, ¡quizás sea la más pequeña, pero tiene el mayor corazón! También he de mencionar a mi abuela, que aunque no esté presente, nunca podré olvidarla.

Mis amigas, las cuales han sabido levantarme cada vez que me he caído y, sobre todo, me han enseñando a ser fuerte y a valorar la vida. También me han demostrado seguridad por saber que puedo confiar en ellas y, aunque nos hayamos peleado alguna que otra vez, lo más importante es que hemos sabido perdonarnos como buenas amigas que somos, y eso es una de las cosas que más valoro.

Estas son, por ahora, las mujeres importantes y que forman parte de mi vida, no sólo porque el azar las puso en mi camino, sino por haber sabido sacarme una sonrisa en los peores momentos y haber sido tan esenciales.

Beatriz Carricondo Colomina, 2ºESO A

Las mujeres de mi vida son aquellas personas que han estado ahí cuando más lo necesitaba, han sabido comprender todas aquellas decisiones que he tomado y muchas de las cosas que he conseguido ha sido gracias a ellas. Estas mujeres son:

MI MADRE, PALOMA: ella es “mi favorita”, como solemos decirnos entre nosotras. Es el mayor regalo de mi vida, ha sido mi gran apoyo en todo momento, la que me ha sabido guiar para que yo hoy me encuentre aquí. Para mí no solo es una madre, es mucho más que eso, es mi gran ídolo, aquella que me ha enseñado a levantarme todas las veces que me he caído. Ella ha sido la que me ha dado la vida, y por eso le tengo que dar amor y alegría para que todos los días esté muy feliz. Por todo eso y por mucho más es mi mamirú y no la cambiaría por nada del mundo.

MI HERMANA, CAROLINA: Nací gracias ella, pues insistió mucho para que mis padres me tuvieran. A veces discutimos, aunque siempre por tonterías, pero luego sabemos sacarnos en los momentos adecuados la sonrisa más bonita. Más que una hermana la considero como una segunda madre, porque me ha sabido decir lo que está mal y lo que está bien, y aunque yo a veces no le hacía caso, ella siempre me lo decía por su experiencia en la vida ya que es cinco años mayor que yo. Por todos esos momentos tan especiales que he pasado junto a ella y que nunca los olvidaré, ocupa una parte esencial en mi corazón.

MI YAYA, VICTORIA: mi yaya sufrió un golpe muy duro al perder a su marido, mi abuelo, muy pronto, y ya no pudo conocer a sus nietos; pero a pesar de ello siguió adelante. Es una persona que siempre está contenta, me dice lo mucho que me quiere, me hace los fideos más buenos que he probado…Es un ejemplo, siempre intenta hacer lo posible para que su familia esté bien, y que no tengan ningún problema. Es la persona más maravillosa que he conocido porque nunca se enfada con nadie y hace lo que sea por los más necesitados. Por todo ello la quiero muchísimo.

MI ABUELA, CONSUELO: mi abuelita, la que me hace las cocas más buenas y el arroz más riquísimo ha sabido llevarme siempre por el camino adecuado, me ha enseñado modales y sabe tranquilizarme cuando me enfado. Es una persona, que a pesar de que haber pasado por ciertos baches en su salud, ha sabido sacarme una sonrisa cada vez que voy a verla. Es un ejemplo a seguir para toda nuestra familia porque nos ha demostrado que es fuerte y que a pesar de haber sufrido una pérdida tan dolorosa, sigue sacando la sonrisa más grande y más bonita que hay en el mundo. Por eso la quiero tanto.

MI PRIMA, CLARA: Desde bien pequeñas hemos estado juntas, solo nos llevamos dos años de diferencia. Es una persona que aunque esté triste siempre saca lo positivo de las cosas. Siempre hace que me ría, que me lo pase bien. Me ayuda a estudiar, me explica lo que no entiendo y es mi prima favorita. Es muy simpática con la gente, tiene muchísimos amigas/os. Aunque yo me enfade por tonterías, ella siempre viene a consolarme o a decirme que no me enfade. Y la quiero muchísimo. Es un ejemplo a seguir como persona.

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

Las mujeres más importantes en mi vida son: mi madre, que es la mujer que me ha cuidado desde pequeño y que está siempre para ayudarme cuando lo necesito, para cualquier cosa. Y también son  importantes mis abuelas, que son las mujeres que me hacen unas comidas impresionantes y me apoyan en todo el esfuerzo que hago. Mi hermana, además de tener que superar sus dificultades, es una persona que siempre me ha querido y me anima a que siga con mis tareas. Por supuesto, mis primas a las quiero mucho, porque me hacen reír y divertirme en los momentos más difíciles y me apoyan en todos los deberes del colegio, los partidos de tenis, audiciones, etc. Mis tías también son una pieza muy importante en mi vida, porque en las noches de navidad hemos jugado a muchos juegos y hemos comido juntos con ánimo y alegría.

Yo tengo a muchas mujeres en mi familia a las que quiero mucho y me apoyan con toda su voluntad y espero que siga así para toda la vida.

Pepe Pastor Valero, 2ºESO A

FELIZ SAN VALENTÍN

Amamos desde el momento en que empezamos a ser, a existir en el interior más acogedor y entrañable del mundo, y desde entonces nadie, ningún ser humano concibe la vida sin amor, el sentimiento más poderoso, el único lenguaje universal, el que nos mantiene vivos, la razón que justifica nuestra existencia. Amamos sin condición, porque él es así, el eterno inconformista y nunca se cansa de vivir por y para los demás. Sin él, nada tendría sentido. Sin la capacidad de amar quedaríamos despojamos de nuestra esencia, vacíos y rendidos a la espera…

Madres, Padres, Abuelos, Abuelas, Tíos, Tías, Amigos, Parejas, Primos…Os queremos hoy, mañana y siempre.

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Hola tete,

Te escribo esta carta para agradecerte todo lo que has hecho por mí, por aguantar mis tonterías, por estar ahí en todo momento y por soportar mis rabietas.

También decirte que ya son trece años junto a ti, trece años en los que he vivido momentos y experiencias inolvidables. Sabes que nunca vas a estar solo, porque yo estaré contigo, en los buenos y en los malos momentos, apoyándote incondicionalmente.

Estaré siempre a tu lado, porque fuiste, eres y serás la mejor personita que he conocido en la vida, porque eres el que siempre me respalda y me da su consejo y hasta con un simple hola, ya consigues sacarme una gran sonrisa.

Aun me acuerdo ese verano cuando me caí y me clave un cristal en la rodilla y no paraba de sangrarme la pierna, y entonces tú me cogiste conforme pudiste y me llevaste hasta los papás. O también, cuando me caí en la terraza y me di contra el suelo en la cabeza, y tú hiciste todo lo posible para hacerme reír y que no pensara en el dolor.

El motivo por el cual he hecho esta carta es para que te des cuenta de que aunque no te lo diga te aprecio y te quiero muchísimo.

 Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

Le escribo esta carta a la persona que más quiero, y esa es mi hermana Elena.

La he elegido a ella en vez de a otras muchas personas, a las cuales también quiero y aprecio mucho, porque es ella la que está siempre a mi lado, esté mal, bien, triste, enfadado, contento…..

También por ser como es y por cómo me trata. Por lo mucho que ella me quiere, por cómo me ayuda  en muchas cosas que a mí se me dan mal, por ser tan amable conmigo, por sus ganas de reír, su amor hacia los demás, y por muchísimas mas cosas.

 ¡GRAN PERSONA, MEJOR HERMANA!

 TE QUIERO MUCHÍSIMO, TU HERMANO.

David Verdú Cerdá, 1ºESO A

Esta carta la voy a hacer especial, en esta ocasión no la voy a dirigir a una persona, pues he querido dedicársela a esa simple palabra que siempre pasa desapercibida, pero que está con nosotros en todo momento, esa palabra, o mejor, ese sentimiento al que llamamos música.

Querida música:

Te encontré cuando era pequeña y sabía que permanecerías a mi lado hasta en el trance más oscuro, iluminando el camino y guiándome hasta la salida. También sabía que podía contar contigo para todo, por ejemplo para expresarme, para hacer una melodía más triste cuando me siento así o para hacerla alegre si me ha ocurrido algo bueno. Eres un consuelo para mí, eres dulce e importante, me das fuerza, realidad, eres fiel y sincera. Sé que nunca estaré sola si estoy contigo.

Eres siempre protagonista, no sólo en mi interior, pues cuando te escuchan conquistas los corazones de la gente.

Vives dentro de mí y por más que lo intentara no podría sacarte, me das la vida si estás junto a mí. Me siento bien al escuchar tu voz y al tocarla. Eres especial.

 Mila Martínez Ferrero, 1ºESO B

Para mí mi madre es una persona maravillosa. Desde el momento en que yo nací, bueno yo creo que desde que me tenía dentro de ella, su vida cambió. A lo largo de mis trece años ella me ha enseñado muchas cosas, me enseñó a dar mis primeros pasos, a decir mis primeras palabras, gran parte de lo que soy se lo debo a ella. Siempre está pendiente de mí y de toda la familia. Cuando le pido algo siempre hace lo posible para que lo tenga. Muchas veces me enfado con ella por tonterías y siempre viene a mí para hablar, hacerme razonar y para que le perdone, cuando ella no ha tenido la culpa de nada.

Ella intenta animarme en todo momento, por ejemplo cuando me sale algo mal, cuando estoy triste, cuando no consigo hacer algo. Siempre me da consejos para que sea una buena persona.

Está a mi lado en lo bueno y en lo malo. Por eso la quiero mucho y no quiero que se separe jamás de mi lado. ¡TE QUIERO MAMÁ!

Jorge Serrano Arratia, 1ºESO A

El amor de mi vida no es otro que mi hermanito de tres años. Se llama Hernán y por circunstancias de la vida no vivimos juntos, él vive con mi madre en Mallorca, pero aunque nos separe la distancia, nos une el amor que sentimos el uno por el otro, porque él cambió mi vida y haría cualquier cosa por él. Muchas veces pensar en él ha sido lo que me ha hecho seguir adelante, y sólo él es capaz de sacarme una sonrisa en los peores momentos. Por todo ello estoy orgullosa de poder llamarme HERMANA MAYOR.

                                                                                             Natalia Peydró Medina, 1ºESO B

El amor de mi vida es mi gran amiga Noemí. He pasado muchos años junto a ella. Llegó a nuestro colegio en 5º de Primaria, pero yo ya la conocía de mucho antes. Recuerdo muy bien que iba a la tienda de animales y ella estaba allí, con su madre. Hacía poco habían traído unos cachorros Yorsai, y eran muy pequeños, no nos resistimos y los cogimos. Eran muy peludos, estaban muy calentitos y eran monísimos.

Ya más tarde, en 6º curso, yo solía bajar a comer a casa de mi abuela, e iba con Noemí hasta su tienda, allí pasábamos algún tiempo jugando o mirando los peces y los demás animales. Luego ella se iba a su casa y yo a la mía.

Noemí tiene un apartamento en Santa Pola y todos los veranos se van a la playa. Hace dos años me invitó a pasar una semana con ella. ¡Y ay todas las travesuras que hicimos! Travesuras en la playa, en casa, en el patio, en el puerto… ¡Cuántos y cuántos buenos momentos! En Santa Pola hay un parque de atracciones llamado “POLA PARK”. Una de sus mejores atracciones era la de los cars; también una montaña rusa no muy grande, una piscina con motos de agua, una casa del terror, una casa abstracta en la que las escaleras se movían hacia arriba y hacia abajo y tenía puentes colgantes, alfombras que te transportaban (cintas transportadoras como las de las cajas de los supermercados) y muchas más… Recuerdo que cada vez que nos montábamos en la atracción de las motos de agua, girábamos las dos bruscamente para mojar a la otra y siempre, curiosamente la mojaba yo a ella entera, mientras que yo sólo me mojaba las zapatillas.

Otras veces íbamos al puerto, a una yogurtería que había cerca. Y siempre nos pedíamos el mismo sabor, el de Kínder Bueno y efectivamente, lo estaba. Una tarde fuimos hasta allí en bicicleta y al salir con el helado en la mano, e intentar coger la bici se nos cayó el helado al suelo, pero afortunadamente la vendedora nos vio, y nos regaló dos helados.

Al año siguiente, vino también Natalia. Un día estaban haciendo una carrera en la playa, y entonces (de broma) cogimos las cintas que marcaban el recorrido y nos las pusimos en los bolsillos traseros de los pantalones, y luego nos pusimos a correr por la playa con ellas colgando, y median al menos cuatro metros. Yo, sin darme cuenta le pise la cinta a Natalia, ésta tropezó con una pasarela de madera, de las que llevan hasta la mitad de la arena, y se cayó, se tragó toda la arena que pudo y más, y para más infortunio, se le salieron las chanclas, y una de ellas quedó enterrada, y no la encontrábamos, y la otra se quedó a unos cuantos metros de ella. Luego nos reímos mucho de esa anécdota.

He pasado muchos buenos momentos junto a Noemí, muchos más de los que hay aquí, como por ejemplo cuando nos fuimos al aeroclub, y rompimos la colchoneta; o en Torrevieja, con el bocadillo de salami… He sido muy feliz a su lado, y por ello creo que es uno de los grandes amores de mi vida, además de ser, por supuesto, una de mis mejores amigas.

 Ángela Mínguez Bernabeu, 1ºESO A

Mamá, tú eres el amor de mi vida porque siempre has estado ahí a mi lado en los momentos más difíciles, al igual que yo contigo. Si algún día te vas, porque tendrás que irte al igual que yo, no sé si podré superarlo, porque para mí lo eres todo, eres la persona más importante y eres lo más valioso que tengo. Lo más importante es que mi corazón y el tuyo siempre estén juntos y no se separen jamás, pues aunque a veces nos enfademos, yo sé que nunca me separaré de ti. Te quiero

            Besos de tu hija Claudia.

 Claudia Santonja Beneyto, 1ºESO A

Querida Laura:

Cuando nací, tú tenías 6 años y desde ese momento te convertiste en un gran apoyo para mí. 

Conforme he ido creciendo me he dado cuenta de que eres la mejor prima, desde mi punto de vista somos muy compatibles, ya que nos contamos muchos secretos. Yo te cuento cosas, y tú me cuentas mucho también.

Hoy cumples 18 años, así que aprovecho para decirte que eres de una de las personas más importantes de mi vida. Día a día entre las dos ponemos un granito de arena para que nuestra amistad, ya no sólo como primas sino como hermanas, no se pierda nunca.

Cuando te vayas a hacer la carrera y ya no te pueda ver con tanta frecuencia, te echaré mucho de menos, aunque nos queden los fines de semana para seguir disfrutando.

A pesar de nuestra diferencia de edad SIEMPRE TE LLEVARÉ EN MI CORAZÓN

                                                 Lucía Vicedo Márquez 1ºESO B

El amor de mi vida siempre será mi hermano pequeño Paul, y vivirá siempre en mi corazón porque es una gran parte de mí. Aunque a veces nos enfademos, él siempre será mi pequeño ángel y quiero estar incondicionalmente a su lado. Yo siempre le voy a querer y le voy a ayudar cuando me necesite. Tal vez llegue el día en que ya no podamos pasar tanto tiempo juntos, y por eso voy a aprovechar para estar junto a él. Te quiero mucho Paul.

Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

Historias de superación…DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER

Todos a lo largo de nuestra vida hemos tenido ocasión de conocer una historia de superación o incluso, puede que nosotros mismos fuésemos los protagonistas de alguna de ellas. Historias que conmueven y que ponen de manifiesto la capacidad humana para soportar el dolor y afrontar con entereza los golpes de la vida.

Sí, amigos y amigas, yo tuve la maravillosa oportunidad de conocer a una de esas personas a las que admiras con sólo mirarlas, porque en sus ojos brilla siempre una luz especial. Personas a las que el sufrimiento no les cegó nunca la sonrisa. Personas con un coraje heroico, que nunca se cansaron de luchar, aferrándose al amor por los suyos como la gran razón para seguir adelante.

A todos ellos, a todas ellas…por su valentía, por su gran lección, porque sin duda son un ejemplo, porque aman la vida y disfrutan con absoluta intensidad de cada nuevo amanecer.

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Mi abuelo tuvo cáncer. El día que me enteré de esa trágica noticia me afectó mucho, no podía creerlo. Pero fuimos fuertes y mantuvimos siempre viva la esperanza.

Pasaron unas semanas y nos dijeron que tenían que ingresarlo en el hospital. Un año después, mi abuelo se fue recuperando. Había sufrido mucho, los tratamientos de quimioterapia lo habían debilitado.

Cuando ya se había recuperado, los médicos vieron que la enfermedad había vuelto. Mi abuelo se hundió, pero su mujer (mi abuela) estuvo permanentemente a su lado y no dejó de darle ánimos. Dos años después, nos dieron la feliz noticia de que estaba recuperado. ¡Lo había conseguido!

Angie Pabón Peinado, 1ºESO A

Voy a contar la historia de Raz, un amigo de mi madre, cuya historia me impactó mucho.

Los médicos le detectaron leucemia cuando solamente tenía siete años. Desde entonces, ha tenido que vivir con esta horrible pesadilla. Le hicieron un trasplante de médula, que por desgracia no salió como se esperaban. Más tarde le volvieron a repetir el trasplante, y por suerte, éste sí que fue bien hasta que pasaron tres años, y su cuerpo lo volvió a rechazar.

Durante varios años tuvo que soportar tratamientos muy fuertes como la quimioterapia, la radioterapia, trasplantes de sangre cada dos días y más cosas que apenas recuerdo. Ha estado en coma unas tres veces. La última vez que lo estuvo despertó se despertó una semana después, pero lo que más me asombra es que en ese tiempo, afirmó haber visto a Dios.

Hoy en día sigue con la quimioterapia, la radioterapia y otros tratamientos. Los médicos creen que Raz está condenado a vivir con esto el resto de su vida. Esto me parte el corazón, ya que no puede tener una vida normal como nosotros. Está en el hospital desde los siete años, y actualmente tiene veintitrés, lo que significa que ha estado dieciséis años ingresado en el hospital. Pero aunque esté débil, yo pienso que es muy fuerte. La última vez que estuvo en coma, los médicos creían que no se iba a despertar, incluso aconsejaron a la familia que desconectasen la máquina, pero ellos quieren seguir luchando hasta el final. Yo, deseo con todo mi corazón que Raz se recupere. Pienso que esto es una historia de superación porque él lucha día a día por recuperarse, y a pesar de todo, sigue ahí porque él puede con todo. ¡Ánimo Raz!

Verónica Gisbert Ruiz, 1ºESO A

Os voy a contar la historia de superación de un gran compañero y amigo de sus amigos.

Todo empezó en primaria, estábamos en quinto curso. Todas las tardes los chicos se quedaban a jugar al fútbol en la pista de arriba o de abajo, les daba igual, pues ellos lo único que querían era jugar al fútbol. Pero ninguno se imaginaba que esa tarde iba a ser algo diferente.

Como todas las tardes los chicos, a las seis más o menos, salieron del colegio para dirigirse a sus casas, pero al llegar al Carrer Les Eres había una furgoneta aparcada en el paso de peatones, entonces Fernando fue a asomarse para ver si no venia ningún coche y podían cruzar, pero el desastre ocurrió, un coche que no había visto a Fernando se lo llevó por delante. En ese momento todos los que estaban allí se quedaron impresionados por el impacto tan fuerte, que desplazó a Fernando unos metros y que le dejó por inconsciente. Los amigos que estaban allí, no sabían qué hacer, al final avisaron a su abuela y su abuela avisó a su madre,  y se lo llevaron al hospital.

Al día siguiente estábamos todos destrozados y muy preocupados por el estado de nuestro amigo Fernando. Pocos días después, mi hermano, Pablo, Jorge y yo fuimos a verle al hospital. Al llegar nos dijo su madre que estaba un poco mejor, pero que se había roto la tibia y el peroné. Al poco rato de estar allí se llevaron a Fernando a hacerle unas pruebas para ver si tenía alguna fractura interna, a parte de la de la nariz y la pierna, y por suerte no tenía nada más.

Al salir del hospital, Fernando estuvo un tiempo sin asistir a clase porque no se podía mover con facilidad. El verano de aquel mismo año Fernando, que tenía la pierna vendada, no se pudo bañar. Cuando le quitaron la escayola tampoco pudo jugar al fútbol, ya que apenas podía andar. Pero afortunadamente, con esfuerzo y varios meses de rehabilitación, consiguió volver a andar sin cojear y a ser el mismo chico que era antes de que ocurriera el trágico accidente.

  Elena Verdú Cerdá, 1ºESO A

Mi abuelo se llamaba Alfonso Bernabéu García nació el día y nació 12 de diciembre de 1940 en Tibi. De pequeño era un niño flaquito y muy rubio.

Mi abuelo fue el último de 13 hermanos. Y su padre murió cuando él sólo tenía catorce años, entonces se vino a vivir a Ibi para poder así trabajar en la fábrica Paya.

En 1958, mi abuelo conoció a mi abuela en Muchamiel. Y se casó con ella el 17 de febrero de 1966.

Primero tuvieron una hija a la que llamaron Mari Carmen, la segunda se llamó Cristina y la tercera Beatriz.

Mi abuelo se peleó con todos sus hermanos por circunstancias de la vida y desde ese momento pasó de tener 12 hermanos a no tener ninguno. Fue un momento muy duro para él y para todos.

Cuando mi abuelo tenía 66 años sufrió un aneurisma en la vena Orta, por lo que tuvo que someterse a una operación muy arriesgada, pero la superó porque él siempre ha sido un luchador.

Dos años después le fueron detectados dos tumores. Le operaron de nuevo con 68 años y fue todo muy bien, según los médicos, pero lo peor de todo fue la quimio. Los médicos estimaron que ya no necesitaba más tratamiento porque estaba bien.

Para mí, la historia de mi abuelo es una historia de superación, porque a pesar de todo por lo que tuvo que pasar, él era nuestra gran alegría. Cada vez que teníamos algún problema, él nos ayudaba a superarlo. Murió el 14 de noviembre de 2011, pero aunque esta redacción no haya tenido un final feliz, la imagen de mi abuelo estará siempre grabada en mi corazón.

Estela Ortega Bernabéu, 1ºESO B

Os voy a contar la historia que viví y que por suerte, superé.

Cuando tenía 5 años, solía comerme mucho las uñas hasta que un día se me infectó una de ellas. Al principio, todo comenzó con una simple ampolla, pero cada vez se fue extendiendo más y más hasta que terminó cubriéndome el dedo gordo y una vena del brazo empezó a enrojecerse de una manera muy significativa. Mis padres preocupados me llevaron al hospital, me ingresaron y me hicieron pruebas, según los médicos sólo me había picado un insecto, pero después de pasar unos días en el hospital llegaron a la conclusión de que tenía una enfermedad rara. También les dijeron a mis padres que si aquella vena roja llegaba a un sitio determinado, no quedaría más remedio que amputarme el brazo.

Estuve bastantes días en el hospital y tuve que luchar mucho para conseguir recuperarme.  Aguanté con entereza todas las pruebas y, finalmente, me tuvieron que pinchar en el dedo y quitarme lo que tenía. Tras abandonar el hospital, empecé la rehabilitación. Recuerdo que lo pasé muy mal, pero pude salvar mi brazo.

 Lidia Ibarra Roldán, 1ºESO A

El pasado año, a un familiar cercano le detectaron cáncer. Poco tiempo después se puso en tratamiento, y lo más curioso es que él era siempre el primero en animarnos. El proceso fue largo y pesado, ya que tuvo que pasar por duras sesiones de quimio y radio, tanto en Alcoy como en Valencia.

Ese tratamiento le produjo daños significativos, pero gracias a sus enormes ganas de vivir, está superando su enfermedad. Hablamos con él constantemente por el móvil, y a día de hoy está bien, por lo que todos nos sentimos muy contentos.

Los tiempos difíciles han quedado atrás y por fin, después de un año, toda la familia vuelve a sonreír.

Gracias por habernos dado ese ejemplo de superación y entereza.

Ricardo Ortiz Gisbert, 1ºESO A

Mi abuela, al poco de fallecer mi abuelo, acudió a una revisión rutinaria. Al día siguiente nos llamaron diciendo que acudiéramos cuanto antes porque los resultados revelaban la presencia de una grave enfermedad. Los médicos no fueron muy esperanzadores, pero sí nos hablaron de la posibilidad de operar; así que nos acogimos a ella, a pesar del riesgo. La operación fue complicada, pero fue superada con éxito.

La recuperación fue lenta, llena de dificultades, tanto para ella como para los familiares. Visitas constantes de médicos y enfermeras, tratamientos…Pero a pesar de todo, ella no cesó en su lucha, ni perdió un ápice de su ilusión por recuperarse. 

Con 77 años y después de un largo proceso de enfermedad (que se prolongó durante dos años), gracias a sus ganas de vivir, su afán de superación, ha vuelto a empezar y hoy lleva una vida normal. 

Ángela Vilaplana Verdú, 1ºESO A

Mi tía era una gran persona. Cuando le diagnosticaron esa enfermedad tan grave, para relajarse y desconectar empezó a hacer con más frecuencia trabajos manuales: como imanes. Pero la situación inicial cambió, empeoró y mis abuelos vinieron rápidamente a cuidar de ella.

Cada día que la veía estaba más debilitada. Sin embargo, siempre se mostraba feliz, feliz al vernos a todos, a una familia más unida que nunca por ella

Pasó el tiempo y una tarde se durmió, y me dieron la triste noticia de que mi tía había caído en sueño eterno.

No me imaginaba la vida sin ella, pero gracias a mi familia: mis tíos, primos, abuelos, padres, hermanos y amigos lo fui poco a poco asumiendo. Además, me gusta pensar que ella en realidad nunca se fue, porque vive en mi recuerdo.

 ¡GRACIAS!     

Nicolás Payá Martínez, 1ºESO B      

La vida no me había hecho pasar por ninguna experiencia difícil, hasta que tuve que enfrentarme a la muerte de mi primito Mateo.

El día que naciste fui al hospital de Alcoy a verte, pero no pude hacerlo de cerca porque estabas en una incubadora, ya que no podías respirar por ti mismo. Sólo pude ver que eras muy largo, y esa fue la última vez que te vi.

El 28 de enero me dijo mi madre que habías muerto. Ahora me arrepiento de no haberme esperado a la hora de las visitas. De haberlo hecho, podría haberte visto de cerca, haberte tomado en mis brazos. Recuerdo que cuando me dijeron que te llevaban a Valencia para hacerte varias pruebas, me asusté mucho. Le pregunté a mi madre que si te pondrías bien y me dijo que sí.

Pienso en las cosas que podríamos haber hecho juntos. Sé que mi vida ha cambiado, porque un pedazo de mí ha subido al cielo.

Mis tíos fueron muy valientes al desconectar la máquina que te mantenía sujeto a ese fino hilo de vida, porque no querían verte sufrir. Ellos querían que murieses en sus propios brazos y así fue.

Sé que esta fue una dura prueba, pero no será la única. Tú siempre serás mi ángel de la guarda y ahora estarás feliz en compañía de la yaya Conchita.

Yo tenía dos ositos azules, uno pequeño y otro grande, dejé el grande junto a vuestras fotos en la lápida, y me quedé con el pequeño. Cada noche lo abrazo muy fuerte y pienso que estáis a mi lado. Sé que en el cielo estarás muy bien porque la abuela te cuidará perfectamente. Cuando yo me vaya estaremos los tres juntos y ya nunca nos separaremos.

Os quiero mucho, nunca os olvidaré.

Noemí Sáez Ramírez, 1ºESO B